La dupla de César Castellanos y Claudia Rodríguez después de salir del uribismo se acercaron a César Gaviria y al final se quedaron con el vargasllerismo.

La disciplina de sus feligreses, sus votos fijos y su poder económico son las claves para que los fundadores de la Misión Carismática Internacional se mantengan vivos en la política desde hace 30 años. Ahora vuelven a las toldas vargaslleristas.

Luego de pelear con el uribismo, de recibir coqueteos de los liberales y de tratar infructuosamente de revivir el Partido que fundó hace 30 años, Claudia Rodríguez de Castellanos y su esposo César Castellanos, fundadores de la poderosa Misión Carismática Internacional (MCI), aterrizarán donde Germán Vargas Lleras para 2018, en la última movida del ex vicepresidente de Santos por pelearle a Uribe los votos de la derecha.

Con los Castellanos de su lado, Vargas le podría quitar al Centro Democrático hasta medio millón de votos disciplinados de los fieles de la MCI. Pero al hacerlo, el nieto del liberal Carlos Lleras Restrepo vuelve a ir en contra de su ideología liberal y de su espíritu galanista como ya lo hizo en 2006 cuando se comprometió con el mismo grupo a no asumir posiciones liberales frente al aborto, el matrimonio gay, el control de natalidad y la eutanasia, a cambio de que estos candidatos cristianos se hicieran elegir por Cambio Radical y pusieran votos.

De nuevo con Vargas

Esta vez, la negociación con Rodríguez la encabezó el director del partido de Vargas, Jorge Enrique Vélez. Acordaron que la Pastora tendría el número 2 en la lista al Senado y su iglesia pondría un candidato por los colombianos en el exterior, cinco candidatos a la Cámara en Huila, Cundinamarca, Bogotá y Santander, donde tendrán cabeza de lista.

”Germán Vargas es el más preparado para la Presidencia”Claudia Rodríguez de Castellanos

Mientras en 2006, Rodríguez entró a Cambio con la condición de que el Partido no apoyara el matrimonio gay ni el aborto (luego pelearon porque Vargas no apoyó la segunda reelección de Uribe, de quien ella fue embajadora en Brasil), esta vez, según dijo Vélez ayer, Cambio implementará “el trabajo social de la iglesia” y la hoy candidata vargasllerista dará “charlas sobre ese tema” a los demás aspirantes al Senado.

“No pensamos en lo ideológico, sino en lo pragmático. Ellos pueden poner 160 mil votos a nivel nacional”, nos dijo un congresista de Cambio; “A dónde más se iban a ir si no era con Uribe? Pues a Cambio”, nos dijo esta semana otro vargasllerista.

“Tenemos muchas similitudes en nuestra visión del Acuerdo con las Farc, compartimos visiones sobre la JEP y el tratamiento a las víctimas”, dijo ayer la pastora Rodríguez.

Ni ella ni Vélez dijeron en la rueda de prensa en Bogotá si entre el Partido de extracción liberal y la Iglesia también había coincidencia en que la ideología de género estaba en los Acuerdos de Paz, la mentira que Rodríguez defendió durante el plebiscito y la renegociación con el No.

“Ahora no estamos pensando en eso”, nos dijo el senador Carlos Motoa, al consultarle por este tema.

Y es que seis miembros de Cambio, del Partido Liberal, del mismo uribismo y dos líderes religiosos consultados para esta historia reconocieron, todos por aparte, que el encanto de Claudia Rodríguez y su esposo (a quienes algunos calificaron de ser el verdadero poder de la Iglesia) es la fidelidad de los feligreses, la plata que tienen en bienes, sedes y propiedades que cobran para albergar eventos, y los votos.

”Bienvenida a la casa”Jorge Enrique Vélez, director de Cambio

Tan atractivos son que el mismo director del Partido Liberal, el expresidente César Gaviria que lideró el Sí de los acuerdos, les pidió una cita para hablar con ellos y eventualmente buscar un puesto en la lista. Según un miembro de la Iglesia, fue Gaviria, a través de su secretario general, el que pidió la cita la semana pasada.

La diferencia entre MCI y otras iglesias que se lanzan a la política este año es que los Rodríguez Castellanos ya tiene más de 30 años en el juego político. “Ellos consideran que la iglesia es el medio para llegar a la política, muchas otras iglesias no lo ven así”, nos dijo una fuente que los conoce.

 

El encanto

Estimar los votos de la Iglesia, que tiene 35 años de vida y 160 sedes en Colombia, Brasil y Estados Unidos, es complicado porque hay muchas especulaciones a su alrededor.

Mientras que en Palacio apuntaban a que los cristianos pusieron más o menos un millón 500 mil votos al No del plebiscito (dividido entre varias iglesias incluida MCI), un pastor cristiano que los conoce de cerca nos dijo que podría ser de un millón de votos, mientras que un funcionario del Gobierno que los conoce apunta a que pueden ser 500 mil.

