En sus primeros 22 días de gobierno Dumek Turbay se ha proyectado como un alcalde omnipresente. Desde sus redes sociales tiene una suerte de despacho en vivo donde relata cada gestión y da órdenes a su gabinete. Sus decisiones y proyectos han causado interés y validación de figuras nacionales. En lo local la prensa amplifica cada maniobra del alcalde y un grupo de aduladores lo defiende con agresividad. 

La falta de oposición es algo que contrasta con la administración de su antecesor, William Dau, y que ya preocupa a organizaciones y líderes locales. En pocos días se empiezan a ver semejanzas con el modelo de Álex Char en Barranquilla, que ha asfixiado el debate democrático en la ciudad. El propio alcalde Char lo llamó “Dumek Turbay Char”. 

Dumek omnipresente y con validación nacional

Ni bien comenzó el primero de enero, como alcalde Dumek Turbay trinó: “#Cartagena, buenos días. 5:30 a.m. ¡A trabajar!”. Desde entonces no ha parado de tomar medidas y de anunciarlas detalladamente en sus redes institucionales. 

En pocos días, Turbay firmó un decreto que prohibía la prostitución y el consumo de drogas en el Centro Histórico, hizo una prueba piloto de coche eléctrico para reemplazar a los caballos cocheros. También inició labores de pavimentación con el nombre de “Guerra frontal contra los huecos”, anunció la intervención de lugares emblemáticos como el Laguito y la construcción de un parque lineal cerca del Centro. 

La directora de la organización de transparencia Funcicar, Carolina Calderón, dice que “el arranque fue eficaz. Es decir, pensada en resultados con una estrategia de victorias tempranas muy bien lograda para impactar la percepción”. 

Su cuenta de X (antes Twitter) es un despacho en vivo, donde Turbay da órdenes a su gabinete. Hoy, ante las sugerencias de una usuaria de X sobre la movilidad, Turbay trinó: “Observación válida, Sandra. Gracias por tus comentarios. Copio a @DATT_Cgena para lo correspondiente. Buenos días”. 

Las acciones de Turbay han tenido varios validadores nacionales. La periodista Jineth Bedoya, reconocida por su lucha contra la violencia sexual, escribió una columna en El Tiempo en la que afirma que Turbay “lleva 15 días en su cargo y le ha dado un vuelco al casco histórico”.

El humorista Alejandro Riaño, que hace el personaje de Juanpis González, donó un coche eléctrico en un evento institucional con Turbay y le hizo una entrevista. El acto fue el inicio de un proceso con el que Turbay quiere reemplazar todos los coches de tracción animal en el Centro Histórico. 

La narrativa que se ha construido es la de un alcalde que lleva pocos días, pero parece que llevara muchos meses. En ese sentido trinó el expresidente liberal Ernesto Samper. Dijo que en una semana Turbay “enderezó todo”. La twittera de derecha, Vane de Char, afirmó que “hace años, no sentíamos que teníamos a un funcionario que hablara por todos. ¡Años no, décadas!”. 

Más allá de la comunicación, en los próximos meses se verá qué tan eficaces han sido las medidas. Ya hay llamados de atención porque el cierre de zonas como la Plaza de los Coches para evitar la prostitución, solo ha hecho que la problemática se mude a cuadras cercanas. 

También hay dudas de cuál será el impacto de los cierres de establecimientos en el marco del Plan de Seguridad Titán 24, pues varios comercios son cerrados por ausencia de luces de emergencia o por escaleras mal ubicadas. La Contratopedia Caribe también cuestionó que no había información contractual de las primeras obras que anunció Turbay, ni del personal que las empezó a hacer.

La iglesia dumekista y la oposición con pocos fieles

Las voces críticas han sido escasas. En contraste, la prensa local amplifica como un rotundo éxito cada medida y un grupo de seguidores de Turbay defienden cada movida del alcalde. Ya son calificados como “la iglesia dumekista”.

También está la voz de Turbay, cuidadoso de lo que se dice de su gestión y de Cartagena. Eso se vio con las noticias de precios altos en las vacaciones, precisamente cuando personas influyentes del interior visitan la ciudad. El 4 de enero, El Tiempo publicó que a turistas mexicanos les cobraron 190 mil pesos por dos piñas en Cartagena. A la hora, el alcalde Turbay retó al periódico. 

