A mes y medio de las elecciones, es todavía una incógnita —cómo debe ser en una democracia— qué va a pasar el 29 de octubre. Salvo por un resultado: al Pacto Histórico le va a ir mal.  Ese resultado le hará más difícil al gobierno Petro sacar adelante sus reformas sin el Acuerdo Nacional del que ha hablado desde la campaña y que por ahora es un eslogan.

La razón por la que ya se puede anticipar que el Pacto Histórico sufrirá una gran derrota en los comicios regionales y locales es que no logró avalar candidatos viables, salvo Gustavo Bolívar en Bogotá, el académico Juan Diego Castrillón en Cauca y un puñado más en municipios más pequeños.

Esta ausencia de cuadros del Pacto Histórico es en parte el resultado del hundimiento de la reforma política en marzo, que le habría permitido a los congresistas renunciar justo a tiempo para lanzarse a alcaldías y gobernaciones.  De esta forma, el Pacto solucionaba el problema de que todos sus políticos reconocidos estaban en el gabinete o en el Congreso.

Como la reforma no avanzó, el Pacto Histórico se quedó sin candidatos viables para estas elecciones, salvo Gustavo Bolívar. 

El candidato a la Alcaldía de Bogotá se salvó porque, con la excusa de que no le alcanzaba el sueldo de más de 30 millones para pagar sus deudas, se retiró un año antes del Senado y evitó inhabilitarse.  En todo caso, por ahora las encuestas no lo favorecen. Y las posiciones radicales que energizan a su base petrista, rompen puentes para sumar el centro que necesitaría para ganar en segunda vuelta. 

La otra razón es la feria de personerías jurídicas a partidos políticos del CNE este año. La Fuerza de la Paz de Roy Barreras e Independientes, del alcalde Daniel Quintero, por ejemplo, pertenecen al Pacto pero con la capacidad de dar avales y el poder que implica prefirieron hacerlo por su cuenta. El primero avaló 242 listas al Concejo y el segundo 202.

Un golpe en los primeros escalones

A nivel de concejos y asambleas, el Pacto tampoco contará con mejor suerte. Este movimiento que tuvo un éxito sin precedentes en el Congreso, sólo presentó en coalición seis listas de candidatos a asambleas, 47 a concejos y 37 a las juntas de administradoras locales.  Estas listas cerradas se enfrentarán a 3893 candidatos a diputados, a 106 mil para concejales y a casi 16 mil para las JAL. Será una competencia dura para decir lo menos.

Como lo explica la profesora Rocío Rodríguez en Razón Pública , el Pacto Histórico no podía avalar listas de candidatos directamente porque no es un partido político. Entonces para cumplir con la directriz del movimiento, los 12 partidos que lo conforman tenían que ponerse de acuerdo para avalar las listas cerradas como quería el presidente Petro para consolidar su proyecto político.  Ese consenso fue imposible; cada vertiente quería los mejores puestos de la lista. Y el desorden, el centralismo y el nepotismo que primó en la entrega de los avales terminó por fracturar al Pacto.

Cada uno de los partidos terminó dando los avales por su lado, dividiendo su fuerza electoral.  Por ejemplo, el Mais avaló candidatos a 9 asambleas, 427 concejos y 127 JAL.

“Tenemos en estos momentos una situación donde varios partidos del Pacto se terminaron alejando de las candidaturas oficiales del Pacto. O sea, fueron Pacto en el momento de las elecciones nacionales, pero desisten de acompañar al Pacto en las elecciones regionales”, se quejó en una entrevista en Semana ayer David Racero, el ex presidente de la Cámara de Representantes del Pacto Histórico, avalado por Mais en 2022. “Nos quedamos en muchos departamentos y municipios sin listas a la Asamblea y al Concejo, que eso es un error interno del Pacto Histórico del cual todavía no hemos hablado las consecuencias”.

Las consecuencias son varias.

El impacto sobre la gobernabilidad

Conquistar los primeros escalones de la política electoral como son las juntas administradoras locales, los concejos y las asambleas, es el camino más seguro para apuntalar un proyecto político a largo plazo. Los ediles ayudan a elegir a concejales y los concejales ayudan a elegir alcaldes y estos y los gobernadores les hacen campaña a los congresistas que impulsan a los candidatos a la presidencia.

Como lo demostró el éxito electoral de Rodolfo Hernández y Petro en las últimas elecciones, a veces no sucede así. También es posible que los subsidios que repartirá el gobierno en los próximos tres años y los logros que pueda demostrar el presidente aseguren la permanencia del petrismo en el poder. Pero aún así, el Pacto Histórico perdió la oportunidad de crecer como partido en esta contienda más allá de Petro. En parte porque al presidente nunca le ha interesado tener un partido. Él cree en las multitudes. Y su prioridad, como se lo dijo en una reunión a Gustavo Bolívar, son sus reformas. No las elecciones. 

