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En diferentes espacios hemos escuchado decir que la educación tiene valor social, pues es una poderosa herramienta para el fortalecimiento de la democracia, la disminución de las desigualdades sociales y económicas y en definitiva, para la transformación. Y de esto no hay lugar a dudas.

Sin embargo, los rápidos cambios que han ocurrido en las sociedades durante los últimos años, debido a factores políticos, culturales y económicos, han desdibujado de alguna manera esta premisa configurando nuevos imaginarios alrededor de la educación.

La educación en Colombia es reconocida como un servicio público que tiene una función social. Los avances en esta materia son indiscutibles, aunque aún con oportunidades de mejora. Cuando analizamos las Instituciones de Educación Superior (IES) los resultados alcanzados son también significativos. Algo muy relevante es que estas instituciones, pese a todas las turbulencias sociales que se han afrontado en los últimos años, continúan gozando de credibilidad entre los jóvenes.

En el conjunto de estudios que ha venido adelantando el Centro de Diálogos de la Universidad del Rosario, junto con aliados como la Casa Editorial El Tiempo, la Fundación Hans Seidel y Cifras y Conceptos, observamos, para la versión 2022-2 de la encuesta, que entre los jóvenes encuestados, las universidades públicas (67%) y las universidades privadas (50%), se encuentran en el top tres de las instituciones en las que más confían los jóvenes en Colombia.

Los resultados de este estudio, donde se analiza la confianza de los jóvenes hacia las universidades en Colombia, podrían ser explicados a la luz del papel que tiene esta institución ante la sociedad, que no solamente se entiende desde la impartición de una educación de calidad, el desarrollo de investigación pertinente o de la proyección social, sino que en el sentido más amplio.

En efecto, se percibe que las universidades aportan a la resolución de los grandes desafíos sociales, trabajan por la disminución de las desigualdades, contribuyen al fortalecimiento de la democracia y aportan a la transformación social.

Los resultados obtenidos en Colombia se encuentran muy cercanos a otros estudios que se han adelantado diversos lugares del mundo, donde la confianza en las IES, desde los diferentes grupos de interés, se constituye como un asunto desafiante que debe seguirse estudiando, profundizando y comprendiendo, con el fin de alinear las necesidades y expectativas de todos sus grupos de interés y encontrar formas innovadoras para avanzar en la construcción de una sociedad próspera, justa y equitativa.

Una de las grandes responsabilidades que tiene la universidad desde su función misional, es atender las demandas propias de cada país. Pero no debemos olvidar que la Agenda 2030, que establece la hoja de ruta para los países miembro de Naciones Unidas, también ha delegado en la universidad un rol preponderante para avanzar en el cumplimiento de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible y sus 169 metas “para no dejar a nadie atrás”. Tenemos entonces un doble desafío.

Tampoco debemos olvidar que situaciones disruptivas, como la pandemia de la Covid19, ponen en jaque a las sociedades y a las universidades. Quedaron grandes enseñanzas en diferentes sentidos y también grandes retos.

Somos conscientes de la necesidad de trabajar sobre la pobreza en el aprendizaje, situación que se agudizó con la pandemia y también de la necesidad de poner en marcha estrategias que ayuden (especialmente a los jóvenes) a adquirir las competencias digitales, técnicas, cognitivas y socioemocionales que necesitan para ser prósperos en el mundo actual.

También debemos seguir trabajando en la construcción de un sistema de educación eficaz, con el fin de desarrollar el capital humano necesario para poner fin a la pobreza y aportar en la consecución de las metas de la Agenda 2030.

Finalmente, la universidad deberá prepararse para ser más resiliente, equitativa y de mejor calidad e incorporar de manera sistemática y oportuna mecanismos que le permitan medir de manera objetiva sus contribuciones al desarrollo social local, con perspectiva global desde la agenda de desarrollo sostenible.

Me pueden conectar o contactar en Merlin Patricia Grueso Hinestroza, consiliaria y profesora Universidad del Rosario.