Esta será la segunda marcha organizada por la Marcha Patriótica. Pero a diferencia de la primera, tantos actores diferentes se unieron a la movilización que todas las apuestas políticas individuales quedan superadas por la más grande y es si el país le apuesta a un proceso de paz. Foto: Juan Pablo Pino.

Ayer el concejal Carlos Vicente de Roux envió a su lista de correos una invitación a la marcha de hoy, que resumió mejor que nadie lo que está en juego: “Sabemos que en la marcha se mezclan muchas apuestas políticas. Por ejemplo, la de los amigos del gobierno nacional que están con la reelección de Santos, y la de quienes simpatizan con las Farc y no condenan con firmeza los delitos de la guerrilla. A pesar de eso, lo que está en juego es un propósito superior, la terminación del conflicto armado por la vía civilizada de la negociación política. El éxito de ese propósito requiere que todas/os nos manifestemos activamente en su respaldo”, dijo.

Sin duda, la apuesta política más grande del día de hoy es si una salida negociada al conflicto armado tiene suficiente apoyo popular, un ingrediente que es fundamental para el éxito de las negociaciones en la Habana, que tendrán que ser refrendadas por el pueblo. Esa es la apuesta que más importa.

 

Subordinadas a esa, hay otras apuestas políticas en juego:
 

1.    La Marcha Patriótica ya ganó todas sus apuestas
El movimiento liderado por Piedad Córdoba e integrado por cientos de organizaciones campesinas, sindicales y agrarias ya ganó su apuesta. Desde el año pasado se propuso hacer esta movilización que hoy es una realidad y que le sirve para demostrar su fuerza política como movimiento de izquierda en ascenso. El que el Presidente de la República, los partidos de Unidad Nacional y el Alcalde marchen a su lado los legitima políticamente y minimiza las acusaciones que han hecho desde el Ministerio de Defensa de que en realidad son el brazo político de las Farc. Además, una movilización masiva es un espaldarazo al proceso con la guerrilla, cuyo éxito es un requisito fundamental para que este movimiento político sobreviva en el escenario electoral. La negativa del Polo Democrático y de las centrales obreras de acompañar la Marcha les deja el camino aún más abierto para reivindicar políticamente cualquier éxito en la Habana.
2.    Para las Farc: una “pruebita” de la política sin armas

Anoche los guerrilleros en la Habana enviaron un comunicado saludando la Marcha: “Esta gran manifestación del pueblo, masivamente movilizado, es la expresión de ese espíritu colectivo, de esa gran aspiración nacional con la que nos identificamos todos los que amamos a Colombia. Es un gran clamor por la paz; nos sumamos a este gran torrente nacional sin la menor vacilación”. 

Para las Farc esta marcha es en todos los sentidos la primera “pruebita” de la política por la vía legal. Es, por un lado, una reivindicación frente a la monumental Marcha contra las Farc organizada desde Facebook durante el gobierno de Uribe. Si la Marcha es multitudinaria, les permitirá, de alguna manera, demostrar que así como hace unos años el odio contra ellos movilizó a todo un país hoy la esperanza de que dejen las armas es igualmente fuerte.

La reunión de las reservas campesinas en el Caguán fue utilizada para promocionar esta marcha y varios de los 1800 buses que se supone llegarán a Bogotá desde muy temprano con gente vienen de sus zonas de influencia. En un principio, la idea de esta marcha era demostrar que son una verdadera fuerza política. Pero este objetivo fue neutralizado por Petro y sobre todo por el Gobierno, al cooptar la marcha y volverla una movilización también a favor de las víctimas. Como dijo Santos, ahora “la marcha no tiene dueño”, con lo bueno y lo malo que eso implica. Esto permitirá que las Farc no se valoricen en la mesa pero impedirá que lo hagan frente a una opinión pública que las sigue viendo en gran parte como una organización meramente terrorista.

3.    Petro adquiere un protagonismo en el tema que más le gusta
En un principio, esta marcha no tenía nada que ver con el Alcalde de Bogotá. Pero Petro le salió adelante a la Marcha Patriótica y al Gobierno y en el encuentro de alcaldes en Quibdó invitó al Presidente a marchar, y se volvió uno de los protagonistas del evento.

