De izquierda a derecha, partiendo de la parte superior, los 10 candidatos: Carlos Arroyave, John Mario Muñoz, Elvia González, Luquegi Gil, Natalia Gaviria, Ramón Mesa, Jaime Cano, Javier Fernández, Lina Muñoz y John Jairo Arboleda (actual rector). Fotos: Cortesía

Contrario a las elecciones de los últimos años, a la designación de rector en la Universidad de Antioquia se llega luego de una desgastada campaña, marcada por las tensiones entre el gobernador uribista, Andrés Julián Rendón, y el presidente, Gustavo Petro. 

Hay 10 aspirantes para manejar una cartera de $1,6 billones este año y dirigir una universidad de más de 30 mil estudiantes. El pulso se definirá hoy martes, a las 3:00 de la tarde, en el Consejo Superior Universitario (CSU), con una movida de último momento del gobierno Petro en una elección ya enrarecida. 

En días pasados han hecho carrera la guerra sucia con noticias falsas, el ruido por supuesto fraude en las consultas internas, e incluso la violencia física: un puñado de encapuchados se tomó el campus el viernes pasado, hiriendo a un estudiante e incendiando una patrulla.

Por eso el cambio del delegado del gobierno Petro en el CSU revolvió aún más la campaña. El sábado pasado, en horas de la noche, se filtró un decreto firmado el 13 de marzo por la ministra de Educación, Aurora Vergara, que nombraba a Wilmar Mejía como representante del gobierno y apartaba a Salomé Restrepo, quien había asumido esa encomienda en abril de 2023. 

Apartado del decreto publicado por el medio local El Armadillo.

De ahí en adelante, en las últimas 48 horas, vinieron cuestionamientos a la trayectoria de Mejía y especulaciones sobre su supuesta cercanía con Laura Sarabia, la jefa de gabinete de Petro. Según tres fuentes al tanto de las discusiones en el CSU, esa es la explicación que internamente le dan a su llegada. Sin embargo, tanto Mejía como Sarabia lo niegan, y La Silla no pudo confirmar que efectivamente hubiera una relación previa.

Un cambio exprés que tensionó el campus 

Desde el inicio, la elección rectoral en la U. de A. se convirtió en otro campus de la guerra fría entre el gobernador Rendón y el presidente Petro. 

“Tener un rector amigo, que le ayude al presidente a ejecutar su plan de desarrollo en el departamento, podría ser un golpe bajo para el gobernador”, dijo en febrero un directivo de la universidad que pidió la reserva. 

Entonces, la campaña ya estaba ambientada por la tensión entre los mandatarios e incluso algunos candidatos eran señalados de ser sus cartas directas e indirectas. Justo en ese escenario comenzó una puja interna entre los candidatos por desmarcarse para obtener la mayor cantidad de votos en el CSU.  

Esa instancia tiene 10 sillas, incluidos el rector titular, John Jairo Arboleda, quien busca su tercer periodo pero no tiene derecho a voto; y un vocero de los estudiantes, quienes dejaron su puesto vacante luego de 2004, cuando Mejía (el hoy designado por el gobierno) fungió como vocero. 

Es decir que en juego están los votos del gobernador, dos representantes internos (uno de directivas y otro de profesores), otros tres externos (egresados, exrectores y el sector productivo), y dos más del gobierno: uno del Ministerio de Educación y otro del presidente.

En esta ecuación entra el cambio relámpago conocido este fin de semana. 

Restrepo, hasta el viernes delegada de Petro, dice que no estaba al tanto de su retiro y que la notificación la tomó por sorpresa: “Me avisaron el sábado. No tenía idea. Es un cambio demasiado extraño, que genera muchas dudas”. 

Y agrega, en conversación con La Silla, que “desde el ministerio nunca me indicaron por quién debía votar. Siempre hubo evasivas. Incluso después de las consultas, cuando les entregué mi balance, no me dijeron nada”. 

Las consultas del martes 12 de marzo eran claves. Se trata de una votación abierta entre estudiantes y profesores, que no tiene fuerza vinculante, pero sí envía un mensaje fuerte. En febrero el viceministro de Educación, Alejandro Álvarez, le dijo a este medio que ese sería el criterio del gobierno para definir sus dos votos. 

