Presidente Gustavo Petro.
Presidente Gustavo Petro. Foto: Presidencia.

El presidente estuvo cinco días en el sur del Caribe y, aunque se reunió con alcaldes y gobernadores, entregó computadores, tierras y un edificio en la Universidad de Córdoba, el eje de su viaje fueron los discursos. En total, sumó ocho horas hablando. Con sombrero vueltiao, y ante sus seguidores más fieles, la nueva versión de Petro se parece al Petro de antes y se desmarca del que se alió con distintas fuerzas políticas al inicio de su gobierno con una propuesta de Acuerdo Nacional. Desde Tolú, Sucre, Petro se refirió a ese período así: “al principio el gobierno estaba metido en la bobería”.

Durante este viaje, del que La Silla fue testigo de primera mano, Gustavo Petro recupera su cara más radical contra el establecimiento y esboza las líneas de la campaña populista que seguramente definirán esta nueva etapa de su gobierno. Estas son algunas de ellas:

1. Ofrece la constituyente como la vía al poder

La gira por el Caribe giró alrededor de la propuesta de Asamblea Constituyente que Petro lanzó la semana pasada. Como el camino jurídico para convocarla es empinado dado su escaso apoyo en el Congreso, Petro se ha limitado a usar la idea de la constituyente para agitar a sus bases de cara al 2026. 

El discurso es que en 2022 ellos llegaron al gobierno, pero que ahora tienen que llegar al “poder”, y el camino es una Constituyente. “Este es el momento en el que el pueblo tiene que pasar a un segundo momento, después del triunfo electoral, porque ahora hay que ejercer el poder, no el gobierno”, dijo en San Marcos, Sucre. 

Dijo que hay ocho puntos que la Constitución del 91 no ha podido solucionar, y mencionó tres de ellos: un nuevo ordenamiento territorial, la descarbonización de la economía y el acceso a la salud. “Seguimos viviendo en un ordenamiento territorial de 1886, que no nos sirve para resolver este problema. Hay que cambiarlo, y si no lo puede hacer el Congreso, ¿entonces quién? El pueblo. De ahí la constituyente”.

2. Revive la pelea con el uribismo

Durante toda su trayectoria como parlamentario, Gustavo Petro fue el principal opositor del uribismo y el odio al expresidente Uribe fue un gran movilizador de apoyo durante su campaña electoral. 

Sin embargo, apenas llegó a Casa de Nariño sorprendió por la relación cordial que estableció con el expresidente Uribe, a quien invitó un par de veces a Palacio, logrando una suerte de paz política con su rival político. Con el nombramiento de Mancuso como gestor de paz, Petro puso esa relación en riesgo. Pero con la gira esa cordialidad llegó a su fin. 

“La pobreza no se soluciona entregando limosnas, como hizo Uribe, que entre otras, el expresidente Uribe es uno de los grandes propietarios de tierra de la región. Y no nos está pagando el impuesto predial por esas tierras”, dijo Petro en Los Palmitos. Una acusación a la que el expresidente respondió con los recibos de pago.

Y más allá de ese dardo puntual, cuestionó al uribismo como una corriente de pensamiento que obstaculiza su gobierno. Incluso dijo que “existe música uribista, para embrutecerlo a uno”, sin especificar cuál es.

Frente a las trabas a su reforma pensional en el Congreso, Petro dijo “¿Qué tienen en la cabeza los senadores uribistas? Qué le quitan a tres millones de viejos y viejas la posibilidad de tener un bono pensional, solo para que dos banqueros se queden con la plata de los cotizantes. No ha cambiado en nada su mentalidad, cuando se silenciaban en el Senado mientras asesinaban 6.402 jóvenes inocentes. Mentalidad paramilitar”.

3. Agita el odio de clases

Siguiendo la receta del populismo, Petro planteó durante los días que estuvo en el Caribe permanentemente la dicotomía entre ricos y pobres.  Desde Mompox, Bolívar, dijo: “La salud no tiene que estar por allá, en Chapinero Alto, en Bocagrande, en el sur de Medellín, en el norte de Barranquilla, la salud tiene que estar aquí en la vereda, en el barrio popular (…) Esos son los dos modelos que están en discusión”. 

Petro dijo que en el país solo han gobernado las élites: “Aquí no les gusta que se hable de clases sociales, pero existen. Porque solo ha gobernado una, las élites de Bogotá, Medellín, Popayán, Cali. Los demás no hemos gobernado hasta ahora, esa es la gracia de lo que estamos haciendo hoy: hemos puesto a mujeres, negros, indígenas, campesinos a gobernar a Colombia”.

El presidente también señaló, sin ofrecer pruebas, que empresarios en Barranquilla están reuniendo 100 mil millones de pesos para comprar votos para tumbar a Petro si hay constituyente. No se refirió a cuáles, ni si entre ellos están algunos de los más poderosos que lo apoyaron en su campaña presidencial como Christian Daes o Euclides Torres.

