El representante Julián Peinado y Eugenio Prieto, candidato liberal a la Gobernación de Antioquia, le asestaron un nuevo golpe al exsenador Julián Bedoya. En un evento en Medellín, ambos hicieron entrega de decenas de avales liberales, entre ellos, los de municipios claves para la estructura política de Bedoya. Alineados con el expresidente César Gaviria, bloquearon a los candidatos de Bedoya como represalia por su alianza en el Congreso con la coalición del gobierno Petro.

Con esto, el liberalismo oficial continúa depurando el partido en Antioquia. Las dos fichas en el Congreso del polémico exsenador, el senador Juan Diego Echavarría y la representante María Eugenia Lopera, han sido vitales para las frágiles mayorías del gobierno en Bogotá. Ayer, Lopera fue nombrada presidenta de la Comisión Séptima, clave para sus reformas sociales.

“Esto es una purga del partido. Una suerte de cirugía. Y cuando una entra a cirugía debe, luego, entrar en un período de recuperación. Pero se cura”, le dijo a La Silla el representante Peinado, quien viene de disputar la presidencia de la Cámara de Representantes con el liberal petrista Andrés Calle, de Córdoba, finalmente elegido. “La dirección liberal fue muy clara. El aval a la Gobernación lo tiene el candidato que le está haciendo oposición al gobierno de Gustavo Petro”, dijo Prieto, micrófono en mano, en el evento.

Así, el ala gavirista devuelve en Antioquia el golpe sufrido en el Congreso con la elección de Calle en la presidencia de la Cámara, una victoria enorme para el gobierno Petro y su ministro del Interior, Luis Fernando Velasco. Y en el partido, queda claro el mensaje de que en esta puja nacional puede haber retaliaciones regionales.

Las plazas perdidas por Bedoya y sus aliados

El 10 de julio, los liberales antioqueños recibieron a través de WhatsApp la distribución de los avales para las elecciones regionales. Cada municipio cuenta con un congresista encargado de entregar los avales para alcaldía y concejo. Y por una regla informal, el congresista de mayor votación suele recibir el derecho de repartirlos.

Visto el mensaje, el equipo de Bedoya, gran elector paisa, protestó de inmediato. El 11 de julio, le enviaron una carta a la dirección nacional pidiendo la suspensión del proceso de avales. Solicitaron una reunión entre los congresistas liberales antioqueños con el expresidente César Gaviria. Y amenazaron con no inscribir sus candidatos al Concejo de Medellín y la Asamblea de Antioquia.

La carta menciona el caso de 17 municipios. Los más importantes son aquellos donde Bedoya tiene influencia. “Las resoluciones expedidas no reflejan la regla del congresista más votado”, dice el texto.

Uno de los casos más notables es Carepa, un municipio de cerca de 50 mil habitantes y cuyo alcalde, Jonnan Alexis Cerquera, pertenece al grupo de Bedoya. En las elecciones legislativas los senadores Echavarria y Jhon Jairo Roldán, aliado de Bedoya, fueron los más votados en el municipio. Allí, el equipo de Bedoya está impulsando la candidatura de Guadalupe Herrera, exsecretaria de Educación del municipio.

Pero el aval para la Alcaldía de Carepa, según las resoluciones del partido, quedó en cabeza del representante Peinado. Y el lunes, durante el evento liberal en Medellín, se lo entregó al odontólogo Jaime Herrera, un líder político local. 

“La regla del congresista más votado es sólo uno de los elementos para delegar la entrega de los avales. No está en los estatutos”, dice el representante Peinado. “El equipo de Bedoya está insubordinado políticamente al partido. Han roto acuerdos parlamentarios para favorecer al gobierno nacional. Y luego quieren que sus candidatos sean bien vistos para los intereses liberales en las regiones”, agrega el representante a propósito de los votos de Lopera para salvar las reformas sociales de Petro.

Tener poder institucional es clave para la supervivencia de Bedoya. Su equipo es, como ellos mismos lo reconocen, un voto de estructura que necesita de la burocracia local. En Carepa, por ejemplo, Vorágine ha registrado contratación pública a favor del primer círculo del exsenador liberal.

