La investigación por las coimas de la corrupta multinacional brasileña toca a dos personas del primer círculo del senador Bernardo ‘el Ñoño’ Elías.

Bernardo ‘el Ñoño’ Elías tiene desde el pasado 28 de febrero una investigación preliminar en la Corte Suprema, que está averiguando si el senador de La U tiene o no algo que ver en el escándalo de las coimas que dio en el país la corrupta multinacional Odebrecht. Así es que, si bien el anuncio esta semana de la Fiscalía de compulsar copias para que lo indaguen por eso puede complicarle la vida dependiendo de las nuevas pruebas, el golpe del ente acusador al congresista hoy es indiscutible por otro lado: por la vinculación al caso de dos de sus manos derechas.

 

En el comunicado del martes en el que la Fiscalía informa cómo va ese proceso y detalla que la plata que en Colombia pagó Odebrecht por concepto de sobornos superó los 11,1 millones de dólares que esa compañía reconoció haber dado en el país ante autoridades extranjeras, aparecen mencionados como próximos imputados dos personas del corazón de la Ñoñomanía, el movimiento de Elías.

Se trata de su prima hermana Básima Patricia Elías Náder y de uno de sus amigos y aliados más cercanos, Gabriel Dumar Lora.

Según la Fiscalía, Básima habría recibido dineros con destino al Ñoño y por ello le será imputado el delito de lavado de activos.

Como parte de un consorcio llamado Sión, de acuerdo al ente acusador, Gabriel habría contribuido para la simulación de contratos que nunca se ejecutaron pero sí se pagaron para hacer llegar las coimas a funcionarios y personajes involucrados en la red corrupta. Por ello le imputarán lavado de activos y enriquecimiento ilícito de particulares.

Sus vinculaciones al caso, que ayer fueron la comidilla en cada corrillo de Sahagún, el cordobés pueblo de los dos procesados y del Ñoño, son la evidencia de que al Senador le están intentando cerrar el cerco.

Básima Elías es nada menos que la persona de confianza que le maneja la agenda en Córdoba. No la de eventos sociales, sino aquella que organiza toda la estructura de la Ñoñomanía, esa poderosa máquina de votos con la que el Ñoño Elías consiguió ser el segundo senador más votado de la coalición del presidente Juan Manuel Santos en el país (el más votado es el también cordobés Musa Besaile, igualmente mencionado en el escándalo de Odebrecht).

Ella son los ojos y manos del congresista en su departamento en términos políticos, cuando éste está en Bogotá.

Es quien conoce y tiene interlocución a nombre del Ñoño con todos y cada uno de los más o menos 180 líderes (o “jefes”, como se les dice en la Ñoñomanía) que en total tiene ese movimiento en los municipios cordobeses. Entre ellos se cuentan diputados, concejales, posibles candidatos, pequeños empresarios.

Y en algunos casos también tiene comunicación directa con los votantes con los que se relacionan estos “jefes” o líderes en los pueblos.

Ese papel es clave para estructuras políticas tradicionales, como la del Ñoño Elías, porque éstas se sostienen básicamente sobre una relación de favores entre el político y los líderes que le consiguen los votos o los votantes directamente.

En las reuniones de este Senador con sus simpatizantes de Córdoba, Básima Elías es justamente quien anota esos favores o peticiones, que pueden ir desde una fórmula médica hasta ayuda para conseguir un puesto

También es ella quien lleva el posterior control de qué se le ha cumplido y a quién.

Si hiciéramos la comparación con Bogotá, podría decirse que la prima hoy en líos es el equivalente regional del alto funcionario que maneja el tradicional “computador de Palacio”, en el que el Gobierno Nacional lleva la cuenta de las cuotas de los congresistas.

De puertas de la Ñoñomanía para afuera, Básima tiene igualmente claro cuál es la representación que tiene el grupo, por ejemplo, en la Gobernación o en los entes nacionales con sede en la región.

Gabriel Dumar Lora, por su parte, es un abogado de Sahagún tan cercano al Ñoño que en dos ocasiones ha sonado para ser su candidato a la Gobernación y estuvo a punto de llegar a la gerencia nacional de Fonade (una de las entidades de la mermelada, como lo hemos contado) postulado por el grupo de ese Senador.

