Mientras en las calles antioqueñas hubo una respuesta masiva para marchar contra Petro, el bloque de candidatos opositores  para la gobernación se rompió. Eugenio Prieto, Mauricio Tobón, Juan Diego Gómez y Andrés Julián Rendón disolvieron su alianza después de no acordar un mecanismo para elegir un candidato único. Los cuatro siguen siendo candidatos a la Gobernación de Antioquia, cada uno por su lado y uno contra el otro.

Sin embargo, a pesar de la ruptura, la campaña a la gobernación sigue planteada como un plebiscito sobre el gobierno Petro. Y frente a la incapacidad de pactar al inicio de la contienda, los candidatos de centroderecha optan por luchar en solitario para luego adherir al más fuerte.

“Será una selección natural. En agosto, o en septiembre, veremos un candidato antipetrista contra un candidato petrista. El electorado va a girar en torno a esa división”, dice el exconcejal Tobón, quien promueve la idea de “Antioquia Federal” y ha hecho publicidad con la estética y los eslóganes del Partido Republicano de Donald Trump.

En esa carrera por sobrevivir es indispensable adaptarse. Hoy, a cuatro meses de las regionales, esa ruptura apunta a desencadenar una mayor polarización frente al gobierno nacional. “Los candidatos que desde siempre hemos estado al margen de Petro y de sus secuaces, como Daniel Quintero, tenemos una gran oportunidad”, dice Andrés Julián Rendón, candidato del Centro Democrático.

Sube el volumen de la retórica antipetro

“Bufón y mandadero”, fueron las palabras que utilizó el exsenador Gómez, del Partido Conservador, para referirse a Daniel Quintero, alcalde de Medellín. Esto a propósito de su alianza con el presidente Gustavo Petro. “Casi acaban con la ciudad, y ahora tienen una estrategia para tomarse Antioquia”, dijo en un auditorio en Itagüí, donde recibió oficialmente el aval para competir por la gobernación.

En tarima, Gómez sostuvo que la bancada del Pacto Histórico pretende dividir territorialmente a Antioquia, separando al Magdalena Medio y al Urabá del resto del departamento. “Vamos a derrotarlos en octubre”, remató el exsenador.

La advertencia de Gómez es difícil de sustentar. En el Congreso no cursa actualmente un proyecto semejante. Y propuestas territoriales de Petro, como organizar a la región del Magdalena Medio en un departamento, no han pasado de ser promesas de campaña.

Sin embargo, el tono de Gómez es un buen parámetro para establecer los decibeles que empieza a alcanzar la campaña por la gobernación. Y la intensificación que puede sufrir en medio del cuerpo a cuerpo que ahora plantean los candidatos del bloque antipetrista.

El candidato Tobón ha promovido ese tono. Ha desplegado vallas en Medellín impulsando la federalización de Antioquia. Esto bajo el argumento de que el departamento sufre de un “centralismo angustiante” por parte del gobierno central en Bogotá. La propuesta le valió críticas de sus aliados en el bloque de centroderecha. “Su idea implica una constituyente. Hay que ser claros con la gente. No puede haber una alianza sin antes haber coincidencias en los temas”, dice Eugenio Prieto, candidato oficial del Partido Liberal, quien escribió una carta pública en contra del eslogan.

“Primaron los deseos y las ambiciones personales. Sintieron miedo de que las ganara. Y Eugenio encontró una disculpa perfecta para desmarcarse”, dice Tobón a propósito de la ruptura del bloque.

Tobón ha protagonizado otros golpes de efecto. En abril, lanzó publicidad de campaña con el eslogan “Antioquia grande otra vez”, emulando el famoso mensaje del expresidente gringo Donald Trump. Lo hizo con la estética propia del Partido Rebublicano de los Estados Unidos e insistiendo en la idea de una “Antioquia federal”.

Tobón es un político en ascenso. Fue concejal de Medellín por Compromiso Ciudadano, el movimiento de Sergio Fajardo, y luego ha hecho política en el Partido Liberal y el Centro Democrático.

Su último cargo público fue como director del Instituto para el Desarrollo de Antioquia (Idea), durante la gobernación de Luis Pérez (2016 – 2019), con quien mantiene una relación de amistad. Es su segunda aspiración a la gobernación. En 2019, sacó poco más de 200 mil votos, y tan sólo por detrás del uribista Andrés Guerra y de Aníbal Gaviria, el actual gobernador.