“Le pido por favor a El Tiempo verificar esta información. Hicimos una investigación al perfil y tenemos dudas de su veracidad. ¿El redactor de esta nota hizo contacto directo con el afectado o sólo informó con base en el trino? Espero respuesta”, trinó el alcalde

El Tiempo le respondió, que sí contactaron a los denunciantes y que está citado en la nota. Turbay nunca borró su trino. Ese tono, a veces más fuerte, ha sido utilizado por un séquito que defiende cada acto de la gestión de Turbay. “La iglesia dumekista”, así lo llamó el columnista Álvaro González. 

González ha sido insultado por twitteros que apoyan a Turbay, como Fanny Pachón, que le dijo “Cállate ya hp te pasas jodiendo a todo el mundo”. González ha sustentado con pruebas que Pachón fue contratista de la Gobernación de Bolívar de Turbay.

“Es un grupo de adeptos de Dumek, que se comportan como unos fanáticos feligreses. Tienen un alto grado de violencia e irracionalidad. Se está tratando de implantar un totalitarismo, callar todas las voces críticas”, dice González. 

El asesor de Asuntos Estratégicos de Turbay, Rodolfo Díaz, también ha lanzado mensajes en contra de quienes cuestionan al alcalde. Primero, en noviembre, cuando era la cabeza del empalme de Turbay, Díaz cuestionó a La Contratopedia por un artículo: “Noto un dejo de resentimiento y ardidera en comentarios tan vacíos y faltos de rigor periodístico”. 

Ahora, ya en gobierno, Díaz ha reposteado mensajes como “Pa fuera las bodegas. Cartagena tiene alcalde aunque les duela a los payasos”. 

Además de esos defensores voraces de Turbay, muchos medios de comunicación local se han convertido en replicadores de la información oficial del alcalde. 

En contraste, la oposición en Cartagena tiene poca fuerza. Por un lado, porque Turbay ha logrado unir a sectores gremiales, académicos, políticos y comunitarios en su gabinete y en sus gestiones. Asimismo, gran parte del Concejo apoyó a Turbay en campaña.

Tampoco hay figuras fuertes en la oposición. El concejal Javier Julio, quien quedó segundo y asumió la curul de oposición, ha tenido un tono conciliador y se ha alineado con las políticas distritales. La exalcaldesa Judith Pinedo, tercera en la contienda electoral, se ha distanciado de la arena política. El exalcalde William Dau terminó su mandato desacreditado en la opinión, sin estructura y hasta ahora no se ha pronunciado sobre la gestión de Turbay.

Calderón, directora de Funcicar, dice que “hay un nuevo clima de gobernanza y gobernabilidad” por la relación con gremios, comunidades y el Concejo, entre otros. Sin embargo, advierte que “este clima podría debilitar el control político y neutralizar el control social”. 

Jacqueline Perea, la excandidata más crítica, dice que le preocupa la falta de “contrapesos en la ciudad. Javier Julio, que era el llamado a hacer oposición y se entregó a Dumek. No es sano para la democracia”.

“Dumek Turbay Char”  

El año pasado, en un evento en Cartagena de alcaldes electo, Álex Char llamó al alcalde de La Heróica “Dumek Turbay Char”. Dijo que eran “hermanos” y que iban a hacer muchas cosas juntos. 

Turbay ha sido elogioso de Char y de su modelo de gobierno. Además, su secretario de Educación, Alberto Martínez, fue asesor de comunicaciones de la Alcaldía de Jaime Pumarejo y escribió un libro elogioso de Álex Char. 

Al estilo Char entraron en la política futbolera. Turbay y el gobernador de Bolívar, Yamil Arana, anunciaron la incorporación de Christian Marrugo para el Real Cartagena y prometieron ascender a primera división al equipo tras 11 años en la segunda. Eso es una práctica común en Álex Char que, sin ser directivo del Junior, anuncia a los fichajes estrellas del equipo de su familia. 

Ese estilo de gobierno, sumado a la falta de oposición, los ataques a los críticos de su gestión y la opacidad en algunas de sus primeras obras, ha hecho que varios los comparen con los Char. 

La periodista Laura Ardila, escritora del libro La Costa Nostra, escribió la columna “Charismo de exportación” en El Espectador. Advierte que “querer parecerse a Char implicará costos y riesgos para Cartagena y Bolívar”. 

Hasta ahora, el parecido de Turbay con el charismo está en las formas, falta ver si también replicará el entramado de contratación que han desarrollado los Char en Barranquilla. 

Soy el periodista que cubre las movidas de poder en el Caribe en La Silla Vacía. Estudié Comunicación Social y Periodismo en la Universidad del Norte. Gané el premio Simón Bolívar a la mejor noticia del 2023 y el premio de periodismo de Economía Creativa de la Deutsche Welle en 2017. También...