El movimiento político de la vicepresidenta, Francia Márquez, no logró armar una apuesta fuerte en las elecciones regionales. Soy Porque Somos, que tiene en Márquez a la líder afro más poderosa de Colombia, tiene pocas candidaturas viables en las grandes plazas del Pacífico, su tierra natal y feudo electoral. De cuatro gobernaciones, solo en una es competitiva, y en ninguna capital tiene apuestas con fuerza.

Aunque Márquez no puede hacer política directamente, las caras del movimiento que se lanzaron han terminado regadas en varios partidos, con apuestas difíciles para llevar al movimiento afro al poder regional. Excepto por la gobernación de Nariño, donde su influencia fue clave para escoger al candidato, el movimiento de Márquez tiene pocas posibilidades de refrendar las votaciones mayoritarias del Pacto Histórico en las presidenciales. 

Esto lo reconoce Ariel Palacios, el encargado de liderar las actividades políticas en las regionales de Soy Porque Somos, “Hay compañeros y compañeras que tienen candidaturas que están avaladas por otros partidos políticos que tienen menos fuerza”. Sin embargo, argumenta que el movimiento tiene el potencial de propiciar alianzas fuertes, “Soy Porque Somos puede ayudar a buscar ese canal de diálogo para juntar una fuerza que permita derrotar a la derecha”. Este es el caso de su intento de llegar a una de las candidaturas fuertes a la Gobernación del Cauca. 

La dispersión de los candidatos

El movimiento llegó a la campaña sin personería jurídica y sin el respaldo total del Pacto Histórico, lo que supuso dificultades para lograr avales en sus candidaturas. Primero, no hubo acuerdo para los avales entre Soy Porque Somos y el Polo Democrático, el partido que terminó avalando la candidatura de Márquez en las presidenciales. 

El año pasado, Soy Porque Somos hizo un acuerdo político con el Polo para avalar la candidatura a la Cámara de Dorina Hernández. Bajo ese precedente, para estas elecciones regionales se intentó mantener el acuerdo, pero no fue posible. Según Palacios, el líder del movimiento de la vicepresidenta, no se dio por motivos internos y las dinámicas de hacer política del partido. “En el Pacto no hay rigidez. Cada cual tiene su voz, tiene su autonomía y determina dónde poner sus candidatos”. 

Segundo, las alianzas con el ADA, partido del senador caucano Paulino Riascos, se quebrantaron por las diferencias del Pacto con Riascos. Tercero, la demora de entrega de avales por parte del Pacto hizo que el movimiento no diera más espera y jugara por fuera de la coalición.

Con el guiño de Eli Schneider, director nacional de Independientes —partido del alcalde de Medellín, Daniel Quintero—, Soy Porque Somos logró obtener varios avales. También hizo alianzas con el Partido Verde, Colombia Renaciente, Fuerza de La Paz y con Aico. Estuvo cerca de negociar con el partido Ecologista, pero las rupturas al interior de ese partido lo impidieron. 

 La apuesta por el Cauca 

Suárez, Cauca, es la tierra natal de la vicepresidenta. En ese departamento Márquez pasó gran parte de su vida en el liderazgo social y la defensa del medio ambiente. Fue un departamento importante para su llegada al poder con Gustavo Petro, con una votación de 515mil en una zona que cuenta con un millón de votantes. Pese a esto, hoy, en vísperas de las elecciones regionales, la representatividad de la vicepresidenta flaquea en el territorio.

En Suárez, por ejemplo, está Nazly Lucumí, candidata a la Alcaldía avalada por Independientes. Lucumí fue Procuradora provincial de Santander de Quilichao durante varios años y personera de Suárez. El año pasado, alcanzó a ser una de las opcionadas por la vicepresidenta para ocupar el viceministerio para la Política y Relaciones Internacionales del MinDefensa. Además, estuvo en la ceremonia de posesión simbólica de Márquez en el departamento. Pero las posibilidades de ser alcaldesa son duras, según tres periodistas locales consultados. El candidato fuerte es John Jairo Osorio, avalado por el ASI y tiene lazos importantes con Cambio Radical. 

