Federico Gutiérrez, alcalde de Medellín. Foto: Cortesía

Ni en el Concejo ni en el piso 12 de la Alpujarra proyectaron que la reelección de un simple personero iba a convertirse en la primera sin salida del gobierno de Federico Gutiérrez en Medellín. El trámite, que hoy tiene a un servidor señalado de posible enriquecimiento en el cargo y de la supuesta obtención de contratos a cambio de burocracia en la entidad, ha puesto a rendir cuentas a los concejales de la cuerda de “Fico”, que lo calificaron con todas las estrellas en un concurso de méritos aún en curso. Y podría convertirse, rápidamente, en una papa caliente para Gutiérrez, quien regresó a la Alcaldía cabalgando el discurso anticorrupción, con un dedo señalador sobre su antecesor, Daniel Quintero. 

Justo este lunes, Andrés Tobón, presidente de la mesa directiva del Concejo y líder de la bancada de Creemos (el partido del alcalde), trató de apaciguar las aguas. “El cargo de personero no obedece a una votación del Concejo, sino a un  proceso de méritos que recibimos en el 90%”, dijo Tobón, rodeado por cinco de sus seis compañeros de bancada, en medio de una rueda de prensa exprés convocada a las afueras del Concejo. “La entrevista realizada, en la que fueron evaluadas tres preguntas, solo es un 10% del total”. 

La escena tan solo anticipa el matiz que ha tomado este asunto en la ciudad. Porque el sábado, dos días antes del pronunciamiento de Tobón, fue el expresidente Álvaro Uribe quien se metió de lleno a la discusión. Desde su casa en Rionegro, tras una reunión con los cinco concejales del Centro Democrático (CD), la bancada reculó de su honorífica calificación al actual personero, William Yeffer Vivas, y prometió no apoyar su reelección. “Propondremos un nuevo concurso y también examinaremos  la objeción de conciencia”, expresaron. 

Lo cierto, según dos fuentes que conversaron con La Silla, y que pidieron la reserva de sus nombres para no crispar los ánimos al interior de Creemos y del CD, es que este enredo luce como un intento fallido de la nueva administración para tener personero de bolsillo, el mismo que ejerció en la Alcaldía de Quintero. 

“La orden de calificarlo bien vino de arriba”

La elección del personero de Medellín, servidor que no solo vela por los derechos humanos sino que también llama al orden disciplinario a los funcionarios que rodean al alcalde, está a cargo del Politécnico Gran Colombiano. El proceso, en enero pasado, sumaba dos meses de retraso por cuenta de un hackeo que resultó en la filtración del examen obligado por el concurso de méritos. Y, además, ha sido objeto de múltiples ruidos por la modificación a las calificaciones obtenidas por algunos candidatos, entre ellos, la del personero titular, quien ha hecho varias reclamaciones.  

El concurso, como han dicho desde Creemos y el CD, despegó en la Alcaldía pasada y ajustaba el 90% de sus etapas cuando esta asumió. La cosa es que la entrevista del 10%, a cargo de los nuevos concejales, estaba lejos de ser un canto a la bandera y podía darle un golpe al tablero de elegibles. Los resultados preliminares de las pruebas técnicas ubicaron a Vivas como el líder del pelotón (con 80 puntos), pero muy cerca quedaron dos candidatos, con 76 y 74 puntos. La calificación extra de la entrevista podía, sino beneficiar al tercero, apretar aún más la elección entre los dos primeros. 

Comunicado de la bancada de Creemos, el partido de Federico Gutiérrez, en el Concejo de Medellín.
Salida del expresidente Álvaro Uribe, en compañía de su bancada, a recular apoyo a reelección de personero.

Lo curioso es que Vivas cosechó en su entrevista una calificación no inferior a los 8 puntos sobre 10 por parte de los concejales de Creemos y del CD, quienes fueron duros críticos de su gestión durante el cuatrienio pasado (incluso algunos lo evaluaron sobre 9). Y, como si fuera poco, otros tres concejales le dieron un puntaje perfecto al actual personero. Fueron los casos de Miguel Ángel Iguarán y Juan Ramón Jiménez (montados en la coalición oficialista), y de Farley Macías (independiente que hasta ahora ha acompañado las iniciativas de Gutiérrez). 

El que menos puntos le dio a Vivas, con una calificación de 6, fue el concejal José Luis Marín, del Pacto Histórico y en oposición a Gutiérrez. “En ese porcentaje de la entrevista se iba a definir quién ganaba. Y además hay un patrón: Creemos y el CD votaron muy alto a Vivas, pero rajaron a los que estaban cerquita del pelotón. Hasta ahora se han puesto de acuerdo los mismo concejales, y esto luce como una evaluación en coalición”, asegura el concejal opositor. 

Puntuaciones de los concejales al actual personero durante la entrevista con la que busca su reelección. Fuente: Politécnico Gran Colombiano

Marín no se equivoca en su apreciación, según las dos fuentes cercanas a Creemos y al CD que hablaron con La Silla. “Tobón pasó puesto por puesto en el Concejo, diciendo que el personero que ‘Fico’ quería era Vivas, que esa era la orden que venía de arriba”, dice una de las fuentes. Y la otra agrega: “Incluso los concejales del CD, en el encuentro que tuvieron con Uribe en su casa, tuvieron que confirmar esta versión porque la información ya había llegado a oídos del expresidente”.

Pese a esto, y a que las mismas fuentes confirman que varios concejales ya estaban patinando puestos para sus equipos en la Personería (un fortín burocrático con cerca de 300 cargos, entre servidores de libre nombramiento y contratistas), Tobón niega cualquier tipo de negociación. “Este proceso está reglado por un concurso de méritos. Y, como no hay votación, es decir, Creemos no podría apoyar a un candidato o a otro, no se puede concluir que haya una lectura política frente a este tema”, le dice a La Silla.

