Hoy La Silla revela cómo funcionaron los famosos “cupos indicativos” -desde su asignación hasta su ejecución con contratistas amigos- que convirtieron a Noño Elías y Musa Besaile, los aliados cordobeses del presidente, no solo en el gran fenómeno electoral de estas elecciones sino en los instrumentos de Santos para humillar a Uribe y consolidar su propio poderío en un departamento muy cercano al corazón del ex presidente, como Córdoba, y en otros cuántos de la región.
“Los únicos que no le votaban a Uribe en Córdoba eran los López (de la casa política de Juan Manuel López) de Montería porque eran liberales puros”, dice un periodista nacido en Sahagún al comentar cómo ese panorama se volteó con Juan Manuel Santos. En las pasadas legislativas, el Presidente logró que en ese departamento su partido, La U, barriera con el uribismo: con 274.603 votos superó en más de seis veces los votos de la lista del ex presidente al Senado. Y que dos senadores cordobeses, miembros de la coalición de Gobierno, se convirtieran en la revelación de las elecciones a nivel nacional.
Bernardo ‘Ñoño’ Elías y Musa Besaile completan su primer periodo en el Senado, y hasta las elecciones eran unos desconocidos en el país. En estos cuatro años, no se destacaron por ningún debate de control político y tampoco por haber impulsado ninguna ley.
De hecho, una de las más destacadas en un informe de gestión de Elías es haber declarado patrimonio artístico y cultural de la Nación un festival de acordeoneros de Sahagún, el pueblo natal de ambos. Besaile es coautor del mismo proyecto y de otro más para declarar patrimonio histórico una institución educativa de Sahagún.
Sin embargo, en estos cuatro años aumentaron su votación anterior en 66 mil y 83 mil votos, respectivamente. Ñoño sacó 140.143 votos y Besaile 145.402, siendo los dos más votados de su lista, y estando por debajo solo de la votación del senador del Polo Jorge Enrique Robledo, considerado en varios sondeos como el mejor congresista de Colombia. Le ganaron incluso a personajes con reconocimiento nacional como Horacio Serpa y Antonio Navarro.
Su éxito fue tan vertiginoso y tan sorprendente, que desde el 9 de marzo es la comidilla en los corrillos políticos. Y la única explicación que hay es que fueron los grandes beneficiarios de la “mermelada” del gobierno Santos.
Hoy La Silla revela cómo funcionaron los famosos “cupos indicativos” -desde su asignación hasta su ejecución con contratistas amigos- que convirtieron a Noño Elías y Musa Besaile, los aliados cordobeses del presidente, no solo en el gran fenómeno electoral de estas elecciones sino en los instrumentos de Santos para humillar a Uribe y consolidar su propio poderío en un departamento muy cercano al corazón del ex presidente, como Córdoba, y en otros cuántos de la región.
“Santos se obsesionó con quitarle Córdoba a Uribe”, le contó a La Silla una alta fuente del Gobierno. Y lo consiguió. Solo que cabe la pregunta de a qué costo.
Córdoba consentido
La ‘mermelada’ es el nombre que se la ha dado a las asignaciones presupuestales que le hizo el Gobierno a los alcaldes o gobernadores por indicación de los legisladores afectos a ellos (y también a las cuotas de los congresistas en entidades del orden nacional).
La semana pasada, el presidente Santos la defendió diciendo que la mermelada “no era nada diferente a inversiones”. Y sí son inversiones, pero la mayoría no obedecen estrictamente al Plan de Desarrollo y tampoco a las necesidades evaluadas técnicamente de los municipios.
Foto de El Universal. Santos le apostó a sus aliados cordobeses Musa Besaile y Noño Elías. La fórmula, por lo menos en las elecciones al congreso, le funcionó.
Estos cupos indicativos se los inventó Juan Manuel Santos cuando era ministro de Hacienda de Andrés Pastrana para evitar que lo revocaran. La teoría que los sustenta es que parte de la función de los congresistas es lograr que las necesidades de sus representados sean suplidas y que nadie mejor que ellos para ayudarle al gobierno central a focalizar las inversiones donde realmente se requieren. El problema es que en la práctica no es transparente cuántos recursos prioriza cada congresista y por lo tanto, no tienen que rendirle cuentas a sus electores. Y la asignación del presupuesto tampoco depende de un estudio técnico serio, lo que deja dudas acerca de la calidad de las obras.