“No es petrismo contra uribismo. Antioquia está polarizada entre petrismo y antipetrismo. Los antioqueños estamos viviendo la situación política nacional en el bolsillo. Tocaron a la gente y el responsable es el gobierno nacional. Hoy la economía está en el abismo”, dice Tobón.

Rendón, el candidato del Centro Democrático, ha intentado tomar ese pulso. Lo ha hecho, sin embargo, con iniciativas más institucionales. El 14 de junio, junto a un grupo de abogados del entorno del partido, lanzó un referendo para otorgarle mayor autonomía fiscal a los departamentos. “Los impuestos de patrimonio y de renta deben quedarse en los departamentos. Lo que nos devuelve la nación, a través del sistema general de participaciones, es una migaja”, dice Rendón.

Sin embargo, Rendón no escapa de la competencia que se abre en su bloque ideológico. Recientemente, se ha pronunciado sobre las relaciones de Tobón con el exgobernador Pérez y con el alcalde Quintero. También lo ha hecho frente a los vínculos de Prieto con la administración Quintero, donde un político cercano a su equipo, Carlos Mario Mejía, fue secretario de movilidad.

“Yo soy el único candidato que nunca ha tenido nada que ver ni con Petro ni con Quintero. Los demás saben dónde y con quiénes han estado. Y los ciudadanos empiezan a identificarlos”, dice Rendón.

Los avales antipetristas

En Antioquia, los candidatos opositores al gobierno han ganado la disputa por los avales de los partidos tradicionales que han cooperado con Petro. Los casos más emblemáticos son el Partido Conservador y el Partido Liberal.

El 9 de junio, el exsenador Juan Diego Gómez recibió el aval conservador. Lo hizo en un evento en Itagüí, el municipio al sur de Medellín donde opera el principal bastión electoral del senador Carlos Trujillo, su principal rival del departamento. “Las elecciones van a medir la fuerza y la aceptación del gobierno. Son una laboratorio para lo que va a pasar en 2026”, le dijo Gómez a La Silla.

Gómez estuvo acompañado del senador Efraín Cepeda, director del partido y el responsable de llevar a los conservadores a la independencia frente al gobierno Petro. De hecho, Cepeda lideró la operación para sacar de la dirección del partido a Trujillo, alineado con el gobierno y cercano a Guillermo Reyes, exministro de Transporte.

La división del partido fue evidente en el evento de Gómez. En la mesa principal sólo estuvieron los congresistas de su grupo político, el representante Andrés Felipe Jiménez y el senador Nicolás Echeverry.

Gómez, sin embargo, cuenta con el apoyo del senador Mauricio Giraldo y el representante Luis Miguel López, ambos conservadores y provenientes de las comunidades religiosas antioqueñas.

López y Giraldo, además, han sido claves para bloquear el aval del concejal Lucas Cañas, cercano al grupo político de Trujillo, y quien aspira a la Alcaldía de Medellín. Los congresistas sostienen que tienen el derecho a otorgar el aval en la ciudad. Esto por haber obtenido la primera votación del partido en la ciudad.

No es una puja zanjada. “La única instancia para definir avales es la dirección nacional. Cualquier ejercicio por fuera de esto no es reconocido por los estatutos del partido”, le dijo a La Silla el senador Trujillo.

En el liberalismo antioqueño el antipetrismo también es un activo. El aval a la gobernación lo disputaban el exsenador Julián Bedoya y Prieto, ambos en polos opuestos frente al gobierno. César Gaviria, director del partido, terminó decantándose por Prieto, un político liberal cercano al establecimiento paisa y con una larga carrera como funcionario público.

Con esto, además, Gaviria le pasó una cuenta de cobro a Bedoya, uno de los líderes de la rebelión de los liberales petristas y cuyas fichas en el Congreso han sido claves para mantener con vida las reformas. Lo anterior significa un duro golpe para las aspiraciones de Bedoya. Sus estructuras políticas, ubicadas en regiones como el Bajo Cauca y el Urabá antioqueño, se identifican con el liberalismo. Y podría incurrir en doble militancia si obtiene el aval de otro partido.

El realineamiento de los partidos tradicionales con los candidatos de oposición, y la impopularidad del gobierno entre buena parte del electorado antioqueño, incentivan al antipetrismo a competir internamente. Sin embargo, corren el riesgo de abrir una fractura por la que entre un candidato con el guiño de la Casa de Nariño.

Cubro al gobierno del presidente Gustavo Petro en La Silla Vacía. Estudié Periodismo en la Universidad de Antioquia.