La nueva licitación del botadero Doña Juana tiene los ojos de mucha gente encima. Se especula si este contrato de 230 mil millones de pesos está hecho a la medida de las dos empresas que durante los últimos diez años han estado a cargo de la operación de este relleno sanitario.
 

 
Miriam Margot Martínez, la directora de la Uaesp, tiene en sus manos la licitación del relleno sanitario de Bogotá, de 230 mil millones de pesos.

Foto: Laura Rico. Fotomontaje: La Silla Vacía. Foto de Doña Juana: UAESP.

La nueva licitación del botadero Doña Juana tiene los ojos de mucha gente encima. Se especula si este contrato de 230 mil millones de pesos está hecho a la medida de las dos empresas que durante los últimos diez años han estado a cargo de la operación de este relleno sanitario.

La multinacional española Proactiva y la empresa Aguas de Bogotá, una empresa del distrito que lleva cinco meses encargada de Doña Juana, son las dos empresas señaladas por concejales de varios partidos de ser las únicas dos empresas que han operado en Colombia que cumplen con todos los requisitos exigidos en los pliegos de licitación. La discusión sobre los pliegos lleva cerca de cuatro meses, y las propuestas se recibirán hasta el 30 de abril.

Y la queja es que ni Proactiva ni Aguas de Bogotá han podido manejar adecuadamente los problemas ambientales que genera este botadero: olores, vectores, lixiviados, enfermedades, y contaminación del agua y subsuelo.

Proactiva, la multinacional española interesada en la actual licitación de Doña Juana, duró más de nueve años operando este botadero que existe en la zona sur de Bogotá, en la localidad de Ciudad Bolívar, desde 1988. El contrato original de Proactiva, firmado en 2000, era de cinco años, pero la Unidad Administrativa Especial Servicios Públicos (Uaesp) le prorrogó el contrato cuatro veces más a partir de 2005, sin abrir licitación.

En septiembre del año pasado, a raíz del escándalo generado por la prorrogas sin abrir el negocio a concurso, además de las multas por tareas incumplidas y daños ambientales que hoy suman cerca de 40 mil millones de pesos en contra de Proactiva, Samuel Moreno nombró a Myriam Margot Martínez como directora de la Uaesp.

Cuando ella entró al cargo, decidió realizar un contrato interadministrativo de 17 mil millones de pesos con Aguas de Bogotá, una filial de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá, de donde venía de trabajar esta funcionaria. Aguas de Bogotá no tenía mucha experiencia en el manejo de basuras y heredó maquinaria y personal de Proactiva.

“Aguas de Bogotá fue la única empresa que no nos pidió anticipo”, dijo Martínez a La Silla Vacía explicando que la gestión de la empresa ha sido buena. Hoy varios ex funcionarios de la Uaesp están investigados por las contrataciones (la prorroguitis) de Proactiva. (Ver noticia)

Ahora Martínez está a cargo de la nueva licitación y ha tenido que soportar las críticas. Martínez le insistió a La Silla Vacía que esta licitación será diferente a las anteriores donde sólo había un oferente. Dice que será participativa, transparente y otorgará el contrato a la empresa que, en promedio, ofrezca el mejor precio de trabajo, y no necesariamente el más barato. “El menor valor sólo puede cumplirlo el que haya trabajando en el relleno”, dijo.

Actualmente hay 12 empresas internacionales interesadas en Doña Juana, y cerca de ocho empresas colombianas. Pero mucha gente sospecha que el contrato ya tiene nombre.

Las críticas a la licitación
La licitación le exige a las empresas participantes haber manejado un relleno de cinco mil toneladas de basura diarias, por mínimo seis meses

Hoy el relleno sanitario Doña Juana necesita un gerente capaz de recibir 6 mil toneladas de basura diarias y capaz de operar entre 800 y 900 camiones al día. Además, alguien capaz de mejorar la planta y el manejo de los lixiviados, los líquidos tóxicos producidos por los residuos y que terminan contaminando el río Tunjuelito y el subsuelo.

Quien gane la licitación, recibirá 15 mil pesos por cada tonelada dispuesta en Doña Juana, y 2.700 pesos por los lixiviados que genere cada tonelada de residuos. Un negocio de más de 3 mil millones de pesos mensuales.

Quienes sospechan que esta millonaria licitación está hecha a la medida de Aguas de Bogotá y de Proactiva, se basan en dos argumentos principales: el capital y la experiencia exigida, dos requisitos que difícilmente cumple una empresa diferente a ellos.

El concejal del Polo Carlos Vicente de Roux ha criticado que la licitación les exige a los competidores tener una empresa de 32 mil millones de pesos de capital de trabajo, con 229 mil millones de patrimonio. Según él, muchas empresas buenas podrían quedarse por fuera de la licitación simplemente por esta cifra tan alta.

