Desde la primera reunión de renegociadores del No con el Gobierno, Uribe buscó aliados por fuera de su Partido, como la ex ministra Martha Lucía Ramírez, el ex procurador Alejandro Ordó?ez, representantes de víctimas y la Misión Carismática Internacional. Foto: La Silla Vacía

La propuesta de un candidato único de la coalición del No busca tener la fuerza del uribismo en la segunda vuelta de 2014 pero recargada.

La propuesta del precandidato presidencial Óscar Iván Zuluaga para que en 2018 los que impulsaron el No en el plebiscito de octubre tengan un candidato único, apunta a una armar una coalición que lidere el Centro Democrático y un camino para la unión con los conservadores en esas elecciones.

La propuesta del reencauche

La primera propuesta de Zuluaga tras entregar la dirección del Centro Democrático a Fernando Londoño el viernes de la semana pasada, fue una “coalición que mantenga la alianza del No” en las presidenciales, según le dijo a La Silla, y anunció oficialmente desde Miami en una entrevista con EFE.

 

Una idea que, nos dijo, ya había venido ambientando desde octubre, cuando los negociadores del No (el expresidente Álvaro Uribe, los precandidatos Zuluaga, Iván Duque, Carlos Holmes Trujillo, el exprocurador anulado Alejandro Ordóñez, la ex candidata azul Marta Lucía Ramírez, el expresidente Andrés Pastrana, Herbin Hoyos y Sofía Gaviria como representantes de las víctimas y Claudia Rodríguez, por parte de los cristianos por el No), arrancaron a revisar el acuerdo negado en el plebiscito con los delegados del Gobierno.

“Desde que se ganó el plebiscito mi interés era mantener esta coalición del No y llegar juntos a primera vuelta”, dijo Zuluaga.

Como contó La Silla desde la primera reunión de el No con el Gobierno en la Casa de Nariño tres días después de la derrota en el plebiscito, la estrategia de Uribe no era solamente la renegociación, sino las presidenciales.

Además, como contamos, la votación del plebiscito demostró que el candidato a vencer en las elecciones de 2018 era el que acompañara Uribe y no Vargas Lleras, que pintaba como el más opcionado de haber ganado el Sí.

Ahora Zuluaga recoge esa bandera, con su bendición para concretar una alianza que cree que catapultaría al candidato a llegar a segunda vuelta. Con la idea, claro, de que ese candidato de unidad sea él.

Zuluaga dice que él cree que “existe una correlación” (es decir, que son los mismos votantes) entre los 6 millones de votos por el No y los 6 millones 800 mil que él obtuvo en la segunda vuelta presidencial en 2014, cuando perdió contra Juan Manuel Santos.

Esto no puede ser chequeado, y en todo caso en octubre al voto uribista se sumaron votos cristianos y católicos que se oponían a la supuesta “ideología de género” del Acuerdo y que no tenían un motivo para movilizarse de la misma manera en las elecciones de 2014.

En todo caso el precandidato dice que la campaña debe ser más amplia y superar el tema del plebiscito. “Las propuestas son sobre país y no sobre un hecho (el Acuerdo con las Farc). La situación angustiante que vive el país, en parte, deriva del Acuerdo de La Habana y tiene efectos delicados en la economía, en la seguridad ciudadana”. dijo.

Y para concretar esa propuesta planea retomar las conversaciones sobre esta alianza con los otros líderes del No, en lo que trabajará en las próximas semanas.  

El dilema de la elección

Zuluaga está ondeando esa bandera de unidad desde muy temprano, cuando no hay ni siquiera claridad sobre cómo se va a definir quién será el candidato de su partido, el Centro Democrático.

Eso solo se resolverá en la convención que realizarán en dos meses y hay diferencias sobre la fórmula. Zuluaga, uno de los tres precandidatos, insiste en que debe haber una consulta interna en la que los militantes con carnet elijan al aspirante, posiblemente en un Congreso del Partido.

Los otros dos aspirantes, Iván Duque y Carlos Holmes Trujillo, buscan una consulta abierta, posiblemente el día de las elecciones al Congreso, en donde todos los votantes (no solamente los uribistas carnetizados del Centro Democrático) tengan la posibilidad de participar.

Aun si esa diferencia se dirime en la Convención, no es claro cómo compaginarían eso con tener un candidato único del No. Para eso, dentro del mismo uribismo apoyan varias alternativas.

