El paro de transporte sigue y sus costos políticos aumentan

El alcalde Samuel Moreno y su secretario de movilidad – Fernando Álvarez- han dicho que las empresas deben salir a cumplir sus rutas para evitar sanciones. Hoy la ciudad sigue bloqueada; van tres días de paro.

Foto: Alcaldía de Bogotá

Ayer Samuel Moreno dijo y repitió que el nuevo Sistema Integrado de Transporte Público (SITP) no tiene marcha atrás. Anunció que el paro de los transportadores se normalizaría de manera gradual con la salida de algunos buses en siete zonas de Bogotá, y que las empresas de buses que no cooperaran serían sancionadas por la Alcaldía (oir audio). Todos en la Alcaldía creyeron que era el final de la historia.

Sin embargo, el paro sigue. Y el costo político para Moreno -y para el Polo- en vísperas de elecciones también.

Sigue pues aún no hay acuerdos sobre la licitación del Sistema Integrado de Transporte Público, la más grande del país y la que de funcionar bien pondría por fin orden al transporte en Bogotá. (ver artículo). Sancionar a las empresas por abandonar sus rutas no resuelve el bloqueo pues no son ellas las que están en paro, sino los dueños de los buses que están parqueados en sus casas o rondando la Alcaldía de Bogotá.

El paro es liderado por la asociación de pequeños propietarios de buses Apetrans, quienes insisten que será indefinido hasta que el alcalde los tenga en cuenta en sus proyectos de movilidad (ver video). Sin embargo, se trata de una licitación millonaria que ya fue ofrecida al público y en la que hay tanto en juego, que no es fácil para el Alcalde ahora reversarla por la protesta de los transportadores pequeños.

Moreno y su gabinete dicen que no están dispuestos a negociar con los pequeños transportadores mientras siga el bloqueo que ha dejado heridos y buses apedreados. “Unos pocos no pueden seguir perjudicando a los millones de usuarios que utilizan los colectivos como único medio de transporte”, dijo el Alcalde.

En respuesta al paro, el Alcalde y el Ministro de Transporte le aseguraron a las empresas que 3000 policías escoltarían sus buses. Además, les ofrecieron pagar la póliza antiterrorismo por los daños ocasionados a los vehículos que el Ministerio de Hacienda y del Interior ya activaron.

Pero el problema es que las empresas que son dueñas de las rutas, no son dueñas de los buses, ni están aliadas con la mayoría de pequeños propietarios inconformes con el SITP. Marco Tulio Gutiérrez, representante de los empresarios de buses de Conaltur, le dijo a La Silla que “no había paro sino disturbios” . Pero los pequeños dueños de buses y busetas no piensan igual. “Vamos hasta las últimas consecuencias”, dijo Alirio Rey, miembro de la junta directiva de Apetrans, a La Silla. (Oir audio de Samuel Moreno y Marco Tulio Gutiérrez)

Apetrans presentó el domingo pasado diez puntos que quieren negociar. A las cinco de la tarde de ayer no hubo acuerdo. El 95% de los transportadores siguen en paro, según su presidente Alfonso Pérez.

“Nos pidieron levantar el paro y que en dos semanas nos daban los nuevos precios de compra de los buses de la licitación”, dijo Marta Ramírez, líder de Apetrans, a La Silla. Pero ellos no se conformaron con la propuesta del Alcalde pues abarcaba tan sólo uno de sus diez puntos.

Entre sus puntos más importantes está suspender la licitación del SITP hasta que sean claras las condiciones reales de participación que tendrán los pequeños propietarios en el esquema empresarial de 13 zonas que propone el SITP. Así mismo, piden modificar los pliegos para no estar en desventaja con los grandes capitales. Por último, piden que se revisen los valores que ha fijado el Distrito para comprar los buses que podrán operar bajo el SITP o que se chatarrizarán. (ver artículo sobre las críticas al SITP)

El gran problema es que si los propietarios de buses no apoyan el SITP, no hay SITP, según dijo su gerente Javier Hernández a La Silla Vacía. Por eso, él asegura que es importante mejorar la comunicación con los pequeños transportadores pues el nuevo sistema de transporte público sigue y es irreversible.

“No se puede conversar sobre presiones y actos de vandalismo”, dijo Hernández, gerente del SITP a La Silla. “Necesitamos propuestas concretas para poder hacer las modificaciones necesarias”. Clara López, la secretaria de gobierno de la Alcaldía, dijo a La Silla Vacía que la mesa de concertación sigue abierta para atender los reclamos de los pequeños transportadores en pie de igualdad con los demás sectores afectados por el SITP.

El costo político
“Nosotros ayudamos a subir a Samuel y confiamos en las promesas del Alcalde”
dijo Alirio Rey, líder de Apetrans a La Silla

El alcalde está metido en un dilema grande. Por un lado, los transportadores son financiadores claves de las campañas políticas del Polo. Por ejemplo, a pocos días de la elección de Lucho Garzón, los transportadores le dieron 200 millones de pesos. En el caso de Samuel, los transportadores también estuvieron detrás de su campaña.

“Nosotros ayudamos a subir a Samuel y confiamos en las promesas del Alcalde”, dijo Alirio Rey, líder de Apetrans a La Silla. “Los pliegos de la licitación del SITP salieron al contrario. Favorecen a los grandes capitales”.

Darles la espalda a los pequeños transportadores en este momento representa un costo político alto para el Polo, y para el mismo Moreno, cuyo hermano Iván, promete ser uno de los grandes electores en esta contienda en Bogotá (ver artículo).

“No se puede pensar en la modernización del transporte, y sus sistemas, Transmilenio y el Metro, sin incluir a los pequeños propietarios de este servicio público”, dijo Gustavo Petro, candidato a la presidencia del Polo. “Ellos deben ser dueños, en una proporción justa, ese es un punto sustancial en mi propuesta de gobierno, la democratización de la propiedad de servicios como el del transporte”, dijo Gustavo Petro. (oir audio)

Pero, al mismo tiempo, el costo político a mediano plazo de ceder frente a los transportadores es inmenso para el futuro de Samuel Moreno. La bandera con la que fue elegido fue la movilidad y hoy varios de esos frentes están cuestionados.

Con la Avenida 26 colgada y apenas saliendo de su parálisis por el incumplimiento del Grupo Nule, con la indefinición de cómo y cuándo operará Transmilenio por la Séptima y el cuestionamiento que Planeación Nacional y otros han hecho a la viabilidad técnica y financiera del Metro, el SITP es el único salvavidas que tiene Moreno para mostrar la ‘revolución de la movilidad’ que tanto prometió en campaña a todos los bogotanos.

El final de este bloqueo servirá de termómetro de la alcaldía de Samuel.

Actualmente trabajo como activista global de Avaaz.org abriendo ventanas para cambiar el mundo que tenemos, por el mundo de tolerancia, respeto y libertad que la mayoría queremos tener desde cualquier rincón del mundo. Trabajé como periodista y reportera gráfica en La Silla Vacía....