4. Continúa su cruzada contra la tecnocracia

En su viaje al Caribe, Petro continuó su cruzada contra los tecnócratas, a quienes asocia con el uribismo, y considera un obstáculo para los proyectos de su gobierno. 

Su desprecio a la tecnocracia comenzó por depurar su gabinete de técnicos prestigiosos como José Antonio Ocampo, Cecilia López y Jorge Iván González, que fue el último contrapeso técnico e ideológico al interior del alto gobierno. En contraste, han entrado activistas y políticos de izquierda como Gustavo Bolívar a Prosperidad Social y Alexander López al Departamento de Planeación. Este último se enorgulleció de no haber entendido nunca las matemáticas.

“Técnicos que en realidad son burócratas que puso el uribismo, porque desde el año 2002 hasta hace muy poco el que gobernó fue el uribismo”, dijo en Tolú. “La mayoría de los que han venido tomando decisiones, que ahora llaman técnicos, no estudiaron la historia”, dijo en Tierralta.

Uno de los blancos de crítica fue su exministro Alejandro Gaviria, a quien acusó de dejar perder un billón y medio de pesos que iban a las universidades “por cuidarles el negocio a las EPS”, señaló Petro. Gaviria demostró que las fechas de su paso por el ministerio no coincidían con las acciones que le endilga el presidente, y le exigió una rectificación. 

5. Revive su discurso contra el paramilitarismo

En el municipio sucreño de Los Palmitos, a media hora de Sincelejo, el presidente entregó 900 hectáreas de tierra de la hacienda Simba, una finca donde se planearon y entrenaron a los paramilitares que cometieron las masacres en la región. Es una finca que estuvo a cargo del exjefe paramilitar Diego Vecino y fue expropiada por la Sociedad de Activos Especiales (SAE) y entregada el jueves a campesinos. 

“Este acto simboliza el derrocamiento del gobierno paramilitar”, dijo Petro, y recordó sus denuncias del paramilitarismo cuando fue congresista. Una época en la que fue una de las voces más fuertes en contra de colegas suyos que se aliaron con los paramilitares. Paradójicamente, luego recibió el apoyo de algunos de ellos para ganar en 2022. En Córdoba, por ejemplo, lo apoyó la estructura de la procesada por parapolítica Zulema Jattin y en Bolívar el grupo de William Montes y Miguel Ángel Rangel, condenados por parapolítica. 

Frente al regreso de Salvatore Mancuso, desde Tierralta Petro dijo: “El paramilitarismo ya no está aquí. Sus voceros hoy quieren decir la verdad. Sectores del Estado y de la sociedad no quieren que hable porque se conoce esta historia con todos sus detalles. El paramilitarismo es el sicariato de la oligarquía colombiana. Mancuso era el gran sicario de la oligarquía Colombiana”.

6. Insiste en que el cambio climático es el resultado del capitalismo

Desde La Mojana, subregión con grandes problemas de inundaciones, Petro dijo que la crisis climática es culpa de la desigualdad humana: “Los ricos ensucian la atmósfera, porque para ser ricos tienen que arrojar ese veneno a la atmósfera, y la gente pobre, nosotros, porque nosotros somos un país pobre, sufrimos las consecuencias”. 

“Esto no es un desastre natural, es un desastre provocado por un sistema económico”, dijo, repitiendo el discurso que ha intentado posicionar en escenarios internacionales.

7. Ataca a los medios, sobre todo a Vicky Dávila

El gobierno Petro ha cuestionado y descalificado reiteradamente a los medios. Eso se siguió atizando en su gira por el Caribe, en especial contra la directora de Semana, Vicky Dávila.

Desde Los Palmitos, cuando hablaba del sistema de salud, señaló a Vicky de “mentirosa” por defender el sistema de salud. En Tierralta, mientras contaba la historia de las asociaciones campesinas, dijo “Vicky esta historia ni la entiende”. Y en otra presentación la cuestionó porque replicó un trino de una cuenta de las disidencias de las Farc, en la que Iván Mordisco dijo que ellos apoyaron la campaña de Petro. 

Más allá de Vicky, para Petro los medios solo reproducen las narrativas del establecimiento: “En el noticiero ponen a unos yupis del Chicó a decir tenemos el mejor sistema de salud”. 

8. Culpa a los demás de que no lo dejan gobernar

En reiteradas ocasiones, Petro señaló a poderes del establecimiento, representadas en el Congreso, de no dejarlo gobernar. “Nos están cercando, la oligarquía de Colombia, y la vieja manera de gobernar paramilitar, quieren cercar este gobierno para que no produzca las transformaciones, a través de normas quieren acabar las funciones constitucionales del presidente (…) Nos quieren arrinconar, ¿y quién nos salva del rincón?, el pueblo”, dijo en una de las presentaciones.

Soy el periodista que cubre las movidas de poder en el Caribe en La Silla Vacía. Estudié Comunicación Social y Periodismo en la Universidad del Norte. Gané el premio Simón Bolívar a la mejor noticia del 2023 y el premio de periodismo de Economía Creativa de la Deutsche Welle en 2017. También...