Así se acomodaron los partidos tradicionales en la coalición de Petro

El presidente Gustavo Petro logró armar una coalición de gobierno con los partidos tradicionales, a los que en el pasado criticó y cuestionó. Lo hizo a cambio de ministerios y concesiones en apuestas grandes como la reforma tributaria.

Las últimas 24 horas fueron agitadas para despejar las dudas y los pulsos en el partido Conservador, Liberal y La U, lo que muestra que se trata de una coalición condicionada, armada por intereses burocráticos, más que por una coherencia ideológica.

Otra reunión en casa de César Gaviria despejó la duda

El 5 de septiembre de 2018, dos días antes de vencer el plazo para declarar públicamente si son de gobierno, independencia u oposición, el partido Liberal decidió ser independiente del gobierno de Iván Duque, al que habían ayudado a elegir. César Gaviria, anfitrión de la reunión donde se tomó la decisión, señaló que Duque “nunca los invitó a hacer coalición”.

Cuatro años después los protagonistas y el escenario de discusión fueron casi los mismos, pero el final diferente. Esta vez, el partido no se definió con anticipación sino que se esperó hasta última hora para avisar que va a ser parte de la coalición de gobierno, y que se la va a jugar a fondo por apoyar al presidente Petro.

Para llegar a esa conclusión no bastó con que Petro, a diferencia de Duque, sí los invitara a hacer parte de Gobierno, en un coqueteo que incluyó un encuentro entre César Gaviria y Petro en Italia. Petro también tuvo que ceder dos dos ministerios, Justicia y Vivienda, que están en cabeza de figuras que representarán al partido Liberal.

De hecho, la semana pasada Gaviria metió presión al declarar que “no estamos satisfechos” y exigió que “los compromisos que el Gobierno ha adquirido con nosotros nos los cumpla”.  

A horas de la fecha límite lograron destrabar el anuncio tras despejar dudas con el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, sobre los alcances del proyecto de reforma tributaria, que será la primera prueba de fuego de esa coalición.

De nuevo, la bancada se volvió a citar en la casa del expresidente Gaviria, en el oriente de Bogotá, para dar ese paso final. Pero esta vez sin César, quien se excusó por temas de salud.

El relevo lo asumió su hijo Simón, quien, además, ha sido interlocutor en las negociaciones con el Gobierno. No llegaron los 46 congresistas, pero sí unos 30, especialmente de la Cámara. El ministro Ocampo entró con la disposición de escucharlos y ambientar el tema de la declaratoria de Gobierno. Ocampo ha tenido vínculos con el liberalismo, fue, por ejemplo, ministro de Agricultura en el gobierno de César Gaviria y de Hacienda en el de Ernesto Samper.

Los congresistas del Eje Cafetero le pidieron a Ocampo revisar los artículos de la reforma tributaria que eliminan las exenciones a los cafeteros, que son parte de sus electorados. Los de departamentos fronterizos que confirmaran lo de los subsidios a la gasolina en esas regiones. Otros mencionaron la opción de desmontar los impuestos a las pensiones altas. Unos más se jugaron por los subsidios de vivienda.

“Anoche habló Ocampo de una meta de 15 a 20 billones de pesos. Reconoció que era difícil llegar a la meta original de los 25 billones. Al bajar las pretensiones puede empezar a revisar lo que se le pidió, lo de los cafeteros, por ejemplo”, dijo un representante que asistió a la reunión.

Ocampo se comprometió a revisar esas propuestas y evaluarlas dentro del paquete de proposiciones que se están debatiendo para hacer la ponencia. Es posible que las avale antes de que se radique el documento que va a primer debate en comisiones económicas.

Por ejemplo, el viernes en Cúcuta, en un foro sobre la reforma, hablará del tema de los combustibles y dejará en claro que no se desmontarán los subsidios. Se hará en Cúcuta por petición del representante local Wilmer Guerrero, quien, además, hace parte de las comisiones económicas por donde pasará la reforma.

