Roy Barreras estuvo esta semana en Colombia, participó del consejo de ministros invitado por el presidente Petro, se reunió con el alcalde electo Carlos Fernando Galán, con altos funcionarios del gobierno y se encontró con algunos líderes de su partido político, la Fuerza de la Paz. Aunque sonó como nuevo ministro, él lo descartó y dijo que por ahora seguirá como embajador en Londres. Lo que no está descartado, así él diga que es prematuro, es su candidatura presidencial en 2026.

Para ese objetivo, será clave su partido político que nació este año y que sacó un millón de votos en las elecciones regionales de hace tres semanas. La estrategia que mostró la primera contienda en la que participó la Fuerza de la Paz, es que Roy intenta moverse de la izquierda, con la que hizo coalición a través del Pacto Histórico en 2022, hacia el centro, con las alianzas que selló con partidos tradicionales este año.

Los partidos tradicionales fueron sus socios en las regionales

Las elecciones regionales fueron el bautizo para la Fuerza de la Paz, que nació en la reciente explosión de partidos políticos como una escisión de la Alianza Democrática Amplia (ADA). Pero el camino que tomó el partido de Roy para consolidarse en las regiones no fue el del Pacto Histórico, del que hizo parte en las legislativas, sino el de los partidos tradicionales, que tienen más experiencia en esta contienda.

Ricardo Castro, presidente del partido de Roy, explicó esas alianzas con los partidos tradicionales: “al elegir los avales nosotros revisamos el perfil de los candidatos y muchos habían sido mandatarios durante el gobierno Santos, habían trabajado en el acuerdo de paz y tenían una cercanía con nuestra visión”, dijo.

Según Castro, esa fue una de las razones para el apoyo, por ejemplo, a Dilian Francisca Toro en el Valle, de quien fue asesor cuando fue gobernadora en su primer período. 

La apuesta inicial de Roy para fortalecerse en las regionales era tener 15 candidatos propios en las ciudades capitales y 18 en las gobernaciones, pero su salida de la presidencia del partido por su nombramiento como embajador del Reino Unido, le quitó fuerza a la negociación de avales propios.

Sin Roy a la cabeza de la Fuerza de la Paz, el partido no logró ser el aval principal de candidatos que resultaron ganadores en las capitales como Dumek Turbay en Cartagena y Jorge Rojas en Manizales. En la única ciudad capital donde ganó en solitario fue en Tunja, con el colomboruso Mikhail Krasnov. 

Según Albeiro Bohórquez, coordinador del partido en Norte de Santander, la estrategia de aliarse con los políticos tradicionales también se hizo en las alcaldías, aunque sin logo. Un ejemplo fue en Cúcuta donde respaldaron a Jorge Acevedo, quien iba por firmas y se adhirieron a este en medio de la campaña.

En gobernaciones, su estrategia para reclamar victorias fue la del coaval de candidaturas de partidos tradicionales. Sus seis candidatos en solitario en los departamentos no ganaron, pero en coalición lograron casi un tercio de las 32 del país. Su logo de la paloma de la paz apareció en victorias como la de Dilian Francisca Toro en el Valle, Jorge Rey en Cundinamarca, Yamil Arana en Bolívar y Lucy Inés García en Sucre, que tenían avales principales de partidos tradicionales como La U, Cambio Radical, Conservador y Liberal, respectivamente. 

En otros departamentos, la Fuerza de la Paz también apeló al antiguo matrimonio de Roy con La U, el partido al que perteneció por 11 años. Apoyaron a candidatos que tenían aval principal de La U y que resultaron ganadores, como Arnulfo Rivera en Guainía, Carlos Andrés Marroquín en Putumayo, Henry Gutiérrez en Caldas y Jairo Aguilar en La Guajira.

Hoy el partido de Roy tiene una única congresista que es su exesposa, Gloria Arizabaleta, quien se mantiene como parte del Pacto Histórico. Y a pesar de que Barreras se mantiene dentro del gobierno Petro, en muchas regiones los candidatos que apoyó se enfrentaron a los que tenía el Pacto, como en el caso de Valle y Cundinamarca.

Y entre las sumas de la Fuerza de la Paz también hay gobernadores identificados por el presidente como cercanos al gobierno, como el caso del cacique Liberal Rodrigo Villalba en Huila y de Yeison Ferney Rojas en Guaviare, elegido de una combinación de partidos tradicionales como el Conservador y alternativos como el Verde. 

En todo el país, el partido de Roy entregó más de 3200 avales y tras medirse por primera vez su balance general fue de diez gobernaciones en coalición, 80 alcaldías — 10 en solitario, 13 como aval principal de una coalición y 70 en coaliciones — cuatro diputados y 155 concejales en el país.

Un partido de centro y no de izquierda 

En varias ocasiones, Roy Barreras ha dicho que él es un “santista no vergonzante” y por eso, afirma, respalda las tesis del expresidente sobre “la paz, la tercera vía y el buen gobierno”. Por eso, el lanzamiento de su partido en febrero estuvo rodeado de figuras de ese gobierno como los exministros Aurelio Iragorri, Germán Cardona y Yesid Reyes, el exprocurador Fernando Carillo y la exsecretaria de Presidencia, María Lorena Gutiérrez.

