La Alcaldesa de Bogotá logró entrega anticipada de 305 ventiladores por parte de la Nación y alejó el fantasma de la cuarentena estricta. Pero dejó latente el riesgo de politizar la pandemia.

La alcaldesa de Bogotá, Claudia López, le ganó ayer otra vez un pulso al presidente Iván Duque en la gestión de la pandemia del covid, al dejar claro que ella tenía la razón en el compromiso del Gobierno Nacional sobre los ventiladores que debe entregar al Distrito para instalar más Unidades de Cuidado Intensivo UCI, vitales para atender a los pacientes que se agravan.

Con ello, alejó el fantasma de la cuarentena estricta para Bogotá (en la que ya están otras ciudades, como Barranquilla, uno de los mayores focos de contagio hoy), pero dejó latente el riesgo que existe para el país de que se termine politizando la pandemia.

La mandataria había empezado un enfrentamiento con el Gobierno Nacional desde hacía varios días, al quejarse públicamente de que no había cumplido con la meta de conseguir estos tres meses de confinamiento dos mil UCI porque el Presidente, a su vez, no le había entregado a la ciudad los ventiladores a los que se había comprometido.

Es decir, López le echó la culpa a Duque de un incumplimiento por el que ya le estaban reclamando a ella varios sectores a nivel local.

La pelea se calentó este fin de semana, cuando la Alcaldesa planteó la posibilidad de que la capital volviera a un confinamiento estricto, como el de marzo, por 14 días, debido a que ya se había superado el 70 por ciento de ocupación de UCI.

Y subió aún más de tono, luego de que, en reacción a una ola de críticas por redes (de sectores como el petrismo, el Centro Democrático y Colombia Justa libres), López dijo el lunes en una transmisión por Facebook Live, entre otras cosas, que no le servían los ventiladores del Gobierno en agosto porque “llegarían para el velorio”. Que si no le iban a cumplir, debían haberle dicho antes. 

Que el Gobierno había decidido centralizar la compra de ventiladores y que por eso era su responsabilidad. Que entiende que no puedan llegar los ventiladores por la competencia internacional, pero que entonces le permitieran hacer una cuarentena extrema de 14 días, y que no le echen la culpa a los ciudadanos del aumento del contagio porque con o sin tapabocas éste iba a subir si había tanta gente en la calle. 

En respuesta, ayer el director del Departamento Administrativo de Presidencia, Diego Molano, dijo en medios que los ventiladores no se consiguen “a punta de gritos”, en clara referencia al tono de la Alcaldesa de Bogotá (a lo que ella contestó señalando de machista a Molano).

El incendio se apagó, sin embargo, por la tarde, luego de una reunión entre López y el ministro de Salud, Fernando Ruiz, quienes habían acordado desde la semana pasada un encuentro para discutir las medidas a tomar frente a la velocidad del contagio en la ciudad, incluyendo el tema de la cuarentena estricta. 

La principal credencial del Ministro en esa reunión fue el anuncio que, minutos antes de él encontrarse con la Alcaldesa, hizo el Presidente Duque. El Primer Mandatario informó que anticipaba para ese mismo martes la entrega de 305 ventiladores para Bogotá, que en principio iban a llegar en agosto. Estos se suman a 125 entregados por la Nación hace unos días, para un total de 430 equipos que tendrían que ser instalados en julio. 

En la reunión, el Ministro, además, se comprometió a darle a Bogotá otros 292 ventiladores para un total definitivo de 722. Aún no han establecido la fecha de entrega de estos últimos, pues dependen de la llegada de los equipos al país, pero el compromiso quedó por escrito.

Después de su cita, el Ministro de Salud y Claudia López aclararon en un video que enviaron a los medios que, efectivamente, el Gobierno sí se había comprometido a proveer el 70 por ciento de los ventiladores de Bogotá, como lo había afirmado la Alcaldesa en medios durante el fin de semana. 

La mandataria dijo, mientras el Ministro asentía, que en el Ejecutivo hubo una confusión y que pensaron que se necesitaban 1.049 ventiladores y no dos mil. Por eso, entregarán por ahora 722. 

Entre ambos gobiernos quedó el compromiso de que observarán semana a semana cómo avanza el contagio para ver si Bogotá necesita más ventiladores por parte de la Nación. La mandataria reiteró que siguen estimando que necesitan mil.  

Nos han preguntado por qué la diferencia entre los ventiladores que iba a dar @IvanDuque y los que esperaba @ClaudiaLopez.

Con el @MinsaludCol, la Alcaldesa dijo que se trató de “una confusión del Gobierno”.

Aquí la explicación. pic.twitter.com/RaZflcN8ft

— La Silla Vacía (@lasillavacia) July 1, 2020

Esa declaración conjunta puso fin al enfrentamiento de los últimos días y le dio la razón a López, que culpaba al Gobierno de incumplir su promesa de entregarle a la ciudad los ventiladores, mientras que el Ministro de Salud publicaba un documento del 26 de mayo en el que había dicho que le entregarían a Bogotá 425 para agosto, muchos menos de las expectativas que tenía la Alcaldía. 

