En las últimas semanas la inflación de los alimentos ha alcanzado máximos históricos en Colombia y el mundo. Las disrupciones generadas por la pandemia en los últimos dos años y más recientemente las afectaciones a la producción agrícola e insumos agropecuarios generados por la guerra en Ucrania han causado un incremento sin precedente en el precio de los alimentos.

A esta situación ya compleja se suman otros factores preocupantes como la fuerte temporada de lluvias en gran parte del territorio nacional que ha afectado la producción agrícola, el aumento del desplazamiento forzoso en varias regiones y la constante migración venezolana. En su conjunto, todos estos factores están generando riesgos para la seguridad alimentaria de varias comunidades del país, en especial para las más pobres.

Para monitorear la seguridad alimentaria en Colombia, advertir situaciones de riesgo (como la que se vive actualmente) y generar alertas tempranas que permitan organizar la ayuda humanitaria y coordinar la acción intersectorial del Gobierno, se creó en 2013 el Observatorio de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Osan).

Este observatorio fue una parte clave de la política de seguridad alimentaria. Pero después de siete años de diseño y de inversiones por más de 2.000 millones de pesos en su etapa inicial, hoy no funciona. ¿Qué pasó con el monitoreo de la seguridad alimentaria en Colombia?

Una herramienta para hacer seguimiento

La creación del Observatorio de Seguridad Alimentaria y Nutricional fue el principal instrumento de seguimiento y monitoreo que diseñó el Gobierno colombiano para conocer el estado de la seguridad alimentaria del país.

Tuvo sus raíces en la política nacional de seguridad alimentaria y nutricional establecida en el Conpes 113 de 2007, que propuso apoyar el proceso de evaluación de la política a través de “un Observatorio Nacional que tenga incidencia en la reformulación de la política y en el seguimiento de sus resultados sociales”.

En 2012 y siguiendo los lineamientos de la política, el Plan Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional 2012-2019 propuso “implementar el Observatorio de Seguridad Alimentaria y Nutricional como instancia mixta de consulta y seguimiento a la política”.

Ese mismo plan definió al Observatorio como “un sistema integrado de instituciones, actores, políticas, procesos, tecnologías, recursos y responsables de la Seguridad Alimentaria y Nutricional (SAN), que integra, produce y facilita el análisis de información y gestión del conocimiento, para fundamentar el diseño, implementación, seguimiento y evaluación de la seguridad alimentaria y nutricional”.

El lanzamiento

En el 2013, siete años después de que se propusiera inicialmente, por fin se lanzó el Observatorio en un evento especial en el que participaron el Ministerio de Salud, el de Agricultura, el Departamento de Planeación Nacional y la FAO, entre otras entidades.

En el lanzamiento, el entonces viceministro de salud Fernando Ruíz dijo: “el observatorio busca tener información confiable sobre la situación de seguridad alimentaria a nivel nacional, para poder generar políticas públicas focalizadas que garanticen la seguridad alimentaria de los colombianos”.

En la rueda de prensa del 13 de marzo de 2013, el viceministro de salud también se refirió al Observatorio como se puede ver en este video:

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En el comunicado de prensa, el Ministerio de Salud afirmó que la puesta en funcionamiento del Observatorio demandó inversiones por más de 2.000 millones de pesos y que se dispondría una página web para consulta pública.

Una guía para su funcionamiento

En 2016, y con el liderazgo del entonces ministro de salud Alejandro Gaviria también, se diseñó una guía metodológica para el Observatorio. Allí se definieron 75 indicadores a través de los cuales se realizaría el seguimiento a los componentes de disponibilidad, acceso, consumo, aprovechamiento biológico y calidad e inocuidad de los alimentos.

El objetivo de la guía metodológica para el funcionamiento del Observatorio fue el de disponer de información actualizada, ágil, oportuna y pertinente como apoyo a la gestión y evaluación de las políticas públicas y la generación de conocimiento en seguridad alimentaria y nutricional.

