La pugna del uribismo por Bogotá

Aunque Álvaro Uribe ya le dio el espaldarazo a Pacho Santos como su único candidato a la Alcaldía de Bogotá, ahora la pelea es por cómo se va a conformar la lista al Concejo donde hay más precandidatos inscritos que curules para ocupar. Una situación que ha generado mucha inconformidad entre varios precandidatos por la forma en la que el Directorio Distrital Transitorio del partido está tomando las decisiones. Y donde se vuelven a revivir las viejas tensiones uribistas entre el ala de los “políticos” y de los “ideológicos” por quiénes van a poder quedar en los primeros puestos.

Aunque Álvaro Uribe ya le dio el espaldarazo a Pacho Santos como su único candidato a la Alcaldía de Bogotá, ahora la pelea es por cómo se va a conformar la lista al Concejo donde hay más precandidatos inscritos que curules para ocupar. Una situación que ha generado mucha inconformidad entre varios precandidatos por la forma en la que el Directorio Distrital Transitorio del partido está tomando las decisiones. Y donde se vuelven a revivir las viejas tensiones uribistas entre el ala de los “políticos” y de los “ideológicos” por quiénes van a poder quedar en los primeros puestos.

Como el Partido decidió que las listas que van a presentar en octubre van a ser cerradas, el orden en el que los nombres queden inscritos es clave. Por eso, la decisión de la cabeza de la lista al Concejo está en manos del Directorio Nacional. En cambio, el resto de nombres de la lista de 45 aspirantes se decidirá en una convención distrital que está agendada para finales de abril. 

Allí tendrán asiento, además de los 23 miembros del Directorio Distrital Transitorio, 120 delegados de los directorios locales (uno por cada localidad) donde están las bases del partido y los precandidatos a las Juntas Administradoras Locales, JAL, en Bogotá.

Los miembros del Directorio, según los estatutos del partido, tienen un poder adicional. Además de que pueden votar por cómo quedarán conformadas las listas al Concejo, pueden elegir las cabezas de listas a las Juntas Administradoras Locales.

El problema es que hoy, por lo menos 12 de los 23 codirectores de Bogotá son además precandidatos al Concejo. Esto, según cinco fuentes del uribismo en Bogotá consultadas por La Silla, les representa una ventaja: pueden abogar para que personas de sus estructuras políticas estén representadas en la convención distrital que elige el orden de las listas al Concejo. Una decisión que no será fácil porque ya hay más de 70 precandidatos inscritos para el cabildo, según le dijo a La Silla el director del Directorio Distrital, Miguel Uribe Londoño. 

Por eso, en Bogotá, la vieja tensión entre el ala que piensa en la estrategia política, que contó La Silla, y que propone que haya candidatos con maquinaria para que den frutos electorales y el ala más “purista” que prefiere un candidato bueno que pierda a uno politiquero que gane, se reedita en medio de pujas internas. Ya había ocurrido antes, cuando se eligió en la convención uribista a Óscar Iván Zuluaga como candidato a la presidencia y se repitió también con la conformación de las listas al Congreso. 

Pero ahora, las pujas internas en Bogotá  motivaron que ayer el director del Centro Democrático, Oscar Iván Zuluaga decidiera que estos codirectores que aspiran al Concejo, no podrán participar de la elección de las cabezas de lista a las JAL en Bogotá. Una muestra de que la discusión ha tenido resonancia dentro del partido. 

“Son 15 precandidatos que no podrán calificar a las cabezas de lista a las JAL. No van a ser juez y parte en la decisión. La decisión del partido es que ese sesgo se elimine”, le dijo Zuluaga a La Silla.

Los disidentes

Detrás de esta decisión de Zuluaga hay una solicitud por parte de un grupo de precandidatos al Concejo que se han declarado disidentes al Directorio Distrital porque ven la ventaja de que sus miembros, que también aspiran al Concejo, puedan ser jueces y partes en la decisión de cómo van a quedar armadas las listas. Su propuesta es que quienes aspiran y son codirectores renuncien al Directorio para dar garantías a los demás precandidatos.

