Alcalde Carlos Fernando Galán y gerente del Acueducto de Bogotá, Natasha Avendaño, en rueda de prensa sobre cortes de agua. Foto: Alcaldía.
Alcalde Carlos Fernando Galán y gerente del Acueducto de Bogotá, Natasha Avendaño, en rueda de prensa sobre cortes de agua. Foto: Alcaldía.

Desde el jueves, a las 8 de la mañana, un sector compuesto por 10 localidades y 286 barrios de la capital será el primero en experimentar el racionamiento de agua de 24 horas. La apuesta de la Alcaldía es cortar el chorro en Bogotá y municipios cercanos por sectores que van alternando. Es el primer racionamiento de agua desde, por lo menos, un decreto de 1984.

La medida es una respuesta a los bajísimos niveles de agua que tienen los embalses que hacen parte de los sistemas del Acueducto de Bogotá, el que provee agua para cerca de 10 millones de personas en Bogotá y sus alrededores. La causa es el fenómeno del Niño, y el crecimiento de la demanda de agua en Bogotá por el crecimiento de la población y una planeación insuficiente para atenderla. 

¿Por qué importa?

No es la primera vez que los cambios del clima se imponen en la gestión del alcalde. En menos de 100 días que lleva gobernando, primero los incendios de los cerros, y ahora la falta de agua se han impuesto como crisis que exigen acciones inmediatas. 

La escasez de agua, además, no se apagará con un aguacero. Al justificar la medida extrema del racionamiento, que afectará a los ciudadanos con cortes cada 10 días, Carlos Fernando Galán afirmó que se trata de evitar la escasez que se prevé podría volver en 2025, ante embalses que están en su punto más bajo en 20 años. La medida anunciada hoy no tiene una fecha límite, podría durar semanas o meses, y la Alcaldía solo ha dicho que se evaluará cada 15 días. Es decir, se trata de un problema de mediano plazo.  

Esta crisis ambiental se impone como el ítem principal en la agenda política de Galán, sobre otros temas que eran más prioritarios en su plan de gobierno: seguridad, movilidad y seguridad alimentaria. Lo llevan a un terreno donde la izquierda, y el gobierno de Gustavo Petro, han sido más activos y propositivos. En ese escenario, se prevé que se hagan más agudos los choques sobre las visiones de ciudad, por ejemplo, la expansión urbana de Bogotá hacia el norte y la organización territorial alrededor del agua.

Esas tensiones tendrán su aterrizaje más inmediato en las discusiones del plan de desarrollo que debe llevar el alcalde al Concejo de la ciudad en mayo. 

Las claves de lo que pasó

  • Las alertas de racionamiento empezaron la semana pasada. El alcalde Galán anunció el jueves pasado que los niveles de los embalses, que hacen parte de los tres sistemas de acopio de agua potable (Chingaza, el Norte y el Sur), están en estado crítico.

En total, el volumen del sistema está en 45 por ciento. Los embalses más críticos son los de Chuza, en el páramo de Chingaza, que está en 17% y San Rafael que alcanza el 18%. Paradójicamente, Bogotá tiene dentro de su territorio el páramo más grande del mundo, Sumapaz. 

  • La idea del racionamiento es ahorrar el 11 por ciento del agua que usa la capital. Eso equivale a una disminución del consumo de 2 metros cúbicos por segundo.

Para lograrlo, la Alcaldía definió 9 zonas de la ciudad y municipios aledaños, basándose en la distribución del suministro hídrico, no en barrios ni en localidades. Cada una de esas zonas tendrá restricción del uso del agua durante 24 horas, tres veces al mes. 

La idea es que haya 9 turnos, uno por cada zona. Por lo que se restringe el servicio una vez cada 10 días desde este jueves, 11 de abril, a las 8 de la mañana. 

  • Para instituciones específicas que estén en las zonas restringidas recibirán apoyo con carrotanques de la Empresa de Acueducto de Bogotá. Ahí entran colegios, hospitales y hogares geriátricos.

Las restricciones también tocan municipios de Cundinamarca. Que hacen parte del sistema Chingaza, como Soacha, La Calera, Chía, Cajicá, Funza y Sopó, ubicados alrededor de la capital. 

  • Regresa el debate sobre el desarrollo de la ciudad alrededor del medio ambiente. El manejo de los recursos hídricos de la ciudad no solo responden al cuidado de los embalses que suministran el agua, sino que se enmarcan en un debate más grande sobre el crecimiento sostenible de Bogotá.

El tema, por ejemplo, divide las posiciones de la Alcaldía y el gobierno nacional en la construcción y aplicación de corredores viales como la Avenida Longitudinal de Occidente (ALO) al norte de la ciudad o la ampliación de la Avenida Boyacá, ambos sobre la reserva Thomas Van Der Hammen. Estos dos corredores viales son claves, no solo para la movilidad de la capital, sino para su expansión urbana hacia el norte, el único sector aún disponible para grandes desarrollos. Sin embargo, han sido objeto de duros debates por su impacto ambiental. 

