La Alianza Verde corre el riesgo de quedarse fuera del tarjetón presidencial

La Alianza Verde, que se propuso a principio de año ser el principal vagón del centro con la Coalición de la Esperanza, ahora pinta que va a cumplir un rol secundario más dedicado a su supervivencia jurídica. 

Las divisiones internas y movidas externas de otros jugadores del centro están llevando al partido hacia tres posibles escenarios que le quitan el protagonismo que soñaba tener: dejar en libertad a sus militantes, una escisión,  y no presentar un candidato presidencial con el sello ‘Verde-Verde’. 

Los caminos han sido planteados al interior del partido y en ellos coinciden las bases verdes en las regiones, a los que el partido consultará en los próximos días para definir qué rumbo seguir.

La carta que pide libertad para evitar escisión

El viernes pasado en la mañana, siete de los 19 congresistas verdes aterrizaron en una carta la propuesta de dejar en libertad a los militantes para que ellos decidan dónde quieren estar para las presidenciales: si en la Coalición de la Esperanza de Sergio Fajardo o el Pacto Histórico de Gustavo Petro. 

Esa idea ya se había ventilado hace unas semanas en reuniones internas ante la imposibilidad de ponerse de acuerdo en un mecanismo para elegir candidato. Pero esta vez aparecieron las firmas de quienes defienden esa idea. 

Ahí están el senador y precandidato presidencial Jorge Londoño, el senador petrista Yesid García (quien entró a reemplazar a Juan Luís Córdoba), el senador nariñense José Aulo Polo y los representantes a la Cámara Inti Asprilla, Katerine Miranda, León Freddy Muñoz, y César Zorro. Coinciden con la tesis que ha defendido el precandidato presidencial Camilo Romero. 

Los siete plantean que, además de que el partido ya había aplicado esta fórmula en elecciones pasadas como la de la Alcaldía de Bogotá en 2015 y segunda vuelta presidencial de 2018, ese camino evitaría que el partido termine en una escisión. 

“Se trata de evitar que el partido se fracture más de lo que está, una decisión libre y democrática”, dice el senador José Aulo Polo. 

La libertad sería hasta primera vuelta porque creen que la unidad es necesaria en segunda vuelta en caso de que un candidato alternativo llegue a la segunda. Así sea Gustavo Petro. 

Esa propuesta, en todo caso, mantiene unos vínculos con la Coalición de la Esperanza porque pide analizar la idea de sacar listas conjuntas a Senado y Cámara con los partidos que están ahí: Dignidad de Jorge Robledo, Nuevo Liberalismo de Juan Manuel Galán y el movimiento En Marcha de Juan Fernando Cristo. 

El interés de listas conjuntas es clave para el Verde porque, en el caso del Senado, arranca con el déficit de los votos de Antanas Mockus, de otros líderes como Juan Luis Córdoba que no van a regresar y de Iván Marulanda que está listo para regresar al Nuevo Liberalismo. 

Y para los de la Coalición porque, como contamos, el Nuevo Liberalismo va a tener poco tiempo para armar sus listas y necesita pasar el umbral (3 por ciento de los votos en el Senado) para mantener la personería. Dignidad de Robledo también se estrena en las elecciones con el reto de sobrevivir más allá del Polo.  

Si esa decisión no pega en el directorio Verde, la opción que proponen desde otro sector es la de escindir el partido. 

La escisión

Tras la propuesta de escisión del Verde está la senadora Angélica Lozano. Sostiene que las facciones del partido que quieren estar en la Coalición de la Esperanza no pueden quedarse maniatadas por los que no quieren. 

“El daño está hecho y eso no fue casual, fue una acción intencional de una minoría dentro del Verde que su corazón y la agenda política está con Petro. Entonces dijeron, somos minoría, ¿qué daño hacemos? Pues paralicemos la Coalición de la Esperanza ¿Cómo? Paralizando al Verde y lo han hecho, pero por fortuna estamos a tiempo y esto se pone en orden o nos escindimos”, dijo Lozano. 

La senadora relaciona ese estancamiento a las movidas del precandidato presidencial Camilo Romero y la gente que le copia en el partido. 

“La que planteó la propuesta de escisión, no una sino dos veces, fue la senadora Angélica. Yo el único poder que tengo en el partido es el de las ideas, y he insistido en unir a todo el bloque alternativo y no solo a los de la Coalición que decidieron sentarse con Duque en medio del paro nacional”, le dijo Romero a La Silla. 

A mediados de septiembre, la dirección nacional del Verde arrancará la consulta a las bases verdes para tantear el terreno sobre si hay más afinidad con la Coalición de la Esperanza o con el Pacto Histórico; e incluyó consultar si sonaba o no la idea de dividir al partido. 