“Es de sentido común. Hay un conflicto de intereses que se debe resolver con la renuncia de los codirectores del partido que están aspirando para darles garantías a los ediles de los otros (precandidatos)”, le dijo a La Silla un precandidato al Concejo que prefirió guardar su nombre. Lo mismo le dijeron a La Silla otras cuatro fuentes, entre ellos, dos precandidatos que están en esa disidencia y dos congresistas uribistas que conocen de cerca la disputa interna en el Centro Democrático.

Los disidentes se reunieron el pasado lunes, en una oficina del norte de Bogotá para enviar su propuesta al director del partido. Eran 12 militantes del Centro Democrático, entre los que había cinco precandidatos al Concejo y curiosamente, tres codirectores del directorio transitorio (dos de los cuales también aspiran al cabildo y otro que aspira a ser edil) pero que no han renunciado al directorio a pesar de que uno de ellos le dijo a La Silla que estaría dispuesto a hacerlo para que la decisión “sea transparente”.

Otro de los que estuvo presente en esa reunión fue Fernando Alameda, el director ejecutivo del Centro de Pensamiento Primero Colombia. Esa es la organización que promueve las tesis del expresidente Álvaro Uribe, muy cercano al senador José Obdulio Gaviria y que representa a buena parte del ala de los “ideológicos”.  

Aunque Alameda no aspira a ningún cargo en octubre, sí le dijo a La Silla que considera que no es ética la doble condición de aspirantes y codirectores en Bogotá por lo que está participando en varias reuniones como la del lunes con personas que piden la renuncia de los codirectores y precandidatos. Aunque aseguró que esto no se trata de una crisis sino de una manera de buscar la unidad en el partido. 

Sin embargo, esta no era la primera vez que se advierte el inconformismo de los precandidatos del uribismo al Concejo y a las JAL en Bogotá por este tema. La semana pasada, cuando arrancaron los talleres democráticos del uribismo en Bogotá, se repartió entre los asistentes un “comunicado” anónimo que “solicita la renuncia inmediata del actual Directorio Transitorio del Partido en Bogotá por información privilegiada y favorecimientos en contravía de otros sectores que nos inscribimos en el proceso sin las mismas garantías”. 

El comunicado (que conoció La Silla por alguien que estuvo en esa reunión y que también se publicó en twitter) dice que representa la posición de 43 precandidatos al Concejo (de los 200 que se inscribieron) y de 127 candidatos a ediles y denuncia, sin pruebas y sin nombres específicos, los posibles favorecimientos que tienen dos precandidatos al concejo que también son miembros del directorio.

Por ejemplo, menciona que la actual secretaria del Directorio es precandidata a pesar de que “tiene información privilegiada”. Se refiere a Carolina Villegas, que fue la coordinadora de la campaña a la presidencia de Zuluaga en Bogotá y que como Secretaria, será quien va a firmar los avales de los candidatos que elija la convención uribista para Bogotá, según le dijeron a La Silla tres personas del partido.

Villegas es además hija del ex secretario de Movilidad de Samuel Moreno, Luis Bernardo Villegas, y según dos fuentes distintas cercanas a la campaña en Bogotá, también fue asesora de la esposa de Samuel Moreno cuando éste era Alcalde. Y es la esposa de Juan David Ortega, que estuvo vinculado al escándalo de Agro Ingreso Seguro.

El comunicado también se refiere al uso que se le está dando a los recursos por reposición de votos que el CNE le da a los partidos después de unas elecciones. Según el documento, estos recursos “sólo están beneficiando a los candidatos que de manera directa apoya el directorio distrital y que desde que estuvimos en la primera vuelta cumplieron labores administrativas”.

Esa referencia atañe a otro precandidato al Concejo y miembro del Directorio: Juan Gabriel Castaño que fue el representante legal de las campañas del 2014 a Congreso y presidencia en el Centro Democrático y que era el que manejaba los recursos que entraban a la campaña.

Aunque el texto no presenta pruebas y es algo vago en sus afirmaciones, sí revela la tensión al interior del partido que se resolvió en parte con la decisión de Óscar Iván Zuluaga de que los que tengan la doble condición de ser precandidatos y codirectores no puedan votar por las cabezas de lista.

