El presidente Petro ha salido a decir que no fue perdedor de las regionales.
El presidente Petro ha salido a decir que no fue perdedor de las regionales.

Aun con la chapa de ser partidos aliados del gobierno de Gustavo Petro— cuya desaprobación pasa el 60 por ciento— el Liberal, el Verde y La U sobrevivieron en las elecciones regionales. Y los congresistas de esos partidos que le han caminado a las reformas del gobierno mantuvieron y ganaron gobernaciones y alcaldías importantes. 

Esos resultados van a ser claves en la estrategia “ayúdame, que yo te ayudaré” que se avizora entre el gobierno y el Congreso.  Y que, es muy probable, incluya también a los congresistas conservadores que han ayudado indirectamente a que las reformas sobrevivan. 

Liberales petristas ganaron espacios, los independientes también

El presidente Petro ya abrió las puertas a esa estrategia porque sumó a esa gobernaciones entre sus cuentas para decir que mantiene gobernabilidad. Y volvió hablar de la propuesta de un “Frente Amplio”, una idea que no cuajó ni siquiera dentro del Pacto Histórico.

Si el gobierno logra convertir de aliados a los elegidos que fueron impulsados por los congresistas cercanos, puede conseguir el respaldo territorial que no tuvo con los salientes mandatarios y que tampoco pudo afianzar a través del Pacto Histórico. Y eso le abonaría terreno a sus reformas en el Congreso.

Pero en el Congreso hay reservas de si en realidad ese cambio se va a ver. “La llave está en las inversiones, las regiones dependen de la inversión que se haga desde el gobierno central. Ya estuvo bueno de diagnósticos”, dice el representante liberal Carlos Ardila de cómo los resultados de las regionales pueden acelerar o retrasar esa conexión. 

“Eso da fuerzas, pero para no depender de este gobierno”, dice un representante conservador que ganó siete alcaldías.

La mayoría de la bancada Liberal de la Cámara ha sido clave para mantener viva la reforma a la salud. No solo para sacarla de la comisión Séptima, sino para tenerla aprobada en un 50 por ciento en el segundo debate en la Plenaria. 

El ala petrista del liberalismo, que está agrupado en varias facciones, logró apoderarse de varias gobernaciones y alcaldías claves. 

Por ejemplo, dentro de esa bancada juega un rol importante el grupo de las mujeres. Son 10 y se hacen llamar las “Sin Piedad”. Se dicen así— incluso tienen grupo de WhatsApp— porque no incluyen a la representante Piedad Correal del Quindío. 

A las “Sin Piedad” les fue bien en las cuentas generales de gobernaciones. La de Amazonas la ganó un aliado de la representante Karina Bocanegra. Esa es estratégica para los propósitos internacionales del gobierno Petro. Tanta importancia le dieron desde Casa de Nariño que, como reveló La Silla, hasta la ministra de Vivienda, Catalina Velasco, dio una mano en el remate de la campaña. Allá la Gobernación la tenía el Centro Democrático.

La del Huila la ganó el exsenador Rodrigo Villalba, que es aliado de la representante Flora Perdomo. Ese grupo ha tendido puentes con Petro desde las elecciones presidenciales porque le cantaron su apoyo en segunda vuelta. Y mantiene el poder porque el saliente gobernador, Luis Enrique Dussán, hace parte de ese equipo.

En San Andrés, la representante Elizabeth Jay-Pang también está sacando pecho. La Gobernación la ganó un aliado y el logo del partido Liberal estuvo en la foto ganadora. Hoy, en entrevista con Blu Radio, el gobernador Nicolás Gallardo mandó el guiño diciendo que era un gobernador cercano al gobierno. 

En Atlántico, aunque el gobernador Eduardo Verano triunfó en gran parte gracias a la alianza con la casa Char, la representante Jezmy Barraza también ha salido a reclamar victoria. Barraza es clave en el engranaje de las “Sin Piedad”, porque fue la que puso una alta cuota burocrática en el gobierno. El presidente de Findeter, Juan Camilo Muñiz, fue un recomendado de ella. 

Barraza tiene influencia en las comisiones económicas donde el gobierno ha estado atento de que le aprueben prioridades del presupuesto. 

Las representantes liberales han sido cercanas al gobierno.

Entre los liberales hombres, un gran ganador gobiernista fue Dolcey Torres, el hermano del presunto financiador oculto de la campaña presidencial de Petro, y megacontratista, Euclides Torres. Los Torres mantuvieron la Alcaldía de Puerto Colombia, y ganaron la de Galapa y Malambo, y apoyaron al nuevo gobernador, Eduardo Verano.  

