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El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales -IDEAM- ha alertado que la posibilidad de generación de incendios en el país se ha elevado en un 300%.
Según la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres -UNGRD-, en los primeros 15 días de este año, se registraron más de 143 incendios forestales, que acabaron más 2.131 hectáreas de bosques.
Una tragedia ambiental que se traduce en la destrucción de ecosistemas con un valor incalculable en materia ambiental, agrícola y como hábitat de miles de especies.
Hoy existe según el IDEAM un riesgo constante en el 80% del territorio nacional, y en un 45% de los municipios del país se estima que hay alerta roja por la posible ocurrencia de incendios forestales.
Sin duda la temporada seca que se suele presentar en esta época del año, sumada a que el fenómeno del niño está agudizándose, son los principales responsables del aumento de las temperaturas en el país.
Los niveles de riesgo no solo aumentan en materia de incendios forestales. También en cuanto a las afectaciones a la salud, a la disponibilidad de agua para el consumo, la producción y generación de energía, se deteriora el aire y el sustento vital de miles de especies de la fauna silvestre.
Es el momento para que las unidades y los sistemas de gestión del riesgo en los municipios y departamentos eleven sus alertas y busquen la forma más ágil y efectiva de mitigar estos riesgos, disminuir las amenazas y atender las contingencias que están presentándose a diario en el Colombia.
En esta misma línea, urge que los gobiernos fomenten campañas ciudadanas para disminuir las malas prácticas humanas que según el experto ambiental y docente español Richar Miralles provocan hasta un 90% de estos incendios.
La prevención, la preparación y los cambios de hábitos son la única forma de conseguir que estos aumentos de la temperatura no resulten siendo desastrosos, pues cada vez serán más frecuentes e intensas las olas de calor que se presentarán a causa de la crisis ambiental.
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