Por otro lado, para la gobernación, hay dos fichas claves por las cuales Soy Porque Somos está apostando. Según se lo confirmó Ariel Palacios a La Silla, el movimiento está en diálogos para lograr una adhesión política con alguno de los dos. La primera es el abogado Octavio Guzmán, candidato avalado por Colombia Renaciente e Independientes. Tiene un amplio recorrido en la política tradicional de mano del Liberal y actualmente es señalado por recibir el respaldo del actual gobernador Elías Larrahondo y del cacique electoral Temístocles Ortega. Fue gobernador del municipio de La Vega en el 2012 y trabajó con Larrahondo como secretario de Educación y Cultura.

La segunda es la administradora de empresas, Liliana Ararat Mejía, también de tradición liberal, pero que esta vez fue avalada por el partido Ecologista. Fue alcaldesa de Caloto en el periodo del 2015 al 2019. El año pasado entró a la campaña del presidente Gustavo Petro por el Frente Amplio, un movimiento del Cauca que se formó con sectores del partido Cambio Radical, el partido Liberal, el Partido Verde y diferentes comunidades afro, que respaldaron a la vicepresidenta por ser caucana. Aunque ha tenido buena acogida en el departamento, su candidatura no es fuerte. Actualmente, Octavio Guzmán es el candidato favorito, junto al liberal Victor Libardo Ramírez, coavalado por Cambio Radical y Fuerza de La Paz.

La Silla habló con Ararat y la candidata negó tener algún vínculo cercano con la vicepresidenta, pero sí admitió que en su campaña hay algunas de las bases afros que la apoyaron en las presidenciales. Además, el líder de Soy Porque Somos, Ariel Palacios, dijo que desde el movimiento la reconocían como una compañera por el trabajo que ha adelantado en el departamento con las comunidades negras. 

“A pesar de la bandera que tomó para avalarse, representa el eje de transformación y de participación política al cual tiene la gente derecho”, puntualizó Palacios. También admitió que hay diálogos con ambos candidatos.

Escobar, la gran apuesta en Nariño

Desde la campaña, la vicepresidenta marcó un precedente político en Nariño. En la consulta interpartidista para definir el candidato del Pacto Histórico a la presidencia, fue el departamento que más votó por la coalición, con una participación cercana al 78 por ciento. Después, en las presidenciales, les dio 600 mil votos a Petro y Márquez en segunda vuelta.

Con el candidato a la gobernación del Pacto Histórico, Luis Alfonso Escobar Jaramillo, el movimiento afro logró poner a uno de los suyos en la carrera a la Gobernación avalado, este sí, por el Pacto Histórico. Si Escobar gana, sería el primer gobernador afro de Nariño. 

Escobar es tumaqueño, economista y ha sido profesor de la Universidad del Valle por más de dos décadas. Trabajó como secretario de Planeación en la segunda gobernación del nariñense Raúl Delgado, entre el 2012 al 2015, y durante seis meses en la de su sucesor, Camilo Romero. Después llegó a gerenciar el Plan Todos Somos Pazcífico durante un año. Escobar tiene una larga trayectoria en el trabajo con comunidades negras. Entre ellas, Acapa, el Consejo Comunitario del Río Patía, del cual viene su familia. 

Por su recorrido en el liderazgo social con comunidades negras, ha estrechado una relación muy cercana con la vicepresidenta que se mantiene de años atrás. “Soy amigo de la vicepresidenta. Le conozco desde que tiene 14 años. La vi en Suárez cuando yo era empleado de la empresa Energía del Pacífico, Epsa”, le dijo a La Silla. 

 Afirmó que se ha encontrado con ella en reiteradas ocasiones en la participación de Comisiones Consultivas de Alto Nivel para las comunidades negras, afros y raizales, y que también es amigo de la pareja de la vicepresidenta, Yerney Pinillo Ocoró. Además, Escobar está en representación del movimiento Soy Porque Somos, según lo confirmó Ariel Palacios.

A raíz de esta cercanía, dos fuentes del Polo Democrático en Nariño le dijeron a La Silla que la candidatura de Escobar habría estado impulsada por la vicepresidenta. “En ese entonces el senador Alexander López todavía era presidente del partido. Para nadie es un secreto que él es muy cercano a la vicepresidenta y que tuvo influencia para que finalmente le diera el aval a él y no a Luis Eladio, el otro precandidato”, dijo un miembro del Polo, quien pidió tener su nombre bajo reserva. 