Mientras que en los que han oscilado entre la cercanía y la distancia al gobierno, se cuentan dos gobernaciones más. La de Risaralda que ganó Juan Diego Patiño, porque él es hijo del representante Diego Patiño. El representante estuvo en el arranque del gobierno Petro en la línea de César Gaviria, que era más reacia a apoyar al gobierno. Pero en las últimas votaciones de la reforma a la salud, por ejemplo, empezó a darle una mano al gobierno. 

Entre la bancada, Patiño decía, según comentaron sus colegas, que entró en la lógica de ayudar porque estaba confiado en que su hijo iba a ganar y que necesitaba tender puentes con el gobierno. Esa gobernación se la quitaron a una alianza que hubo en 2019 entre sectores cristianos y conservadores.

La otra gobernación es la de Chocó. La ganó Nubia Carolina Córdoba, impulsada por el representante Jhoanny Palacios. El liberalismo de Chocó, en cabeza de la electa gobernadora, ya le cantó al gobierno su respaldo a la espera de que sea recíproco en inversión. Petro, en su balance, también la cuenta entre las gobernaciones cercanas. 

Aun sin gobernaciones, otros liberales petristas igual sumaron poder regional. En Córdoba, el presidente de la Cámara, Andrés Calle, puso a su papá como alcalde en Montelíbano, a un primo en Planeta Rica y a su hermano como diputado tras quedar segundo en la pelea por la gobernación. 

En Putumayo, el representante Carlos Ardila levantó la mano de ocho candidatos que ganaron alcaldías, incluyendo la capital Mocoa. Germán Rozzo, quien lleva la batuta técnica de la reforma a la salud, está peleando en el escrutinio la gobernación de Arauca. 

En Caldas, Germán Cardona hizo parte de la alianza que se quedó con la alcaldía de Manizales y se le cuentan siete alcaldías más del departamento. 

El contraste de esos logros liberales está en Tolima y Caquetá, donde las representantes Olga Beatriz González y Gilma Díaz de Pacheco fueron las grandes derrotadas. 

Y en el Senado, los aliados del gobierno sacaron un balance más opaco. Fabio Amín, quien ha acompañado las iniciativas gubernamentales desde la comisión Primera, ganó la Gobernación de Córdoba e influyó en la de Sucre. Mientras que Miguel Ángel Pinto entró a respaldar a Juvenal Díaz, ganador en Santander.

Entre los que han estado entre ayudar y no aparece Alejandro Carlos Chacón, que apoyó al vencedor en Norte de Santander, William Villamizar. 

Pero el balance es gris para los más petristas. La maquinaria de Julián Bedoya en Antioquia— que cuenta al senador Juan Diego Echavarría y la representante María Eugenia Lopera— fue de las más golpeadas. La aspiración de Bedoya a la gobernación no despegó, ni tampoco su alianza al final con Luis Pérez. Esa estructura perdió alcaldías claves como la de La Estrella —aunque siguen peleando en el escrutinio— e incluso Entrerríos de donde es Lopera. 

En todo caso, dentro de esa estructura dicen que no les fue tan mal, que ganaron otras 20 alcaldías. Y que alcanzaron un botín burocrático importante con la dirección de la corporación ambiental de Antioquia, Corantioquia. 

Unos aliados de La U y Lizcano se cotizaron, pero ganó más Dilian

Desde la independencia, el partido de La U, no le ha cerrado las puertas al gobierno, especialmente en la Cámara. Ellos han jugado a mantener el quórum y a destrabar la reforma en instancias claves, como el primer debate de la comisión Séptima. 

Los representantes que han acompañado ganaron en unos casos directos. Por ejemplo, Álvaro Londoño de Vichada mantuvo la gobernación con una ficha suya; lo mismo ocurrió en Guainía con el candidato del representante Alexander Guarín, que es la continuidad del gobernador saliente. 

En los departamentos de la Orinoquía el contraste fue el representante Camilo Ávila, que perdió la gobernación de Vaupés donde tenía de candidato a su hermano. Pero allá, para el gobierno perder fue ganar porque el que se eligió lo hizo por el movimiento Gente en Movimiento, del ministro de las TIC, Mauricio Lizcano. 

A propósito de Lizcano, dentro de gobierno, él salió a reclamar la victoria en la gobernación de Caldas porque su partido fue el que puso el aval principal del vencedor. Por lo que, aun con una capacidad menor, los aliados de La U cuentan esas cuatro gobernaciones. 

En alcaldías importantes la más visible es la de Sincelejo. Allá ganó el cuestionado Yahir Acuña. La esposa de Acuña, Milena Jarava, es representante de La U y ha votado con el gobierno las reformas y acompañado otras propuestas. 