Federico Gutiérrez, alcalde de Medellín, en compañía de los concejales de Creemos, su partido. Foto: Cortesía

La “suerte” que abraza a un personero cuestionado 

A Vivas no solo se le cuestiona por su control exiguo a la administración del exalcalde Quintero, sino que también se le señala de supuesto enriquecimiento a expensas del cargo, entrega de puestos en la Personería a cambio de contratos para su compañera sentimental en otras regiones del país, y del despilfarro de viáticos públicos con los que financió correrías en comisión por países de Europa, Norteamérica y Sudamérica (incluido Argentina, donde cursa estudios de doctorado). 

El periódico El Colombiano denunció justo esta semana que Vivas asumió su cargo (en 2020) con un patrimonio bruto de $120 millones. Ahora, cuando busca reelegirse, al servidor le piden cuentas por las cuatro propiedades que aparecen a nombre suyo y de su pareja, Mayra Vivianne Vargas, además de las dos lujosas camionetas en las que se transportan, que superan cada una los $300 millones. 

Lo que dice el personero, en conversación con La Silla, es que lo que creció en este tiempo fue su capacidad de endeudamiento y no su patrimonio. Sentado en su despacho, con computador a bordo, comparte soportes de préstamos y compras, escrituras e incluso planos de propiedades con los que respalda su versión. “Los carros, los debemos, estamos endeudados. Y las propiedades son resultado del divorcio con mi anterior esposa y de la separación de mi actual pareja, que también viene de otra relación”, sostiene. 

El personero, sin embargo, no comparte los soportes de su defensa para este artículo y alega que, por recomendación de sus abogados, lo hará más adelante. Afirma que esto hace parte de una “narrativa” para desprestigiarlo, porque en su período fueron 190 los procesos de investigación en contra de Quintero que asumió la Procuraduría, órgano que tiene derecho de preferencia sobre estos temas. “La ley 1952 les quitó dientes a las personerías, entonces la Procuraduría vino y nos quitó los casos de corrupción más sonados”, dice Vivas. 

William Yeffer Vivas (en la mitad) asumió como personero de Medellín, en 2020, tras una elección que también fue polémica. Foto: Cortesía

El frente que aún es fangoso es el del supuesto intercambio de puestos en la Personería de Medellín en favor de contratos para Vargas, la pareja del personero. En los últimos tres años, Vargas contrató en 17 ocasiones, e incluso en paralelo, con entidades como la Personería de Cali, el Congreso, la Gobernación de Antioquia, la Personería de Bogotá y la Alcaldía de Barbosa, un municipio del norte de Antioquia. El total de esos contratos, según reportó El Colombiano, asciende a los $600 millones. 

El personero no le hace el quite a esta lista y sostiene que todo se debe a las conexiones y capacidades de su pareja, una bibliotecóloga con estudios en formulación de proyectos y administración pública. Pero lo cierto es que una fuente cercana a Vivas, que pidió la reserva por temor a perder su trabajo, le confirmó a La Silla que sí hubo un intercambio de favores.

El proceso tiene que ver con un paquete de contratos por $275 millones que firmó Vargas con la Personería de Cali. A cambio, Vivas le habría dado trabajo a un hombre mayor de 80 años, con residencia en la capital del Valle, cosa que enreda el cumplimiento de funciones presenciales y siembra dudas por la posible existencia de “corbatas” en la entidad. “Ese intercambio se cuadró, y aunque el personero era consciente de que no se veía bien, no vio nada ilegal”, dice la fuente. 

Y es que al alcalde Gutiérrez incluso lo señalan de haberse sentado con Luis Enrique Abadía, director de despacho en la Contraloría General de la República, con el fin de pactar la reelección de Vivas. El personero confirma que es amigo de Abadía, que estudiaron y trabajaron juntos en Quibdó, pero desmiente cualquier encuentro en su favor.

Lo propio hace Nicolás Ríos, secretario de Gobierno y mano derecha de Gutiérrez, quien dice que el alcalde se ha mantenido al margen en la elección. “Esto no funciona así. El Concejo es autónomo en sus decisiones y nosotros tenemos claro que no debemos interferir en lo que no nos corresponde. Ahí no tenemos participación”, asegura Ríos. 

Para echar para atrás la elección de Vivas, el oficialismo en Medellín tiene pocas opciones. Una puerta es azuzar una rectificación en la calificación de la entrevista a los candidatos, ítem que parecía nimio y que ahora soporta la credibilidad del nuevo gobierno. Y la otra es que el actual personero se baje de su aspiración, alternativa que tomó fuerza justo en la noche de este martes. Pero el reloj (la elección debe estar lista el 16 de febrero) e incluso la ley (el proceso podría viciarse) lucen en contra. 

Lo cierto es que Vivas ha sido un servidor con suerte. Él mismo lo reconoce, luego de ser el único aspirante en ganar el concurso que lo llevó a convertirse en personero en 2020. 

—No sé si fue suerte, pero gané el examen —sostiene— . Y lo otro es que yo no fui el personero de Quintero, porque a mí me eligieron cuando estaba “Fico” (2016-2019). 

—Entonces, ¿es el de “Fico”?

Vivas sonríe.

—Más fácil, pero tampoco.

Periodista y casi politólogo. Trabajé en El Colombiano y con una crónica gané el premio Simón Bolívar en 2023. Ahora soy el corresponsal de La Silla Vacía en Antioquia. Escríbame al correo ehenao@lasillavacia.com