El principal responsable del funcionamiento del Observatorio, menciona la guía, sería el Ministerio de Salud, quien se encargaría de coordinar de manera intersectorial con otras entidades y ministerios la recolección y flujo de la información.

Un aspecto clave: las alertas tempranas

El Osan también contempló la creación de un subsistema de información de alertas en seguridad alimentaria y nutricional que generaría “información encaminada a que las instituciones puedan identificar a las poblaciones en riesgo de inseguridad alimentaria y nutricional, y generar acciones tendientes a su resolución en el corto, mediano y largo plazo”.

Ese subsistema generaría alertas oportunas a través de la identificación de riesgos y su posterior comunicación para la acción intersectorial. Además de la acción interinstitucional, también propuso trabajar de la mano con la sociedad civil en los territorios para contar con información en tiempo real.

Un informe técnico presentado en 2014 da cuenta del análisis de aspectos como la temporada de lluvias, precios al consumidor y generación alertas sobre la tendencia negativa de varios indicadores. Este informe también muestra que, en su primer año, el Observatorio fue una herramienta ampliamente consultada con un total de 19.491 visitas a su página web.

Sin monitoreo activo, el observatorio no existe

La triste y preocupante realidad es que ni la página web ni el observatorio existen hoy en día, como se puede ver en la página web que se había creado para su funcionamiento:

Preocupado por el funcionamiento del Observatorio, y dado que no existe ninguna explicación en las páginas del Gobierno, presenté hace unas semanas un derecho de petición de información al Ministerio de Salud para preguntar qué había pasado.

En el oficio de respuesta, el Ministerio de Salud respondió que “en septiembre y octubre de 2018 [el Observatorio] sufrió un doble ataque cibernético”, y agregaron que desde esa fecha “se encuentra inactivo por políticas de seguridad del Ministerio”.

Las preguntas que surgen

A raíz de esta respuesta del Ministerio de Salud surgen muchas preguntas.

  • ¿Por qué después de los ataques cibernéticos no se reestableció el Observatorio?
  • ¿No existe capacidad técnica para reponerse a los ataques cibernéticos?
  • ¿Cuáles son las políticas de seguridad del Ministerio de Salud que impiden el funcionamiento del Observatorio?
  • ¿Qué pasó entonces con toda la inversión que se hizo para diseñar y poner en funcionamiento el Observatorio?

Estas preguntas por ahora no tienen respuesta.

Sin el Observatorio, perdemos al menos tres cosas

Es muy preocupante que el Observatorio de Seguridad Alimentaria no esté en funcionamiento desde finales de 2018. Esto quiere decir que actualmente Colombia no cuenta con un sistema de monitoreo permanente del estado de la seguridad alimentaria en el territorio nacional.

Con la pérdida del Observatorio perdimos tres aspectos importantes en el país.

Primero, perdimos la capacidad de diseñar políticas focalizadas por territorios, poblaciones y género para las personas más afectadas por el hambre y la inseguridad alimentaria.

Segundo, perdimos la posibilidad de generar alertas tempranas para responder de manera oportuna a situaciones de riesgo de la seguridad alimentaria y de movilizar la acción integral del estado para atender estas situaciones.

Tercero, perdimos la participación de la sociedad civil a nivel territorial como parte del monitoreo del Estado de la seguridad alimentaria, así como el acceso permanente por parte de la ciudadanía para revisar el avance de los indicadores.

Con la ausencia del Observatorio, sumado a la ausencia de estadísticas actualizadas, la seguridad alimentaria en Colombia camina a tientas y a ciegas.

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Es profesor de la Universidad de los Andes e investigador asociado de la Universidad de Oxford. Estudió ecología en la Universidad Javeriana, una maestría en administración pública en la Universidad de Seattle y se doctoró en desarrollo internacional en la Universidad de Oxford. Sus áreas de interés...