Más que la transformación de una casa, nuestra última obra se basó en la lectura de una infraestructura habitacional existente, resumida en tres contenedores que “en C” se levantan en un terreno inclinado sobre columnas de concreto. Al atender el llamado de nuestros clientes, confrontamos los aspectos funcionales de urgente solución y consecuentes a las características físicas de los contenedores (filtraciones de agua y temperaturas extremas), con el potencial estético de un territorio, sus vecinos y la vida diaria de los habitantes humanos y no humanos de la casa, combinada al desarrollo sus oficios creativos.

Estado inicial de la vivienda

Desde nuestro primer día de trabajo imaginamos una casa que le siguiera la pista a las cualidades de los contenedores y que se integrara en espacios más calurosos, gracias al recubrimiento de algunas de las paredes metálicas con muros de tierra, y a una cubierta inclinada que se abre a la montaña (como lista a emprender el vuelo).

Excavaciones de tierra, materia prima de la obra arquitectónica.

De la bidimensionalidad de la propuesta en planos, pasamos al encuentro de la realidad de un terreno rural y lejano, del que listamos sus bondades para hacerlas aún más potentes y evidentes a través del diseño de la cubierta, de la elección de zonas a recubrir con tierra, de la integración de los volúmenes ya existentes con nuevas áreas, en la apertura de nuevos accesos, ventanas, en el cambio de pisos y la apertura hacia de la luz del cielo.

Chavela disfruta de la transformación del interior de la zona social de la casa.

A un ritmo constante, cuidadoso y lento, gracias a la maestría de nuestros colaboradores en campo, a un equipo de carpintería impecable y a la confianza de quienes pusieron en nuestras manos su sueño, nos despedimos de una obra en la que pusimos nuestro corazón para que se expanda en esta nueva casa hecha con nuestras manos el de sus dueños.

Una de las fachadas de la obra terminanda.

Concepto y dirección: Catalina López B. y Samuel Córdoba O. Diseño arquitectónico y mobiliario: Samuel Córdoba O. Maestros de la tierra: Augusto Riveros, Brayan Ramírez. Carpintería: Johan Meléndez, Lorena Ramírez, Danilo Ramírez. Manos ayudantes: Danilo Ramírez, Jeisson Parada. 

La Calera, Cundinamarca, Colombia, 2022

En colectivo, con tierra, a mano y reutilizando hacemos casa, el lugar donde está el corazón.

Es la directora de la Fundación Promedio. Estudió diseño industrial en la Pontificia Universidad Javerina y un posgrado en arquitectura y artes efímeras en la Universidad Politécnica de Cataluña.