El general Alberto José Mejía, conocido como ‘el mono’, fue nombrado Comandante General del Ejército en julio de 2015, en un cambio parcial de cúpula militar y pocos días después de la llegada de Luis Carlos Villegas al Ministerio de Defensa.

Mejía viene del corazón del mundo militar. Es el hijo mayor del general Nelson Mejía Henao, comandante del Ejército y luego de las Fuerzas Militares entre 1988 y 1990, en el gobierno de Virgilio Barco. Mejía además está casado con Lina María Sanmiguel Blanco, hija de otro general, el ex rectora de la Universidad Militar Manuel Sanmiguel Buenaventura.

Mejía, que es oficial de infantería y tiene una maestría en seguridad nacional y otra en defensa y seguridad, ha manejado unidades de combate, como comandante del Batallón de Fuerzas Especiales rurales Número 2 o subcomandante y luego comandante de la Brigada de Fuerzas Especiales.

Pero también ha tenido cargos administrativos importantes, desde ser edecán de la casa Militar de Cadetes hasta manejar las escuelas de infantería de Bogotá y de Lanceros de Tolemaida, además de haber sido director del Planeación del Ejército.

Como oficial destacado fue enviado por el Ejército al Army War College de Estados Unidos, un paso que es visto entre los oficiales como una señal de que los oficiales están destinados a altos cargos.

Fue comandante de la Cuarta Brigada, con sede en Medellín, entre 2009 y 2011. Cuando llegó a esa brigada, ya había estallado el escándalo de los llamados ‘falsos positivos’, en el que esta undiad había estado muy involucrada, y él organizó ceremonias para pedrile perdón a familias víctimas de las ejecuciones.

Luego pasó a ser director de Planeación del Ejército, y de allí saltó a comandar la División de Aviación y Asalto Aéreo del Ejército, una de las fichas clave en los duros golpes que le dieron las Fuerzas Militares a las Farc en los primeros años del gobierno de Juan Manuel Santos.

Precisamente en ese período fue uno de los líderes metodológicos del Comité de Revisión Estratégica, que definió la reestructuración de las Fuerzas Militares y dio los insumos para la conformación del Plan de Guerra “Espada de honor”, mediante el cual las Fuerzas se adaptaron al cambio de estrategia de la guerrilla, cuando ésta dejó de concentrar grandes grupos de combatientes para volver a unidades pequeñas. 

Su influencia en crear ese rediseño fue tal que era uno de los superpoderosos de los asuntos militares que identificó La Silla Vacía en julio de 2013, por encima de generales más antiguos que él.

En 2014 pasó a ser jefe del comando conjunto de operaciones especiales de las Fuerzas Militares, un cargo neurálgico porque era el encargado de las operaciones más importantes no solo del Ejército sino de tordas las fuerzas.

Mejía es visto como un general competente, que mezcla elementos de oficial tropero con uno respetuoso del mando civil y con habilidades para interactuar con el Ministerio de Defensa.