Pero los aliados de Bedoya también ven en el bloqueo a sus candidatos una señal negativa para los equipos liberales en los municipios. “Están desmotivando a la base. Y ellos son los que ponen los votos”, dice el diputado Andrés Mesa, un liberal petrista también inconforme con el proceso. “Si, al final, no son los equipos más fuertes los que tienen el derecho al aval, no hay incentivos para trabajar y crecer políticamente”, agrega.

Las amenazas de ruptura

El 14 de julio, Bedoya reunió a su equipo en un salón cerca del centro comercial El Tesoro, en El Poblado. En esa reunión discutieron alternativas frente a los bloqueos del sector oficialista del partido.

Entre esas alternativas, el exsenador les habló sobre la posibilidad de avalar a sus candidatos por el Partido Demócrata, un partido con origen en San Basilio de Palenque, el histórico corregimiento vinculado a la liberación de los esclavos negros, y que obtuvo la personería jurídica el año pasado por parte del CNE. “Representantes del partido estuvieron en la reunión. Es un plan B ante la imposibilidad de detener a Peinado y sus amigos”, le dijo a La Silla un político del equipo de Bedoya que estuvo en la reunión y quien pidió la reserva de su nombre.

Además de mover los equipos con otros partidos, sigue firme la amenaza de no presentar candidatos a la Asamblea de Antioquia. En esa corporación, los liberales fueron la segunda lista más votada en 2019, obteniendo 5 curules, sólo por detrás del Centro Democrático. 3 de los 5 diputados, aliados de Bedoya, plantean bajarse de la lista: Hernán Torres, el diputado de Bedoya; Jonathan Roldán, el diputado del senador Roldán; y Andrés Mesa, un liberal petrista que tiene su propio grupo.

“Está la posibilidad de no reelegirnos y apoyar a nuestros candidatos en otra lista”, dice el diputado Mesa. “Pero el desplazamiento no es fácil. Mi fuerza electoral está en los ediles y los representantes de las JAL. Y todos son liberales”, apunta. Incluso el propio Peinado reconoce que ese movimiento perjudica al partido. “En la Asamblea los necesitamos”, dice.

Los liberales aliados de Bedoya también contemplan no ir al Concejo de Medellín. Allí, el concejal Fabio Rivera, del grupo de Bedoya, aspira a la reelección. Rivera fue uno de los firmantes de la carta del 11 julio. Otra pérdida para los liberales sería la del grupo de la exconcejala Aura Marleny Arcila, quien impulsa a Liliana Parra, apoyada también por el equipo del senador Roldán.

Estas amenazas se suman a los apoyos que los liberales rebeldes pueden hacer, por debajo de cuerda para no incurrir en doble militancia, a otros candidatos a la Gobernación. De hecho, antes de que el expresidente Gaviria eligiera a Prieto como candidato oficial, el senador Roldán pidió el aval rojo para el exgobernador Luis Pérez, quien hoy se lanzó oficialmente por la ASI. Y al interior del grupo de Bedoya, a quien ven cada vez más alejado de competir en octubre, piensan que con Pérez podrían negociar conforme avance la campaña y lo vean como un candidato sólido.

Finalmente, las divisiones entre los liberales los tienen, por ahora, sin candidato a la Alcaldía de Medellín. Recientemente, Federico Gutiérrez rechazó el aval liberal. Prieto, quien fue el director del Área Metropolitana del Valle de Aburrá durante la administración de Gutiérrez, buscaba que “Fico” lo recibiera.

Con este panorama, los liberales paisas empiezan un tortuoso camino hasta octubre: fracturados en torno al gobierno Petro, con grupos políticos negociando con otros partidos y candidatos, y sin un norte claro para defender su enorme e histórica cosecha de votos en Antioquia.

Cubro al gobierno del presidente Gustavo Petro en La Silla Vacía. Estudié Periodismo en la Universidad de Antioquia.