Por Daniel Castillo Brieva
 

 Por Daniel Castillo Brieva

El Golfo de Tribugá será el puntal de la conexión del país con Asia y la cuenca del Pacífico, será un , será un puerto de aguas profundas. Podrá atender simultáneamente a 10 o 12 y recibir tanqueros y carboneros de hasta 180.000 TDB (toneladas de desplazamiento bruto). Junto con la carretera Quibdo-Nuquí, harán del Golfo una de las zonas portuarias bandera del país del siglo XXI y por supuesto sacará del olvido al Chocó, dándole una salida digna al mar y conectando Antioquia y Risaralda con el mundo, con lo que los habitantes del Chocó dejaran de ser por fin espectadores del desarrollo . El da cuenta de lo que bien podríamos llamar el milagro chocoano.

El Golfo de Tribugá, será uno de los lugares emblemáticos y ejemplo del desarrollo basado en el , la oferta de productos del mar hacia el interior del país y corredor de conservación de biodiversidad marina y terrestre. Entre el bosque tropical húmedo de la Serranía del Baudó y el corredor marino de migración de ballenas, la y Cabo Corrientes, existe un territorio de diversidad cultural y biológica únicos. Un territorio con una amplia gama de ecosistemas: desde los marinos, pasando por inmensas playas, costas de arrecifes, fuentes de agua dulce a la orilla del mar, incluso aguas termales, los bosques de manglar hasta el bosque húmedo tropical de las estribaciones de la Serranía del Baudó. Toda esta maravilla natural habitada por culturas ancestrales que ofrece una riqueza gastronómica sin par. Por supuesto las sobre el cambio de este panorama que incluso se ha calificado de y , defendiendo en semejante escenario natural.

En una reciente visita al lugar, lo que vi no se me pareció ni al futuro nodo de interconexión global Asia-Europa, ni a la idílica y prístina región llena de maravillas naturales y culturales que es necesario congelar en el tiempo para que no se eche a perder.

Aproximación a Nuquí. Playas de Nuquí.

Lo que vi fue un territorio construido por una sociedad que es partícipe de su desarrollo y que se encuentra tratando de decidir su futuro desde sus propias perspectivas y con todos los problemas y limitaciones generadas en gran parte por un estado que padece de esquizofrenia crónica. Por supuesto que la falta de vías de comunicación es un gran obstáculo, hecho reconocido por la gran mayoría local, que definitivamente está a favor de la carretera hasta Quibdó, así como la ampliación del aeropuerto, cuellos de botella, por ejemplo para la comercialización de productos marinos.

Embarcadero de Nuquí.


Calle de Nuquí.

Calle de Termales, Municipio de Nuquí.

Una de las herramientas para construir el futuro es, por supuesto, la Ley 70, la titulación colectiva del territorio, la posibilidad de jugar en la arena política por medio del Consejo Comunitario Los Riscales. Una de las apuestas es la gobernabilidad de los manglares del golfo, para lo que ya se han dado los primeros pasos en el diseño del Plan de Manejo para las 1.500 hectáreas de bosques de manglar. Lo interesante es el enfoque que se le ha dado a esta tarea. Conscientes de la multiplicidad de intereses, del uso que le da cada familia al mangle y de su importancia estratégica como transición entre la tierra firma y el mar, se ha emprendido un proceso de diseño de un modelo de gobernanza basado en procesos de negociación locales, para ponerse de acuerdo y estimar las verdaderas posibilidades de reglas de manejo propuestas por las mismas comunidades. El proceso se esta llevando a cabo con el apoyo y el acompañamiento de la con quién el Cosejo Riscales firmó un en temas marinos y costeros.


Manglares de Tribugá. Al fondo Estribaciones de la Serranía del Baudó.


Habitante de Tribugá en el manglar.

Pensar en como gobernar sus propios manglares tiene una importancia enorme, pues representa un experimento en el que se pueden descubrir caminos y herramientas para la gobernanza del resto de su territorio desde las perspectivas y las necesidades locales. De ninguna forma esto debe ser visto como una solución ideal amparada por la varita mágica de la Ley 70 y sus bondades de autonomía. La sociedad que habita está región tiene las mismas dificultades de organización, luchas de poderes, vicios de corrupción y juegos políticos que el resto de la sociedad colombiana. Lo importante es que estos experimentos pequeños tienen la capacidad de generar aprendizaje social que en últimas permiten gobernar el cambio que quieren sus habitantes.

Aprendiendo a escribir. Calle de Nuquí.

La esquizofrenia del Estado produce regiones con trastorno de múltiple personalidad, muchas veces totalmente opuestas, regiones como el Golfo de Tribugá. Esta condición ha embarcado a esta zona en un juego en el que gana el que meta más goles políticos, pero el problema es que en ninguno de los dos equipos hay mayoría de jugadores locales.

Futbol en la playa de Nuquí.

La consecuencia de ésta situación es que los locales se queden por fuera, sea cual sea la personalidad que la región construya a futuro. Y finalmente les toque quedarse mirando el mar del Tribugá paraíso idílico ecoturístico o del Tribuga nodo Asia-Pacífico.

Indigena en la playa de Nuquí.