El video de Iván Márquez, Jesús Santrich, ‘El Paisa’ y Romaña con fusiles al hombro es una estocada al Acuerdo y una pésima noticia para el país. Estos son los mensajes que deja Márquez.

El video de Iván Márquez, Jesús Santrich, ‘El Paisa’ y Romaña con fusiles al hombro no sólo confirma el rumor que contamos de que refundarían las Farc. También es una estocada al Acuerdo de Paz, con el jefe negociador de la guerrilla anunciando su regreso a las armas, y es una pésima noticia para el país porque hasta ahora habían dicho que no se iban a rearmar. 

Esas caras le ponen un peso simbólico incomparable con el que tenían las disidencias ya existentes, incluida la de Gentil Duarte por la visibilidad de Márquez y Santrich (de quien es simbólico que aparezca armado, cuando ha sido más un ideólogo y dado que es invidente, es improbable que la pueda usar) y el peso militar de ‘El Paisa’ y ‘Romaña’, que eran comandantes militares con rumores de que tenían grupos armados como ‘plan b’ por si fracasaba la implementación del Acuerdo.  

Márquez deja estos diez mensajes en el video de 32 minutos.

1

Se proclaman como las Farc resurrectas

Márquez retoma la vieja idea fariana de la “paz con justicia social”, dice que comenzó “la segunda Marquetalia” en referencia al nacimiento de las Farc y que “nos levantamos en armas contra la opresión”. Es decir, habla de una resurrección de esa guerrilla.

Su mensaje fuerte es que son las verdaderas Farc: “Nos obligaron a regresar al monte. Nunca fuimos vencidos ni derrotados. Nos declaramos herederos del legado de Manuel Marulanda Vélez”. 

De hecho, retoman el discurso agrarista y campesino de Manuel Marulanda Vélez, Tirofijo, el fundador de la guerrilla, pues cuando hablan del motivo para rearmarse y citan incumplimientos al Acuerdo de paz, empiezan por la falta de entrega de tierras a los campesinos que no las tienen.

Para justificar la resurrección, Márquez habla claramente de una continuidad con los 50 años de las Farc. Se refirió a la “continuación de la lucha guerrillera en respuesta a la traición del Estado a los acuerdos”, el mismo discurso que viene usando desde que se perdió en las selvas de Caquetá, que el Estado les hizo conejo y por eso hay que luchar por una “paz cierta”. 

Para justificar esa idea, y también como continuidad al discurso tradicional bolivarista de las Farc, le dedica varios minutos a Francisco de Paula Santander, a quien sindica de ser traidor y dice que es el “héroe de la oligarquía colombiana y no el héroe del pueblo”. 

A esa “oligarquía santanderista” es la que culpa del asesinato de líderes como Jorge Eliécer Gaitán o Carlos Pizarro, del exterminio al movimiento político de la Unión Patriótica, y de la muerte de Alfonso Cano, máximo líder de las Farc; y de los líderes sociales que han sido asesinados desde la firma del Acuerdo.  

También reitera que “seguiremos siendo la misma guerrilla protectora del medio ambiente”, un rol que hemos contado en La Silla y que le abre camino a un discurso que antes del Acuerdo era menos fuerte pero que desde entonces han usado para sintonizarse con las preocupaciones más actuales. 

Aumentar ese énfasis es una de las pruebas de que estas segundas Farc no serán exactamente las mismas del pasado. 

 
2

No se van a quedar en el monte y retoman trabajo de masas

 Márquez dice que su pretensión no es quedarse en el monte.

“Esta insurgencia no se levanta de las cenizas como el ave Fénix para seguir operando en las profundidades de la selva remota. Volará para abrazar con la fuerza del amor los sueños del buen gobierno de la gente del común”, dijo. 

También llama a “aquellos compañeros y compañeras que no han plegado sus banderas” a que lo sigan, con lo que indica que retomarán su trabajo político clandestino. 

De hecho, en la carta que revelamos en La Silla hace dos semanas, habían reactivado al decirle a “quienes sientan el deber de retomar el rumbo” a volver a conformar los núcleos y la constitución del Consejo Patriótico Bolivariano, que integraban 100 personas que le ayudaban a las Farc con trabajo político y de masas desde la clandestinidad.

 
3

El discurso es de una “verdadera paz” y no de una revolución que gane la guerra

El objetivo de Márquez con su nuevas Farc no es tomarse el poder a la fuerza sino lograr otro Acuerdo de paz con una constituyente, lo que encaja en que su discurso tiene más énfasis político que militar. 

De hecho, pide revivir la idea de un “gran acuerdo político nacional” y “un nuevo marco de convivencia política social” para el que dice que hay dos caminos: o un “proceso constituyente abierto” o el “estallido de todo un pueblo en rebelión”. 

