Crédito imagen Freepik https://bit.ly/41ghLxJ

Desde el año 2006, cada tres años se lleva a cabo Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (Pisa), que mide la capacidad de los jóvenes de 15 años para enfrentarse a los retos de la vida real mediante el uso de sus habilidades y conocimientos en ciencias, matemáticas y lectura.

Para el caso de Colombia, el último informe de las pruebas Pisa (2018) muestra que los estudiantes obtuvieron un rendimiento menor que el promedio de los países de la Ocde en matemáticas (391 vs 489), ciencias (413 vs 489) y lectura (412 vs 487).

En esta evaluación se evidenció también que en el área de lectura, el rendimiento del país para el año 2018, fue menor al puntaje obtenido en 2015, no obstante, el análisis comparativo el periodo comprendido entre 2006 y 2018 muestra que el rendimiento promedio ha mejorado en todas las materias.

Para cerrar la brecha en todas las áreas de las pruebas Pisa en comparación con los países de la Ocde, se hace necesario que los estudiantes desarrollen competencias que favorezcan la innovación, el desarrollo tecnológico y la productividad.

En este contexto, las exigencias para los profesores se hacen cada vez más complejas, surgiendo interrogantes como ¿cuál es el perfil que requieren tener los profesores para contribuir a estos propósitos? ¿Cuáles son las competencias requeridas, para atender los retos de la industria 4.0?

Dado que los profesores se constituyen en uno de los principales factores para la efectividad del aprendizaje y el bienestar de los estudiantes, resulta importante entender las competencias que debemos desarrollar quienes nos dedicamos al proceso de enseñanza-aprendizaje en los diferentes niveles de educación.

Lo anterior agravado por pandemia derivada del Covid-19, donde los profesores no solo debemos desarrollar en nuestros estudiantes el pensamiento creativo y la capacidad para solucionar problemas a través de un esquema de facilitación, sino que además debemos desarrollar habilidades para generar apoyo psicosocial al igual que ser capaces de autoregularnos y proporcionarnos bienestar.

Hoy más que nunca se sabe que las estrategias de enseñanza basadas en el aprendizaje experiencial, como el aula invertida, las aulas colaborativas, el aprendizaje basado en retos, el aprendizaje servicio y el aprendizaje basado en problemas resultan del todo interesantes de cara a la industria 4.0.

Y en este contexto, se hace necesario que los profesores adoptemos también nuevos mecanismos para desarrollar el proceso de enseñanza y aprendizaje, por ejemplo:

entender que la formación es una responsabilidad compartida entre los diferentes actores del sistema educativo;

  1. que debemos valorar no solo el resultado que obtiene el estudiante sino también el proceso
  2. que el desarrollo de la enseñanza-aprendizaje no corresponde a un proceso lineal 
  3. que debemos emplear diferentes formas de evaluación de acuerdo con los propósitos (variados) que tiene el proceso de enseñanza.

Finalmente, en mayor o menor proporción, todas las instituciones de educación y en especial aquellas de educación superior, están enfocadas a asegurar el desarrollo de competencias para industria 4.0, pero esto no será posible si no se crea una política pública en Colombia, dirigida al cuerpo profesoral que favorezca el desarrollo de competencias para la enseñanza en modo 4.0. Ahí tenemos grandes desafíos que cada institución en solitario, no logrará superar.

Nota final: En el año 2022 se llevó a cabo la aplicación de las pruebas Pisa y las expectativas de mejora no son altas debido a los efectos de la pandemia de la Covid19. ¡Debemos estar preparados!

Me pueden conectar o contactar en Merlin Patricia Grueso Hinestroza, consiliaria y profesora Universidad del Rosario.