  • Así es la estrategia política de Galán. Como ocurrió con la emergencia de incendios en la ciudad, la apuesta de la Alcaldía es que el alcalde se convierta en el vocero al frente del racionamiento de agua. La Silla supo por dos fuentes al interior de la administración, que la idea es que Galán establezca un tono insignia frente a estas situaciones, en el que hace un diagnóstico y anuncia las medidas necesarias, pero se mantiene por fuera de la confrontación. 

“La apuesta es que el alcalde ponga la cara frente a este tema, pero que no se generen peleas o roces durante el manejo de estas emergencias”, dice una de las fuentes, quien pide no publicar su nombre para hablar sobre el detrás de escena del anuncio. 

¿Qué dicen sus protagonistas?

  • “Este debe ser el inicio de un cambio de comportamiento que sea sostenible en el tiempo y garantice que el agua sea suficiente para todos”: alcalde Galán

Desde mediados de febrero, Galán ha alzado la voz para impulsar el ahorro de agua en la ciudad. Con el numeral #PilasConElNiño, la Alcaldía empezó a mover una campaña en redes sociales para promover el cuidado y el ahorro. 

  • “Hay temas más profundos y estructurales que desde hace años se vienen hablando y decisiones políticas no han sido conducentes. Es la expansión inusitada de la sabana de Bogotá, sabiendo que cada año hay una relación más estrecha entre la demanda y la oferta de agua”: minAmbiente Muhamad

La ministra de Ambiente dijo que el gobierno nacional apoya “las medidas preventivas frente a los niveles de los embalses”, que ha tomado el Distrito. 

Muhamad además comparte el llamado para ahorrar agua y energía en las próximas semanas, mientras siga el fenómeno de El Niño, que causa sequías y menos lluvias en el país. 

Pero el racionamiento reabre un debate con el gobierno nacional que enfrenta desarrollo   y medio ambiente en la ciudad. “Priorizaron la expansión urbanística por encima de la capacidad hídrica de la región”, dijo la ministra sobre la situación del agua en la capital. 

Como concejal de la capital, Muhamad se ha opuesto a iniciativas que avivan ese debate, como la creación de la planta de tratamiento de aguas residuales, la Ptar Canoas, y las avenidas que atraviesa la reserva Van der Hammen en el noroccidente de la ciudad. 

  • “La alcaldía de Bogotá del señor Carlos Fernando Galán es incompetente. Una ciudad entregada al crimen y ahora con racionamiento de agua”: senador Ariel Ávila

La emergencia se convierte en una municipio para críticas políticas. Como lo hizo el senador Verde, Ariel Ávila, quien fue cercano a la exalcaldesa López. 

“No es momento de pequeñeces, es hora de unirnos por el agua. Por Bogotá. La ciudad cuenta con cada uno de ustedes”, respondió Galán a las críticas. 

Desde la oposición a Galán en el Concejo también salen voces opositoras. Como la de Heidy Sánchez, concejal del Pacto Histórico:

¿Qué viene?

Como anunció la Alcaldía, la efectividad de la medida se evaluará cada 15 días. La idea es que se tengan en cuenta el comportamiento de la lluvia y cómo van los niveles de ahorro de agua en la ciudad. Es decir, alrededor del 25 de abril, la Alcaldía anunciará si la medida se mantiene, se relaja o se debe volver más restrictiva. 

Como este año, los niveles ya superaron las proyecciones del 2025 —que era incluso más baja que la de 2024—, la idea de la alcaldía es terminar este año con los embalses llenos, “para poder enfrentar el 2025”, dijo Galán hoy durante la rueda de prensa. Para hacerlo, se proponen acabar este año con los embalses por encima del 75 por ciento. 

Más allá de las medidas y restricciones que tome la Alcaldía, el nivel de los embalses también depende de la cantidad de lluvia que caiga. Según el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), hay grandes probabilidades de que el fenómeno de El Niño —que genera las sequías— continúe. Entre mayo y junio la probabilidad de que el fenómeno se mantenga es del 65 por ciento. En el segundo semestre de este año se espera que llegue el fenómeno de la Niña, que en Colombia trae más lluvias. La probabilidad de que lleguen esas condiciones es superior al 80 por ciento, según el Ideam.

La posibilidad de que la agenda climática se vuelva central en la alcaldía quedará en evidencia en mayo de este año, cuando el plan de desarrollo llegue al Concejo para su aprobación. Desde la Alcaldía esperan tenerlo aprobado en junio de este año. 

Está por verse hasta qué punto una administración como la actual, que ha priorizado el desarrollo urbanístico a la capacidad ambiental, está dispuesta a enfrentarse a los activistas y al gobierno nacional para sacar adelante los proyectos de infraestructura que, por ahora, están parados por las trabas que les ha puesto la Nación.

Cubro al gobierno de Carlos Fernando Galán en Bogotá. Empecé como periodista del En Vivo y escribiendo sobre política exterior, la relación con Venezuela y migración. Soy politóloga e historiadora de la Universidad de los Andes. Escríbame a mrestrepo@lasillavacia.com