El problema es que el pobre resultado electoral del Pacto golpeará su capacidad para sacarlas adelante.

Las cuentas en el Congreso

Petro arrancó su mandato con 78 senadores oficialistas. Después de romper la coalición a principios de año y de que la U y los conservadores se salieran, quedó en esta legislatura con 53, uno menos de los que necesita para aprobar sus reformas.

Gonzalo Araújo, quien desde su firma de relacionamiento estratégico Orza le hace seguimiento al Congreso, cree que después de las elecciones de octubre la Alianza Verde y el Partido Liberal —que tienen varios candidatos fuertes– también se declararán en independencia. Si esto sucede, la coalición oficial se reduciría a la mitad.

“Hay un resurgimiento de pequeños partidos que avalaron a un montón de gente y que van a arrastrar votos importantes: el de Juan Fernando Cristo, el Nuevo Liberalismo, el de Andrés Pastrana. Esos pequeños partidos y los independientes se van a fortalecer y los va a alejar del gobierno nacional”, dice Araújo. “A partir de octubre los que ganan alcaldías o gobernaciones en coalición con el Pacto se quedan en la coalición de gobierno; los demás se salen”.

Como los partidos oficiales que pasen a la independencia pueden apostarle a unas cosas del gobierno y a otras no, la negociación de las reformas se vuelve más costosa para el gobierno. Y es que mientras en el gobierno Duque y los dos de Santos, el debate promedio de un proyecto de ley importante tomaba entre 60 y 75 días, la sola discusión de la reforma de la salud de Petro ya ha superado con creces los 150 días.

Además, como los partidos tradicionales recuperarán varias gobernaciones y alcaldías que quedaron en manos de candidatos alternativos en el 2019, su dependencia de la burocracia nacional será menor así como sus incentivos para respaldar incondicionalmente las reformas del presidente.

Las predicciones de Orza es que la reforma de la salud y la laboral pasan en plenaria de Cámara y en Senado todo se cae. Y que la pensional se aprueba con reglas estrictas para el manejo de la plata. “Si el gobierno no construye acuerdos con el Partido Conservador, la U y los liberales, no hay manera de que pasen”, dice Araújo. 

Otro lobista en el Congreso y un senador independiente tienen la misma lectura.  “Nadie tiene los votos hoy para pasar o hundir la reforma de la salud hoy”, dijo el primero, que ha vivido en primera fila toda la discusión sobre salud. Coincide con Araújo en que si bien tiene un chance de ser aprobada en la Cámara si se vota antes de las elecciones, en Senado se hunde el próximo semestre salvo que el gobierno esté dispuesto a conciliar en puntos fundamentales.

La paz total vs. Bukele

Estas elecciones crean otro incentivo para que el Presidente se suba al bus de “menos trinos, más diálogo”, como definió Velasco el Acuerdo Nacional del que ha hablado de manera vaga el presidente: la mayoría de los candidatos a alcaldías y gobernaciones están más cerca de Bukele que de la Paz Total.

Para elaborar el Tarjetón de estas elecciones, La Silla les ha preguntado por el presidente salvadoreño a más de 200 candidatos a alcaldías de ciudades capitales, gobernaciones y concejos.  En un rango de 1 a 10, Bukele saca en promedio 5,8.  Pero casi la mitad de los candidatos, 107, le ponen entre 7 y 10. En lugares clave para la paz total como Arauca –epicentro del poder del ELN– 7 de 13 candidatos a la Alcaldía le pusieron 10.  Lo que indica que Petro no logró imponer sus narrativas en estas elecciones, cuyo tema dominante volvió a ser la seguridad como a principios de siglo cuando llegó Álvaro Uribe al poder.

Si bien el presidente puede ejecutar su política de subsidios desde el nivel central y sin el concurso de los alcaldes, para implementar otras reformas como las de salud, educación y paz sí necesita que los mandatarios locales y regionales crean mínimamente en ellas.

El ministro del Interior Luis Fernando Velasco anunció ayer que ya había una hoja de ruta sobre el escritorio de Petro para propiciar ese gran diálogo que conduzca al ‘Acuerdo Nacional’, y que se haría después de elecciones.  Los resultados del Pacto serán su telón de fondo.

Soy la directora, fundadora y dueña mayoritaria de La Silla Vacía. Estudié derecho en la Universidad de los Andes y realicé una maestría en periodismo en la Universidad de Columbia en Nueva York. Trabajé como periodista en The Wall Street Journal Americas, El Tiempo y Semana y lideré la creación...