En sus propias palabras: “el mejor de la historia”, “la mejor formación de personas de mi edad”, y “un Fiscal que no tiene jefe”. Los seis momentos del delirio de poder del Fiscal General.

La Fiscalía General es un cargo poderoso. Comanda una fuerza de 23 mil funcionarios, tiene un presupuesto este año de más de 4,1 billones de pesos, y puede influir en quién va y quién no va a prisión, incluso antes de que la justicia haya comprobado un delito. 

Además, la Fiscalía es una plataforma influyente para intervenir en los temas claves del país, como el crimen, el conflicto, el narcotráfico y la corrupción. 

Ese poder ha tenido consecuencias extrañas en curtidos servidores públicos, que lo terminaron ejerciendo con excesos y excentricidades. 

Por ejemplo, Mario Iguarán contrató un brujo para hipnotizar a altos funcionarios y le dio oficina, honorarios y carro blindado. Eduardo Montealegre dio millonarios contratos a magistrados que votaron a su favor y periodistas que encargó de documentar su gestión. Viviane Morales, mientras ocupaba el cargo, se casó y procedió a investigar al Comisionado de Paz, quien reveló que su marido era asesor de paramilitares. 

Apenas en su primer año, el fiscal Francisco Barbosa ha mostrado que el poder de la Fiscalía hace estragos en la percepción que proyecta de sí mismo, de sus capacidades y de su gestión. A pesar de todos los precedentes extraños en la Fiscalía, el delirio de grandeza de Barbosa no tiene ninguno similar.

En orden cronológico, estos han sido los seis momentos que han marcado la creciente megalomanía del Fiscal.  

1. De los más preparados de su generación

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Barbosa arrancó su fiscalía con una concepción muy generosa de su nivel de preparación para el cargo. En una de sus primeras entrevistas, 10 días después de posesionarse, recitó su hoja de vida entera en Noticias Caracol usando el pronombre personal “yo” siete veces. Lo hizo respondiendo a una pregunta sobre si le convenía al país tener a un Fiscal que era el mejor amigo del Presidente. 

Pero en su respuesta Barbosa fue más allá. Descartó, con alta probabilidad, que alguien más de su edad en todo el territorio nacional pudiera tener una preparación similar, y se autoproclamó la persona mejor formada de su generación. 

Difícil competir con alguien que ya ha hecho “todo lo que puede hacer una persona” cuando no ha llegado ni a los 50 años. Una imagen propia curiosa, para un académico que llegó a la Fiscalía General con poca experiencia o conocimientos especializados en derecho penal, como lo contamos cuando fue elegido .  

 

2. La mejor Fiscalía de la historia

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Para mayo del 2020, con solo tres meses en el cargo y en plena pandemia, el hombre mejor preparado de su generación ya estaba haciendo la mejor Fiscalía de la historia (¿la historia del país?, ¿del mundo?, difícil decirlo). 

Menos mal el Fiscal Barbosa no mira las redes sociales, donde esta afirmación generó muchos comentarios. Porque para él es “absolutamente fundamental” no leer críticas hacia su gestión, como le dijo a Vicky Dávila en esa entrevista, donde habló de sus logros tras haber cumplido el 8 por ciento de su periodo de 4 años. 

Un buen ejemplo de lo que podríamos lograr todos si dejáramos de perder tiempo en las redes.

 

3. El segundo cargo más importante del país

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Al menos Barbosa reconocía tácitamente que su mejor amigo, el presidente Duque, tenía un cargo de mayor importancia. Hoy eso ya no es tan claro. 

En la Constitución no hay una jerarquización de los cargos públicos. Pero asumiendo que el primero es el de Duque, Barbosa como Fiscal (según Barbosa) superaría en importancia a la vicepresidenta, a todos los ministros y a los encargados del resto de las ías. Por ejemplo, el Contralor, que estaba sentado al lado de Barbosa cuando dio las declaraciones. 

Lo importante era dejar claro que, siendo el segundo cargo más importante del país, le compete irse a San Andrés de puente con la familia en plena pandemia.

 

4. La Fiscalía soy yo

 

 

Para noviembre de 2020 Barbosa le dio un giro a la estrategia de comunicaciones institucional, que consistió en atribuirse personalmente varios de los logros de la Fiscalía. El cambio lo contamos en esta historia, donde encontramos otro hito de su gestión: es el primer Fiscal de la historia en contratar a un estratega político.   

Ahora Barbosa no solo lidera la Fiscalía, sino que la personifica. Así se hizo manifiesto en la campaña por la eliminación de la violencia contra la mujer que lanzó la Fiscalía en noviembre del año pasado, cuando la entidad replicó en su página oficial una nota de W Radio con el titular “El que se meta con una mujer se mete también con el fiscal: Francisco Barbosa”. 

El Fiscal General pasó a estar en todos lados. Gracias a Barbosa, fue capturado un criminal contra menores de edad en Ituango, Antioquia. 

Gracias a Barbosa cayó un líder de los Pachenca.

Barbosa y la Fiscalía, el mejor de su generación y la mejor de la historia.

 

5. El Fiscal incuestionable

A principios de este año, el Defensor del Pueblo, Carlos Camargo, le pidió al Fiscal que tomara medidas para proteger vidas civiles en El Salado. El mensaje de Camargo fue contestado por Barbosa con indignación y en un lenguaje atípico para las formas habituales entre funcionarios de ramas distintas del Estado: 

”Le recuerdo que la función de la Defensoría no es la de atribuirle responsabilidades y nuevas funciones constitucionales a la Fiscalía General de la Nación (…) Más bien, lo invito a que antes de remitir este tipo de comunicaciones, se informe del rol acusador de la Fiscalía.”

De nada valió la cercanía del Defensor Camargo con el presidente Duque y el Centro Democrático. Es como si el Defensor no supiera que estaba cuestionando al hombre en el segundo cargo más importante del país.

 
 

6. Un Fiscal que se manda solo

 

 

Tras un año en la Fiscalía, hay indicio de que el segundo cargo más importante del país le quedó pequeño a Francisco Barbosa. Ya ni el presidente Duque está por encima. Ni qué decir del pueblo colombiano, la Constitución, o la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes, el órgano que juzga al Fiscal, a los Magistrados, y al Presidente. 

La megalomanía máxima (hasta ahora) del Fiscal se disparó, de nuevo, frente a la pregunta de si seguía instrucciones de su mejor amigo, el presidente Duque. 

Inseguridades, pensarían algunos, si no se tratara del mejor Fiscal de la historia, la persona más preparada de su generación, el hombre que personifica a la Fiscalía, y ya no estamos seguros si apenas el segundo cargo más importante del país.

 

Fui periodista de ciencia y salud en La Silla Vacía de 2021 a 2022. También he trabajado en investigación y publicaciones científicas con el grupo de investigación de neurocirugía de la Fundación Santa Fe de Bogotá.