Petro en su reunión con Jonathan Finer y Juan González, asesores de Joe Biden. Foto: Twitter Presidencia.
Petro en su reunión con Jonathan Finer y Juan González, asesores de Joe Biden. Foto: Twitter Presidencia.

Ayer en la mañana, el presidente Gustavo Petro recibió a una delegación de dos altos funcionarios del presidente Joe Biden, de Estados Unidos. Hubo apretón de manos, en una foto publicada por Presidencia, y los estadounidenses salieron de regreso a Washington sin hacer declaraciones. En el trasfondo de la reunión resonaba un silencio: el del presidente Petro, quien no se ha pronunciado por la inhabilitación del chavismo a la candidatura de Maria Corina Machado, la líder opositora de Venezuela.  

No pronunciarse le ha costado a Petro críticas nacionales e internacionales, pues lo convierte en facilitador de la movida antidemocrática del chavismo, que, de paso, viola la Convención Americana que el presidente tanto ha defendido. Pero la visita de Jonathan Finer, consejero de seguridad nacional, y Juan González, asesor para la región del presidente Biden, confirma que Petro ha logrado valorizar, por ahora, esa cercanía con Nicolás Maduro ante Estados Unidos. 

Según supo La Silla Vacía por dos fuentes enteradas de lo que sucedió en la reunión, el tema principal fue Venezuela. En el encuentro, el presidente Petro desplegó una estrategia a dos bandas para mantener un canal de comunicación trasero entre Estados Unidos, el chavismo y la oposición, al tiempo que valoriza la posición de Colombia en el proceso venezolano, donde el país había perdido relevancia.

Por otro lado, la reunión confirma que Petro sigue contando con el canciller Álvaro Leyva, suspendido por la Procuraduría, y que Laura Sarabia, quien había sido activa en las relaciones internacionales, toma un asiento trasero en la interlocución con Estados Unidos. Un vacío que llena Carlos Ramón González, el hoy director del Dapre.   

La expectativa por la visita gringa

Para la reunión de ayer había tres temas: Venezuela, migración y paz. Los primeros en reunirse en el despacho presidencial fueron Finer y González, de la delegación estadounidense, y el presidente Petro con su director del Dapre, Carlos Ramón González.

Venezuela, como primer gran tema, es central en la política exterior estadounidense. Para el restablecimiento de la democracia en ese país, Estados Unidos ha estado jugado desde el principio del mandato de Petro con un canal secreto que triangula la conversación entre los gringos, la oposición y el chavismo de Venezuela. 

Al principio, Colombia ocupaba un rol central en esa triangulación, pero ha ido perdiendo relevancia por la falta de resultados en la situación política venezolana y la difícil interlocución entre Estados Unidos y el canciller Leyva. Pese al distanciamiento, Colombia cerró el año pasado como uno de los facilitadores del Pacto de Barbados, un acuerdo con el chavismo y la oposición que les prometía un relajamiento de las sanciones sobre el régimen de Maduro a cambio de la realización de elecciones presidenciales competitivas durante este año. 

El panorama del Pacto de Barbados se complicó con la inhabilidad de María Corina Machado, la candidata de la oposición venezolana que consiguió una apabullante victoria en las consultas para determinar qué candidato se enfrentaría al chavismo en las presidenciales. La última palabra la tuvo el Tribunal Supremo de Justicia, quien ratificó la inhabilidad de Machado en medio del rechazo de la región. 

Tras 15 días de la decisión del Tribunal, el presidente colombiano ha optado por guardar silencio frente a la inhabilidad de Machado. Sin embargo, fuera de los reflectores, el canal confidencial en el que Colombia facilita la comunicación entre Estados Unidos, el chavismo y la oposición se ha reactivado.  

Según supo La Silla por dos fuentes que tienen información de primera mano sobre la reunión, pero que piden no publicar su nombre para dar detalles, si bien el presidente Petro no ha hablado directamente con la candidata venezolana, sí se ha restablecido la conversación a través del canal confidencial. 

“El presidente dijo que no teníamos que pronunciarnos públicamente sobre el asunto, pero desde la Cancillería se ha mantenido una activa conversación con Venezuela”, dice una de las fuentes. 

La reunión de ayer estuvo organizada por el canciller Leyva, quien ha dicho que acatará la suspensión de la Procuraduría solo cuando el presidente se lo ordene. La Cancillería que encabeza asumió el manejo del canal confidencial, pese a que originalmente fue el embajador en Washington, Luis Gilberto Murillo, el designado por el presidente para hacerlo. Dentro del proceso, el embajador ahora es quien hace el puente con miembros de la oposición venezolana que están en EE.UU. y con el Congreso gringo.

Sin embargo, ninguno de los dos estuvo en la reunión inicial entre el presidente y los asesores del gobierno Biden. Del gobierno colombiano solo estuvo el director del Dapre, González, quien entra a llenar el vacío que dejó la salida de la exjefa de gabinete, Laura Sarabia, en el proceso político venezolano. Una de las fuentes de Cancillería le contó a La Silla que la salida de Sarabia generó mucho desorden en el proceso con Venezuela. 

Después de la reunión cerrada hubo una más extensa en la que participaron otros representantes de Cancillería. El que no llegó a esa reunión, aunque estuviera confirmada su asistencia, fue Murillo. El embajador llegó a Colombia por petición del presidente la semana pasada, pero ha estado en el centro de las miradas por la posibilidad de que remplace a Leyva como canciller encargado mientras el funcionario acaba su inhabilidad de tres meses. 

