Esta columna fue escrita en coautoría con Juliana Forigua-Sandoval* y Laura Giraldo-Martínez**.

El 14 de marzo se conmemora el día internacional de acción por los ríos. El propósito de esta fecha es promover y visibilizar el cuidado y la protección de la principal fuente de agua dulce del planeta e invitar a la ciudadanía a que se sume a los esfuerzos colectivos para defender los ríos. 

En Colombia, los ríos están bajo diversas presiones que incluyen intereses de industrias extractivas, hidroeléctricas, contaminación, agroindustria y expansión urbana, las cuales deben entenderse en contextos particulares y teniendo en cuenta las disputas entre distintos actores por controlar el territorio y sus fuentes hídricas.

Al considerar estos retos, en este día de conmemoración de acción por los ríos, queremos resaltar iniciativas y acciones de diferentes organizaciones, comunidades, familias y habitantes de territorios ribereños.

Los esfuerzos colectivos para rescatar, cuidar y defender los ríos brotan en el día a día y conectan diversas experiencias y formas de habitarlos para hacer frente a una visión netamente capitalista y antropocentrista.

A través de pequeñas acciones y movilizaciones masivas las comunidades reivindican que los ríos son mucho más que un recurso para ser explotado.

La macrocuenca Magdalena-Cauca es la principal red de agua dulce del país. Por ello, queremos resaltar las experiencias plurales de defensa de los ríos Magdalena, Bogotá y La Miel con el fin de reconocer la conexión, los tejidos y la complejidad de las zonas ribereñas del país.

Queremos invitar a la sociedad civil a abrazar a los ríos como redes que cobijan montañas, quebradas, páramos, lagos, lagunas, humedales, ciénagas y caños donde cohabitamos con una gran diversidad de vida acuática y anfibia.

Río Magdalena: la pesca artesanal y la reparación de la vida en la ciénaga

El Río Magdalena está atravesado por diversos conflictos y tensiones socioambientales que generan impactos negativos en humedales y complejos cenagosos, los cuales son el medio de vida de comunidades pescadoras. En concreto, la pesca artesanal se ha visto afectada por los procesos de infraestructura del río como la construcción de hidroeléctricas y derrames de petróleo por parte de Ecopetrol.

El diseño de infraestructuras no ha tenido en cuenta la interconexión entre ciénagas, el viaje de sedimentos y el ciclo de reproducción de los peces. Actualmente, las ciénagas están sufriendo un proceso de desecamiento que pone en riesgo la biodiversidad y las posibilidades de vida acuática y ribereña.

Para enfrentar esta situación, las comunidades pescadoras del Magdalena Medio, desde diferentes organizaciones y colectivas, han gestionado programas de recuperación, restauración y rehabilitación de sus ciénagas y caños con el fin de cuidar a los peces y manatíes. La reivindicación de la pesca artesanal como una práctica sustentable posibilita la gestión de actividades productivas que benefician la reproducción de la vida.

La creación de acuerdos comunitarios de pescadores sobre el cuidado de las ciénagas se complementa con la revitalización de la cubierta vegetal del río, la conservación de semillas, la protección de flores y la producción de cultivos de pan coger. Reparar el río implica visibilizar las iniciativas que, desde acciones cotidianas, se enfrentan a distintos actores armados e instituciones público-privadas para reconectar el Magdalena. 

Foto: Ciénaga El Llanito, Barrancabermeja. Juliana Forigua-Sandoval

Río Bogotá: cada acción cuenta para revitalizar el río, sus bosques y humedales

Pese haber sido declarado muerto durante décadas, personas, comunidades y diversas alianzas público-privadas están proponiendo acciones para el cuidado y recuperación del Río Funza o Río Bogotá.

Reparar el río se plantea urgente desde su nacimiento en el páramo de Guacheneque, en Villapinzón, pasando por el bosque ripario de Chocontá y Suesca, los humedales de la Sabana de Bogotá y el bosque de niebla del Salto del Tequendama hasta su desembocadura en el río Magdalena.

En la cuenca alta del Río Bogotá la restauración ecológica del páramo y el bosque altoandino y la gestión y gobernanza del agua de los nacimientos a través de los acueductos veredales se articulan para la recuperación de esta red fluvial que ha sido altamente contaminada.

Cada metro de bosque restaurado cuenta. Cada acción individual o colectiva posibilita la rehabilitación del río. Cada especie nos habla de la resiliencia y vida en los páramos y humedales que lo conforman.