Escobar y Luis Eladio Pérez quedaron bajo un empate técnico por un margen de error de casi dos puntos en la encuesta interna. Aunque Pérez ganó en la intención de voto en nueve municipios, mientras que Escobar ganó en cuatro, el Comité Político Nacional de los partidos del Pacto tuvo en cuenta qué tanta imagen de favorabilidad tenía un candidato sobre otro. En ese aspecto, Escobar ganó con un 50 por ciento, por encima del 38 por ciento de Pérez.

El senador del Polo, Alberto Benavides, negó que haya habido una puja directa de la vicepresidenta. Sin embargo, Benavides sí le atribuyó una buena responsabilidad a Alexander López: “Como presidente del Polo tuvo la potestad de tomar decisión”. 

Escobar también negó que su relación con la vicepresidenta hubiese influido en su elección como candidato del Pacto. “Fue una decisión del Comité Nacional, del cual la vicepresidenta y su pareja no hacen parte ni tienen participación”.

Esta candidatura es la mayor esperanza Márquez en el departamento. Pero tiene a un rival de peso enfrente, el excongresista Berner Zambrano, apoyado por la mayoría de partidos tradicionales. En el papel, Zambrano es el más fuerte

Paradójicamente en Tumaco, el municipio que concentra la mayor población afro del departamento, los apoyos están divididos para la Alcaldía. Dos candidaturas trabajan sobre las bases de la vicepresidenta, pero no tienen mucha fuerza política. Se trata del líder afro Oscar Benavides, de la Colombia Humana, avalado por Independientes, y de Mery Ruth Arizala, la ex gerente de la sociedad Aguas de Tumaco, SA, ESP, avalada por el Pacto. Ambos se enfrentan al barón electoral, Neftalí Correa, pues su hermano, Jorge Luis Correa, avalado por el Conservador y Gente en Movimiento, es el candidato fuerte a la Alcaldía del municipio de 200 mil habitantes

Valle del Cauca y Chocó: apuestas en el puerto y Quibdó

Pese a que Márquez también tuvo un proceso político desde la campaña presidencial en  Buenaventura y Quibdó, en el Valle y Chocó, en los tarjetones regionales hay pocos rastros de sus candidatos.

En Quibdó está César García, avalado por Independientes, ADA, el partido Demócrata y el Mais. Aunque no hace parte de Soy Porque Somos, tiene una buena afinidad política y ha trabajado de cerca con Márquez. En la visita de la vicepresidenta en septiembre del año pasado a la capital chocoana, García la recibió y se reunió con ella junto a líderes de la comunidad, para proponer soluciones a las problemáticas de Quibdó. En campaña, junto a los liberales de base, también la apoyó e hizo parte del frente amplio que se conformó para impulsar la elección de Petro y Márquez en las presidenciales. 

Por otro lado, en Buenaventura, hay una candidata de Soy Porque Somos. Se trata de Maria Miyela Riascos, lideresa social, ambiental y defensora de derechos humanos. También está avalada por Independientes. Viene de liderar el paro cívico de Buenaventura y de abanderar la lucha por las mujeres. Llega con la intención de ganar las bases que acompañaron a la vicepresidenta en campaña y de defender el “gobierno del cambio”. Pero se enfrenta a la maquinaria que volvió con fuerza de La U, tras una alcaldía impopular del movimiento social negro, liderado por Victor Vidal.

Según Dennis Huffington, investigador de la Fundación Paz y Reconciliación (Pares) en el Pacífico, el fenómeno de representatividad de la política tradicional en el Pacífico se debe a las mismas formas de hacer política que responden a las lógicas de los votantes. “En las presidenciales parece que el caudillismo es lo que guía a los votantes. Pero en las regionales, son las maquinarias de las alas tradicionales”, le dijo a La Silla. 

Para Huffington, la llegada de los movimientos alternativos con el peso de Márquez en esta zona del país es difícil, más allá de las rupturas y los problemas internos que sufrieron las bases de la vicepresidenta. Por ejemplo, las bases de los consejos comunitarios en el Cauca, son de tradición liberal. Y en el Chocó, las Juntas de Acción Comunal son ocupadas por la política tradicional, lo que termina atrayendo apoyos fuertes en las elecciones regionales.