Y pese a que parlamentarios del Pacto Histórico, como Alejandro Toro, hablaron de un interés directo del presidente por incidir en la elección, el viceministro se mantuvo al margen y puso los resultados de ese mecanismo como la brújula orientadora del paso a seguir. 

Ahora, además de decir que no recibió ninguna directriz, Restrepo afirma que no hubo empalme con su relevo. Mejía lo confirma, pero dice qué él le venía haciendo seguimiento a la campaña. “No sé si me sacaron por los cuestionamientos que hice”, es lo que dice Restrepo. “Para nada. No hubo retaliaciones”, desvirtúa Mejía. 

Denuncias de supuesto fraude, caos y tropel 

Los cuestionamientos que menciona Restrepo tienen que ver con la consulta interna. 

La todavía delegada del presidente solicitó la semana pasada un informe detallado que explicara las fallas que llevaron a que los resultados del martes 12 se conocieran una hora después de lo proyectado. 

Correo enviado por Salomé Restrepo, exdelegada de Petro, a las directivas. Foto: Cortesía

Ese retraso terminó de caldear los ánimos en la universidad, ya embarcada en un ambiente de campaña electoral poco usual en este tipo de procesos. 

Nada más el 7 de marzo, el campus principal amaneció empapelado con adhesivos en contra de cinco de los 10 candidatos, a quienes la Unión Comunista Estudiantil asoció con el Grupo Empresarial Antioqueño (GEA). 

Los rostros en blanco y negro de los candidatos, con una cintilla también negra tapando sus ojos y el estribillo “Ningún rector para el GEA”, ambientaron ese jueves y los días previos a la consulta. Incluso las máquinas dispensadoras de alimentos quedaron fuera de servicio porque también fueron empapeladas. 

Adhesivos que empapelaron la universidad de Antioquia en los últimos días. Foto: Cortesía

De esa forma se llegó a la consulta, no sin antes circular una seguidilla de trinos falsos en los que se tergiversaron al gobernador Rendón y a personajes de su llavero como el ideólogo uribista José Obdulio Gaviria. 

“Mañana se decide el futuro de la institución más importante de los paisas. Rescatemos a la universidad eligiendo a una mujer firme. La U. de A. debe volver a reflejar la pujanza antioqueña”, fue el trino falso que desvirtuó el gobernador antes de la consulta. 

Luego vinieron los resultados en los que el actual rector salió airoso. 

Arboleda solo perdió en la consulta de jubilados. Ganó entre estudiantes, profesores, administrativos y egresados. Él agradeció: “Gratitud con cada uno de ustedes por el amplio y significativo respaldo”.

De 12.571 votos, el rector que aspira a reelegirse se quedó con 2.822 votos. Los candidatos Elvia Agudelo, Natalia Gaviria y John Mario Muñoz lo siguieron muy de cerca en su cosecha.

Pero el ruido de un posible fraude por el retraso en la entrega de resultados no se hizo esperar. Varios candidatos hablaron de falta de garantías. Otros aceptaron la consulta, pero pidieron un informe que respaldara las “fallas técnicas” argumentadas por las directivas. 

“Hay muchas dudas. El triunfo de Arboleda es muy cuestionable. Nadie se lo esperaba. Y a eso súmele lo que pasó en la tarde del viernes”, dice un profesor al tanto de las movidas en el CSU, quien pide la reserva por temor a represalias en medio de las tensiones internas. 

La tarde del viernes, tres días después de la consulta, la inconformidad estalló en forma de bombas molotov y gases lacrimógenos. 

Decenas de encapuchados recorrieron el campus, pidieron desalojar y montaron cocinas para armar explosivos artesanales. En su avanzada hirieron con un tiro en la pierna a un estudiante, quien terminó sacado en brazos de la universidad y tuvo que someterse a una cirugía. 

En paralelo, otro puñado de encapuchados se hizo a una camioneta de la Policía y la ingresó al campus. Después, en la frontera difusa entre la autonomía universitaria y el margen de acción del antiguo Esmad, le prendieron fuego. 

Patrulla quemada por capuchos el viernes pasado, tres días después de las consultas internas. Foto: Cortesía

Luego estallaron papas, cápsulas de gas surcaron con movimientos parabólicos el aire, hordas de estudiantes corrieron de un lado a otro, y grupos de capuchos entregaron panfletos rechazando las “lógicas lobistas” de la elección de rector. 