En realidad, han terminado siendo unos cupos presupuestales que los ministerios de Hacienda y del Interior negocian con los congresistas para lograr que les aprueben las reformas legislativas, especialmente las tributarias.
Durante el gobierno de Uribe, negociaban un monto por legislatura con cada congresista y los recursos salían del presupuesto de Hacienda.
Al principio de la administración de Santos también era así, según nos explicó otra fuente del alto Gobierno. La interlocución, además, era con los jefes de cada partido que hacía las veces de enlace entre los congresistas y el Gobierno en esas negociaciones. Pero después de la debacle de la reforma de la justicia que dejó a Santos muy debilitado, el Gobierno empezó a negociar directamente con los congresistas y proyecto a proyecto y con fondos genéricos de otras entidades además de las de Hacienda. Por ejemplo, la mermelada terminó saliendo de un rubro de los recursos de Invías (para hacer vías terciarias) y de fondos administrados por el Ministerio de Minas como el FAER (Fondo de Apoyo Financiero para la Energización de las Zonas Rurales) y el Prone (para normalizar las redes eléctricas en barrios subnormales), entre otros.
Según varias fuentes consultadas, la forma como funciona es así: el enlace de los respectivos ministros del Interior y de Hacienda en el Congreso negocia con cada congresista que es clave en el trámite de una ley el ‘peaje’ requerido para pasar la reforma. Este puede variar de cientos de millones a miles de millones de pesos según la importancia estratégica del congresista. Con esa cifra, el congresista le dice a sus alcaldes que presenten proyectos de inversión por los montos que él indique. Y con esos proyectos ya radicados, el enlace le hace el guiño a la respectiva entidad para que apruebe el proyecto y le gire la plata a la Alcaldía, ya sea directamente o a través de entidades como Fonade.
El alcalde, por su parte, debe contratar las obras, normalmente a través de una licitación. En muchos casos, la licitación está ya previamente arreglada para que se la gane el contratista escogido por el congresista que se ganó el cupo. En varias de las licitaciones que revisamos, por ejemplo, solo había un proponente.
Este contratista, según dijeron varias fuentes a La Silla, le suele otorgar el 10 por ciento del contrato al congresista como comisión, aunque obviamente habrá muchas excepciones. Con esa plata, el senador o representante financia su campaña y en algunos casos, compra con esa plata los votos que le permitirán volver al Congreso.
Este modus operandi es vox populi. Lo saben todos en el Congreso y lo saben en los ministerios involucrados en esta negociación. Aunque para una historia anterior sobre el Ñoño Elías, el ministro de Hacienda Mauricio Cárdenas negó haber negociado nada con los congresistas. “Absurdo y aterrador el cuento. Es una mentira gigantesca”, dijo el Ministro y explicó que se trata de inversiones regionales.
Santos ha querido ser la cara visible de toda esa inversión de la Nación en Córdoba, como lo evidencia su recorrido de obras financiadas por el Gobierno a mediados del año pasado en Sahagún, en donde les recordó a los sahagunenses que el de Córdoba “ha sido un presupuesto sin precedentes en nuestra historia”.
Pero poco a poco todo el protagonismo, al menos a nivel local, se lo han ido tomando Ñoño y Musa, quienes además (según le dijeron a La Silla dos periodistas de la región por separado) habrían apostado que quien sacara más votación de los dos en las legislativas ponía al próximo gobernador de Córdoba, lo que ayuda a explicar sus campañas para dispararse en votos.
Ñoño y Musa, las puntas de lanza de la estrategia contra Uribe
Según la denuncia hecha por los uribistas con base en información supuestamente sacada del ‘computador de Palacio’ donde quedaron registrados los cupos indicativos recibidos por los senadores, Ñoño obtuvo 115 mil millones de pesos y Musa casi 75 mil millones en la pasada legislatura.
Es posible que ser de Córdoba, ser de La U y pertenecer a comisiones clave como la tercera (la que tramita la reforma tributaria, el Plan de Desarrollo, el Presupuesto General de la Nación y las estampillas que son tan codiciadas por los alcaldes) en el caso de Ñoño, y la cuarta en el caso de Musa (tramita leyes orgánicas de presupuesto, sistema de control fiscal financiero, enajenación y destinación de bienes nacionales), explique por qué consiguieron tanta mermelada. Pero eso es solo parte de la historia.
