El delfín de Petro, refrigerios, volantes, champeta en un picó y hasta el Tiburón WIlly, la mascota del Junior de Barranquilla, jugaron en la elección del Consejo Superior de la Universidad del Atlántico.
El viernes el diputado e hijo de Petro, Nicolás Petro, celebró en sus redes el triunfo: “Ganamos en varias instancias, entre ellas el Consejo Superior. Un triunfo histórico, derrotamos a los Char”. Festejaba la victoria de Junior Villarreal y Everth León como representantes de los estudiantes en el alma máter.
Tras sacar 1.823 votos, Villarreal ocupará una de las nueve sillas del Consejo Superior, el máximo órgano de dirección y gobierno de la Universidad. Con ello el petrismo ya tiene asegurados tres puestos en ese órgano, y queda a solo dos de tener las mayorías en una universidad que ha estado bajo el poder de alfiles de la casa Char desde hace cinco años. Su presupuesto es de 316 mil millones de pesos anuales y tiene 23 mil estudiantes habilitados para votar, por lo que se trata de un fortín burocrático apetecido.
El candidato de Petro derrotó a Guillermo González, candidato del sector del rector charista Danilo Hernández. Y también al aspirante Pablo Ballesteros, que tenía el respaldo de otro sector del Pacto Histórico del que hace parte el senador Pedro Flórez, integrante del clan Torres.
Las elecciones estudiantiles contaron con un pintoresco escenario en el que participó activamente el diputado Petro con video de TikTok, hubo apoyos públicos de jugadores de Junior y millonarias inversiones en publicidad.
Desde hace años UniAtlántico viene padeciendo una crisis institucional, que alcanzó su máximo nivel en 2019 cuando estuvo paralizada durante 95 días, que incluyeron enfrentamientos entre estudiantes y Esmad en el interior del alma máter.
Hoy la crisis y la polarización sigue siendo evidente. Tras el triunfo del petrismo, hubo protestas por el retraso en obras de infraestructura: bloquearon edificios, pintaron paredes y en una de las sedes hicieron un plantón con letreros de “exigimos espacios”. Esto ha sido leído por diferentes sectores como una primera muestra de fuerza de los ganadores.
El rector charista Hernández publicó un estado de Whatsapp diciendo: “Pacto Histórico en cabeza del diputado Nicolás Petro lidera agenda de desestabilización en la Universidad del Atlántico, interfiere de manera descarada y abierta en las elecciones internas, sus estructuras organizan tomas y paros”.
Nicolás Petro respondió que el rector calumniaba y dijo “ellos no saben perder. Los estudiantes exigen un cambio”. La votación de UniAtlántico se vivió como la antesala del pulso entre el petrismo y el charismo de cara a las elecciones locales del 2023.
La antesala del 2023
Mientras decenas de estudiantes hacían fila para votar, la militante de la Juventud Humana Andrea Vargas tomó el megáfono y empezó a gritar: “Al uribismo ya lo vencimos en la calle y ahora lo vamos a vencer en la Universidad del Atlántico. Vamos a derrotar al uribismo y a Cambio Radical”.
Vargas remataba diciendo: “Démosle la oportunidad a Junior Villarreal y Everth León porque se viene el cambio con el Pacto Histórico UniAtlántico”. A la postre la fórmula resultó ganadora.
Eran las primeras horas de una elección teñida por discursos que mezclaban la política nacional con asuntos propios de la universidad, como el servicio de transporte o la infraestructura. En las instalaciones había afiches y vallas con los nombres de los tres candidatos al Consejo Superior y de otros aspirantes a otra decena de cargos de representación estudiantil.
Cada campaña tenía carpas en las que se repartían volantes y entregaban refrigerios a los votantes, que incluían jugo Hit en cajita, una bolsa de Palipollo y un preservativo. De fondo se escuchaba un picó de la campaña del Pacto Histórico que ponía champeta y música urbana.
Las candidaturas de Junior Villarreal y su fórmula Everth León se lanzaron semanas antes en un evento que contó con la presencia de líderes de los nodos de la Colombia Humana en Atlántico, como Javier Felizzola y Máximo Noriega, el concejal del Polo Recer Lee Pérez y el excandidato a la Alcaldía del ASI Rafael Sánchez Anillo, entre otros.
Además, el diputado Nicolás Petro subió un Tik Tok con Everth León, fórmula de Villarreal, invitando a apoyar la candidatura del Pacto Histórico al Consejo Superior. Petro pegaba la oreja en la pared mientras el aspirante León, al otro lado, la golpeaba y arriba decía “Un cambio para estudiar sabroso en la UniAtlántico, apoya las listas del Pacto Histórico”.
