No solo Fecode tenía frenada la reactivación de colegios en Bogotá

El reinicio de clases en la capital muestra que otros factores, como las decisiones de alcaldes y el temor de los maestros, también han sido obstáculos importantes para volver a la educación presencial.

El regreso de los colegios se ha calentado en lo que va de la semana. Este lunes la Ministra de Educación, María Victoria Angulo, anunció que los colegios privados en Bogotá ya tienen luz verde para volver a clases con el modelo de alternancia. 

Para cuando la Ministra hizo el anuncio la Secretaría de Educación de Bogotá, quien debe tomar la decisión en la ciudad, no había dicho nada. Pero ayer en la tarde la alcaldesa Claudia López anunció que por el comportamiento a la baja de la pandemia (la ocupación de UCI es del 81 por ciento), se podrá garantizar el retorno de los privados el próximo lunes, y desde el 15 de febrero en las instituciones públicas.    

Después del segundo pico, y tras casi 11 meses sin clases presenciales, finalmente hay una fecha para la reactivación del distrito escolar más grande del país, con más de un millón de estudiantes en colegios públicos. 

La manera como se tomó la decisión, y la versión de una docena de educadores de primera línea que consultó La Silla Vacía, muestra que al final el poder de Fecode no fue el factor determinante para impedir el regreso a clases, como señalan varios críticos del sindicato y algunos sectores de la opinión pública.

A esa percepción sobre su poder de impedir el retorno a las clases contribuyó el mismo Fecode, el mayor sindicato de educadores del país, con 270 mil afiliados. Por ejemplo, manteniendo una campaña constante con pauta en medios nacionales, como Caracol Radio y El Tiempo, sobre su oposición a la reapertura.

Sin embargo, detrás de la interrupción de clases presenciales más larga en la historia reciente, pesaron otros factores. 

La reticencia de alcaldes y gobernadores a presionar la reactivación escolar antes del segundo pico y el miedo de los padres y de los profesores a regresar a las clases. 

Los anuncios recientes además se perciben como un triunfo de un grupo de activistas atípico, donde no están las voces nacionales que en el pasado usaron la educación en sus plataformas políticas, como Fajardo y Mockus. Un grupo compuesto por académicos e influencers. 

Aunque ya hay una fecha, la reapertura de colegios será lenta. De los 400 colegios públicos de la ciudad no todos volverán inmediatamente, ni siquiera con esquemas de alternancia. Menos de la mitad, apenas 113, han sido aprobados para la reapertura gradual.

Fecode le caminaría a la alternancia

Para una fuente que tiene un gran conocimiento del sector de la educación, y que pidió reserva de su nombre porque no quiere ganarse una pelea frontal con Fecode, el anuncio de la Alcaldesa tiene al menos un respaldo silencioso de los sindicatos. “Sobre todo para que López haya anunciado una fecha exacta es porque ya tuvo que haber llegado a un acuerdo con la Asociación de Trabajadores de la Educación (Ade) y con Fecode”, nos dijo.  

Agregó además que “Fecode está viendo que el problema reputacional por oponerse a la reapertura en el país se le puede crecer cada vez más, por lo que, aunque no lo pueda decir públicamente, está más dispuesto a ceder”.

Esto lo concede abiertamente Nelson Alarcón, tesorero de Fecode y hasta hace muy poco tiempo presidente del sindicato por más de dos años. “Nos volvimos el chivo expiatorio. Todo el mundo se unió para culpar a Fecode de que los estudiantes no regresen a las aulas”, le dijo a La Silla Vacía.

Fecode aún no ha sentado una posición oficial luego del anuncio de la Alcaldía de Bogotá. Pero al preguntarle por su reacción a Alarcón, dijo que le parecía apresurada, pero no mencionó ningún plan para tratar de impedirla. 

El de ayer en Bogotá es uno entre muchos otros anuncios que recientemente han manifestado mandatarios regionales con miras a empezar con la alternancia en los colegios públicos. 

En algunos departamentos como Antioquia, los sindicatos locales han llegado a acuerdos con la gobernación y, por ejemplo, ya empezaron a abrir los colegios públicos. También se han sumado recientemente Caldas y Valle del Cauca, aunque siguen por fuera las otras ciudades principales como Cali, Medellín o Barranquilla. 

Según la fuente que conoce el sector, ahora los sindicatos van a enfocar sus fuerzas en pedir el cumplimiento de los acuerdos con los que el Gobierno se había comprometido desde mayo del año 2019, que no ha cumplido.  

