El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, y el actual director de la Dian, Luis Carlos Reyes.

El director de la Dian, Luis Carlos Reyes, es el principal candidato para reemplazar a Germán Umaña como ministro de Industria y Comercio. El miércoles en la noche, el presidente Gustavo Petro recibió la carta de renuncia de Umaña, uno de los ministros originales del gabinete y quien lideró la reactivación de las relaciones con Venezuela. 

Con la posible llegada de Reyes, el gobierno desactiva la guerra fría que libran la Dian y el Ministerio de Hacienda, en cabeza de Ricardo Bonilla, con quien tiene una relación cada vez más hostil.

Reyes, un economista con pergaminos ortodoxos que se ha movido cada vez más a la izquierda y que ha agrandado su figura en redes sociales, llega al gabinete con el aire de ser una cara emergente del petrismo. Está alineado ideológicamente al presidente, y ha sido leal y combativo, activos cada vez más valiosos ante el creciente radicalismo de Petro.

Estas son las tres claves del decimoquinto cambio de ministros en el gobierno Petro:

1. Reyes llega precedido por su lealtad a las ideas de Petro 

    El exdirector de la Dian supo cosechar una gran fanaticada en redes sociales con su seudónimo “Mr. Taxes”, una hábil estrategia de comunicación que ha incluido entrevistas con streamers e influenciadores y hacer videos en Tiktok. Pero además de responder preguntas sobre impuestos, Reyes también utiliza sus redes para defender las principales ideas del presidente Petro frente al establecimiento económico.

    Entre ellas, la crítica en contra de la tecnocracia económica del Estado. Reyes sostiene, como Petro, que los tecnócratas no son políticamente neutrales sino que responden a una ideología que defiende intereses económicos particulares, sobre todo asociados al gran capital del sector financiero o minero. 

    Reyes hace sus críticas con los pergaminos de un doctorado en la Universidad Estatal de Michigan, en Estados Unidos, y su paso por el Observatorio Fiscal de La Javeriana, del que fue director.

    “El técnico económico que cree que no tiene ideología se parece al cachaco que cree que no tiene acento: en ambos casos, la mejor manera de mejorar la comunicación es reconocer que no existen ni las ideologías ni los acentos “neutros””, ha trinado Reyes, alineado con una idea de Petro que está detrás de las críticas contra la burocracia y los revolcones en los equipos económicos de entidades como MinHacienda y el DNP.

    Esa crítica de Reyes a la tecnocracia colombiana no es nueva ni surgió en su entrada al gobierno. Como columnista de El Espectador, siendo una de las principales voces de los economistas progresistas, también la hizo. Pero al interior del gobierno le ha dado puntos entre el ala más a la izquierda. “Luis Carlos no tiene mayores conexiones con el Pacto Histórico o con otros altos funcionarios cercanos al presidente, pero se ha ganado un lugar por las ideas que defiende desde la Dian”, dice un alto funcionario del gobierno, quien pidió la reserva de su nombre.

    Reyes también ha intentado materializar las principales ideas tributarias de Petro, como buscar activamente a los más ricos del país para que aporten más. “En un país altamente desigual y raquítico económicamente, no veo otra alternativa que las 4.000 mayores fortunas del país paguen impuestos”, dijo Petro durante la campaña. 

    Dentro de la Dian, Reyes le pidió a su equipo que le hicieran una lista de los 3.000 más ricos del país por departamento, entre empresas y personas naturales, según un exfuncionario de la Dian que supo de la petición de primera mano. “Está convencido de que hacerlo es una forma efectiva para que aumente la tributación, y acude menos a las estrategias tradicionales, como ir por los grandes contribuyentes e incentivar que el sector informal aporte”, dice la fuente.

    Reyes defiende las ideas de Petro desde una posición particular. No es la defensa de un tradicional dirigente de izquierda, como Alexander López, del DNP, o la minTrabajo Gloria Ramírez; tampoco la de un activista emergente, como Carlos Carrillo, director de la Ungrd; ni la de un político tradicional como el ministro Mauricio Lizcano. Es la defensa de un reconocido economista heterodoxo con una sólida carrera académica. Un tecnócrata de izquierda.

    2. El enroque desactiva el conflicto entre la Dian y Hacienda

    El Ministerio de Hacienda viene cuestionando públicamente el trabajo de  Reyes en la Dian. El 7 de mayo, en el Congreso, Bonilla responsabilizó a la gestión administrativa de la entidad por los problemas en el recaudo de los impuestos. Según el Comité de la Regla Fiscal (Carf), a la Dian le entró menos plata en los primeros tres meses del 2024 frente al año pasado. Para marzo, la meta de la Dian era de 71,9 billones de pesos, pero según los cálculos de la Carf el recaudo tributario (descontadas las devoluciones a empresas y personas por saldos a favor) fue de 67,2 billones.