De hecho, pide una constituyente“suficiente y representativa, que sea un impulso definitivo a las transformaciones estructurales que requiere Colombia”, como la educación gratuita, la conformación de “una gran nación de repúblicas hermanas en América, la prohibición de la extradición y de bases militares extranjeras.”

También habla del famoso “gobierno de transición” hacia una nueva negociación.

“¿Cómo construir la paz con estas ruinas taciturnas? Por algo hay que empezar y tiene que ser con la instalación en el Palacio de Nariño de un nuevo gobierno colocado por una coalición de fuerzas de la vida, de justicia social y democracia, que convoque a un nuevo diálogo de paz que involucre a las fuerzas guerrilleras y a todos los actores armados para que podamos sellar una paz definitiva”, dijo. 

Aclara que en ese “nuevo Acuerdo de paz”, las armas deben ser “colocadas lejos de su uso, no entregadas”, uno de los puntos de honor que él defendió en La Habana y en el que terminó parcialmente derrotado.

En esa misma línea de hablar de paz y no de guerra, dijo que no van a atacar a soldados y policías, por lo menos en principio. “Paz a los cuarteles que no dirijan sus miras y sus cañones contra los intereses populares”, dijo explícitamente.

“Una nueva modalidad operativa conocerá el Estado. Sólo responderemos a la ofensiva, no vamos a seguir matándonos entre hermanos de clase para que una oligarquía descarada continúe manipulando nuestro destino a costa de los dividendos de la guerra”, dijo, por lo que mandó el mensaje de que no repetirán la estrategia de los años noventa de copar espacios atacando cuarteles, batallones o estaciones de policía para obtener control territorial. 

“Pudimos constatar que hay militares y policías que anhelan la paz tanto como la gente del común” dijo. “Ellos no quieren seguir siendo el gatillo de los falsos positivos y los cómplices del paramilitarismo. Les indigna estar sentados en el banquillo de los acusados, mientras la cúpula política que emitió las órdenes contempla indiferente el espectáculo tras el burladero de la impunidad”.

 
4

Su objetivo es la oligarquía

En línea con su crítica a los políticos y con la idea de lucha contra el establecimiento de la antigua guerrilla, la nueva dice que su objetivo central es luchar contra “esa oligarquía excluyente y corrupta, mafiosa y violenta, que cree que puede seguir trancando la puerta del futuro del país”. 

Dice que fue por culpa de esa oligarquía es que “nos vimos obligados a regresar a las armas”, bajo el argumento de que el establecimiento cambió el Acuerdo y lo incumplió, con lo que incluye a Juan Manuel Santos y a Álvaro Uribe Vélez entre sus enemigos, con matices pequeños.

De hecho, dice que cree ahora que el plebiscito fallido de Santos en 2016 no buscaba realmente blindar al Acuerdo sino que el entonces presidente buscaba derrotar políticamente a Uribe, y que fue un error y una manipulación, porque la paz no se puede someter a las decisiones de las mayorías.

 
5

Todos son culpables del fracaso, menos ellos

Márquez achacó el incumplimiento de lo acordado a los gobiernos Santos y Duque, a Estados Unidos y hasta a la Corte Constitucional, pero nunca a los excombatientes que, por ejemplo, no le dieron la cara a la JEP cuando los llamaron a dar su versión libre. 

Tampoco señala que tomaron decisiones que no ayudan a legitimar el Acuerdo, como mantener el nombre de la guerrilla en el partido, lanzar al Congreso a jefes que probablemente sean condenados por la JEP o buscar que no los procesaran por delitos sexuales.

En cambio, dijo con razón que ni el Fondo de Tierras ni la sustitución voluntaria de coca han avanzado (como hemos contado, el Fondo no le ha titulado tierras a los campesinos y falta plata para cumplirle a las casi 100 mil familias que están sustituyendo, además de que no han arrancado los proyectos productivos para reemplazar la coca). 

También habló de la reforma política que sí se hundió en el Congreso cuando Santos era un presidente sin poder político y de nuevo con la versión aguada que no respondía a lo pactado con Duque, y de las inexistentes curules para las víctimas, que no ha sacado adelante el Congreso por la oposición de los críticos del Acuerdo. 

Incluso se fue contra la Corte Constitucional. “La Corte acabó la autonomía de la JEP como jurisdicción de cierre, modificaron el régimen de condicionalidad, excluyeron a terceros. Esa Corte que dijo que no podía modificarse el Acuerdo, terminó soltándole el Acuerdo a legisladores de derecha”, afirma.

Sobre los gringos habla poco, pero menciona a la Embajada entre quienes llevaron a incumplir el Acuerdo, probablemente porque el problema judicial de Santrich parte de una solicitud de extradición de Estados Unidos por presuntamente haber traqueteado.

 
6

Muestra que están en Colombia

Márquez dice que grabó el video en las selvas del río Inírida, que cruza el Guaviare y el Guainía para llegar a la frontera venezolana en el Orinoco. Con eso, señala que están en Colombia, aunque por la ubicación refuerza las sospechas de haber estado en Venezuela. 

