Manuel Nule Velilla es el segundo hijo del político liberal costeño Miguel Nule Amín, quien fue gobernador de Sucre y concejal de Barranquilla. Nule Amín fue investigado por parapolítica y salió del país, y hasta el momento no ha regresado.

Manuel Nule Velilla nació en Tolú, Sucre en 1969. Se graduó de bachiller en Barranquilla y estudió ingeniería civil en la Universidad de Los Andes, en Bogotá. Cuando aún estaba en la universidad empezó a trabajar con su hermano Miguel. Se hicieron socios, junto con su primo Guido Nule, y empezaron a trabajar como contratistas de orbas públicas en la costa.

En 1998 llegaron a Bogotá, donde consiguieron contratos de obras en parques, andenes, puentes peatonales y una ciclorruta. Poco después obtuvieron un contrato mucho más grande con Gas Natural para construir redes de gas domiciliario y luego obtuvieron una concesión para administrar la red del acueducto en parte de la ciudad. Luego vinieron la doble calzada Bogotá-Girardot, la administración del acueducto de Cúcuta, la troncal de Transmilenio por la Calle 26 y la reparación de parte de la malla vial de Bogotá, entre otras obras.

El crecimiento de sus negocios, con una cantidad creciente de obras públicas y una gran ambición, llevó a que Semana los llamara los ‘Nuevos cacaos’ y a ser conocidos como el Grupo Nule. Compraron, junto con Vergel y Castellanos, la mitad de Enertolima. Incluso crearon una empresa holding, IGK Infrastructure, para mostrar una sólida imagen institucional, especialmente en sus negocios en el exterior. Pero sus problemas de liquidez dieron al traste con estos ambiciosos planes. En el 2010 perdieron el control de sus empresas y terminaron investigados por los organismos de control.

Manuel Nule siempre fue el más silencioso, el menos pantallero y el de temperamento más tranquilo de los tres. Su perfil parecía ser el más técnico de los tres. Hasta ahora, su silencio frente al escándalo mediático parece confirmar este rasgo. Pero si la Fiscalía acepta cobijarlo con el principio de oportunidad, quizás la opinión pública tenga la ocasión de oírlo hablar sobre sus contactos.

En abril de 2011 regresó al país junto con sus primos Miguel y Manuel. Desde entonces han estado recluidos, primero en el búnker de la Fiscalía y luego en La Picota, mientras avanzan los procesos penales en su contra y negocian con la fiscalía la obtención de beneficios a cambio de la delación de otras personas que participaron del llamado ‘Cartel de la Contratación’.

El 15 de diciembre de 2011, Miguel, Manuel y Guido Nule fueron condenados por peculado, uno de los cinco delitos por los que los acusó la Fiscalía. Aunque la sentencia fue de 15 años, sólo pagarán la mitad porque aceptaron el cargo. Específicamente, la condena es por irregularidades en tres contratos: uno de 2007 en el cual se manejaron irregularmente 45 mil millones de pesos, uno de 2008 en el que la cifra fue de 18 mil millones, y otro del mismo año en el cual se desviaron fondos por una suma de 4 mil millones.

Luego de que la defensa lo solicito, el 22 de marzo de 2012 se conoció que la Fiscalía iba a solicitar el principio de oportunidad para los Nule, lo que significa que se suspendería la acción penal por los otros cuatro delitos pendientes que se les imputan. Sin embargo, en mayo de ese año la Fiscalía retiró el principio de oportunidad al considerar que los testimonios de los Nule no eran reveladores.

Esto llevó a que el juicio continuara. En el 2013 la Fiscalía embargó bienes de los Nule valorados en 7 mil millones de pesos en Bogotá, Bolívar y Sucre y en el 2014 los Nule se declararon culpables de los cuatro delitos que faltaban, por lo que les cayó una nueva pena de 8 años de prisión, 96 meses de prohibición para ejercer actividades públicas y una multa de 610 salarios mínimos del momento.

Además, en el 2017 la Corte Suprema de Justicia le elevó la pena a 19 años y 5 meses de prisión, por considerar que no se podía aplicar una rebaja de pena cuando los condenados no habían devuelto al menos la mitad de los recursos perdidos. Ese saldo faltante de recursos fue lo que motivó que, en julio del 2018, la Fiscalía ocupara dos apartamentos de los hermanos Nule en Estados Unidos, valorados en aproximadamente 2 millones de dólares del momento.