Según pudimos verificar con una persona que le constó personalmente en el caso de Besaile, este congresista no solo fue particularmente consentido por el gobierno sino que, además, le compró cupos a otros congresistas. Básicamente, le pagó ‘de contado’ a algunos de ellos (no sabemos a cuántos pues solo pudimos verificar un caso) el 10 por ciento de su cupo antes de la campaña electoral y luego lo hizo efectivo con el gobierno. “Le dicen al enlace del Ministerio, mi cupo es para Musa”, le dijo a La Silla la fuente que fue testigo directo y se lo corroboró otra.
La Silla intentó comunicarse en repetidas ocasiones con el senador Besaile para oír su versión. Buscamos contactarlo por teléfono, por whatsapp, por twitter, a través de su jefe de prensa, y no fue posible.
La mermelada de la Ñoñomanía
Ñoño Elías y Musa Besaile no son los únicos senadores de Córdoba, departamento que eligió nueve senadores en las pasadas legislativas. Pero sí son los más poderosos: son las cabezas de La U en la región y los dos únicos senadores que le quedan al pueblo de Sahagún, que llegó a tener cinco senadores provenientes de esa tierra, de donde es también el gobernador Alejandro Lyons a quien ellos dos apoyaron.
Por ahora, dentro del departamento, Ñoño es el ganador de la disputa política en la que ha estado trenzado con Musa. Ñoño le ganó en votación a Musa en Córdoba (84.867 votos contra 82.278), le había ganado la Alcaldía de Sahagún que quedó en cabeza de su primo Carlos Elías, quien se la disputó a Jhonny Besaile hermano de Musa; y en sus cuentas reporta haber gestionado convenios Nación-municipio con más pueblos de Córdoba que Musa.
Son exactamente ocho los pueblos de su departamento (además de tres en Sucre y uno en La Guajira) en los que, según el propio Ñoño afirma en un folleto de lujo sobre su gestión que entregó en Sahagún y que conoció La Silla, ayudó el Senador para que se firmaran convenios interadministrativos en los que la Nación se compromete a financiar obras locales.
En este gráfico se pueden ver detalles, como por ejemplo cómo varió la votación de Ñoño Elías en esos pueblos entre 2010 y 2014 (haga click en el nombre de cada pueblo para ver la mermelada de Ñoño ahí, cómo cambió su votación y detalles de los contratistas).
De los 12 pueblos de la mermelada de Ñoño, apenas en dos disminuyó (y en uno de ellos, ligeramente) su votación entre 2010 y 2014.
En pueblos como Ovejas (Sucre) pasó de 7 votos en 2010 a obtener en marzo pasado 1.048 votos. En los cordobeses Ciénaga y San Pelayo saltó de 782 y 749 votos en 2010 a 4.807 y 5.144 votos en 2014, respectivamente.
¿Le ayudaron a obtener esa votación los alcaldes beneficiados? La Silla no pudo confirmar si esos mandatarios locales le hicieron campaña a Ñoño, pero por lo menos sí aparecen en el folleto de lujo del Senador atribuyéndole a él las obras para sus pueblos.
“No veo la hora en que se comience la ejecución para la generación de empleo y el desarrollo de mi pueblo, que se da gracias a Ñoño Elías”, dice por ejemplo en el libro Eduardo Elías Zarur, alcalde de Ciénaga.
“En San Pelayo hacía rato no había una inversión de este tamaño, agradecemos al doctor Elías por preocuparse por el desarrollo de mi municipio”, asegura por su parte, también en el libro de gestión de Ñoño, el alcalde de San Pelayo José Jaime Pareja.
La mermelada de Ñoño en Córdoba (el monto de los convenios) suma en redondo 107 mil millones de pesos, la de Sucre 4 mil millones y la de La Guajira 4 mil millones de pesos.
En La Guajira, por cierto, pasó de 3.900 votos en 2010 a 16.950 votos en 2014. Aunque eso podría explicarse en que La Guajira se quedó sin senador propio, la realidad es que ahí Ñoño fue el Senador que más votos obtuvo, por encima incluso del cesarense José Alfredo Gnecco que tenía la simpatía del exgobernador guajiro Kiko Gómez.