De hecho, habla de evitar una guerra fratricida con Venezuela y de la importancia de mantener buenas relaciones con los vecinos.

 
7

Señala que no están solos

Aparte de los conocidos que aparecen en el video, hay otras caras poco conocidas por el país, que muestran que el proyecto va más allá de Márquez, Romaña, Santrich y El Paisa.

Aparecen Iván Merchán y Aldinever Morantes, mandos medios del Meta que hace meses se perdieron y a quienes, según confirmó La Silla con el mismo Merchán hace unos meses, había buscado Gentil Duarte para unirse a su disidencia. 

También está Walter Mendoza, que, además de ser ideólogo de las Farc en Cauca, era el dirigente del espacio de capacitación de Miranda.

 
8

Revive la idea de una alianza guerrillera

“Buscaremos coordinar esfuerzos con la guerrilla del ELN”, fue lo primero que dijo Márquez después de presentar a la guerrilla. 

Con eso, queda claro que ese nuevo grupo le apuntará a reestablecer las relaciones que tenía con esa guerrilla en las zonas donde compartían intereses y que permitieron que los dos grupos operaran paralelamente, e incluso a regresar a las acciones conjuntas que hizo la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar a fines de los 80 e inicios de los 90.

Incluso terminada la Coordinadora, solo en casos concretos como el de Arauca tuvieron una confrontación directa; en los demás territorios tenían acuerdos claros sobre dominio territorial y manejo de rutas de narcotráfico y de economía ilegal. 

Que esa coordinación se consolide además es muy probable dado que ya alias Uriel, comandante del Frente Occidental del ELN, divulgó un video con el que responde el anuncio de Márquez en esa misma línea. 

Eso no significa una unión, por las diferencias de todo tipo entre las dos guerrillas. “La coordinación es algo histórico, lo que no veo probable es una fusión”, le dijo a La Silla una exguerrillera que pidió reserva de la fuente por seguridad.

 
9

Evita el sambenito del secuestro

“Anunciamos nuestro desmarque total de las retenciones con fines económicos”, dijo, con lo que descarta las pescas milagrosas que tanto los desprestigiaron, pero no cierra la puerta  a los secuestros políticos. 

También anuncia el regreso de las “impuestaciones”, conocidas como vacunas.

“Priorizaremos el diálogo con empresarios, ganaderos, comerciantes y la gente pudiente del país, para buscar por esa vía, su contribución al progreso de las comunidades rurales y urbanas” y remata al decir que “la única impuestación válida será siempre en función de la financiación de la rebelión, la que se aplique a las economías ilegales y a las multinaciones que saquean nuestras riquezas”.

Con eso refuerzan que su objetivo es la “oligarquía”, entendida como incluyendo a los empresarios, y evitan el delito que históricamente más golpeó su legitimidad, el secuestro.

 
10

Deja interrogantes sobre narcotráfico y disidencias 

Los silencios más llamativos de Márquez tienen que ver con la financiación con narcotráfico y con la relación con los disidentes actuales, empezando por Gentil Duarte.

Sobre lo primero, dijo que se financiarán con las economías ilegales, sin hacer una referencia concreta a cuáles. Pero como en el país las principales son el contrabando, la minería ilegal y el narcotráfico, probablemente eso signifique que se apoyarán de esas rentas, algo políticamente muy sensible cuando el caso Santrich nace justamente con un problema de narcotráfico. 

Justamente por eso, además del poder militar y la cantidad de guerrilleros que acompañen a Márquez, es relevante la pregunta sobre las disidencias, que serían clave porque recuperaron el dominio de varias rutas del narcotráfico.

La duda es si las disidencias estarían dispuestas a someterse a una línea de mando nueva, algo que ya fracasó en el Catatumbo, donde John 40 llegó con la intención de unificar las disidencias que comanda Gentil Duarte pero fracasó porque las cabezas locales ya tenían sus propias dinámicas.

Eso dependerá probablemente de hasta dónde y para qué las disidencias sería más valioso meterse nuevamente bajo una sombrilla política, e incluso si el factor ELN ayuda.

Eso podría pasar porque, como contó La Silla, en Arauca el ELN y las disidencias tienen acuerdos para control de rutas del narcotráfico y contrabando. “La pregunta del millón es qué tan avanzados están esos acuerdos”, nos dijo la misma exguerrillera.

De hecho, según nos dijo una persona cercana a las Farc en Arauca, hace un mes Jerónimo, jefe de la disidencia en ese departamento, viajó al sur del país y el rumor allá es que lo hizo para reunirse con Márquez.

 

Periodista y politóloga. Soy cofundadora e investigadora de la Fundación Conflict Responses, CORE, que busca investigar, entender mejor e incidir en lo que ocurre en el campo colombiano en cuanto a la violencia, la paz, movimientos sociales y el medio ambiente. En La Silla Vacía cubrí por cuatro...