Muestra indirecta de que Fecode no estaría tan interesado en oponerse frontalmente a la decisión de López es que hoy retiró la propaganda pagada que estaba moviendo en medios en contra la alternancia. “No a la alternancia, sí a la resistencia civil”, decían las cuñas de radio ya retiradas. 

La puja por abrir los colegios

La antesala de esta decisión empezó desde la semana pasada, con la publicación de los resultados de la encuesta “Educación en Bogotá y Covid-19”, que presentó Probogotá y arrojó resultados alarmantes sobre las brechas para la conectividad en los colegios, especialmente en los públicos.

Por un lado, alertó sobre el impacto de la pandemia en la deserción escolar: calcula que 35 mil niños desertaron del colegio en 2020, sólo en la capital, y estima que otros 100 mil lo harían en 2021. 

Por otro lado, en términos de las brechas digitales, dice el estudio que sólo 5 de cada 10 estudiantes de colegios oficiales tienen internet de alta velocidad y que el 30 por ciento de los estudiantes de estrato 1 y 2 no tienen acceso a ningún dispositivo digital en el hogar.

En redes sociales hicieron eco de los resultados varios opinadores y académicos influyentes como Mauricio Santamaría de Anif, Moises Wasserman, Ricardo Silva, Daniel Samper Ospina e Isabel Segovia con el hashtag #LaEducaciónPresencialEsVital. 

Con la voz líder de Segovia, ex viceministra de educación y columnista de El Espectador, que lleva moviendo el tema hace meses para presionar a las autoridades, y el impulso del estudio de Probogotá, el tema finalmente avanzó. Y lo hizo sin el apoyo de líderes nacionales, ni siquiera de aquellos que en el pasado han hecho política con las banderas de la educación.

En sus intervenciones los activistas para el reinicio de clases señalaron a Fecode de ignorar la evidencia científica y torpedear el proceso de la reapertura en la capital y en todo el país. Una influencia que, de acuerdo a las voces que consultamos de educadores, no tiene tanto peso en los cálculos de los docentes. 

Los educadores en primera línea

La Silla Vacía habló con doce profesores y rectores de colegios, para entender sus posiciones respecto a esta puja por la alternancia que, al menos en Bogotá y en otros departamentos, ya se inclina a favor de los que quieren volver a las aulas.

Los profesores y rectores concuerdan en que todavía temen regresar, pero están dispuestos a hacerlo, y al tiempo muestran que la influencia de Fecode está en el aire, pero no necesariamente es ella la que direcciona dichos temores.  

En uno de estos colegios públicos que queda en Bogotá, una profesora que nos pidió reserva para no comprometer su cargo, dijo que en el colegio hicieron internamente una encuesta para preguntarle a los profesores si querían regresar a clases presenciales. El 100 por ciento respondió que preferiría no hacerlo porque las instalaciones de los baños están dañadas y el colegio está remodelándose. 

Ella, en particular, no quiere volver porque tiene más de 60 años y tiene comorbilidades, pero también porque vive con su mamá que tiene más de 80. 

La profesora dice que un representante de Fecode y de la Ade los visita cada mes y les envía por Whatsapp comunicados sobre las posturas del sindicato. Pero en el balance pesan más razones personales, que los vínculos sindicales. 

En todo caso, dice que “no nos favorece volver, pero lo que diga la Secretaría de Educación, eso haremos, pues es nuestro trabajo”. Esta misma posición tuvieron todos los docentes que consultamos.

Una actitud parecida tiene otra profesora de un colegio público en Girardot, que también nos pidió reserva por su trabajo, y quien ha sido profesora por 16 años en el sector oficial, pero nunca ha estado sindicalizada. “No me gusta el lenguaje de Fecode de pedir y pedir y vincular todo con luchas y acusaciones contra el capitalismo y el FMI, pero esta vez sí estoy de acuerdo con ellos en que regresar al colegio es exponernos a nosotros y a los alumnos a más contagios”, dijo.

Para Hernando Bayona, profesor asociado de la Facultad de Educación de la Universidad de los Andes, el tema está lleno de grises. Ni todos los profesores quieren seguir en las casas, ni todos los padres quieren que sus hijos vuelvan. Pero sí cree que hay un poder de presión por parte de Fecode, especialmente en los colegios grandes. 