Según fuentes de la Alcaldía, el distrito alquiló 300 buses para movilizar gente a la Marcha, declaró el día como un día cívico y como lo contó La Silla, varios secretarios del Distrito han invitado a sus funcionarios a marchar. (Se armó una polémica sobre si Carlos Simancas, Secretario de Desarrollo Económico, obligó a sus subalternos a hacerlo. Él negó en twitter la autoría de ese correo.) 

La apuesta política de Petro es múltiple: por un lado, Petro siempre ha tenido una obsesión con que el país le ponga fin al conflicto a través de una solución negociada y aunque es una bandera difícil de ondear siendo alcalde de una ciudad, esta es una oportunidad para él posicionarse de con este tema. Petro sabe que el futuro de la izquierda está ligado a la paz y no quiere como líder de Progresistas dejarle esa bandera a la Marcha Patriótica. Es, además, otra forma de diferenciar a su movimiento del Polo Democrático, que en este punto, se puso del mismo lado de los uribistas.

En su discurso a favor de la Marcha, Petro ha dicho que esta también es por la “defensa de la democracia y de lo público”. Algunos han interpretado esa declaración como que con la Marcha Petro también buscaría defender su puesto de una eventual revocatoria y también su apuesta por una ciudad sin concesiones privadas.

4.    Santos llegó tarde pero superó la ambiguedad frente a la Habana

Hasta el viernes, el Gobierno seguía teniendo dudas sobre qué tanto debían involucrarse con la Marcha. El gobierno no quería que una movilización multitudinaria “valorizara” en la mesa a las Farc. Por eso, en los últimos días se movió con toda para convertirla también en una marcha del gobierno y de apoyo a las víctimas.

“El mejor homenaje que podemos hacer a las millones de víctimas de la violencia es asegurarnos de que, en el futuro, no haya más víctimas, que no haya más conflicto, que no haya más sangre ni más lágrimas: que conquistemos la paz”, dijo el Presidente en su discurso de ayer invitando a los colombianos a marchar.

Como esta no fue una iniciativa del Gobierno y solo hasta el final decidió apostarsela de verdad, el Gobierno solo gana si la marcha es multitudinaria. Si lo es, dejaría callado al expresidente Pastrana cuando dice que Santos carece de “un mandato” para la paz. Y también a Uribe, pues mostraría que el pueblo sí está a favor de una salida negociada. Es una apuesta complicada porque el gobierno lleva semanas defendiendo abiertamente el proceso mientras que sus críticos llevan meses restándole legitimidad. Pero al hacerla, Santos cruzó la línea y decidió superar la ambiguedad frente al proceso e infundir decididamente optimismo al respecto.

5.    La Unidad Nacional: se alinea con el proceso de paz

Uno de los pulsos más fuertes alrededor de la Marcha se dio al interior de la Unidad Nacional, pues los partidos de la U y el Conservador en un principio se negaban a marchar al lado de la Marcha Patriótica. Después de las declaraciones del presidente de la U Aurelio Iragorri en el sentido que vivía “bastante ocupado como para marchar” y de las de Efraín Cepeda, del Partido Conservador, que dijo que no marcharían junto a Petro y a la Marcha Patriótica, finalmente todos los partidos de la Unidad Nacional se sumaron a la Marcha.

Al final, la asistencia o no al evento se convirtió en una prueba de lealtad al Presidente: no marchar era mostrar dudas frente a su principal bandera y era alinearse con el bando equivocado. Al final, Santos ganó ese pulso y mañana marcharán alineados todos los partidos de la coalición del Gobierno.

La Silla está cubriendo en vivo esta marcha. Estas son nuestras actualizaciones.

Haciendo click aquí puede ver el resumen gráfico de la Marcha por la Paz 

Soy la directora, fundadora y dueña mayoritaria de La Silla Vacía. Estudié derecho en la Universidad de los Andes y realicé una maestría en periodismo en la Universidad de Columbia en Nueva York. Trabajé como periodista en The Wall Street Journal Americas, El Tiempo y Semana y lideré la creación...