Fabio Valencia Cossio, cercano a Zuluaga dentro del uribismo y dirigente en Antioquia (el fortín de Uribe), dice que la importancia de que haya coalición con el No es que todos tengan “las reglas del juego claras”.

“Puede ser una consulta popular entre todos los aspirantes en las elecciones parlamentarias (en marzo de 2018), con el candidato del Centro Democrático, Alejandro Ordóñez, Marta Lucía, un candidato de los cristianos si tienen”, nos dijo.

En ese caso el ganador recibiría el apoyo de todos los sectores que perdieron, según proponen Valencia y Zuluaga.

Pero para la gente más cercana a Duque y Trujillo verse asociados con la extrema derecha que representa Ordóñez no resulta cómodo. De hecho, una fuente de la campaña de Duque nos dijo que no estaría dispuesto a una coalición con Ordóñez.

“Por ningún motivo (quiere hacer alianza con facciones como la de Ordóñez)”, nos dijo la fuente, quien aseguró que Duque promulga causas con las que Ordóñez no estaría de acuerdo.

El puente conservador

Justamente la otra parte de la ecuación para que se concrete la idea de Zuluaga es que Ordóñez y Marta Lucía Ramírez definan si serán candidatos, si lo harán como independientes o por el Partido Conservador, y si les suena la idea de la coalición.

“Tenemos diferencias entre los miembros del No, pero todas subsanables”, dijo el ex procurador anulado. Para él la alianza del No debe partir de una plataforma ideológica de consenso que apoye “las defensas a la vida, a la familia, y el rechazo a la dogmática progresista”.

En ese sentido, tanto los conservadores, y los mismos miembros del Centro Democrático han votado en el Congreso en contra de propuestas como la adopción gay y el matrimonio igualitario, y los movimientos cristianos que apoyaron el No lo hicieron también sobre estas ideas.

Ramírez, con quien no pudimos hablar para esta nota, ha tenido una posición más conciliadora, desde la renegociación del Acuerdo (en donde hasta en la última reunión estuvo buscando puntos de encuentro con las posiciones del Gobierno), hasta en temas polémicos como el aborto y el matrimonio igualitario. En campaña presidencial dijo estar de acuerdo en que el Congreso regulara las excepciones de la Corte Constitucional en el aborto y sobre el matrimonio, dijo que apoyaría las decisiones que en ese sentido tomaran miembros de su familia.

A esa dificultad por las diferencias ideológicas, se suma que los conservadores tampoco tienen claro cómo elegirán candidato presidencial, si es que finalmente tienen uno propio.

Por ahora está claro que la idea del directorio conservador, que ha expresado su presidente el senador huilense Hernán Andrade, es ‘desantificar’ el partido y buscar aspirante propio a la Presidencia. Y ha dicho que no descartan a ningún aspirante ni ninguna coalición con el uribismo: desde uribistas como Zuluaga, Duque o el ex gobernador de Antioquia Luis Alfredo Ramos, hasta Ordóñez y Ramírez.

En esa apertura a buscar candidatos, los azules parecen tener en Ordóñez y Ramírez dos cartas propias.

El anulado ex procurador asistió a la convención de los azules en noviembre y aunque Marta Lucía no, tiene presencia en la dirección nacional con su asesor de confianza Juan Camilo Ostos. Después de esos guiños de los presidenciables al Partido, la dirección conservadora ya se reunió con Ordóñez en diciembre y con Marta Lucía lo hará la próxima semana.

Y como los dos se movieron en el No, de terminar elegidos habría un camino para armar la alianza.

Además Andrés Pastrana, último Presidente azul y quien es visto por muchos en conservadores como su líder natural, se ha acercado al expresidente Uribe, especialmente en la campaña por el No. Los miembros de la dirección conservadora esperan reunirse con él en febrero, cuando regrese al país, para hablar de la posibilidad de acercarse al Partido, después de que en agosto del año pasado criticara en una carta la postura de los congresistas santistas al apoyar el plebiscito.

Por eso, la coalición entre azules y uribistas puede darse o a través de una candidatura de Ramos o, si la Corte Suprema no lo absuelve o él decide no lanzarse, reviviendo la alianza del No. Por ahora los coqueteos de alianza apuntan a que se concreten en un matrimonio para mayo de 2018.

Soy la editora de la sección En Vivo, coordinadora de podcast de La Silla Vacía y dirijo los Huevos Revueltos con Política. Soy periodista de la Santo Tomás y tengo una maestría en ciencias políticas y relaciones internacionales de la Universidad del Rosario. Fui reportera política en El Nuevo...