Nelson Mariño, el ex gobernador del Casanare que fue destituído e inhabilitado por 14 años por la Procuraduría por la celebración indebida de contratos y que ha sido mencionado por los paramilitares al mando de Martín Llanos, está de vuelta en la política casanareña con miras a las elecciones del 2015. Esta vez, invocando el poder para sanar que dice haber recibido del propio Espíritu Santo, Mariño está haciendo campaña por todo el departamento acompañado por un joven poco conocido que quiere ser el próximo gobernador del Casanare.

Nelson Mariño, el ex gobernador del Casanare que fue destituído e inhabilitado por 14 años por la Procuraduría por la celebración indebida de contratos y que ha sido mencionado por los paramilitares al mando de Martín Llanos, está de vuelta en la política casanareña con miras a las elecciones del 2015.

Esta vez, invocando el poder para sanar que dice haber recibido del propio Espíritu Santo, Mariño está haciendo campaña por todo el departamento acompañado por un joven poco conocido que quiere ser el próximo gobernador del Casanare.

Una carrera cuestionada

Mariño es una de las cabezas del “Clan de la Casita”.  Junto con el ex representante a la Cámara por ese departamento, José Rodolfo “El Negro” Pérez y el actual gobernador Marco Tulio Ruiz, los tres han dominado el panorama político del Casanare por una década gracias al aval de Afrovides (el desaparecido movimiento del parapolítico Juan Carlos Martínez Sinisterra).

De extracción muy humilde, la carrera política de Mariño ha sido una de muy rápido ascenso. Empezó como vendedor de menudo en el barrio “El Hígado” de Yopal, rodeado por expendios de carnes. Después fue celador, taxista y conductor de buses, hasta que encontró el trabajo que le cambiaría la vida: en 1996, se volvió el conductor del entonces Gobernador del Casanare, Miguel Ángel Pérez.

Hoy Pérez está condenado por parapolítica por haber recibido dineros del comandante paramilitar “Martín Llanos” para su campaña en el 2003, pero fue gracias a este político que Mariño pudo hacer sus primeros pinitos en la política. En el 98, apoyado por Pérez, Mariño se lanzó al concejo de Yopal y se ganó una curul. En el período siguiente, saltó a la Asamblea y en el 2004, ganó la Alcaldía de Yopal por el partido Liberal.

Fue entonces cuando empezaron a aparecer las denuncias en su contra. Como contó Semana, dos ediles de Yopal denunciaron a Mariño ante la Procuraduría el 25 de febrero del 2005 por presuntas irregularidades en la contratación de la Alcaldía a su cargo. Al día siguiente, los dos ediles recibieron una llamada de amenaza de un paramilitar del Bloque Centauros que comandaba la región para que dejaran de hablar y se fueran de Yopal.

Los ruidos alrededor de Mariño crecieron cuando se lanzó a la Gobernación en 2011. Como contó La Silla, dos paramilitares desmovilizados del Casanare, lo mencionaron en sus testimonios acerca de las relaciones de los políticos casanareños con el entonces comandante del Bloque Centauros, ‘Martín Llanos’ y aparecieron varias investigaciones abiertas en su contra en la Procuraduría y la Fiscalía.

 

Mariño negó esos vínculos. “No tengo ninguna investigación sobre paramilitarismo, guerrilla, bacrim o narcotráfico. Nunca me he comprometido en el transcurso de mi carrera política con ninguna persona u organización al margen de la ley (…) las supuestas irregularidades en la contratación como Alcalde de Yopal responden eminentemente a cuestiones de forma y no de fondo [lo] que para nada me inhabilita para ser elegido como el próximo gobernador de Casanare”, argumentó en un comunicado de prensa antes de las elecciones en las que resultó elegido en octubre del 2011.

A principios del 2013, la Procuraduría lo destituyó pero eso no significó el fin de su carrera política. Mariño apoyó entonces la candidatura del actual Gobernador Marco Tulio Ruiz en las elecciones atípicas para reemplazarlo. Una campaña que estuvo llena de denuncias por compra de votos, entrega de electrodomésticos y hasta fraude.

Pero ahora que Marco Tulio Ruiz termina su período, el “Clan de la Casita” (como lo llaman por el logo de la casita que tiene el movimiento), está buscando un reemplazo. Pero como el actual gobernador, que según una fuente política que conoce bien sus movidas, no puede hacer política, quién se ha tomado las banderas de su grupo político es Mariño haciendo demostración de su nueva faceta.

Mariño, ‘El Sanador’

Una vez al mes, la casa de Mariño (o ‘Nelsiton’, como le dicen sus seguidores de cariño) se llena con una romería de católicos fervorosos. Los poderes de sanación que dice tener para curar las enfermedades de los más pobres del departamento se han vuelto famosos.

No sólo porque sea él quien oficie las ceremonias, sino porque después de la ‘misa’ los cientos de asistentes disfrutan de una ingesta de lechona o carne de novillo recién asado, cerveza y abundante bebida (todo patrocinado por Mariño). Y porque detrás de él suele aparecer su candidato a la Gobernación: Julio Ramos, un abogado de Maní, Casanare, que no tiene trayectoria política alguna.

– “¿Para qué está buscando a Nelsiton? ¿Qué le duele?”, preguntó una mujer gorda, rubia, sentada en una silla de plástico en una cafetería al frente de la Gobernación, cuando La Silla fue a buscarlo.