Actualmente se suman iniciativas de educación ambiental, turismo comunitario y de monitoreo participativo de la calidad del agua y de la conectividad entre corredores de plantas y animales para construir un futuro distinto para el río.

Foto: Nacimiento del río Bogotá, páramo de Guacheneque. Laura Giraldo-Martínez.

Río La Miel: comunidades campesinas se organizan para defender y abrazar el río

Las historias que narran quienes habitan el Río La Miel están llenas de memorias del conflicto armado y del miedo y dolor que esta época trajo consigo. La presencia de grupos guerrilleros y paramilitares en la zona hizo que, por mucho tiempo, el río fuera un espacio temido donde podía terminar el cuerpo propio o el de un ser querido.

Sin embargo, a partir de la firma del acuerdo de paz en 2016 y la salida de los grupos armados del territorio, las comunidades del oriente de Caldas están sumando esfuerzos para reparar su tejido social, convivir pacíficamente y resignificar su relación con el río como una fuente de vida.

Cuidar y reparar el río son procesos comunitarios íntimamente ligados con la construcción de paz. Sin embargo, la esperanza de las comunidades de no repetición de episodios de desplazamiento se ve amenazada por la presión de intereses económicos que buscan utilizar el agua del río para la producción de energía hidroeléctrica.

Los proyectos hidroeléctricos afectan los medios de subsistencia de los habitantes ribereños (pesca y agricultura), desplazan la población y generan grandes transformaciones en el ecosistema. Estos efectos han sido experimentados de primera mano por los habitantes del río La Miel tras los impactos de proyectos como la hidroeléctrica el Edén y el trasvase del río Manso

Tras estas experiencias, las comunidades campesinas del oriente de Caldas se han organizado y movilizado para rechazar la construcción de nuevas hidroeléctricas en su territorio. Recientemente, se realizó un cabildo abierto y se interpusó una acción popular para frenar el proyecto “a filo agua” Miel II

En el oriente de Caldas la defensa del agua, la vida y el territorio toma forma de abrazo campesino y levanta su voz para reivindicar un campo con agua, agro productivo y ecosistemas diversos. 

Foto: Quebrada afluente del Río La Miel – Samaná Caldas. Ana María Arbeláez-Trujillo

Conectar los ríos en Colombia y el mundo

Las experiencias de los ríos Magdalena, Bogotá y La Miel evidencian que los ríos están entretejidos por diversidad de actores, pueblos, comunidades humanas y no humanas que son claves para construir la gobernanza de los ríos y el agua en Colombia.

En alianza entre la Universidad de Wageningen, en Países Bajos, universidades colombianas y diversas organizaciones sociales, fundaciones y asociaciones ambientales del país, se están llevando a cabo los proyectos de doctorado River Commons y Riverhood.

Estos pretenden reflexionar sobre los ríos desde perspectivas que dialoguen con los diferentes saberes y conocimientos de sus habitantes, así como fortalecer las iniciativas de organizaciones sociales que luchan por la vida. 

Los ríos Magdalena, Bogotá y la Miel hacen parte de este proceso de investigación. A estos se suman otros ríos de Colombia, Ecuador, Zambia, Sudáfrica, India, Tailandia, España y Países Bajos.

Para conocer más sobre los proyectos, visiten la página web.

Foto: Laura Giraldo- Martínez. Puerto Wilches.

Juliana Forigua Sandoval

Filósofa ambiental e investigadora de doctorado de la Universidad de Wageningen (Paises Bajos). Actualmente se encuentra investigando procesos de justicia ambiental en el río Magdalena.


Laura Giraldo-Martínez

Estudió filosofía, fotografía y geografía. Como investigadora del proyecto River Commons de la Universidad de Wageningen (Paises Bajos), aborda procesos de memoria ambiental e infraestructuras ribereñas en la cabecera del río Bogotá.


Ana María Arbeláez Trujillo

Investigadora de doctorado en la Universidad de Wageningen – proyecto Riverhood. Abogada de la Universidad de Caldas con Especialización en Derecho Ambiental de la Universidad del Rosario y Maestría en Políticas Públicas del International Institute of Social Studies de la Universidad Erasmus de Rotterdam.


Investigadora de doctorado en la Universidad de Wageningen - proyecto Riverhood. Abogada de la Universidad de Caldas con Especialización en Derecho Ambiental de la Universidad del Rosario y Maestría en Políticas Públicas del International Institute of Social Studies de la Universidad Erasmus de Rotterdam....