Para cinco congresistas consultados sobre la reunión, el compromiso de Ocampo terminó de despejar las dudas para hacer oficial la entrada a bancada de Gobierno. “Nos genera confianza que el ministro Ocampo está escuchando, nos está escuchando, está escuchando al país. Y ha abierto la posibilidad de hacer ajustes al proyecto sobre la marcha. Es un proceso que está arrancando y que confiamos nos lleve a corregir lo que consideramos que afecta a la clase media, a la inversión extranjera”, dice el senador Mauricio Gómez, quien hace parte de las comisiones económicas. 

Pasar de gobierno a independencia, como alcanzaron a proponer especialmente los del Senado, hubiera significado un golpe a Petro, pues sería perder a una de las bancadas más grandes del Congreso y embolatar las mayorías.

La posibilidad se ambientó con quejas por la falta de cargos en los dos ministerios que Petro les endosó. Por ejemplo, la semana pasada generó suspicacias el nombramiento del exsenador de La U, Roosvelt Rodríguez en la Superintendencia de Notariado, un cargo clave del Ministerio de Justicia, que en teoría debía ser un fortín Liberal.

Pero el costo de optar por la independencia también era alto para el partido. “Sería incoherente cantar gobierno un día y pasar a independencia en el otro. Ahí sí que la chapa de chantajistas nos hubiera pegado más”, dice un representante.

La expectativa en el partido es que con la declaratoria de gobierno, la burocracia fluya más. El camino para buscarlo es garantizar que en la discusión del presupuesto del 2023 y en la distribución de los recursos que se esperan recoger con la tributaria, sus dos ministerios, Vivienda y Justicia, tengan más plata. Y que entre los cargos que faltan por cubrir, puedan entrar más liberales. 

En La U, el saludo de su ministra puso fin a la discusión

Los 25 congresistas del partido de La U estaban citados a las 7 de la mañana en el club de Banqueros del centro de Bogotá. Un complejo de oficinas que queda frente al Ministerio del Interior, una cartera que dominaron de pies a cabeza cuando eran el partido más grande durante los gobiernos de Juan Manuel Santos.

Pocos llegaron a tiempo. La reunión arrancó sobre la 8 de la mañana con el saludo de la directora Dilian Francisco Toro, quien de entrada tiró línea porque dijo que el partido debía enviar un mensaje al país sobre los cambios que quiere lograr y si los piensa sacar adelante de la mano del Gobierno Petro. “Los quiero escuchar, hablen”, dijo Toro.

A excepción de los senadores Antonio Correa y Berner Zambrano y del representante valluno Julián López que hicieron campaña en segunda vuelta por Petro, la dirigencia de La U o se quedó quieta o se la jugó por Rodolfo Hernández.

Por eso, la duda que plantearon varios congresistas, como Juan Felipe Lemos, es si al entrar en la bancada de un Gobierno que no ayudaron a elegir en bloque ellos iban a tener garantías para oponerse a lo que no consideren viable.

Toro, apoyada en las voces de López, Correa y Zambrano, les dijo que no. Que la idea era poder aportar en el debate del Plan de Desarrollo, de la reforma tributaria y sentar posiciones cuando no hubiera acuerdos. Y que en 2023 los partidos que entraran a Gobierno iban a disputarse voto a voto los cargos regionales, diferenciando una cosa de la otra.

“Lo importante es la garantía de poder hacer cambios y no aprobar sin debates todo lo que diga el Gobierno”, comentó Zambrano.

Para terminar de disipar las dudas, Toro sacó un comodín: llevó a la reunión a la ministra de las Tics, Sandra Urrutia, quien entró al gabinete Petro como cuota del partido esta semana.

Urrutia habló durante 25 minutos. Saludó uno a uno a los asistentes, se presentó como la representación del partido en Gobierno y les mostró la agenda que quiere implementar en el cargo.