– “Hubiera venido el domingo. Hizo una misa bieeen grande, grandísima”, agregó otra mujer morena, sentada a su lado.

– “Vaya a su finca. Si le dice que viene de Bogotá él la atiende. Pero, ¿qué es lo que le duele?”, insistió la primera.

“(Mariño) se volvió doctor. Ahora dice que hace milagros y la gente le cree”, opina un abogado yopaleño que, como la mayoría de los habitantes de la capital del Casanare, no ignora las nuevas movidas del ex gobernador.

“Invoca a Dios y le pide al Espíritu Santo que llegue al lugar (donde hace la ceremonia). Pide que estemos sanos de la columna, de los ‘huesitos’ y de todo tipo de cáncer, y nombra varios tipos, del rencor, de la ira, y del odio”, dice un político casanareño que también fue testigo de otra ceremonia religiosa a principios de este año.

“Dice que tiene el poder del Espíritu Santo. Se viste de blanco y hace imposición de manos sobre el público. Reza fervoroso. Al cierre (de la ceremonia), presenta al político (Julio Ramos, su candidato) y nos pide que le ayudemos a sacarlo a la Gobernación”, cuenta un asistente a la última misa que se celebró a mediados de este mes.

Aunque las misas de sanación sólo las celebra en su finca a las afueras de Yopal, su fervor religioso también se ha esparcido en el departamento desde que empezó el año pasado a hacer correrías políticas de la mano de su candidato a la Gobernación.

El pasado domingo 8 de marzo, el día de la mujer, Mariño llegó al municipio de Pore, al norte de Yopal a una reunión política donde había unas 200 personas. La mayoría eran mujeres ancianas de las veredas que estaban invitadas y que iban a participar del reinado que organizó el ex Gobernador en compañía de Ramos y de un candidato al concejo de ese municipio. 

Antes de la fiesta, Mariño se tomó el micrófono para orar por la salud de los asistentes. Luego, las mujeres desfilaron en carrozas, se disfrazaron de reinas y bailaron con el candidato Ramos en un evento en el que no faltó la cerveza y la carne de los novillos que mandó a matar el ex gobernador.

“Ramos era el que entregaba los premios. Dos millones de pesos para la carroza ganadora (con su reina) y uno para la segunda”, cuenta una líder barrial que asistió al evento.

El joven desconocido

A Ramos no lo conoce casi nadie en el Casanare. Su corta vida profesional arrancó con un puesto que le dieron como asesor jurídico en la Secretaría de Planeación de Yopal, (como cuota del ex gobernador William Pérez según dos personas que trabajaron en esa Alcaldía). Después durante la Gobernación de Mariño, lo nombraron como director de la Casa de la Cultura del departamento.

”La hoja de vida de Julio Ramos sí estuvo allí pero se descartó porque no cumplía los requisitos de 10 años de experiencia”Camilo Abril Jaimes

En las pasadas elecciones presidenciales, Ramos fue el gerente de la campaña reeleccionista de Juan Manuel Santos en Casanare, donde el presidente candidato sacó un poco más de 15 mil votos y Oscar Iván Zuluaga le sacó más de 81 mil de diferencia.

Sin embargo, la trayectoria de Ramos en las campañas sí le ha valido la cercanía con el poder. Según tres políticos que conocen bien el departamento, Ramos trabajó en las campañas del ex Gobernador William Pérez, de Mariño y del actual Gobernador, Marco Tulio Ruiz. De hecho, el Gobernador le dijo a La Silla que era su amigo personal.

Por eso, en los corrillos políticos del departamento se esparce el rumor de que Ramos terminó de candidato del grupo político del Gobernador Ruiz (es decir, del “Clan de la Casita”) porque le prometieron una notaría en Yopal que al final terminó en manos de la esposa del ex congresista, Oscar Wilches, también condenado por parapolítica. A cambio, Wilches les ofreció que Ramos fuera el candidato de Cambio Radical a la Gobernación del Casanare. Así se lo dijeron a La Silla tres fuentes políticas del departamento.

“Eso no es cierto. La hoja de vida de Julio Ramos sí estuvo allí pero se descartó porque no cumplía los requisitos de 10 años de experiencia”, dice el ex representante de Casanare por Cambio Radical, Camilo Abril Jaimes. 

“Nosotros hicimos un acuerdo con el grupo político del Gobernador (Marco Tulio Ruiz) para apoyar a su candidato porque no tenemos ningún otro nombre. Ellos se quedaron sin partido y buscaron el abrigo de Cambio Radical. Por eso terminamos apoyando a su candidato porque ellos tienen el poder y la credencial”, agregó.

La Silla supo que el nombre de Ramos ya llegó a los oídos de las directivas en Bogotá de Cambio Radical que van a estudiar su hoja de vida, en la que no hay ninguna investigación abierta pero sí aliados polémicos.

Además de Cambio, el nombre de Ramos cuenta con el apoyo de otro político casanareño, el ex candidato a la Cámara por La U, Rodrigo Chaparro que encabezó la lista cerrada que sacó más de 14 mil votos en marzo.

Esos apoyos, sumados a las correrías políticas que hace Ramos junto con Mariño, ‘el Sanador’,  y donde nunca sobra la comida abundante, lo podrían poner como una ficha fuerte a la Gobernación.

Fui periodista de La Silla Vacía a cargo de cubrir Bogotá, el Congreso y las movidas de poder en el Pacífico. Soy politóloga con maestría en periodismo. Me gusta el periodismo de datos, el reportaje y hago fact checking.