Según Bayona, “En instituciones de 80 o 100 profesores suele haber grupos de profesores que están muy sindicalizados, y en ellos juega un rol muy importante el discurso sindical, especialmente si hay profesores que tienen más de 60 años”. 

De hecho, de acuerdo a Bayona, “entre el 15 y 20 por ciento de los profesores en Colombia tienen más de 60 años o una comorbilidad”.  

El poder relativo de Fecode

A nivel nacional, ya hay colegios públicos que han regresado poco a poco, aunque todavía son más los que siguen cerrados. 

Hoy en el país hay 9.351 instituciones educativas oficiales (43 mil sedes), de las cuales, según nos contó Fecode, 1.850 aproximadamente han presentado protocolos de bioseguridad, y han sido habilitadas 1.465 en 49 entidades territoriales, es decir el 15 por ciento de todas las instituciones. Aunque el Ministerio de Educación nos dio otra versión y dicen que los datos actualizados a enero son de 3.322 que pueden abrir, es decir, más del doble.

Que en algunos lugares ya las clases en colegios públicos vayan regresando con alternancia muestra que el poder de Fecode es relativo. Según Segovia, una de las activistas del retorno a las clases, “Depende de qué lugar estamos hablando, pues los que tienen la última palabra de decidir en qué lugar se abre o no son los alcaldes y gobernadores”. 

Para Segovia, en lugares donde todavía no están abiertos los colegios públicos como Bogotá o Cali, los profesores sindicalizados tienen poder de presión precisamente donde son una pieza clave del electorado. 

La Silla Vacía habló con Edna Bonilla, la Secretaria de Educación de Bogotá, para saber el rol de los sindicatos en la decisión de la apertura, pero no nos alcanzó a responder en el momento en el que publicamos la historia.

Por su parte, Fecode ha dicho que ellos son los más interesados en retornar a las clases, pero exigen que existan unas condiciones mínimas para proteger la vida.

En la práctica, estas condiciones son vagas y difíciles de cumplir. Se resumen en que, por un lado, se frene la apertura hasta que se disminuya el pico de contagios a nivel nacional. Por el otro, que se cree una Comisión de expertos que incluya gente de Fecode para que evalúen si los colegios cumplen las condiciones del retorno.  

También han pedido darle prioridad a los profesores y alumnos en el plan de vacunación. Hoy los profesores están en la etapa 3 de la primera fase, antes de los policías. Y solicitan que el covid sea catalogado como una enfermedad profesional para los maestros.

Para Alarcón, de Fecode, en ese debate el sindicato ha sido mal interpretado como el que tiene la alternancia parada, cuando son otros actores. “Nosotros no manejamos presupuestos, no nombramos maestros, no hacemos la infraestructura de las instituciones públicas, nada.”.

Argumenta que el cerrojo en los colegios no lo puso su oposición a la alternancia, sino los gobiernos locales. En sus cuentas, sólo se han ejecutado 64 mil millones de los 400 mil que el Gobierno asignó a través del Fondo de Mitigación de Emergencias (Fome) para protocolos de bioseguridad en colegios.

Finalmente, sostiene que el gobierno nacional no ha sido claro con la logística del regreso o con las limitantes de infraestructura. “No se ha aclarado qué va a pasar con los profesores que tengan que dar clases en el salón y también virtuales. Eso implicaría hacer dos turnos, entonces claramente toca aumentar el personal que existe ahora”, agrega Alarcón. 

Aunque siguen siendo más los colegios que siguen cerrados que los que abrirán, la decisión de Bogotá de ponerle fecha a la reapertura en el sector oficial le mete presión a otros alcaldes y gobernadores del país. Y en la medida en que avance la reapertura, volverá a dirigir el debate a qué tanto se avanzó durante la pandemia en las preparaciones para la alternancia, y en últimas, sobre los profundos problemas del sistema público de educación del país.

*Nota del editor: en una primera versión de la historia afirmamos que la Secretaria de Educación de Bogotá, Edna Bonilla, aún no podía comentar la decisión de reabrir los colegios. Esa afirmación no refleja lo que realmente nos dijo. A través de su secretario de prensa, nos dijo que no alcanzaba a responder una pregunta sobre rol de los sindicatos en la decisión de la reapertura antes de que saliera publicada la historia.  

Soy editor de la Silla Académica y cubro las movidas del poder alrededor del medioambiente en la Silla.