La reelección de Juan Manuel Santos fue financiada por muchas vías, que superan con creces los aportes que hasta ahora se han confirmado que provinieron de Odebrecht. Una de ellas, que por lo que confirmó La Silla puede rondar los 30 mil millones de pesos, vino de grandes empresas privadas y cacaos que donaron directamente a los partidos que avalaron a Santos.

Los tres partidos –La U, Cambio Radical y Partido Liberal- reportaron en 2014 más de 43 mil millones de pesos en ingresos por donaciones y se gastaron menos de 8 mil en campañas de sus candidatos al Congreso. En cambio, se fueron más de de 27.600 en propaganda (diferente a la de sus candidatos al Congreso), 24.500 en administración, y 9.500 en formación, apoyo a estructuras locales, mujeres y jóvenes y otros similares.

La lista de los donantes de Cambio Radical y el Partido Liberal (no hemos podido conseguir la lista de los de La U, pero un derecho de petición está en proceso en el Consejo Nacional Electoral) la encabezan grandes cacaos: el grupo Santo Domingo, el grupo Aval de Luis Carlos Sarmiento Angulo, el grupo Bolívar, Claro y la Organización Ardila Lülle.

Su importancia es tal que los 12 principales donantes (sin contar los del partido de Santos que aún no hemos podido revisar) pusieron más de 17 mil millones de pesos, que equivale a 3 de cada 4 pesos donados ese año a esos dos partidos, y el resto lo pusieron unos 150 donantes más. Mucha plata de pocas manos.

Estos grandes donantes dieron sus aportes por encima de la mesa a los partidos políticos de la coalición que avaló al Presidente y lo hicieron por solicitud o con la instrucción de la campaña santista.  La plata para los partidos la pidieron desde gerentes regionales de la campaña de Santos hasta Juan Mesa, Orlando Sardi y Roberto Prieto, por citar los que nos mencionaron. También lo hicieron jefes de los respectivos partidos que avalaron a Santos  e incluso el ahora Fiscal General, Néstor Humberto Martínez, ayudó a conseguir donaciones entre sus contactos de alto nivel para las colectividades que apoyaron a Santos.

“A los que querían aportar a la campaña se les pidió aportes a los partidos”, confirmó a La Silla Sergio Díaz-Granados, el entonces presidente del Partido de la U. “La mitad de los recursos los gastamos en reforzar el mensaje de paz, sin tener el nombre específico a favor del candidato”.

Este camino de financiar la campaña presidencial del 2014 por la puerta de los partidos que avalaron al candidato, si bien es legal, da para debatir si fue otro atajo usado por Santos para ganar en la medida en que los partidos políticos no tienen topes y tampoco la obligación de declarar cuánta de la plata que recogen se va en realidad a apoyar al candidato presidencial.

Además, por esta vía el Presidente-candidato le sacó el quite a la prohibición legal a las campañas de no recibir aportes de personas jurídicas, una norma que busca evitar que el poder económico tenga una influencia desproporcionada en las elecciones.

Según supo La Silla, el usar a los partidos para recoger esa cantidad de plata generó en su momento conversaciones entre los respectivos secretarios sobre si las actividades que ellos financiaban con líderes y la publicidad que asumieron debía ser reportada por la campaña o no. “Hay una zona gris”, dijo a La Silla el secretario de uno de los partidos. 

En todo caso, que ésto hubiera ocurrido deja por el piso el argumento de defensa tanto de Prieto como del Presidente de que la campaña de reelección se financió con “una cuenta cerrada” en la que los únicos ingresos fueron un crédito bancario y la plata del Estado.

 

Fui usuario y luego periodista de La Silla Vacía. Tras más de una década haciendo de todo en esta escuela de periodismo, de la que fui director editorial, me fui a ser lector y SuperAmigo. Ahora me desempeño como redactor jefe de El País América Colombia.