Colombia busca apalancar su posición en el proceso venezolano

Aunque el presidente Petro ha recibido múltiples críticas por su silencio ante la inhabilidad de Machado, esa es precisamente la estrategia para apalancar la posición del país en el proceso para restablecer la democracia en Venezuela. 

La pérdida de relevancia de Colombia y otros países de la región ha llevado a que Estados Unidos busque otros puentes para comunicarse con el régimen de Maduro, por ejemplo a través de la familia real de Catar. Los representantes del gobierno colombiano les han hecho saber su molestia al mismo González y a otros asesores de Biden como Brian Nichols, porque se haya establecido ese canal alterno a través del país árabe.

La inhabilidad de Machado le da la oportunidad a Colombia para restablecer su protagonismo como canal entre Estados Unidos, el chavismo y la oposición. A costa de una posición histórica de la política exterior colombiana en favor de valores democráticos y de derechos humanos, como ya había pasado durante el gobierno Petro en cuando la OEA condenó al régimen de Daniel Ortega en Nicaragua.

Por un lado, mantiene los canales de comunicación con el chavismo, al tiempo que busca hacer un llamado a los países involucrados en el Pacto de Barbados para que se alcancen garantías políticas y electorales en Venezuela. Pero también mantiene el canal con la oposición y con la misma Machado. 

Convertirse en el vaso comunicante entre esas dos estrategias regresa a Colombia al rol importante que tuvo al comienzo de la triangulación secreta. 

Siguiendo esas líneas, según las dos fuentes dentro del proceso, Colombia emitirá un comunicado en los próximos días en los que mantiene su posición neutral para aumentar su relevancia en el proceso político venezolano. 

“La idea es exigirle, por un lado, al chavismo que respete el Pacto de Barbados y, por otro, a los estadounidenses para que mantengan el relajamiento de las sanciones. No queremos caer en ninguno de los grupos, ni en los que hablan de Maduro como un dictador que no cumple los compromisos, ni en los complacientes que hablan de Estados Unidos como un injerencista”, dice una de las fuentes. 

EE. UU. no quiere quemar los puentes que tiene con Colombia

Desde que el Tribunal dejó en firme la inhabilidad de Machado, Estados Unidos ha sido enfático en la reimposición de sanciones al régimen ante el incumplimiento del chavismo del Pacto de Barbados. 

“Tienen hasta la primavera para honrar sus compromisos. Tienen decisiones que tomar antes de que nosotros midamos qué decisiones tomaremos”, dijo John Kirby, asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca. Entre esas decisiones, Estados Unidos anunció que no renovará la licencia general 44, que otorgó para aliviar las sanciones en el sector de petróleo y gas. 

Pese al tono que mantienen con Venezuela, Estados Unidos no se ha pronunciado frente al silencio que ha mantenido Colombia de cara a la inhabilidad. “Inicialmente, ellos vinieron con la intención de solicitar o exigir ayuda porque están presionados. Lo de Venezuela les ha salido mal y necesitan que Petro les ayude”, le contó a La Silla una de las fuentes enteradas del proceso. 

La información la confirmó en diálogo con El Tiempo el asesor González. “El presidente Petro puede servir como un puente importante no sólo para construir el diálogo entre la oposición y el chavismo, sino también, francamente, entre Estados Unidos y Venezuela”, dijo el asesor estadounidense, pese al silencio de Petro sobre Machado.

Estados Unidos ha perdido la posibilidad de hacer puente con el chavismo a través de otros países de la región, precisamente, por la posición que estos han adoptado frente a Maduro. “La región está muy dividida y los liderazgos más visibles, que son México, Brasil, Colombia y Chile no están de acuerdo en todo”, dice otra de las fuentes.

Brasil, por ejemplo, se ha convertido en uno de los focos de liderazgo regional con el que más compite Colombia en temas como Venezuela o medio ambiente. Sin embargo, Luiz Inácio Lula da Silva está en una compleja situación porque en el parlamento brasileño hay mucha resistencia a la comunicación con Maduro, particularmente después de que Machado hablara ante la comisión de Seguridad Pública del Senado. 

Sobre el silencio de Petro, Estados Unidos ha entendido que no pueden quemar sus puentes con él al hacerle esa exigencia o ese reclamo. “Ellos necesitan que el presidente interceda por la oposición y por María Corina”, explica una de las fuentes. 

Colombia, además, es central en migración que es otro de los temas cruciales para Estados Unidos, particularmente de cara a las elecciones presidenciales que tienen lugar en ese país en noviembre de este año. El Tapón del Darién se ha convertido en la ruta más frecuente para pasar hacia Centroamérica y de ahí hacia Estados Unidos, en donde hay cifras récord de migración irregular en su frontera con México. 

Por eso, en Washington hay una sensación de que Colombia tiene el poder de controlar el “embudo” del Darién y, por tanto, el flujo migratorio que se dirige hacia ese país. Esa narrativa es clave este año. El rechazo a la migración irregular se ha convertido en un tema de campaña, donde el discurso de Donald Trump de mano dura es mucho más efectivo que el de Biden. 

Mientras Estados Unidos y Colombia se acomodan en una posición pragmática, el chavismo se mueve para adelantar las elecciones presidenciales que Maduro se propone ganar “por las buenas o por las malas”. 

Cubro al gobierno de Carlos Fernando Galán en Bogotá. Empecé como periodista del En Vivo y escribiendo sobre política exterior, la relación con Venezuela y migración. Soy politóloga e historiadora de la Universidad de los Andes. Escríbame a mrestrepo@lasillavacia.com