Varios precandidatos al Concejo se han quejado porque hay por lo menos otros 10 miembros del directorio que aspiran. Ellos son, según supo La Silla, Liliana Alfonso, ex edil de Suba y ex candidata a la Cámara por el Centro Democrático en Bogotá que se quemó en las elecciones de marzo, Javier Santiesteban, hermano del concejal del Polo, Orlando Santiesteban, y Oswaldo Parada, ex candidato al Senado del uribismo y presidente de un gremio de la seguridad privada en Bogotá.

También están en esa lista varios ex ediles o excandidatos a ediles en Bogotá como Ivan Diaz Tamayo, José Gómez Botero, Carlos Gabriel Camacho (que es fórmula del representante Edward Rodríguez). Y otros tres miembros del Directorio Distrital como el pastor cristiano, Jaime Fonseca, el coronel retirado de la policía, Carlos Julio Castro, y Carlos Darío Córdoba.

“Hay una rosca dentro de la campaña. Ellos están detrás de sus intereses politiqueros para ver como llegan a cumplir sus intenciones personales”, le dijo a La Silla una fuente de ese partido que está dentro de la campaña en Bogotá. Lo mismo corroboraron otras dos fuentes.

Además de los precandidatos mecionados, la otra manzana de la discordia en esta pelea es el papel que le ha dado al Directorio Distrital del partido su director, Miguel Uribe Londoño. Como contó La Silla, Uribe es quien representa al ala de los políticos dentro del Directorio Distrital, junto con los representantes a la Cámara, María Fernanda Cabal y Edward Rodríguez, que también son miembros del Directorio.

“Él les da juego a ellos, está con ellos y les ayuda”, dijo otra de las fuentes consultadas que agregó, “el problema de los disidentes es que no están en esa rosca”.

A Miguel Uribe también lo menciona -aunque sin nombre propio- el comunicado que se repartió en el taller democrático y que aunque no es candidato, es quien está al frente de la mecánica para que el Centro Democrático en Bogotá elija los nombres que integrarán las listas en las convenciones distritales y locales que se harán entre marzo y abril.

Según el documento, Uribe Londoño tiene “candidatos propios” al Concejo, lo que los pone en mejor posición frente a otros precandidatos. Según tres fuentes de ese partido consultados por La Silla, ellos son Oscar Bernardelli, amigo de su hijo el concejal liberal Miguel Uribe Turbay, y Juan Gabriel Castaño. Miguel Uribe Londoño niega que haya favorecimientos y asegura que estos son solo chismes.

Para Francisco Santos, el candidato único del Centro Democrático a la Alcaldía de Bogotá, esta pelea es “una tormenta en un vaso de agua”. “Todavía no hay ningún candidato, todos son precandidatos. Y es normal que en este proceso se den estas discusiones pero todo el mundo está trabajando para la campaña y vamos a hacer una campaña unida”, le dijo a La Silla.

Sin embargo, la decisión de Zuluaga demuestra que sí hay una controversia que el partido quiere resolver aunque aseguró que las intenciones de los disidentes de renovar el Directorio Distrital no se van a cumplir.

“No se va a a reacomodar el Directorio”, le dijo Zuluaga a La Silla. “Lo que se está evaluando es si vamos a hacer una consulta interna para que el orden de las listas sea abierto y los 80 mil miembros que están carnetizados en el partido puedan votar para definir el orden de la lista. Es un mecanismo democrático y la resolución saldrá en los próximos días”.

Eso es lo que está en juego ahora que el partido está a punto de iniciar las convenciones locales y distritales para resolver el orden y los nombres que integrarán las listas en Bogotá. Una cuestión que por ahora, todavía deja dudas entre los militantes del partido porque aún no es claro cuál va a ser el mecanismo que se va a usar para que esa selección sea democrática y no favorezca intereses particulares como denuncian que está sucediendo ahora. 

Fui periodista de La Silla Vacía a cargo de cubrir Bogotá, el Congreso y las movidas de poder en el Pacífico. Soy politóloga con maestría en periodismo. Me gusta el periodismo de datos, el reportaje y hago fact checking.