Sin embargo, buena parte de esa mermelada está sin ejecutar pues, como muchos convenios se firmaron el año pasado, los municipios no han adelantado las respectivas licitaciones. Solo hasta que eso pase se podrá mirar si les dieron los contratos a amigos de Ñoño Elías y si esta mermelada va a aceitar la maquinaria de la reelección de Santos en la Costa dado que se ejecutará en los próximos meses.
Como lo había contado La Silla, el convenio gestionado por Ñoño que ya se ejecutó es el más grande de todos: uno entre Sahagún y Fonade por 51.767 millones de pesos para andenes, adecuar parques, mantener vías, hacer una ciclorruta de 8 kilómetros y una plaza de mercado y una terminal de transportes.
Uno de los contratistas de esas obras (la Unión Temporal Andenes Centenario) tiene como uno de sus integrantes una firma llamada Construccapital S.A.S., que en 2011 tuvo de socio a Bernardo Elías Náder -el papá de Ñoño Elías- en un proyecto en el que pretendían construir una cárcel en Medellín.
El representante de esa misma Unión Temporal es Luis Ramón Aldana Alba, tío del jefe del cartel de la contratación en Bogotá Emilio Tapia, según confirmó La Silla con una fuente de Sahagún que conoce bien el pueblo. Como lo reveló La Silla, para estas elecciones en la casa del sahagunense Emilio Tapia había colgado un afiche y pintado un aviso con publicidad para Ñoño Elías.
De otro lado, el contrato (por 24.686 millones) para hacer la terminal y el mercado se está ejecutando en un lote que supuestamente donó al municipio Bernardo Elías Náder, el padre de Ñoño Elías y pariente del Alcalde. Supuestamente, porque que en un certificado de tradición posterior a la firma del contrato aparece aún a nombre de Elías Náder.
En Sahagún, además, ya existe una terminal sin usar, como lo había contado La Silla.
Otro convenio ejecutado (gestionado por Ñoño) es uno por 15.369 millones de pesos entre el DPS (Departamento de Prosperidad Social) y el municipio de Chinú en Córdoba.
Los recursos del convenio se dividieron en dos: 2.690 millones de pesos se contrataron para obras y 12.042 millones de pesos para vías. En ambos negocios ganó un contratista llamado Orlando Castillo Bermejo, quien aparece como la persona natural a quien le adjudicaron el contrato de los 2.690 millones para hacer una tarima, la recuperación de dos estadios y cuatro canchas sintéticas.
Castillo Bermejo también aparece como uno de los integrantes del consorcio (Consorcio Vial La Esperanza) que se ganó el contrato por 12.042 millones de pesos para hacer vías en Chinú en dos etapas.
Los otros integrantes de ese consorcio son César Hernando Barrera, Luis Dumar Perdomo y la constructora Construcciones Integrales CPV, de Sincelejo.
Orlando Castillo Bermejo (ganador en ambos negocios) es además de eso el representante legal del Consorcio COG que acaba de ganar (en enero de este año) un contrato por 10 mil millones de pesos con la Alcaldía de Sahagún para hacer allí vías urbanas.
La Alcaldía de Sahagún es del grupo de Ñoño Elías, con quien intentamos contactarnos, pero no fue posible. Aunque para una historia pasada sobre él y su mermelada, el Senador nos había explicado que él sí gestiona convenios para “llevar progreso” a las regiones, pero que llega hasta la firma del convenio y nada tiene que ver con la elección de los contratistas.
El compañero de Ñoño en la foto de senadores estrella de Santos es su coterráneo Musa Besaile.
La mermelada de Musa
En cuatro años el senador cordobés Musa Besaile pasó de ser un gamonal regional de Córdoba a un cacique de la Costa Atlántica. Hoy Besaile, con 146 mil votos en el bolsillo, se puede presentar como el mayor elector del Partido de La U, dueño de la mayor bancada en el Senado.
Detrás de este salto largo electoral hay mucha ‘mermelada’ que terminó, casualmente, en manos de un grupo reducido de contratistas y bajo condiciones que, en algunos casos, parecen obedecer a un cálculo político y no a la necesidad de obras en las regiones.
Diez contratos en 10 municipios regados por Magdalena (Zapayán), Sucre (Sampués, Sincé, San Juan de Betulia, Palmito), Bolívar (El Guamo y Mompós) y Antioquia (Zaragoza, Nechí y El Bagre), que fueron atribuidos en la denuncia del uribismo como la cuota de la mermelada adjudicada a Musa Besaile, cuentan cómo funciona la repartija de recursos nacional para los aliados del Presidente Juan Manuel Santos.
