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Las Comunidades Regionales de Aprendizaje (CRA) son espacios para el desarrollo de competencias donde se desarrollan actividades colaborativas con el fin de promover profundas transformaciones sociales.

Tradicionalmente, las Comunidades de Aprendizaje (CA) se han creado en contextos escolares, adoptando formas como las Faculty Learning Communities (FLC) y Student Learning Communities (SLC). 

Pero recientemente se han venido creando CRA en las que participan activamente diferentes grupos de interés como empresas, fundaciones y entidades públicas, traspasando los límites físicos de las instituciones educativas, adoptando un enfoque territorial y contribuyendo así a la superación de problemáticas sociales.

En la literatura científica han sido escasamente documentadas las iniciativas de creación y funcionamiento de CA donde se involucran actores distintos a los estudiantes o profesores. 

Y menos aún se han desarrollado iniciativas desde un enfoque regional, en las que participan actores sociales relevantes, como son las Escuelas de Negocios, para contribuir en la consecución de uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que más desafíos supone para la Agenda 2030: El ODS 10 “Reducción de las Desigualdades”.

Con este reto en mente, un grupo de Escuelas de Negocios de tres universidades de Colombia -Universidad del Rosario, Universidad Pontificia Bolivariana Seccional Palmira y Corporación Universitaria Empresarial Alexander Von Humboldt-, una universidad de Ecuador -Universidad de Especialidades del Espíritu Santo-, junto con la Fundación EQLab, también de Ecuador, emprendimos el camino de constituir una Comunidad Regional de Aprendizaje CRA en torno al ODS 10. 

Todo con el fin de reflexionar sobre estrategias innovadoras alrededor de la docencia, la investigación y la extensión, para favorecer el desarrollo sostenible¹.

El trabajo por desarrollar suponía, en primer lugar, que los miembros del equipo de trabajo desarrolláramos una serie de habilidades alrededor de los principios del aprendizaje dialógico, elemento central de las CA, y posteriormente diseñáramos una metodología para la creación de una CRA alrededor del ODS escogido. 

Todo lo anterior cobraba sentido, especialmente cuando el planeta enfrentaba la pandemia del Covid 19 y en Latinoamérica se exacerbaban las desigualdades.

Como resultado del anterior ejercicio, logramos aprendizajes sobre diez asuntos, que se describen a continuación: 

  1. La creación y consolidación de una CRA contribuye a la creación de sinergias con otros grupos de interés, como pueden ser empresas, sociedad civil y miembros del gobierno, que estén dispuestos a discutir ideas sobre la enseñanza y aprendizaje, para contribuir al intercambio de conocimiento y la transformación social.
  2. Una CRA en su operación demanda el involucramiento de individuos, grupos sociales e instituciones para las transformaciones requeridas.
  3. La participación real y efectiva de diferentes actores y grupos de interés es un elemento clave para el éxito en la construcción y operación de una CRA. La interacción y comunicación entre los diferentes participantes de la CRA marcan una diferencia importante en el proceso de aprendizaje.
  4. Un factor de riqueza para una CRA es la diversidad y heterogeneidad de los participantes. Si bien en algunos momentos del proceso se puede llegar a pensar que distintas personas, con diferentes formaciones, diferentes perspectivas y variados abordajes académicos e investigativos pueden suponer un problema, a la larga se convierten en un valioso activo para el equipo de trabajo.
  5. El aprendizaje que se adquiere en otros espacios como el hogar y el trabajo es tan relevante como los aprendizajes que se adquieren en contextos formales, como las instituciones de educación.
  6. En la adquisición de competencias alrededor de la CRA resulta pertinente emplear estrategias como el aprendizaje basado en retos, el aprendizaje basado en problemas y el aprendizaje inquisitivo.
  7. La capacidad de liderazgo, inquietud intelectual, honestidad, respeto de las diferencias y disposición para aprender, son competencias necesarias para avanzar en la construcción y consolidación de una CRA. De igual forma, contar con una mentalidad abierta y creativa para enfrentar retos relacionados con los problemas de desigualdad y pobreza.
  8. Es necesario que los participantes de una CRA cuenten con un interés genuino y que tengan o desarrollen la capacidad para concebir y ejecutar proyectos que contribuyan al desarrollo sostenible y la reducción de las desigualdades.
  9. En el contexto de una CRA se deben crear espacios de relacionamiento seguros, a través de los cuales se genere un ambiente propicio para aprender, relacionarse y crecer con libertad, de tal modo que el aprendizaje esté al alcance de todos los participantes.
  10. Es importante visibilizar los avances alcanzados con comunidades y otros actores dedicados al estudio y resolución de los temas sobre pobreza y desigualdad.

Además de las lecciones aprendidas, entendimos también que avanzar en iniciativas de este tipo también supone desafíos, como la consolidación de una masa crítica de personas que estén dispuestas a participar de manera activa y desarrollar las competencias necesarias. 

Otro desafío que se vislumbra es la superación de la resistencia al cambio, y la disposición para desaprender prácticas que no son consistentes con las demandas del contexto sociocultural actual.

¹Este proyecto recibió financiación a través de la Convocatoria de proyectos 2020 ‘Reconfigurando la Educación Internacional’ alianza entre el Instituto Colombiano de Crédito Educativo y Estudios Técnicos en el Exterior Mariano Ospina Pérez (Icetex), la Asociación Colombiana de Universidades (Ascun), la Red Colombiana para la Internacionalización de la Educación Superior (RCI) y las universidades participantes.