Lo cierto es que cuando MCI estaba con el uribismo entregaron 60 mil firmas para la campaña contra los acuerdos (que el Centro Democrático llamó resistencia civil), en septiembre de este año afiliaron a casi 80 mil personas al Partido de Uribe y en el referendo contra la adopción de parejas gay aportaron casi 400 mil firmas.

Cuando Castellanos y Rodríguez o sus otros feligreces se han medido en las urnas, sus votos han sido desde 44 mil (que obtuvo Claudia Wilches en el Senado por La U en 2010) hasta 180 mil que consiguió Claudia Rodríguez en la aspiración a la Alcaldía de Bogotá en el 2000 cuando quedó en tercer puesto.

“Tienen una disciplina impecable. Son más disciplinados que el Mira”, nos dijo un funcionario del Gobierno que los conoce.

Y esa disciplina se activa en época electoral. Dos miembros de la campaña de Óscar Iván Zuluaga nos contaron, por aparte, que el trabajo de MCI fue clave en 2014 para que el entonces candidato uribista ganara la primera vuelta en Bogotá.

“Se organizan en grupos que llaman ‘células’. Cada una es de 12 personas con un pastor líder. Además, tienen sedes de su iglesia en los barrios, que nos servía para los eventos con el candidato. Su equipo de comunicaciones se inventó campañas virales para Zuluaga. El día de la campañas las células llevaron testigos electorales a las mesas de votación”, nos contó uno de ellos.

En el plebiscito también fueron claves. Un alto dirigente del uribismo nos contó que MCI lideraba cadenas de oración para que el No triunfara, lo que le dio un aire místico al Partido, porque “sentíamos que teníamos la ayuda de Dios”, nos dijo.

Esa fe y disciplina ayuda para multiplicar los votos. “Detrás de cada persona que asiste a MCI está la familia de ese feligrés. El pastor le dice al hermano que vote por alguien y muchas veces hace caso y su familia también”, nos dijo un conocedor de esa iglesia.

Pero esa ayuda tiene un precio.

Un exmiembro de las campañas uribistas nos contó que si bien la iglesia daba apoyos, también exigía dinero a cambio. “Teníamos que hacer eventos y cobraban el alquiler de los lugares, por las piezas publicitarias del No. Y lo cobraban más caro que si contratábamos por fuera (de la iglesia)”, nos dijo.

En contraprestación, Uribe les dio espacio en la Dirección de su Partido, además de manejar el comité de ética. Además, los metió en su lista cerrada lo que les ayudó a tener en 2014 un senador (Orlando Castañeda, exconcejal y pastor de MCI) y a un representante a la Cámara (Esperanza Rincón, también pastora y cofundadora del Partido Nacional Cristiano).

Uno de los detonantes del divorcio con el Expresidente es que éste no aceptó la petición de tener la Secretaría General del uribismo, que firma los avales.

Ahora, sin la sombrilla del uribismo cubriéndolos en listas cerradas, pondrán a prueba la disciplina de la que los Rodríguez Castellanos han vivido tantos años.

La apuesta

Con las listas que lanzan con Cambio Radical  apuntan a mantener su proyecto cristiano vivo, luego de que el Consejo Nacional Electoral aplazara para el 2018 la decisión de revivir el Partido Nacional Cristiano que el matrimonio fundó en 1987 y por el cual Rodríguez fue senadora en 1991.

Cambio le dio la cabeza de lista de la Cámara de Bogotá, donde MCI tiene su sede principal que alberga 30 mil seguidores. Allá estará Ángela Patricia Sánchez, una odontóloga del Bosque que fue candidata a edil de La U en 2011 y coordina las sedes de la Iglesia en las localidades de Bogotá.

La otra cabeza de lista es en Santander, donde MCI también es fuerte: ya había tenido un concejal en Bucaramanga y una candidata a la Cámara y además 20 sedes de la iglesia. Allá irá Giovanny Osorio, otro miembro de la iglesia.

La otras cartas son en Huila con René Jiménez Cobos, un ingeniero industrial. Es hijo del pastor principal de MCI en Huila y pusieron votos al Gobernador del Huila, el vargasllerista Julio González Villa y a Rodrigo Lara, alcalde de Neiva, con quien René trabajó como contratista.

En Cundinamarca estará David Hernández, líder de MCI en Soacha y en colombianos en el exterior, Maribel Espinel.

Así, el matrimonio Rodríguez Castellanos se reencaucha en el ruedo político en una lista en la que mostrarán si la cotizada que se pegaron estos días se traduce en votos. Y Vargas da un paso más a la derecha.

Soy la editora de la sección En Vivo, coordinadora de podcast de La Silla Vacía y dirijo los Huevos Revueltos con Política. Soy periodista de la Santo Tomás y tengo una maestría en ciencias políticas y relaciones internacionales de la Universidad del Rosario. Fui reportera política en El Nuevo...