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La obra de Fidel Álvarez es un mundo de confrontaciones. En el contexto de la Bienal de la Habana, ciudad donde estudió Bellas Artes después de obtener una beca, ató estrellas de mar a racimos de globos de helio para soltarlos al aire.

Para esa obra que se llamó Poema para un agujero negro, un grupo de jóvenes se apostó sobre el malecón de la capital cubana para apoyar esta acción que él registró en fotografías que condensaban esa contraposición: del mar al cielo -el azul tan diferente de los dos mundos- esas estrellas se fueron yendo, como el destino, lejos de cualquier control humano.

Una vez regresó a Bogotá y después de dedicarse a la docencia, renunció para apostarle a su proceso creativo. La feria del millón lo llevó a pensar en el carácter mercantil del arte, pero, de paso, el de la vida.

Sobre papel de contabilidad pintó objetos inútiles que mucha gente puede tener en común: desde clavos inservibles a camisas sin botones. 

En Fortuna común el papel que sirve de soporte se presta para ilustrar las cosas innecesarias que, consciente o inconscientemente, vamos guardando y que a la vez tienen un valor.

Se enfrentó a la paradoja de dejar de devengar un salario fijo en la universidad donde trabajaba para vivir de su creatividad. Empezó a estar más pendiente de cada gasto que hacía, de cada factura o recibo que guardaba, a pensar también en la informalidad que veía y ve en las calles.

En cómo esa informalidad se vuelve “formal”, contradictoriamente, cuando hasta los propios vendedores ambulantes pueden terminar consumiendo en una tienda, una panadería, un centro comercial de economía “formal”.

Esto llamó su atención y así nació una serie en la que, justamente, aparecen niños limpiavidrios, por ejemplo, dibujados sobre las facturas que él guarda. 

O una vendedora de naranjas -valga lo ironía sobre la Economía Naranja- sobre un recibo de la compra de naranjas en un supermercado.  

Pero también ha “construido” frases como “Lo único gratis es la necesidad”, en la que cada letra que la compone es justo la inicial del nombre de alguna empresa o multinacional, que alude al consumismo y, a la vez, a la realidad de la gran mayoría de colombianos.  

La construcción de frases, a veces poéticas, siempre aludiendo a cifras, a cantidades, a números, a porcentajes -como se mide la vida con frecuencia- también están presentes en otros formatos, como espejos.

En ellos el espectador se mira y encuentra sentencias como “el 50 por ciento de nuestras preguntas están en la cabeza/ el 50 por ciento de nuestras respuestas están en el corazón”. Frase que plantea esa obsesión de racionalizar los sentimientos. O “el 95 por ciento de nuestros ojos es océano/ el 5 por ciento es puente de otros ojos”.

Para la Feria del Millón Caribe 2021, empleó el papel que se usa para liar cigarrillos, un soporte muy frágil, delgado, para plasmar escenas de subastas de obras de arte famosas mundialmente. 

En formatos diminutos, en pequeñas cajas transparentes, estas imágenes jugaban con la paradoja de estar en una feria donde los precios son accesibles y los escenarios máximos del mercado del arte donde se mueven millones y millones de dólares. Con detalles muy precisos a pesar del tamaño, se ven a los “martillos” ofreciendo El Grito de Munch u obras de Warhol.  

Cortina de humo se llama el proyecto donde las cifras desbordadas contrastan con la “ilusión” de los artistas de vivir de lo que hacen. Así como en la feria los jóvenes encuentran la opción de mostrar lo que los apasiona, las subastas parecen una meta impuesta, como si tuviera que ser el fin último del éxito.

Esa contraposición es una metáfora del día a día; de la convicción de vivir de lo que a uno le gusta a pesar de un mundo cada vez más desigual, complejo, de ideales postizos, representado, por qué no, en esas miniaturas del mercado billonario del arte.

¿Realmente una obra debe costar cientos de millones de dólares? A pesar de todo, la vida consiste en mantener las ilusiones verdaderas, en luchar para que no se desvanezcan como el humo.

Para los interesados en obras de Fidel Álvarez visite www.feriadelmillon.com o escriba a info@feriadelmillon.com Si es SuperAmigo de La Silla Vacía, tiene el 10 por ciento de descuento.