Hace más de un año, el entonces candidato presidencial del Polo Democrático, Alexander López, invitó a Francia Márquez y a su asesor Hildebrando Vélez a tomar un café y, según Vélez, le aconsejó a ella que desistiera de su idea de ser candidata a la presidencia en 2022*. Era una conversación de amigos. López y Márquez se conocen desde hace años por el trabajo de ambos en el Pacífico, él como político y ella como líder social.

Con el mismo tono cordial de la charla, según Vélez, Márquez le respondió a Alexander López —senador y presidente del Polo Democrático— que era él quien terminaría apoyándola a ella.

“Le dijimos que a la postre el Polo iba a estar con nosotros. No habían visto la dimensión de lo que podíamos ser. En política se necesita un poco de terquedad. Y nosotros la tenemos”, dice Hildebrando Vélez, miembro del movimiento de Márquez, Soy porque somos, y uno de sus asesores más cercanos.

Aunque La Silla buscó a Márquez para consultarle sobre la reunión, la candidata no contestó. Tras la publicación del artículo confirmó que se reunión con López, pero dijo que “no es cierto que Alexander me pidiera renunciar. Fue Hildebrando el que le dijo a Álex que se retirara”.

En cualquier caso, Francia Márquez es hoy la candidata vicepresidencial y Alexander López, como dijo Vélez, está a su lado.

Esa terquedad es, en parte, la que tiene a Márquez cerca de convertirse en vicepresidenta de Colombia, si el domingo ella y Gustavo Petro ganan la segunda vuelta. Las decisiones que la llevaron a este punto muestran que, además de ser una activista que se ha vuelto visible por su liderazgo social, feminista y afro, también es una política que ha logrado moverse con pragmatismo y cálculo.

Francia supo confrontar a Petro sin romper con él

Entre la conversación con Alexander López y la recta final de las elecciones Márquez pasó de ser una líder social que intentó lanzarse a la Cámara por la circunscripción afro, y se quemó con menos de 8.000 votos en 2018, a la tercera precandidata presidencial más votada en las consultas de marzo, con 785.000 votos. Le ganó incluso a políticos consagrados como Álex Char, Sergio Fajardo y Camilo Romero.

Después de la consulta, como fórmula vicepresidencial de Petro, Francia Márquez ha sido una protagonista de la campaña, trabajando de manera separada de Petro. Tiene una agenda aparte de la del candidato en la que ha llenado sus propias plazas y eventos. Hace una semana, por ejemplo, estuvo en un partido de América de Cali mientras Petro jugaba un partido de fútbol en Bogotá, como parte de la nueva estrategia que busca mostrarlos más cercanos.

En segunda vuelta, igual que Petro, dejó las tarimas y empezó un trabajo más focalizado. “Está haciendo un ejercicio grande por tocar puertas, tratando de organizar el día D. El 29 de mayo mucha gente que esta con nosotros se nos quedó sin votar por falta de transporte. Ella está ayudando a coordinar eso”, dijo Luz María Múnera, representante electa del Polo Democrático.

Márquez es su propia marca y su importancia no radica en penetrar la esfera de influencia del petrismo. Su cercanía con el candidato ha sido evidente en varias interacciones. El 23 de marzo, en el evento de anuncio de su fórmula vicepresidencial, Petro estaba junto a Márquez al frente de un auditorio cuando dijo, con una sonrisa: “La vicepresidencia tiene como función constitucional sustituir al presidente. Espero que eso no ocurra”.

Francia Márquez tardó un par de segundos en contestar, también sonriendo: “Yo tampoco”. El auditorio aplaudió. Petro se disponía a seguir hablando, pero ella lo abrazó y agregó: “Por ahora”. Petro soltó una carcajada, la tomó de la mano y dijo: “En las próximas elecciones”.

Francia Márquez entró, en unos meses, al corazón de una campaña en el que no estuvieron algunos de los aliados más antiguos de Petro.

“Ha sido decisión de Petro darle todo el reconocimiento y la libertad a Márquez. Es algo que no se veía con Ángela María Robledo (su anterior fórmula). Ni con nadie en esta campaña ni en la historia de Petro. Petro es afectuoso, pero guarda distancia. Con Francia hay una cercanía muy estrecha”, dijo Temístocles Ortega, senador de Cambio Radical que se unió a la campaña de Petro y Márquez.

