Carlos Vicente de Roux finalmente será el candidato de la Alianza Verde a la Alcaldía de Bogotá. Así lo decidió hoy la Comisión Nacional de Avales, poniendo fin a una intensa pelea que tenía dividida al partido.

Carlos Vicente de Roux finalmente será el candidato de la Alianza Verde a la Alcaldía de Bogotá. Así lo decidió hoy la Comisión Nacional de Avales, poniendo fin a una intensa pelea que tenía dividida al partido.

Aunque desde principios de mayo, Carlos Vicente de Roux es el candidato oficial del Partido después de derrotar en una encuesta al también concejal Antonio Sanguino, su campaña estaba en vilo porque por sus pocas posibilidades reales de ganar la Alcaldía, un grupo de senadores verdes estaba abogando por adherir ya a la candidatura del Polo y no inscribir canddiato propio.

Estos senadores, entre los que estaban Iván Name y Jorge Prieto unidos a los fundadores originales de Opción Centro como Carlos Ramón González y Rodrigo Romero, se habían reunido con emisarios de la candidata del Polo Clara López, que quiere atraer a su campaña políticos de otros partidos con el fin de recoger votos más allá del 30 por ciento de la ciudad que tradicionalmente ha votado por la izquierda.

“Para un senador que le prometan tener la mitad de la secretaria de Ambiente ya le significaría un impulso gigantesco para las próximas elecciones”, dijo un miembro del partido que supone que la negociación a puerta cerrada con la candidata del Polo es burocrática pero que tampoco le consta. La Silla no logró encontrar ninguna evidencia de que Clara les esté ofreciendo algo.

Más allá de si existió la posibilidad de una negociación burocrática o no, había una razón práctica que daban los que querían adherir ya y es que en el rompecabezas nacional de alianzas tenía sentido apoyar al Polo en Bogotá si el partido de izquierda avalaba a los candidatos fuertes que tiene el Verde en otras regiones como a Camilo Romero en Nariño, a Sorrel Aroca en Putumayo, a Rodrigo Lara Sánchez en Neiva, a Ricardo Romero (el papá de Camilo) en Ipiales y a Carlos Andrés Amaya en Boyacá.

También esgrimían que desde ya se pueden ir sembrando la semilla de un frente amplio tipo Uruguay con el que puedan poner candidato presidencial en el 2018.

Los que ganaron

Del otro lado, estaban los directivos de la Alianza Verde que defendían que se cumpliera lo acordado para hacer coaliciones: tener candidatos propios, inscribirlos, hacerles campaña y evaluar a finales de agosto (y en todo caso antes del 25 de septiembre cuando es el último plazo para aparecer en el tarjetón) la posibilidad de hacer coalición alrededor del candidato verde o de otro.

Para hacer esto acordaron priorizar al que tenga más posibilidades de derrotar a la mafia local específica en cada región en este orden: 1) sectores alternativos por fuera de la Unidad Nacional. 2) sectores decentes y que representen una alternativa en una región de la Unidad Nacional.

La senadora Claudia López, que defendía esta opción, había amenazado con renunciar si bajaban a cachuchazos la candidatura de Carlos Vicente.

Para personas de este sector, además, estaba el argumento que esgrimió uno de ellos, de que el Polo en Bogotá es “el mismo samuelismo y samperismo que apoyó a Samuel Moreno y hoy apoya a Clara. Eso acaba con la Alianza Verde como alternativa seria y creíble”.

Carlos Vicente de Roux había dicho que él se sometía a lo que dijera el partido y que obviamente no abogaría en causa propia.

Pero aceptar una eventual alianza con Clara no iba a ser fácil para él no solo porque implicaba que su partido lo dejaba colgado de la brocha antes de siquiera arrancar, sino que lo haría para aliarse con la secretaria de Gobierno y luego defensora de la Alcaldía de Samuel, cuya corrupción él denunció.

En la reunión del Comité de Avales López, fuera de Claudia López, el senador Antonio Navarro y los tres representantes a la Cámara por Bogotá (Angélica Lozano, Ángela María Robledo e Inti Asprilla) defindieron el aval a De Roux. Carlos Ramón González, Rodrigo Romero y el senador Ivan Name dijeron que preferían una alianza con Clara.

Luego Name tuvo que irse, González y Romero dijeron que acogerían lo que acordaran todos y finalmente, hace una hora, decidieron por consenso inscribir a de Roux y acompañarlo hasta el final.

Toca ver, ahora, si con esta decisión oficial, de Roux consigue lo siguiente: que el partido le de plata para hacer campaña porque hasta ahora el argumento que le habían dado era que las arcas estaban vacías, lo que en la práctica era tan duro como negarle el aval.

Soy la directora, fundadora y dueña mayoritaria de La Silla Vacía. Estudié derecho en la Universidad de los Andes y realicé una maestría en periodismo en la Universidad de Columbia en Nueva York. Trabajé como periodista en The Wall Street Journal Americas, El Tiempo y Semana y lideré la creación...