    Reyes se ha defendido diciendo que con relación al PIB es el recaudo tributario más alto de la historia. Pero para expertos como Lisandro Duque, exdirector de la Dian durante el gobierno Duque, esa lectura es engañosa porque no tiene en cuenta las devoluciones ni el efecto de la inflación, que bajan las estimaciones reales del recaudo.

    La administración de Reyes en la Dian también ha sido cuestionada por haber frenado la modernización del software de aduanas en el que se registran las importaciones y las exportaciones. En su momento, el gremio del comercio exterior, Analdex, calculó sobrecostos en 3 billones de pesos cuando en noviembre del 2023 el Sistema de Información y Gestión Aduanera (Syga) tuvo problemas en su operación. 

    De hecho, el recaudo producto de las importaciones es uno de los rubros que más ha disminuido en la Dian, entre otras razones, por el bajonazo sostenido en el comercio exterior debido a la desaceleración económica.

    Los problemas en el recaudo no han sido los únicos cortocircuitos de Reyes con MinHacienda. La Dian y Hacienda se han tirado la pelota por la inclusión de los recaudos por litigios dentro de los ingresos fiscales corrientes del país, una herramienta criticada por entidades como la Carf o el Observatorio Fiscal de La Javeriana porque es poco probable que esa plata pueda entrar al tesoro público.

    También, como lo contó La Silla, la mala relación entre Reyes y Bonilla ha terminado en desplantes en reuniones claves entre las autoridades económicas del alto gobierno y una descoordinación para la defensa judicial de la reforma tributaria del 2022, con múltiples demandas ante la Corte Constitucional que pueden abrirles más huecos al presupuesto del gobierno.

    En Hacienda, con la salida de Reyes, están a la expectativa de que el presidente nombre en la Dian a un funcionario más alineado con Bonilla, según dos fuentes del Ministerio que pidieron las reservas de su nombre. Sobre todo porque por delante tienen temas claves que necesitan a esas dos entidades coordinadas, como la presentación del Marco Fiscal de Mediano Plazo -la hoja de ruta del gobierno en materia económica- y la reestructuración de la deuda pública que está impulsando Bonilla para tener más plata disponible destinada a inversión pública.

    3. Umaña se va con su misión cumplida

    La principal tarea que Petro le puso al saliente ministro fue reabrir comercialmente la relación con Venezuela. “Su misión era abrir la frontera”, dice un alto funcionario de la Casa de Nariño, quien pidió la reserva de su nombre para dar detalles de su renuncia. “No se va del gobierno ni se marcha en malos términos”, dice la fuente sobre la posibilidad de que Umaña llegue a la embajada de Bruselas, en Bélgica. 

    Con esto, Umaña seguiría con el destino europeo de otros miembros del gabinete que renunciaron, como los exministros Alfonso Prada, embajador en Francia, y Guillermo Reyes, embajador en Suecia.

    El protagonismo de Umaña se dio, sobre todo, en el primer año del gobierno, cuando lideró la reapertura de las relaciones comerciales con Venezuela. La decisión empezó con un gran show en Cúcuta, en septiembre del 2022, en el que Petro caminó por el puente internacional Simón Bolívar y le estrechó la mano al hombre fuerte del régimen chavista en el Táchira, Freddy Bernal.

    Sin embargo, como lo contó La Silla, un año después del evento el comercio en la frontera estaba lejos de recuperar su normalidad y la inseguridad era uno de los grandes dolores de cabeza de las autoridades. 

    Las razones de su salida siguen sin ser claras y Umaña no se ha pronunciado sobre su renuncia. El ministro no respondió las preguntas de La Silla Vacía. 

    Lo cierto es que el miércoles, luego del habitual Consejo Económico en Casa de Nariño con Petro, el ministro les dijo a sus compañeros que “se sentía por fuera del gobierno”, pero que el presidente no le pidió formalmente la renuncia, según un alto funcionario del gobierno presente en la reunión. En ese Consejo estuvieron, entre otros, el ministro Bonilla y López, del DNP. En la noche, después de despedirse del Congreso, Umaña se reunió con Petro y le presentó su carta de renuncia.

    En todo caso, el gobierno está aprovechando para impulsar un movimiento que desactiva una guerra abierta entre su equipo económico y le abre las puertas del gabinete a Reyes, otra figura prometedora y leal del petrismo.

    Cubro al gobierno del presidente Gustavo Petro en La Silla Vacía. Estudié Periodismo en la Universidad de Antioquia.