Entre los que a veces le ayudan al gobierno y los que no, el más beneficiado de la cosecha electoral fue Alfredo Deluque. El senador ganó la Gobernación de La Guajira, en compañía con el representante Jorge Cerchara, quien vota como cuota de La U. 

Petro ha tratado de mantener relaciones con La U.
Petro ha tratado de mantener relaciones con La U.

Solo hasta ahí el gobierno puede decir que sus aliados de La U salieron bien librados. Porque el ala distante fue más arrolladora. Dilian Francisca Toro barrió en el Valle, ella cuenta a cuatro congresistas: los senadores Juan Carlos Garcés, Norma Hurtado y los representantes Jorge Tamayo y Víctor Salcedo. 

De los cuatro, solo Tamayo ha votado las reformas del gobierno. Hurtado intentó ayudar en la reforma pensional, pero se distanció y se la jugó por una ponencia alternativa que, por ahora, ya cuenta con el respaldo de los partidos de oposición. 

En Antioquia, el senador Juan Felipe Lemos, logró llegar a las campañas ganadoras del uribista Andrés Rendón y de Federico Gutiérrez. Que hasta ahora son los mandatarios regionales que han sido los más vocales en cantarle oposición a Petro. 

Y los más cercanos de La U en el Senado, Julio Elías Vidal y Antonio Correa, perdieron en Córdoba. De hecho, en Sahagún, la casa de los “Ñoños”, el candidato de Vidal quedó de segundo. 

Los verdes que votan ya se acercaron

En la dividida Alianza Verde, el panorama de quienes piensan mantenerse del lado del gobierno se ve más tras las regionales. Esos son los que más estructuras lograron montar en las regionales. 

El ejemplo más diciente es el de Boyacá. El electo gobernador, Carlos Amaya, lidera una bancada de siete congresistas aliados, seis en Cámara, que, por ahora, han acompañado las reformas.

Amaya ya salió a decir que él y su grupo están muy cercanos al gobierno. “Si yo hubiera tenido una relación tan cercana al gobierno hace 8 años como la que tengo hoy, hubiera hecho más cosas por Boyacá”, dijo Amaya sobre qué tan cercano está. 

Ayer ya se reunió con el ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, para empezar a afianzar relaciones institucionales. 

Esa cercanía tiene una razón de ser más allá de la ideología, porque Amaya no votó por Petro, de hecho lo hizo por Rodolfo Hernández en segunda vuelta. Pasa que uno de los departamentos más beneficiados con el Plan Nacional de Desarrollo de Petro fue Boyacá, gracias a que los aliados de Amaya lograron meter unos 29 proyectos estratégicos y la promesa de inversión de 20 billones de pesos en los próximos cuatro años.  

Una foto que se puede replicar en otra gobernación que puede ser aliada: la de Casanare. Allá ganó el exrepresentante, César Zorro, en una coalición salpicón. Aunque en ese departamento no hay representantes verdes, Amaya quiere ser un intermediario con el gobierno. 

Amaya, además, tiene la ventaja de que es codirector del partido y tiene voz y voto a la hora de tomar decisiones como respaldar las reformas o definir una postura de gobierno o independencia. 

El lado opuesto de la bancada Verde es la de Bogotá. Sus principales figuras, la senadora Angélica Lozano y las representantes Caterine Juvinao y Katerine Miranda, se la jugaron de frente contra el petrismo y ganaron. Y eso anticipa un pulso con el gobierno nacional, especialmente por el tema del metro. Por ahora, Miranda y Juvinao no han acompañado las reformas sociales y han sido críticas de lo que se ha aprobado. 

Para los verdes petristas tampoco fue bueno el resultado en otras regiones. La representante Marta Jurado, que lidera la defensa de la reforma a la salud, perdió en Tolima con su principal apuesta electoral que fue Renzo García a la Alcaldía de Ibagué. 

Pero entre verdes el gobierno aún tiene cartas para jugar en el Congreso. La consejera para las regiones, encargada de articular las inversiones en las regiones, es Sandra Ortiz, exsenadora de ese partido. El director del Dapre es Carlos Ramón González, fundador del partido. 

González está empezando a tener un rol protagónico en el manejo de gobernaciones y alcaldías que no son tan cercanas al gobierno. Tras las elecciones, González se comunicó con el gobernador de Santander, Juvenal Díaz, para ponerse a disposición y articular las relaciones nacional-territorial. 

Soy el periodista que cubre el Congreso. Estudié comunicación social y periodismo en la Universidad Surcolombiana. Antes hice parte de La Silla Sur. En 2020 gané el premio de periodismo Reynaldo Matiz y en 2021, 2022 y 2023 el premio Carlos Salamanca a mejor investigación. Escríbame al jortiz@lasillavacia.com