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Nicolás Petro también envió mensajes contra los Char: “De la mano de los Char la Universidad del Atlántico ha vivido un deterioro sin precedente. De la mano del Pacto Histórico la universidad del Atlántico volverá a ser el bastión educativo de la región Caribe”.
La campaña universitaria también ratificó las grietas del Pacto Histórico, pues hubo otro sector del movimiento que apoyó a Pablo Ballesteros. Ese sector lo lideran el exrector Antonio Vallejo y el senador del Pacto Pedro Flórez, que hace parte del grupo de política tradicional más poderoso dentro del Pacto Histórico, el clan Torres.
Ballesteros tenía un discurso alineado con el Gobierno de Petro: “Estoy en este proyecto para construir una universidad por un cambio, que vaya en línea con el Gobierno Nacional, que en verdad se le invierta dinero en educación superior”. Pero no iba en la línea de Nicolás Petro.
El senador Flórez reconoce que está en el grupo del Pacto que apoyó a Ballesteros, pero dice que no apoyó activamente su campaña. “Nunca me he reunido con Pablo para hablar de su candidatura. Cero contacto con Pablo”, dijo Flórez. Tampoco expresó su apoyó al candidato públicamente.
No obstante, la campaña de Pablo Ballesteros tiene varios vasos comunicantes con Flórez. Una de las manos derechas de la campaña de Ballesteros fue Ulises Ospino, un excandidato al Concejo de Soledad que hace parte de la casa Torres. En 2019 Ospino le hizo campaña a la diputada de La U Karina Llanos Torres, esposa de Flórez.
Además, Ballesteros hizo parte de la comitiva que acompañó a Flórez en el recorrido que hizo la ministra de Deportes María Isabel Urrutia, concretamente en la visita a las instalaciones deportivas de UniAtlántico. Esa agenda de la ministra Urrutia molestó a otros líderes del Pacto porque fueron excluidos, mientras sí asistieron políticos de otros sectores, como el representante liberal Dolcey Torres, del mismo grupo tradicional de Flórez.
Sobre la división del Pacto, Flórez dice: “Nunca me invitaron a una reunión en las que se acordó el apoyó a Junior Villarreal. No me molesta, ellos tienen su derecho. Ellos también deben entender que los otros actores tienen el mismo derecho y que hay una agenda individual y otra conjunta”. Esa división va a ser más evidente en la elección de egresados en la que Flórez si apoyará de lleno a Diana Salas, mientras que Nicolás Petro a Gustavo Rojas.
Por eso, pese al triunfo del petrismo, la contienda estudiantil muestra lo complejo que será para el Pacto Histórico llegar a acuerdos en las elecciones regionales, en las que hay más intereses y poder en juego.
La campaña también mostró el pragmatismo de las alianzas, pues a Ballesteros también lo apoyó el grupo del concejal de Cambio Radical y charista Leyton Barrios. Él hace parte de la casa Char, pero en la universidad tiene diferencias con el rector charista Hernández y por eso apoyó a otro candidato. Aunque el apoyo no fue público, su grupo sí se movió con él al punto que la fórmula de Ballesteros (Ricardo Osorio) hace parte del grupo de Barrios.
Pese a la división en el Pacto, pudieron derrotar al candidato del charismo, Guillermo González, que buscaba la reelección. El año pasado, González votó para que el charista Hernández fuera elegido rector y al menos dos de sus mejores amigos son contratistas de la universidad.
A la campaña de González llegaron hasta apoyos del arquero uruguayo Sebastián Viera, del equipo Junior, propiedad de la familia Char. Y la mascota del equipo, el tiburón Willy, visitó la universidad para bailar y apoyar a González.
El estudiante de Derecho y ex aspirante al Consejo Académico Ricardo Galván, que participó de la campaña de Ballesteros, explica que “Los apoyos externos tienen muchísimo peso porque la logística que se necesita para estas elecciones es impresionante”.
Según tres fuentes de distintas campañas que hablaron con La Silla, los gastos de esta elección pueden estar entre los 10 y los 30 millones de pesos.
“Estas personas externas tienen gente en la universidad que trabajó en sus campañas y pues ahora en estas elecciones universitarias brindan un apoyo, ya sea en votos o en logística”, agrega Galván
En esta contienda de estudiantes, pese a la división interna el Pacto Histórico derrotó al charismo. Este año aún quedan tres elecciones (profesores, egresados y exrectores), de las que el Pacto deberá ganar al menos dos para ser mayoría en el Consejo Superior. De lo contrario, el charismo seguirá mandando en UniAtlántico.