El alcalde, Federico Gutiérrez, rechazó lo ocurrido y pidió retomar el orden en la zona. “No vamos a permitir que se ponga en riesgo la vida de la gente ni tampoco los bienes públicos o privados”. El gobernador Rendón, quien con varias declaraciones en medios ha hecho evidente su interés en la elección, lo secundó. 

El emisario de Petro que podría inclinar la balanza

En medio de esta tensión llegó el nombramiento de Mejía, a quien se le señala de haber vendido al movimiento estudiantil hace 20 años, cuando fue su representante en el CSU. 

Mejía es un educador físico egresado de la universidad, en su momento vetado por la asamblea de estudiantes y quien se quemó en su intento de llegar a la Cámara por el Partido Liberal en las legislativas de 2018. 

“Aquí lo perciben como un político tradicional, que actúa en clave de favores. Él se dice liberal de izquierda, pero lo suyo es una izquierda práctica. De eso se trata el tinto al que convocó”, dice el profesor que pide la reserva. 

Mejía desvirtúa estos señalamientos y afirma que se ha movido principalmente en el sector privado. De hecho, a horas de la elección, invitó a los candidatos a un café público para conversar “sin intermediarios políticos”.

“El cambio en el CSU se venía conversando hace varias semanas. Trabajar desde la sombra genera un reconocimiento y eso es lo que me dan hoy. Alguien cercano a la campaña del presidente Petro me recomendó”, dice sobre su nombramiento. 

Mejía no precisa quién lo recomendó y tampoco aclara qué logrará el gobierno con su designación, pues en nada cambia la participación de dos entre ocho votos en el CSU.  Lo que sí afirma es que “no hay vetos, porque venimos a escuchar. Hay que aproximar la relación entre el departamento y la Nación”. 

Una fuente del gobierno nacional conocedora de los temas de educación en Antioquia, que pide la reserva para no tener percances en su trabajo, dice que el nombramiento de Mejía encuentra eco en una supuesta cercanía con Sarabia, la jefa de gabinete de Petro. 

Pero Sarabia le dijo a La Silla que no conoce a Mejía. Y él, aunque desmiente que sea ella su “madrina política”, afirma que se conocieron hace apenas 20 días en Casa de Nariño. 

“Me invitaron a Palacio para las formalidades del caso. Nos saludamos con el presidente; Carlos Ramón González estaba entregando el cargo. Él me presentó a Laura. Fue una conversación de cinco minutos”, dice el delegado. 

Lo que proyecta la fuente del gobierno es que Mejía podría ser determinante en la reelección del actual rector o en la suma de votos de John Mario Muñoz, hermano de León Fredy Muñoz, el embajador en Nicaragua.

Restrepo, la anterior delegada, se había mostrado más cercana a la candidatura de Luquegi Gil. 

“Esto se convirtió en una puja entre Rendón y Petro. Y aunque Arboleda no es santo de la devoción del gobierno, ganarle a los candidatos más afines al gobernador dejaría muy bien parado al presidente”, dice la fuente. 

La gestión del actual rector ha sido cuestionada por Rendón desde que comenzó la campaña para esta elección. Incluso Gaviria, su consejero, ha dicho que “Arboleda no gusta mucho del estilo del gobernador, porque no le interesa su política de productividad, eficiencia y disciplina interna”.

Varias fuentes coinciden en que esta vez no es seguro que las consultas —por el fantasma del fraude— sean respetadas durante la designación. Hasta la mañana de hoy martes, Mejía tomó tinto con los candidatos que ahora se miden a voto limpio. 

Él, aunque tiene margen de decisión por parte del gobierno, dice que llamará antes de la sesión a consultar su voto. “Hay muchos intereses. Son momentos de coyuntura. De pronto cometí errores en el pasado, pero hoy mi mirada es otra”, sostiene. 

Por ahora, soplan vientos de paro en la segunda universidad pública del país. Y reina la incertidumbre. 

Nota del Editor:

*El periodista que escribió esta historia es estudiante de la Universidad de Antioquia.

Periodista y casi politólogo. Trabajé en El Colombiano y con una crónica gané el premio Simón Bolívar en 2023. Ahora soy el corresponsal de La Silla Vacía en Antioquia. Escríbame al correo ehenao@lasillavacia.com