La mecánica
Todos estos contratos derivan de convenios con el INVIAS y hacen parte del programa Caminos para la Prosperidad del Presidente Santos, que busca, entre otras cosas, el mejoramiento y la recuperación de la red tercería. Las alcaldías de los pueblos o en el caso de los de Bolívar la gobernación, firmaron el convenio con INVIAS y después abrieron un proceso para adjudicar la obra al contratista ejecutor.
En el acercamiento entre INVIAS y las entidades locales es que intervienen los congresistas.
En principio se podría pensar que con esto los senadores o los representantes buscan llevarle plata a sus regiones para que hagan las obras que necesitan, algo totalmente válido y que es parte de su función. Pero, cuando los recursos se reparten como un ponque para buscar réditos electorales y beneficiar contratistas amigos, la historia es distinta.
Mermelada y coincidencias en Magdalena, Bolívar y Sucre
Cuando los uribistas hicieron la denuncia de la mermelada se equivocaron en el valor de la misma. Por ejemplo, dijeron que la obra en la vía Punta de Piedras – Caño del Agua – Carreto, en Zapayán, Magdalena, era mermelada para Musa Besaile por 4500 millones de pesos.
La verdad, dicha obra, que Besaile ayudó a gestionarle a su amigo y copartidario el Alcalde Antenor Enrique de la Hoz (el alcalde le dijo a La Silla que Musa Besaile era cercano amigo, que los ayudaba y le habían puesto votos), costó 4017 millones de pesos.
Un valor que, aunque resulta de un presupuesto supuestamente específico elaborado por una subdirección del INVIAS, coincide exactamente con las obras que el senador Besaile habría gestionado en otros municipios.
Cuatro obras en vías de Sincé, San Juan de Betulia y Palmito (Sucre), y El Guamo, que gestionó Besaile según la denuncia de la mermelada, y que provienen de cuatro convenios distintos del INVIAS, también se contrataron por un valor total de 4017 millones de pesos. Aunque los rubros dentro de cada presupuesto son diferentes, casualmente la suma al final es la misma
Es decir, en estos casos la filosofía del programa Caminos para la Prosperidad del Presidente Santos no fue hacer las inversiones en la cuantía que necesitara cada pueblo sino darle una porción igual a cada alcalde amigo de Musa Besaile.
Además, también hay coincidencia en la representación legal de los contratistas de las obras.
El representante legal de los cuatro contratistas (consorcios distintos) que se ganaron las cuatro obras en Zapayán, El Guamo, Mompós y Palmito es el mismo: Luis Emiro Sierra Uparela. Y siempre ganó como único proponente, participando sólo en los procesos contractuales. El presupuesto de la obra de Mompos fue de 2232 millones de pesos y no de 4017 millones como se había señalado en esta historia inicialmente.
Sierra Uparela es de Sahagún, Córdoba, el pueblo del Senador Musa Besaile. Fue concejal entre 2007 y 2011 por Cambio Radical pero como parte del grupo político de Besaile, le contó a La Silla una fuente local.
La Silla habló con Sierra Uparela, quien aseguró que él es “independiente” y que, en su ejercicio como ingeniero, se presenta en compañía de otros colegas a los procesos publicados en la página de contratación estatal. Alcanzó a decir también que conocía a Musa Besaile pero se negó a responder más preguntas por teléfono.
Esta coincidencia, alrededor de quien se gana los contratos de las obras de la mermelada, abre la pregunta de si los procesos están dirigidos para que terminen en manos de unos particulares cercanos al congresista que gestionó la inversión, en este caso Musa Besaile.
Los otros dos contratos de vías por valor de 4017 millones, San Juan Betulia y Sincé, se los ganaron la Unión Temporal Vías de Betulia y la Unión Temporal Vía Sincé respectivamente.
Ambas, representadas legalmente por José Gregorio Hernández Uparela, residente y contratista en ocasiones anteriores del INVÍAS en Córdoba (la tierra de Musa).
La aparición nuevamente del apellido Uparela nos llevó a preguntarle a Luis Emiro Sierra Uparela si este otro ingeniero era pariente suyo pero nos dijo que no podía confirmar esta información por teléfono.