Esa cercanía no ha estado exenta de roces. Márquez tuvo sus reservas para llegar al Pacto Histórico por sus diferencias con aliados de Petro, como Gustavo Bolívar, a quien criticó por sus comentarios despectivos sobre las empleadas del servicio.

En julio del año pasado Márquez aceptó participar en una consulta presidencial con Petro, con la promesa de que la segunda votación sería la fórmula vicepresidencial. Pero en diciembre hubo tensión.

Los candidatos del movimiento de Márquez, Soy porque somos, quedaron fuera de los primeros 20 puestos de la lista al Senado y ella amagó con salirse de la coalición. El 14 de diciembre, el día que se inscribió la lista, la líder social envió un mensaje al chat general del Pacto Histórico: “Expresamos nuestro descontento con la confirmación de la lista al Senado. Estaremos expresando en horas de la tarde nuestra decisión en relación a nuestra continuidad en este proceso. Soy Porque Somos. Un abrazo ancestral”.

Esa misma tarde Petro se reunió con Márquez, Gustavo Bolívar y Alexander López y acordó que el movimiento de Francia Márquez tendría el puesto 11 en la lista. Pero una semana después incumplió ese compromiso.

Márquez quedó entre dos tensiones: la de su propio movimiento, con figuras como Carlos Rosero y Vicenta Moreno, curtidos activistas afro del Proceso de Comunidades Negras (PCN) que renunciaron a ser candidatos del Pacto Histórico; y por el otro lado sus nuevos aliados en el Polo Democrático, el partido que le dio el aval para la consulta, que le pedían quedarse.

“Un grupo de gente inexperta de su movimiento estaba planteando que debían tener dos senadores sin tener construido un proyecto político”, dijo Jaime Dussán, secretario general del Polo Democrático.

La solución de Márquez fue mantener su advertencia de salirse del Pacto Histórico por unas semanas, y luego hacer una reunión con su colectivo en que decidió quedarse. “Comprendimos que no fue Petro quien tomó esa decisión: eran juegos de poder en los partidos en el que nosotros fuimos, de alguna manera, quienes sufrimos incomprensión”, dice Hildebrando Vélez.

La siguiente tensión de Márquez dentro del Pacto Histórico fue antes de la consulta presidencial, cuando Petro volvió a cambiar de opinión: esta vez sobre la promesa de que la segunda votación en la consulta sería su fórmula vicepresidencial. En ese momento, el candidato estaba buscando un acercamiento con el Partido Liberal y la vicepresidencia podía ser la moneda de cambio.

Como en el caso de las listas, Márquez reaccionó en un punto intermedio: sin agachar la cabeza, pero sin romper con Petro. Le tiró varias pullas al candidato: “Le daré garantías a Petro para que sea mi vicepresidente”, dijo en una entrevista con El Colombiano.

En los meses antes de la consulta Francia Márque hizo una mezcla entre una campaña amistosa y competencia con Petro. “Yo le voy respirando en el cuello”, le dijo en uno de los eventos.

“Nosotros sabíamos que no íbamos a derrotar a Petro, pero no por eso dejamos de intentarlo. Los otros precandidatos llegan derrotados a ese proceso. Llegan para ser los segundos”, dijo Hildebrando Vélez.

En parte por esa competencia que le planteó a Petro, que decantó a muchos votantes de izquierda pero con prevenciones con el candidato, Francia Márquez sacó la tercera votación entre todas las consultas presidenciales, y la segunda en la del Pacto Histórico. Pero incluso entonces, con los votos en la mano, optó por no confrontar a Petro y dejó que fuera él quien la eligiera como fórmula. “No estoy en el Pacto Histórico por un puesto”, dijo.

Hildebrando Vélez resume esa línea delgada que Francia Márquez ha seguido frente al líder del Pacto Histórico: “Ella nunca ha sido inconsciente de que Petro es una figura política que le lleva ventajas. Pero es capaz de hacer el juego con el poder”.

Y parte de ese juego ha implicado ir más allá del liderazgo social y hacer política con políticos.

Francia se subió a la tarima con los políticos

En enero de este año Francia Márquez apareció en subida en una tarima en Santander de Quilichao, Cauca, con bombas rojas y azules de Cambio Radical y tomada de la mano con el senador de ese partido Temístocles Ortega, exgobernador de ese departamento y cercano a Germán Vargas Lleras y con una trayectoria política en ese departamento vinculada a las cuotas burocráticas.