“Este es un negocio que se mantiene de tarifas”, dijo De Roux, explicando que las tarifas de aseo que pagamos los bogotanos en el recibo del agua, cubren los costos de operación de Doña Juana, dejan liquidez para los empresarios e inclusive dejan plata adicional para el Distrito.

Y las tarifas son tan altas, que hoy la Uaesp tiene más de 60 mil millones de pesos ahorrados en una bolsa general de aseo, que viene directamente de las contribuciones ciudadanas. Este ha sido otro punto criticado por el concejal de Roux, por el concejal Antonio Sanguino, y por el contralor distrital, Miguel Ángel Moralesrussi.

“La nueva licitación debe servir para bajar las tarifas”, dijo el Contralor a La Silla Vacía. “Esa plata deberían devolvérsela a los ciudadanos”. (Ver comunicado de la Contraloría)

La Directora de la Uaesp le dijo a La Silla que ese dinero de la bolsa general se usaba para campañas de reciclaje, inversión en tecnología y cultura del aseo. Sin embargo, el Contralor aún está esperando la carta de respuesta y justificación de la Uaesp sobre las tarifas de aseo que aumentaron desde 2001. La respuesta deberá llegar a su despacho la próxima semana. (Ver carta de la Contraloría Distrital a la Uaesp)

El otro punto sensible de la licitación tiene que ver con la experiencia exigida en el manejo de rellenos sanitarios gigantes, como Doña Juana. La licitación le exige a las empresas participantes haber manejado un relleno de cinco mil toneladas de basura diarias, por mínimo seis meses.

Si bien este criterio favorece a empresarios que hayan operado grandes rellenos, no garantiza que lo hayan hecho bien. Visto así, Proactiva o Aguas de Bogotá estarían facultadas formalmente, a pesar de las multas y críticas administrativas y ambientales que tienen en su contra.

Martínez asegura que el criterio de seis meses de experiencia que rige la licitación lo dio un equipo técnico de la Uaesp. Sin embargo, para los concejales y para el Contralor es sospechoso que Aguas de Bogotá, el actual operador, termine su contrato actual con seis meses de experiencia; hecho que le daría una posición dominante aún más clara frente a otros competidores.

En los prepliegos de la licitación, la Uaesp no exigía años de experiencia manejando un relleno sanitario de estas dimensiones y el único criterio era que hubieran manejado grandes volúmenes de basuras (seis mil toneladas diarias). Es decir, hubo un giro de lo cuantitativo a lo cualitativo, pero el aumento de cero a seis meses sigue siendo polémico por los retos operativos que representa manejar un relleno con tanta basuras y con tantos problemas. Seis meses de experiencia manejando rellenos sanitarios parece poco tiempo en la hoja de vida de una empresa y no garantiza la calidad del operador.

Además de los términos de la licitación que podrían favorecer a Proactiva o a Aguas de Bogotá, permanece la preocupación sobre la conveniencia ambiental y económica de Doña Juana en Bogotá.
 

El problema real es ambiental 

El manejo de basuras a través de rellenos sanitarios del calibre de Doña Juana es una estrategia desorganizada, poco productiva y pasada de moda, según el ingeniero experto en reciclaje, Ernesto Rozo.

En Bogotá la basura no se separa, ni se reutiliza, ni se transforma en energía. Mientras que en Europa se han puesto en marcha políticas de basura cero, donde todo es posiblemente reutilizable o prensado y convertido en energía, en Colombia seguimos con el modelo antiguo. Un modelo que es un desastre ambiental.

Las campañas de reciclaje del distrito han fracasado entre los ciudadanos que aún no saben cómo separar su basuras. Pero más importante aún, la estrategia del manejo del aseo ha fracasado porque los contratistas que recogen la basura de las seis zonas de Bogotá, no han cumplido con sus rutas de reciclaje, ni tienen a dónde llevar el vidrio, cartón, o plástico que se puede transformar.

El transporte, barrido y limpieza de residuos es la próxima licitación que deberá dar la Uaesp este año. Mucho se rumora ya sobre las empresas que podrán competir ahí y sobre las rutas del reciclaje que se han cobrado en la tarifa de aseo, a pesar de no ser efectivas. La Silla Vacía le seguirá la pista a este tema también.

Actualmente trabajo como activista global de Avaaz.org abriendo ventanas para cambiar el mundo que tenemos, por el mundo de tolerancia, respeto y libertad que la mayoría queremos tener desde cualquier rincón del mundo. Trabajé como periodista y reportera gráfica en La Silla Vacía....