“La sentimos propia y cercana. Y queremos rodearla, si a ella y al ministerio le va bien, al país le irá bien, y al partido le irá bien. Es una gran apuesta por lograr transformaciones tecnológicas y digitales para el país”, dijo el representante López.

Solo hasta tener esa discusión, La U decidió hacer oficial el anuncio de entrada al Gobierno.

Barguil amagó, pero sus congresistas apoyaron entrar al Gobierno Petro

Ayer, al final de la tarde, el excandidato presidencial del partido Conservador, David Barguil, le puso suspenso a la declaratoria del partido. Publicó una carta pidiendo declararse en independencia: “Nuestra doctrina está en las antípodas de las doctrinas de la izquierda”.

Fue una forma de mostrarse públicamente como una voz disidente de Petro, a quien atacó duramente en campaña. No obstante, internamente cuando los consultaron del partido ayer los dos congresistas de su grupo, la senadora Liliana Bitar y el representante Nicolás Barguil (su primo), también aprobaron declararse en gobierno, según le confirmaron a La Silla dos fuentes del directorio nacional del partido.

En junio, Bitar y Nicolás Barguil también firmaron el comunicado en el que el Partido Conservador manifestó su respaldo a la agenda legislativa de Petro. Bitar, en todo caso, tras firmar la carta dijo que iba a contribuir a la agenda desde una posición de independencia. 

Hoy en el Partido Conservador la decisión de apoyar al Gobierno fue casi unánime en el directorio (hubo una posición a favor de la independencia, el de Luz Marina Campo cuota de Barguil, de 18 directoristas). Ayer la secretaria jurídica del partido, Orfa Monroy, y el presidente del directorio, el senador Carlos Trujillo, habían adelantado la tarea llamando uno a uno a los congresistas para sondear sus posiciones. Lo hicieron para recoger la posición de la bancada previo al desayuno que tuvieron esta mañana los integrantes del directorio nacional, que es la instancia encargada de definir esas posturas.

Hoy los integrantes del directorio se reunieron a las 7:30 de la mañana en el club de Banqueros de Bogotá y el presidente del directorio, el senador Trujillo, marcó el territorio con la postura de declararse en gobierno.

Trujillo tenía cómo fijar esos límites porque gracias a él los conservadores tienen un ministerio propio, cercano y que se reconoce como cuota del partido.

El presidente Petro nombró de ministro de Transporte a Guillermo Reyes, que ha sido uno de los contratistas más destacados de las sucesivas administraciones de Itagüí controladas por el grupo político del senador Trujillo. El viceministro Carlos Eduardo Enríquez es hijo de la representante conservadora de Nariño Ruth Caicedo y la viceministra de Infraestructura María Constanza García es prima del senador Juan Carlos García. 

Es una burocracia que, por ahora no tienen los demás partidos, y que tiene contenta a la bancada porque, como nos dijo un congresista, “el Ministerio de Transporte es un monstruo burocrático”.

Adscritas al Ministerio hay entidades como la Aerocivil, que pone y quita directores de aeropuertos, el Invias, que tiene direcciones territoriales y billones de pesos en contratos de vías terciarias, y la Superintendencia de Transporte.

Con la entrada al gobierno los congresistas esperan acceder a la mayoría de esos cargos. De paso el Conservador mantiene la tradición de acomodarse a la Presidencia de turno. La última vez que el Conservador hizo oposición pura y dura sin espacio de gobernabilidad fue en la presidencia de Virgilio Barco entre 1986 y 1990.

Vargas quería oposición, pero la bancada de Cambio gritó independencia

Ayer, pasadas las ocho de la noche, inició la reunión de la bancada de Cambio Radical en el salón Bolívar del Hotel Tequendama en Bogotá. El primero en tomar la palabra fue el presidente del partido Germán Córdoba, que estaba en la mesa principal con Germán Vargas Lleras, el líder natural de Cambio. Córdoba es la mano derecha de Vargas y pidió que se declararan en oposición.