Según dos fuentes conocedoras de la movida política en ese municipio, quienes prefirieron no ser citados, ellos dos tienen una amistad personal desde hace muchos años.

Para las regionales de 2011, en representación del Ñoño, el nombre de Gabriel estuvo entre los precandidatos a la primera silla de Córdoba que fueron barajados por los movimientos de la Ñoñomanía, el de Musa Besaile y el de la exsenadora de La U investigada por parapolítica Zulema Jattin.

Elías, Besaile y Jattin se estaban poniendo de acuerdo para elegir una carta que les permitiera disputarle ese año la Gobernación al candidato del cacique liberal condenado por parapolítica, Juan Manuel ‘Juancho’ López Cabrales.

El elegido resultó ser finalmente el para entonces desconocido abogado, y a la postre gobernador, Alejandro Lyons (hoy prófugo por el robo a la salud y las regalías de Córdoba).

Sin embargo, cuatro años después Gabriel Dumar Lora volvió a sonar como aspirante a Gobernador de la Ñoñomanía, que lo bajó del bus cuando el Ñoño pactó con Musa Besaile ir juntos por esa silla pero en cabeza de Edwin Besaile (hermano de Musa y actual Gobernador).

Al año siguiente, el grupo de Elías intentó poner al abogado como gerente de Fonade, pero después de una puja en la que Simón Gaviria, entonces director de Planeación, se opuso argumentando que debían poner a alguien “técnico”, acabó llegando al puesto el ingeniero cartagenero Alfredo Ramón Bula Dumar, primo de Gabriel Dumar y quien contó con la bendición de Elías y Besaile, aunque luego rompieron.

El padre de Gabriel Dumar Lora, el ingeniero Luis Dumar Perdomo, está en la lista de contratistas que, individualmente o en consorcio, ganaron licitaciones para obras que se hicieron con la plata de la mermelada que gestionó en Bogotá el Ñoño Elías, como lo contamos en La Silla.

Al señor Dumar Perdomo nos lo describieron como un contratista de tradición que se hizo más allá de las relaciones de su hijo.

El comunicado de la Fiscalía que evidencia el golpe al corazón de la Ñoñomanía también toca a Gabriel Dumar vía la imputación anunciada en contra de Mauricio Vergara Flórez por los mismos delitos que el primero.

Vergara Flórez es un ingeniero y contratista de Sahagún a quien varias fuentes conocedoras nos describen como “la mano derecha” de Dumar.

Aunque ese dato no lo pudimos confirmar constatando los vasos comunicantes entre ellos, sí encontramos como particularidad que Vergara Flórez aparece como representante legal de un consorcio que en 2012 se ganó un contrato en Sahagún para pavimentar sus vías.

El contrato fue por 6.218 millones de pesos. El alcalde de Sahagún era entonces Carlos Elías, primo del Ñoño Elías. Y los miembros del consorcio eran Luis José Dumar Perdomo (padre de Gabriel Dumar) y Orlando Fabio Castillo Bermejo (otro de los contratistas de la mermelada del Ñoño, como lo contamos en La Silla).

Ayer, varios medios informaron que la Embajada de Estados Unidos le había cancelado la visa a este Senador, un asunto que todo el mundo interpretó como una movida para que no vaya a huir.

Desde plenaria en el Congreso, Elías aseguró que no se irá y que está presto al llamado de la Corte para aclarar lo que él considera “un impasse”.

“Un impasse” que ya toca a su primer círculo y cuyo desenlace determinará la suerte de una de las estructuras políticas tradicionales en región más poderosas del país, en términos electorales. Tanto, que fue factor clave para el triunfo de la reelección santista.  

Fue periodista de historias de Bogotá, editora de La Silla Caribe, editora general, editora de investigaciones y editora de crónicas. Es cartagenera y una apasionada del oficio, especialmente de la crónica y las historias sobre el poder regional. He pasado por medios como El Universal, El Tiempo,...