Los resultados no serán la última palabra, pero sí le darán insumos al directorio para tomar una decisión final. 

La Silla Vacía habló con diez dirigentes verdes de Santander, Nariño, Cauca, Caldas, Huila, Cundinamarca y Valle. La sensación es que la escisión debe ser la última opción, que antes hay que insistir en el consenso o en el peor de los casos dejar a la gente en libertad. 

“Sería una irresponsabilidad dejar dividido al partido. ¿Para qué sacar candidato propio si se van a dejar en libertad? Para eso, pues no tengamos candidato. A mí me parece absolutamente irresponsable hablar de libertad. Sólo cuando no tengamos candidato propio, debemos pensar en la libertad o escisión, por el momento no”, dice Italo Pantoja, concejal Verde de Nariño. 

“Esas posturas lo que hacen es quitarle fortalezas al partido. El partido debería comenzar a mostrarse como partido. De oposición es el más fuerte, entonces me parece que debe generar una expectativa presidencial independiente y después sumarse a otros esfuerzos”, señala por su parte, Jeiver Tapia del Cauca. 

“Entonces yo creo que debe ser sensato que los elegidos o los simpatizantes puedan definirlo. Si no se encuentra un consenso, dejar a las personas en libertad para consideración para primera vuelta. Yo creo que venimos de un trabajo muy significativo que fue la ola verde cuando cuatro candidatos del partido Verde se acercaron y formaron la ola verde con militancia”, dice desde Manizales, Juan Barrera excandidato al Senado. 

“El partido debe ir primero con candidato propio a consultas y primera vuelta, y luego en segunda vuelta sí apoyar al candidato que se presente contra los candidatos tradicionales”, comenta desde Santander el concejal Danovis Lozano.  

Dejar en libertad a las bases o escindir al partido, abre las puertas a que el partido se quede sin candidato propio a la Presidencia. 

Sin el pan y sin el queso

De seis precandidatos presidenciales con los que arrancó el año, el Verde ahora solo cuenta en el firme con cuatro: Camilo Romero, Carlos Amaya, Antonio Sanguino y Sandra Ortiz. 

Pero, además de la división interna por en cuál coalición entrar y la posibilidad de dejar en libertad a la militancia, la entrada al tablero político de nuevos actores puede terminar con que ninguno de ellos llegue al tarjetón. 

Uno de esos nuevos actores es el exministro de Salud, Alejandro Gaviria. 

Horas después de anunciar su campaña, la representante Juanita Goebertus, arquitecta del acuerdo programático de la Coalición de la Esperanza, le cantó su apoyo a Gaviria. Lo hizo, no solo destacando su propuesta programática y su experiencia, sino también descartando de tajo las posibilidades de los precandidatos de su partido. 

“Ni Camilo Romero ni Carlos Amaya están preparados para ser presidente. Quizás hoy no tenemos un candidato fuerte”, dice Goebertus. 

Sobre las posibilidades reales de poder de los Verdes coinciden los que firmaron la carta pidiendo dejar en libertad a los militantes. “Tenemos más candidatos verdes que votos, no es coherente”, dice el senador Aulo Polo. 

Esas posturas contrastan con las visiones de Amaya, Sanguino y Ortiz, quienes arrancaron desde esta semana un proceso interno para definir entre los tres quién sigue en la carrera presidencial. Y que el que gane logre el aval.  

“El doctor Jorge Londoño también ha dicho recientemente en una entrevista que ninguno de los seis tiene opciones reales. Respetamos su posición, pero estamos los tres acá (Amaya, Sanguino y Ortiz) porque creemos que tenemos opciones y vamos a trabajar porque así sea y a unir fuerzas para ello”, comenta Amaya. 

Mientras que Romero, que va por su propio camino, dice que está recorriendo el país y que en noviembre tendrá más claro el panorama. En todo caso, advierte que de no encontrar espacio en la Alianza Verde no descarta otras opciones. 

La ventaja que tienen tanto Romero como Amaya para no quedar amarrados al Verde en el caso de que decidan no avalar a ninguno para dejar en libertad a sus militantes, es que no les podrían aplicar doble militancia en caso de querer irse porque los dos renunciaron el año pasado a sus cargos como directivos del partido. 

En ese escenario, el logo del Verde se quedaría por fuera del tarjetón.

Soy el periodista que cubre el Congreso. Estudié comunicación social y periodismo en la Universidad Surcolombiana. Antes hice parte de La Silla Sur. En 2020 gané el premio de periodismo Reynaldo Matiz y en 2021, 2022 y 2023 el premio Carlos Salamanca a mejor investigación. Escríbame al jortiz@lasillavacia.com

¡Hola! Soy Juan Felipe Rozo, literato de la Universidad Nacional y estudiante de la maestría en Periodismo de la Universidad de los Andes.