En la foto Márquez también salía con el candidato de Temístocles Ortega a la Cámara, Jesús Elver González, sancionado por la Procuraduría en 2013 por no ser objetivo en la otorgación de un contrato cuando fue alcalde de Guachené.

La reacción a las críticas por participar en un evento con figuras más cercanas a la política tradicional que al movimiento social fue desordenada.

Primero Márquez publicó un comunicado que borró unas horas después en el que decía que fue a un encuentro con jóvenes afro y que allí recibió el apoyo de Temístocles Ortega y Jesús González, y describía a este último como un “líder del norte del cauca negro que, junto a Francisco Paz, hicieron un programa que se llama el ‘Salto Afro’ y con ese proceso lograron formar a setecientos jóvenes del norte del Cauca. Esa es la realidad política de nuestro país y nuestra realidad territorial”.

Pero al día siguiente la narrativa cambió.

El equipo de Alexander López, del Polo Democrático, borró el mensaje en el que había compartido en los chats de prensa con el comunicado de Francia Márquez y publicó otro con el logo del Polo y la firma que negaba el apoyo que Márquez había reconocido unas horas antes: “Rechazamos el uso malintencionado de la imagen de Francia Márquez para hacer parecer un presunto respaldo de otros partidos a su candidatura”, decía.

Pero el apoyo se terminó dando. “Desde el año pasado me vinculé a la campaña de ella, le ayudé en la consulta en el Cauca. Y cuando estaban definiendo la vicepresidencia dije que Francia había sido un fenómeno político”, le dijo Temístocles Ortega a La Silla la semana pasada.

El 13 de marzo La Silla registró cómo las caravanas de carros de Jesús González y Temístocles Ortega invitaban a votar por Francia Márquez.

El caso de Ortega fue una muestra de que, aunque a veces ha criticado ciertas alianzas con la política tradicional, como la que Petro buscó con César Gaviria, ella misma tiene el pragmatismo para acercarse a otros con los que coincide en temas como la defensa del Acuerdo de Paz.

“Ella tiene la capacidad de diálogo y de negociación. Cuando nos sentábamos a negociar ella no pensaba solamente en el momento, también en el futuro. Trataba de intuir las situaciones que se podían presentar”, dice Clemencia Fory, que hace parte del movimiento Soy porque somos.

Esa capacidad de hacer alianzas también la demostró con el propio Alexander López, quien se ha vuelto la mano derecha de Francia Márquez y uno de los pocos políticos de profesión que está en su círculo cercano.

“En las reuniones suele haber unas ocho personas en la mesa. No son políticos de profesión salvo Alexander López. Él suele tener mucha voz cuando tratamos temas que tienen que ver con el Congreso”, dice Hildebrando Vélez.

Luz María Múnera, representante electa del Polo, dice que Márquez “tiene una amistad muy vieja con Álex. Ahí hubo olfato político de los dos: de ella con alguien que tiene un puesto representativo en el Pacto, y Alexander que vio la posibilidad de reivindicar los reclamos de la calle”.

Esa combinación entre fuerza en sus posiciones y flexibilidad en ciertos casos es la que llegaría con Francia Márquez a la vicepresidencia. También con una dosis de desobediencia que podría implicar diferencias con Petro. “Si Francia se subordina se pierde el encanto. Dejarían de ser complementarios”, dice Hildebrando Vélez.

Y agrega un apunte sonriente: “Suelo decirle a los de Soy porque somos que a los estrategas hay que creerles, pero desobedecerles. Somos de naturaleza desobediente. Y en el gobierno eso se traduce en creatividad”.

*Nota del editor: tras la publicación de este artículo, la candidata vicepresidencial Francia Márquez, quien no había contestado antes, negó la versión de su asesor Hildebrando Vélez sobre la reunión con Alexander López. Dejamos ambas versiones en el texto.

Periodista en La Silla Vacía hasta 2023. Estudié periodismo en la Universidad de Antioquia y allí hice un diplomado en periodismo literario. Trabajé en El Colombiano y fui subeditor del impreso de El Tiempo. En 2022 participé en el libro 'Los presidenciables' de La Silla Vacía y en 2020 hice parte...