López obtuvo parte de lo que quería. Pero lo hizo bajo el riesgo de que este episodio sea sólo un capítulo más de una creciente politización de la pandemia.

Más teniendo en cuenta que no es la primera vez que, para pujar por una decisión presidencial, la Alcaldesa mete presión y se abre en enfrentamiento público con el Gobierno Nacional. Así pasó a principio de la pandemia, cuando la mandataria impulsó el simulacro preventivo de confinamiento apoyada en modelos epidemiológicos que le presentaron sus expertos.

Este es un fenómeno que ya ha ocurrido en otros países como Estados Unidos, en donde hasta ponerse un tapabocas genera polarización.

“Nunca debió tratarse de un pulso político”, dice al respecto el analista Carlos Súarez. “Con ese hecho el único perjudicado es el ciudadano bogotano porque no se ha dado la preparación ni la coordinación entre autoridades que se necesita”.

Y es que la advertencia de volver a cerrar la ciudad le puso al Presidente Duque la presión de los gremios y las entidades financieras, por el impacto que un nuevo confinamiento generaría en la economía, un asunto que es prioritario en su agenda dada la disparada del desempleo.  

Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo, le dijo a La Silla que la tasa de desempleo ya estaba estimada en 19,2 por ciento y aumentaría con una nueva cuarentena, que además podría costar en pérdidas entre siete y nueve billones de pesos más de los que ya se han perdido. 

“Lo único que generaría una nueva cuarentena es más desempleo, más empresas quebradas, más violencia y más criminalidad (…) Tenemos que ser capaces de adaptarnos al virus y seguir funcionando”, dijo a este medio Juan Carlos Pinzón, presidente de Pro Bogotá, (organización de las empresas más grandes de la ciudad). Agregó que lo que necesitábamos era un liderazgo que motive a la ciudadanía a seguir funcionando con todas las medidas de bioseguridad. 

En esa misma línea, el director de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras, Anif, y ex ministro de Salud, Mauricio Santamaría, aseguró que volver a la cuarentena era “inviable”. Incluso considera necesario “empezar a abrir restaurantes, transporte aéreo y terrestre”. 

Lo que viene

Los ventiladores que le entrega el Gobierno ya a Bogotá evitarán por ahora el colapso del sistema de salud en la ciudad. Ahora bien, la Alcaldesa todavía tiene que conseguir el resto de los que necesita. 

En este momento tiene 942, más 70 que el Distrito compró y que le llegarán en julio  y otros 140 que le va a entregar el sector privado. Es decir, que con los 300 que le acaba de entregar el Gobierno, más 292 que le debe, tendrá 1.744 (cuando arrancó la pandemia tenía 300 para pacientes covid). Ella tendría que completar 256 o negociar nuevamente con Duque para que le den una parte de esa cifra. 

Ya muchos la han criticado por tirarle la pelota al Gobierno cuando Bogotá cuenta con dinero suficiente para comprar sus propios equipos y otros departamentos han gestionado por su cuenta las UCI. Además de eso, la han señalado porque la mayoría del crecimiento en UCI ha sido de la red privada, que tiene al 80 por ciento de las UCI para pacientes covid. 

Por ejemplo, el concejal Andrés Forero, del Centro Democrático, ha estado trinando en redes que Bogotá en tres meses, “solo compró 70 ventiladores”. También ha dicho que la Alcaldía ha hecho “muy poco” en comparación con la gestión del Gobierno. 

Lo que dice el cabildante es cierto. En estos tres meses de pandemia, la Alcaldesa bajó su meta de UCI a la mitad (la dejó en dos mil) y por cuenta de ella apenas ha conseguido 70 ventiladores. El resto de los que tiene la capital han sido entregados o por el Gobierno Nacional o por los privados.

La compra de 70 ventiladores del Distrito es una cifra, proporcionalmente, muy inferior a Cundinamarca, por ejemplo, que compró a mediados de junio 130 ventiladores que estarán listos esta semana. O al Valle, donde hay un proceso de compra de 300 y los primeros también se están instalando en estos días. Antioquia ha adquirido 200 unidades, de las cuales 168 las gestionó Medellín. La explicación que ha dado la Alcaldesa es que el Gobierno había tomado 567 mil millones de pesos de de Bogotá para el FOME, el fondo para el manejo de la pandemia. Sin embargo, otros municipios, pese a esa gestión del Ejecutivo, tomaron la iniciativa por su cuenta de gestionar esos equipos.

Los ventiladores que consiguió del Gobierno le darán a la Alcaldía, por ahora, un margen de maniobra para comprar los que le hagan falta, y el acuerdo al que llegaron hoy amaina la tormenta que se armó el fin de semana. 

Al final de la reunión, se despidieron con codazos.

Periodista. Soy editora de Redes Sociales en La Silla Vacía. Cubrí las movidas del poder en Bogotá y el gobierno de Claudia López. También hice algunos reportajes sobre reforma agraria. Antes trabajé en la Revista Semana y colaboré para revista Arcadia y Dinero. Soy coautora del libro 'Los presidenciables...