El discurso de Petro: decenas de lugares comunes, tres consignas, dos sorpresas, y una ilegalidad

 

 

Ayer Petro habló largo y aunque citó a Aristóteles no fue profundo. La ceremonia había comenzado con un discurso casi delirante de la alcaldesa Clara López en el que reivindicaba los “avances” de Bogotá, cuando todos los indicadores señalan que en estos cuatro años la ciudad retrocedió prácticamente en todo aquello que depende de la alcaldía. No mencionó una sola vez la palabra corrupción y con convicción casi esquizofrénica dijo que el Polo había demostrado que podía gobernar y que podía hacerlo bien.

Después, habló el Alcalde. El acto era histórico. Petro es el ex guerrillero que llega a la más alta responsabilidad pública. Es símbolo de reconciliación y, en la práctica, es el primer gobierno verdaderamente de izquierda que tiene Bogotá.

El Alcalde entrante explicó durante casi 90 minutos la esencia de su slogan de campaña, Bogotá Humana Ya. Su larga exposición se puede resumir en varios lugares comunes, tres consignas de campaña –no de la de ahora, sino la presidencial del futuro-, dos temas que no parecen suyos y la primera alcaldada.

 

1. Las frases que ya han dicho los publicistas

Petro es sobre todo un buen orador. Domina el arte de hablar con elocuencia, es decir, según el diccionario, es eficaz para persuadir o conmover, para dar a entender algo con viveza. Esa habilidad le permite usar frases comunes y más o menos vacías, que por sus ademanes parecieran estar revelando algo desconocido. “ El agua es sinónimo de vida” dice y hace una pausa mientras el auditorio asimila y aplaude. Los publicistas de Agua Cristal usaron la expresión en la campaña Salvamar de 1.998.

“Con exclusión no hay democracia” dijo después y le pareció tan novedoso que lo repitió varias veces. Lo decía para justificar la importancia de masificar el acceso a la banda ancha de Internet y prometió que aseguraría a los jóvenes de colegios públicos ese derecho. A Petro no le han contando que las 770 edificaciones de los colegios públicos del Distrito tienen esa conexión hace más de cuatro años. Ya se enterará.

Hubo más lugares comunes pero por lo largo del discurso el auditorio fue perdiendo capacidad de asombro y admiración. 

 

2. Las bases de la campaña presidencial

Para nadie es un secreto que Gustavo Petro tiene aspiraciones presidenciales y que su movimiento Progresistas tendrá como cabeza de lista al Senado a Antonio Navarro, nuevo miembro transitorio del gabinete bogotano. Las expresiones del Alcalde han dejado claro que la insignia política que usarán será la de la reconciliación, la de la paz, la misma que usó el EME en su incursiones políticas anteriores. Eso justifica la intervención de Carmen Palencia, vocera de las víctimas, en la ceremonia de posesión del Alcalde.

Eso también explica que “la paz” haya sido un recurso retórico varias veces usado y que haya insistido en que Bogotá será solidaria con las demás regiones del país, a pesar de que haya reclamado más regalías para la Capital, que fue la causa de la protesta de 200 alcaldes entrantes que esperan que se cumpla la promesa de que la modificación de las reglas de juego de distribución de ese recurso se justifica precisamente para darle tratamiento privilegiado a las entidades territoriales más pobres del país.

 

3. Lo que debió sorprender a sus electores

Dos de los apartes de la intervención del nuevo Alcalde de Bogotá debieron sorprender a quienes votaron por él. Primero el énfasis que hizo de la importancia de las alianzas público privadas cuando durante la campaña y en sus primeras declaraciones como alcalde electo había reivindicado el papel de lo público. Insistió, sin especificar como, que espera que los privados construyan colegios y aunque dijo que se los compraba o se los alquilaba, sería inevitable que las orejas del lobo de la privatización hubieran asomado sino fuera Petro el que lo hubiera dicho.

Si el Partido Verde decide apoyar a Petro podría usar el slogan del Partido Liberal para explicar su apoyo a Santos: ideas que gobiernan. Los liberales lo hacen para resaltar que el Presidente acogió dos o tres de las principales propuestas de su candidato Rafael Pardo. Los verdes ahora podrían hacer lo mismo para reivindicar que el eje de la propuesta de movilidad de Petro es una idea que Peñalosa lleva años exponiendo: que hay que cobrar por el uso del carro particular. El nuevo alcalde de los bogotanos ha dicho –como lo señalaba Peñalosa en la campaña del 2007- que no hay que cobrar por tener el carro sino por usarlo.

Muchos de los que dicen en las encuestas que nunca votarían por Peñalosa –que seguramente votaron por Petro- lo dicen porque lo ven como un enemigo del vehículo particular. Hay que decir que el Alcalde dijo esto durante la  campaña, pero en esa fase la gente oye poco.

Paradoja de paradojas, podría pasar que algunas de las ideas de Peñalosa, que en boca del exalcalde serían completamente inviables, ahora se puedan poner en marcha lideradas por Petro.

 

4. La primera alcaldada

Del largo discurso del Alcalde, los periodistas que cubrieron la posesión resaltaron en las páginas web de sus medios la decisión de Petro de prohibir el porte de armas en Bogotá. El Tiempo tituló la noticia con un contundente: “Petro prohíbe el porte de armas las 24 horas en Bogotá”. El Espectador también destacó en el titular los anuncios para el fortalecimiento de la seguridad y resaltó la prohibición del porte de armas. El boletín de Colprensa también tituló con ese tema.

Petro, como intuyendo que algo estaba mal, se adelantó a pedir especial colaboración a la Policía para el cumplimiento del decreto que expediría en las siguientes horas.

Hay muchos estudios que demuestran la correlación entre el número de armas de fuego en circulación y los homicidios. El nuevo Alcalde de Cali, Rodrigo Guerrero, ha escrito mucho sobre esto. Mockus, desde su primera alcaldía lo propuso y lo hizo mientras pudo.

Lo que no le dijeron a Petro es que los alcaldes no tienen esa facultad, que solo pueden pedirle a la autoridad militar que lo haga, que el Decreto-Ley 2535 de 1993, declarado constitucional en el 2010, dispone que es el comandante quien decide.

Es una pelea vieja de los alcaldes que quieren tener la facultad y no lo han logrado. Lucho Garzón durante su alcaldía, en compañía de otros seis mandatarios locales, recogió firmas para promover un proyecto de ley que le otorgara esa facultad a los alcaldes. El proyecto se llevó al Congreso con casi 500.000 firmas y los congresistas –dentro de los cuales se encontraba Petro- lo metieron a un cajón sin leerlo. Le hubiera servido al entonces congresista leer la exposición de motivos para no equivocarse ahora y tener la facultad que cree tener.

Héctor Riveros Serrato es un abogado bogotano, experto en temas de derecho constitucional, egresado de la Universidad Externado de Colombia, donde ha sido profesor por varios años en diversos temas de derecho público. Es analista político, consultor en áreas de gobernabilidad y gestión pública...