Esa declaración ideológica y quienes estuvieron con la Fuerza de la Paz desde su nacimiento, implicaban un distanciamiento del Pacto Histórico, que se materializó en la campaña regional.

“Si bien acompañamos el proceso del presidente Petro en las listas de coalición por el Pacto Histórico, nosotros somos más un partido de centro y no consideramos que la paz se pueda alcanzar con los extremos, por eso nos alejamos de la extrema derecha y extrema izquierda”, dijo Castro.

Su explicación para haberse alejado de la coalición de izquierda en la campaña pasada es porque “tenemos una diferencia programática, quisimos ser una alternativa como partido de centro para los que solicitaron los avales”.

El directivo de la Fuerza de la Paz explicó que acompañan al gobierno Petro en temas como el cumplimiento del acuerdo de paz, pero también han marcado diferencias. “Se pueden notar en el ejercicio de Roy cuando fue senador, como en la reforma a la Salud”, agregó.

La apuesta hacia la paz en las elecciones, como herencia política del santismo, fue la estrategia que trazó Roy Barreras antes de asumir la embajada para tener candidaturas fuertes en los municipios Pdet, que son zonas del país afectadas por el conflicto armado donde el acuerdo de paz con las Farc dejó trazados planes desarrollo especiales. 

Los frutos se consiguieron en ocho alcaldías de estos municipios. En solitario, la Fuerza de la Paz logró las alcaldías de El Tarra, Norte de Santander, donde se construirá la Universidad del Catatumbo y Santa Bárbara y Olaya en Nariño. Y en coalición consiguieron las de Mosquera en Nariño, López de Micay en Cacua, San Juan y Nóvita en Chocó y Uribe y Vista Hermosa en Meta.

La apuesta por la candidatura de Roy en 2026

Esta semana que estuvo en Colombia, Roy Barreras aterrizó como embajador, pero rápidamente lo perfilaron como nuevo ministro del gobierno Petro y como posible candidato presidencial en 2026. 

La noticia de su posible llegada al gabinete fue porque estuvo en el consejo de ministros del lunes pasado en la Casa de Nariño. Una fuente que asistió al consejo y que pidió la reserva de su nombre, le contó a La Silla que la presencia de Roy sorprendió por la invitación que le hizo directamente el presidente Petro y que en la reunión él estuvo como “un estudiante asistente”, sin intervenir.

“Hay que estar loco para cambiar la tranquilidad de Londres por el exceso de trabajo, pero yo estoy loco de amor por Colombia”, respondió Roy Barreras a los medios sobre el rumor, sin cerrar del todo la puerta ante lo que pueda definir el presidente. Aunque aclaró que no le han hecho ningún ofrecimiento. 

Sobre la posibilidad de ser candidato presidencial, Roy también respondió criticando la precocidad de candidaturas presidenciales, entre ellas la de Daniel Quintero, uno de los que intenta quedarse con el espacio político del presidente Petro. “Estamos en 2023, pero hay unos exalcaldes por ahí, como el de Medellín, que se tiran a la piscina antes de construirla, me parece que es demasiado prematuro”, dijo. 

Una fuente del círculo cercano de Barreras le contó a La Silla que sus planes son estar en la embajada en febrero de 2025, cuando se celebrarán los 200 años de las relaciones bilaterales entre Colombia y el Reino Unido, y devolverse a Colombia para empezar a hacer campaña en mayo de 2025, justo un año antes de la primera vuelta presidencial. 

La representante Gloria Arizabaleta, exesposa de Roy Barreras, fue una de las fundadoras de la Fuerza de la Paz, pero rápidamente renunció a su cargo. Ella fue elegida dentro de las listas del Pacto Histórico y le contó a La Silla sobre los planes que conoce del expresidente del Senado: “Yo he escuchado qué él viene a finales del próximo año a aspirar a las contiendas presidenciales”. 

Y en Fuerza de la Paz, su partido, ya comenzaron los planes para las elecciones legislativas. Sus directivas le contaron a La Silla que en 2024 iniciarán una “reorganización a nivel territorial” para armar sus listas al Congreso que, de entrada, irán sin el Pacto Histórico. Aunque esa es otra puerta que tampoco está cerrada.

Dependiendo de lo que ocurra en el gobierno del presidente Petro, las dos opciones de Roy Barreras son participar en la consulta presidencial de centro o en la del Pacto Histórico, a la que estaba inscrito en 2022, pero finalmente renunció para ser candidato al Congreso.

El acercamiento en las elecciones que pasaron a los partidos tradicionales con los que antes se relacionaba en el Congreso, el millón de votos que reclama su partido y su apuesta ideológica por consolidarse como una figura de centro, a pesar de haber estado en la coalición que llevó a Petro a la Presidencia, son la base de Roy Barreras para un eventual aterrizaje como precandidato presidencial, que él aún quiere retrasar.

Soy politólogo de la Universidad Nacional de Colombia. Fui el practicante de redacción durante el 2023, cubrí las elecciones regionales en todo el país, especialmente en Arauca y Bogotá. En ese tiempo realicé investigaciones sobre política partidista y su financiación a través de los empresarios...

Nací en Armenia. Estudié periodismo en la Universidad de Manizales. Y tengo una maestría en estudios políticos y relaciones internacionales de la Universidad del Rosario de Bogotá, donde vivo desde 2011. Fui jefe de emisión de Blu Radio, director del programa de debates El Andén, editor general...