Esta columna fue escrita por Marc Eichmann, experto invitado, expresidente de UNE-EPM Telecomunicaciones, Socio Criterio Empresarial Banca de Inversión.

En su reciente columna en La Silla Llena, el profesor Guillermo Maya hace un recuento de los acontecimientos que han moldeado el futuro de lo que una vez fuera la iniciativa de telecomunicaciones que emprendió EPM, décadas atrás. En ella hay alusiones a datos aislados que, según el columnista, demuestran el pésimo manejo que la clase directora (SIC) ha dado al negocio de las telecomunicaciones en Antioquia.

A pesar de que algunas de las medidas que se tomaron no necesariamente fueron óptimas -nunca lo son cuando son analizadas desde el espejo retrovisor-, la evidencia es contundente sobre el acierto de las decisiones implementadas en cuanto a lo que su momento fue UNE EPM Telecomunicaciones.

Maya afirma en su escrito que después de que EPM y ETB se embarcaron en la aventura OLA, bajo la gerencia de Juan Felipe Gaviria -excelente ejecutivo y padre del actual candidato a la presidencia Alejandro Gaviria- las empresas decidieron realizar en 2006 un negocio de venta del 50 por ciento de la compañía a Millicom, empresa que él denomina como de medio pelo en su columna, por la suma de 1 millón 146 mil millones de pesos (SIC).

Lo que no menciona Maya, seguramente por un desafortunado olvido, es que OLA, antes de la entrega del control a Millicom, en un esfuerzo por aumentar rápidamente su base de clientes, decidió vender el minuto a 30 pesos, cuando el costo por cargos de acceso para terminar la llamada era de más de 120 pesos por minuto, llevando la compañía al borde del colapso.

Millicom, gracias a su gestión de la compañía, la estabilizó a tal punto que para el 2010 el margen Ebitda estaba ya por encima de 27 %, cuando unos años atrás era menor al 12 %.

A diferencia de lo que afirma Maya, la entrada de Millicom en Colombia Móvil – Tigo, salvó a EPM y la ETB de un desastre mayor, dado el desacertado manejo que tuvo esta empresa anteriormente. Para 2011, ya el antiguo OLA generaba ganancias.

Posterior a la vinculación de Millicom a OLA, en 2014 se cerró un negocio en el que Medellín recibió alrededor de 860 millones de dólares por el 50 por ciento de su operación de servicios fijos, UNE. La transacción se emprendió basados en tres pilares estratégicos inequívocos:

•Para ser eficiente en el sector de telecomunicaciones se necesitaba tener una operación integrada fijo móvil. Desde este punto de vista es evidente que la dirección estratégica de EPM era la acertada, con solo realizar que todos los operadores de importancia en Colombia siguieron ese camino. Las operaciones móvil de la ETB y en su momento UNE, con su iniciativa 4G LTE son y fueron deficitarias como consecuencia de no contar con una red propia a nivel nacional;.

•Que el sector de las telecomunicaciones está bajo fuerte presión en sus márgenes por parte de los proveedores de contenido. Desde la fecha de la transacción de fusión de UNE con Millicom, en 2014, las acciones de Millicom y de Telefónica (Movistar) han caído alrededor de un 50 % y las de América móvil (Claro) un 25 %, mientras el valor del mercado ha crecido más de un 100 %. ¿A quién se le ocurre, en su sano juicio, que haber salido de parte de su participación en 2014 en UNE, que pertenece al mismo sector, fue un mal negocio para EPM? Por mucho romanticismo, profesor Maya, este es un dato irrefutable a favor de haber realizado la transacción.

•Que EPM tenía destinos mucho más rentables para su inversión que el sector de las telecomunicaciones.

La transacción de fusión reconoció para UNE un múltiplo superior a ocho veces Ebitda, cuando en el mercado de Latinoamérica se acostumbra a tener múltiplos de 5.5 veces para el mismo tipo de operaciones, lo cual demuestra que la operación fue muy exitosa para EPM.

La argumentación de Maya sobre la inconveniencia de la fusión no pasa por una justificación sólida sino por los resultados obtenidos posteriormente a ella, como si fueran responsabilidad exclusiva del manejo que Millicom le ha dado a la compañía. Esta posición es fácilmente rebatible al observar el comportamiento de la rentabilidad de los demás operadores del sector, que ha estado también en franco deterioro, debido a condiciones estructurales del mismo.

La realidad es que la fusión le permitió a EPM disminuir su exposición a un sector en el que el retorno sobre el capital es muy bajo, para invertirlos en su objeto principal, donde encuentra mayor rentabilidad. Por la misma razón, seguir por ese camino, con la venta del 50 por ciento remanente, parece lo más sensato en este momento.

En su diatriba, Maya concluye que el valor remanente de la participación en UNE debe ser de más de cinco billones de pesos, asumiendo que una transacción en este momento se puede realizar en las mismas condiciones que la que se hizo en 2014, como si en estos seis años no hubiese pasado nada en el sector. Se contradice abiertamente, al argumentar que los resultados de UNE bajo la égida de Millicom han sido malos y de seguido y sin rubor, plantear que el valor de la compañía ha debido aumentar significativamente.

Finalmente, el profesor Maya hace una análisis de valores en libros para justificar su valoración de la compañía, que ignora radical y olímpicamente que las empresas se valoran con respecto a su capacidad de generación de caja. El desconocimiento básico de la práctica de valoración de empresas, aunado a un romanticismo en el que el método científico y el rigor pierden su importancia relativamente a referencias no comparables, como el de las hipotecas suprime o los negocios de Electricaribe, solo puede conllevar a sórdidas recomendaciones y acusaciones sin soporte a quiénes, con la mejor voluntad, han tomado decisiones en pro del grupo empresarial EPM a través de los años.

Aclaración: como presidente (y no gerente, profesor Maya) de UNE estuve al frente de la negociación de la fusión con Millicom. Desde la fusión, no he tenido relacionamiento con UNE más que el contratar con ellos las líneas celulares de mi empresa de banca de inversión. El estimado de valoración está basado en el análisis de múltiplos realizado sobre el Ebitda anunciado de la compañía y coincide con la actualización a hoy de la cifra pagada de 1.4 billones de pesos pagada en 2014, actualizada con la tasa de retorno esperada en el sector.

Sin embargo, la decisión a tomar responsablemente por EPM no estará en ninguna circunstancia basada en mi estimado sino en un estudio completo de valoración de la compañía que legalmente debe contratar.