Un último contrato enmermelado en los pueblos de Sucre (Sampués), este sí con un valor particular único de 3564 millones de pesos, también guarda relación con los contratistas anteriores. Se la ganó una empresa Isabella David Ingeniería S.A.S (registrada en 2013 en Córdoba) que figura también con un 90 por ciento del consorcio de Mompós representado por Luis Emiro Sierra.
Todos los contratos enmermelados para Musa en Magdalena, Bolívar y Sucre, están ligados a su departamento Córdoba y a contratistas aparentemente relacionados entre sí.
Bajo Cauca enmermelado
En el Bajo Cauca antioqueño, donde Musa Besaile también pescó votos por primera vez, pasó algo similar. En tierra paisa y uribista, este senador, ficha del Presidente Santos, pudo rescatar algunos sufragios a punta de mermelada.
La denuncia del denominado “Computador de Palacio” indicó que Besaile recibió mermelada en Zaragoza, El Bagre y Nechí. Y, aunque se equivocaron en el valor otra vez, no lo hicieron en qué Musa sí estuvo detrás.
El Alcalde de Nechí, Eduardo Cabrera, le dijo a La Silla que a través de un señor electricista de Caucasia, Antioquia, llamado Ubadel Reyes, “les comunicaron que el Senador había ayudado con las obras” y que “lo mismo hizo” con otros municipios de la región.
El Alcalde Cabrera fue a Bogotá, firmó el convenio con el INVIAS, recibió los recursos y contrató la obra. El contrató se lo ganó al final la Unión Temporal Vías Nechi, compuesto por el mismo Ubadel Reyes, el embajador de Musa Besaile en la zona según el Alcalde, y por el ingeniero Breiner Cárcamo, también oriundo de Caucasia.
El valor del contrato (aunque la denuncia señaló que la mermelada de este senador para la obra en Nechi equivalía a 2000 millones) fue de 1785 millones de pesos. Casualmente, el mismo valor de los otros dos contratos que Musa Besaile habría gestionado en la región, tanto en Zaragoza como en El Bagre.
Se repitió la repartición tipo ponqué.
En Zaragoza se mantuvieron y se mejoraron varios “caminos para la prosperidad” a través de un contrato de 1785 millones que se ganó una Unión Temporal representada por Breiner Cárcamo – el mismo de Nechi -. Y en El Bagre pasó lo mismo (otros 1785) y Breiner Cárcamo volvió a ser el contratista elegido.
En otras palabras, donde Musa gestionó obras en el Bajo Cauca, el señor Breiner Cárcamo (socio de Ubadel Reyes, el amigo de Musa, en la Unión Temporal de Nechi) recibió contratos. Surge aquí, otra vez, la duda sobre el posible direccionamiento de las licitaciones que los organismos competentes tendrán que indagar.
Alcaldes y más votos
Un almuerzo que organizó el propio Musa Besaile en las corralejas de Sincelejo para alcaldes de la región, regaló fotos que muestran un ingrediente de la mermelada clave para que los votos surjan en las urnas: los alcaldes.
Foto Meridiano de Córdoba: foto del Senador Musa Besaile con el Alcalde de San Juan de Betulia, la Alcalde Sincé y el Alcalde de Sampués, municipios para lo que el Senador Musa Besaile habría gestionado obras en medio de la llamada mermelada.
A dicho almuerzo, asistieron siete (Zapayán, Sincé, Nechí, San Juan de Betulia, El Guamo, Mompós, y Sampués) de los 10 alcaldes de los municipios enmermelados por el gobierno nacional para Musa.
Esa foto y la frase que el Alcalde de Zapayán le regaló a La Silla (“los votos que le pusimos”) muestran que lo que preside los votos asociados a la mermelada es la gratitud de los alcaldes que ayuda mucho el día de elecciones.
El resultado en las urnas habla por sí sólo.
En los municipios enmermelados y referidos aquí, exceptuando los dos de Bolívar – donde no pudimos acceder a los datos por municipio de 2010 –, Musa Besaile logró alrededor de 10.500 votos más que en 2010. Un número significativo sobre todo cuando se trata de pueblos pequeños en regiones poco pobladas.
En Bolívar, sólo entre El Guamo y Mompós (los dos enmermelados), sumó 731 votos más que los que logró en todo el departamento en 2010.