“Fue un discurso a favor de la oposición y capitalizar esos 10 millones de votos (que sacó Rodolfo Hernández), que no se le pueden dejar solo a Uribe”, dice un congresista sobre las palabras de Córdoba.

Esa línea la secundaron los senadores David Luna y Carlos Fernando Motoa, quienes habían promovido públicamente la posición de declararse en oposición y no en independencia.

Tras eso, un par de congresistas manifestaron que hacer oposición en las regiones era muy difícil. “El senador José Luis Pérez dijo que en el Valle del Cauca era muy difícil sostenerse con una posición de oposición, que allá los molían”, dice una fuente presente en la reunión. En ese departamento Petro sacó el 63 por ciento de los votos.

Entonces, Vargas Lleras tomó el micrófono para defender su idea. “Dijo que veía un país desgastado, un país que la gente ya va a vender sus cosas, que la situación del Cauca es terrible, habló sobre la Policía. Prácticamente motivando a hacer oposición”, dice la fuente.

Otro congresista dice que Vargas manifestó que “que declararse en oposición iba a marcar un hecho político importante de cara al partido, pero que la decisión debía tomarse en bancada y por eso los iba a escuchar a todos. Pero él sentía que debía hacerse en la oposición”.

La bancada reaccionó y alrededor de 10 a 15 congresistas hablaron para manifestar su resistencia a declararse en oposición. Pidieron declararse en independencia por diferentes razones.

Esa era la postura que quería la mayoría porque les permitía acercarse al Gobierno de Petro y eventualmente recibir burocracia. “Uno como congresista no quiere ser oposición porque eso implica que no vas a ver una. No te van a dar representación política, no te van a recibir los ministros, no van a tener en cuenta tus proposiciones”, le dijo a La Silla uno de los senadores la semana pasada.

También para evitar que los metieran en una misma bolsa con el Centro Democrático que sí va a hacer una oposición. “Nos declaramos en independencia porque no queremos parecernos al Centro Democrático”, dijo el senador del Valle Carlos Abraham Jiménez

Para respaldar esas posturas tomaron el micrófono congresistas el representante del Guainía Carlos Cuenca, el senador Carlos Abraham Jiménez, el senador charista Antonio Zabaraín, el representante de Nariño Gilberto Betancourt y la senadora de Sucre Ana María Castañeda, entre otros.

Estos dos últimos apoyaron a Petro en campaña y manifestaron lo complicado que sería para ellos declararse en oposición. Betancourt le dijo que no tener relación con el Gobierno era como no tener credencial y Castañeda afirmó que la oposición era incómoda porque tenía vínculos con la familia presidencial.

Castañeda es esposa del exsenador Mario Fernández Alcocer, primo de la primera dama Verónica Alcocer.

Tras tres horas de contrapunteo, el presidente Córdoba puso fin a la discusión: “El partido ha tomado la decisión de que nos vamos a declarar en independencia”.

Una independencia que ven como la puerta de entrada a Casa de Nariño como lo resumió un senador. “Estamos viendo unas mayoría de Gobierno muy frágiles, entonces más temprano que tarde nos podrían llegar a necesitar”. 

Una aplanadora en números

Con esas declaratorias así quedan los números de la coalición de gobierno en el Congreso. 

75 senadores.
Mayorías claras en la Cámara.

Soy el periodista que cubre el Congreso. Estudié comunicación social y periodismo en la Universidad Surcolombiana. Antes hice parte de La Silla Sur. En 2020 gané el premio de periodismo Reynaldo Matiz y en 2021, 2022 y 2023 el premio Carlos Salamanca a mejor investigación. Escríbame al jortiz@lasillavacia.com

Soy el periodista que cubre las movidas de poder en el Caribe en La Silla Vacía. Estudié Comunicación Social y Periodismo en la Universidad del Norte. Gané el premio Simón Bolívar a la mejor noticia del 2023 y el premio de periodismo de Economía Creativa de la Deutsche Welle en 2017. También...