La siguiente gráfica resume el panorama (haga click en el nombre de cada pueblo para ver la mermelada de Musa ahí, cómo cambió su votación y detalles de los contratistas).
La mermelada de Musa en Córdoba (y su vínculo con la de Sincelejo)
Córdoba, por supuesto, fue el mayor fortín de Musa Besaile. En este departamento sacó 82 mil votos, más de la mitad de los votos que sacó en todo el país. Y, de acuerdo al Computador de Palacio, también le tocó su porción de mermelada.
De acuerdo a la denuncia uribista, la mermelada para Musa en Córdoba se entregó a través de vías en los municipios de Chima, Momil, Pueblo Nuevo y Valencia. La Silla confirmó que las obras mencionadas en la denuncia, provinieron todas de un mismo convenio del INVIAS con la Gobernación de Córdoba.
Dicho convenio le permitió a la Gobernación sacar una licitación por 15.609 millones de pesos para las obras en los municipios referidos, la cual quedó en manos de la Unión Temporal Vías Rurales de Córdoba, compuesta por Leonardo Jalil David Ordosgoitia, AINCOL S.A.S, y Eder José Reyes Barreta.
Para mirar si este contrato supo o no a mermelada para Musa Besaile se podría mirar la votación en los municipios. Esta confirma que el senador Besaile incrementó su caudal sustancialmente. En Pueblo Nuevo, Valencia y Chima, juntos, sacó 10.974 votos, 5842 más que en 2010. Sólo en Momil, donde perdió más de 500 votos, la cosa habría salido mal.
Pero más allá de los votos, otra casualidad entre los contratistas de las obras que gestionó Besaile, indica que este millonario contrato sí pudo hacer parte de su tarro de mermelada.
En Sincelejo, Sucre, los contratistas cordobeses AINCOL S.A.S y Leonardo Jalil David Ordosgoitia (que se ganaron las vías en Córdoba), siendo parte de las Uniones temporales Sincelejo Siglo XX, Las Américas Siglo XX, y Villa Katty Siglo XX, se quedaron con tres obras distintas en 2011, por más de 20 mil millones. Todas tres, según dijo el propio Musa Besaile públicamente durante la campaña, fueron resultado de su gestión para la capital de Sucre. Allí, en Sincelejo, Musa logró incrementar en 1946 votos su caudal electoral.
Este cuadro de recursos nacionales girados a los municipios a través de convenios, para subir el caudal electoral de un senador amigo del Presidente y favorecer unos pocos contratistas, exige explicaciones a Santos y sus funcionarios en INVÍAS, el DPS y cualquier otra entidad que sirviera de fábrica de mermelada.
Como todavía queda mermelada sin ejecutar (como por ejemplo, unos convenios que gestionó Ñoño Elías, cuyas licitaciones no se han hecho) habrá que ver si, como sirvió para las legislativas, estos enmermelados activan nuevamente la maquinaria pero a favor de la reelección de Santos. Este es el gran interrogante de estas elecciones.
Adenda
El sábado crearon un perfil en twitter (manoloazuerof) y un blog suplantando (www.manoloazuero.wordpress.com) al periodista de La Silla Manolo Azuero, uno de los autores de esta nota, y publicando y compartiendo artículos que lo dejan muy mal, como “Colegio Militar niega matrícula a niña con VIH es un acierto”, que él nunca ha escrito, como si fueran de su autoría y usando la foto de su cuenta de twitter verdadera (manoloazuero).
Los seguidores del perfil falso de twitter y que le hacen RT son en su mayoría tipo usuarios fantasmas que publican los mismos trinos en favor de la campaña de Santos (aunque hay dos trinos también de la campaña de Óscar Iván Zuluaga). La Silla investigó este hecho y pudo saber que uno de los contratistas de Sahagún entrevistados por Manolo para esta historia había contratado un hacker para que hiciera esta ofensiva virtual. La denuncia ya fue puesta ante las autoridades competentes.
Nota: inicialmente la nota decía incorrectamente que en el consorcio de una obra en Chinú estaba la constructora CPV, de la familia samaria del ex candidato a la alcaldía de Santa Marta Alejandro Palacio Valencia. En realidad se trataba de Construccciones Integrales CPV, de Sincelejo. El jueves 3 de abril hacia el mediodía corregimos la información adentro y pedimos excusas a nuestros usuarios y a la familia Palacio.
