A partir de las 4 encuestas del DANE en las que se pregunta por el auto-reconocimiento campesino se brindan diversos insumos para una política pública campesina en consonancia con el Art 253 del PND.

Columna escrita en co-autoría con Ana Jimena Bautista, Carlos Andres Salgado y Juan Ricardo Garnica  

El pasado 7 de junio el día del campesino, el Presidente Iván Duque celebraba la iluminación de la Torre Colpatria en Bogotá, que encendía sus luces para agradecer a las y los campesinos, a quien denomina como “los héroes más grandes de Colombia” por alimentar al pueblo colombiano. Pese a ello, este mismo Gobierno es renuente a adoptar la Declaración de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Campesinos. Primero se abstuvo de votar la Declaración en la Asamblea de Naciones Unidas, y ahora ante el reclamo permanente de las organizaciones Campesinas, la Cancillería se ratifica en la ausencia de voluntad para su adopción posterior.

Podríamos decir que el campesinado sufre una particular adaptación de la paradoja del gato de Schrödinger, en la medida que para unas cosas es muy visible para el Estado colombiano (alimentar a las ciudades); mientras que para otras, como lo es su reconocimiento objetivo e inmaterial es profundamente invisible. “Es” y no “Es” al mismo tiempo, dependiendo de sí la puerta del reconocimiento se abre o se cierra.

Pues bien, bajo el anterior contexto, el día de hoy, viernes 31 de julio, tendrá lugar la “Audiencia Nacional por la tierra, el territorio y el campesinado” citada directamente por Fernando Carrillo, Procurador General de la Nación, junto con varias de las organizaciones campesinas de nuestro país. Esta audiencia tiene como finalidad que el gobierno colombiano -en cabeza de sus diferentes ministerios- responda varias inquietudes planteadas por las organizaciones campesinas de nuestro país.

La discusión de la Audiencia se organizó en dos paneles: un primer panel, en torno a la política pública, acuerdos incumplidos y la Declaración de la ONU sobre los derechos del campesinado. Un segundo panel, sobre la implementación de los puntos uno y cuatro del Acuerdo Final de Paz; así mismo, se debatirá en esta última parte, a cerca de las garantías para para la defensa de los derechos del campesinado.

El objetivo del presente texto es centrarse en un de los temas a discutir: la Política Pública Campesina. Existen dos argumentos que han hecho carrera en la institucionalidad Estatal, no solo de este gobierno, sino de sus antecesores, para no avanzar en el diseño e implementación de una política pública integral para las poblaciones campesinas: En primer lugar, se ha mencionado que no se tiene claro una conceptualización sobre el sujeto campesino.  Y, en segundo lugar, que no se tienen datos precisos sobre la población campesina para poder trazar una política coherente.

Con respecto a la necesidad de un concepto de campesino, el cual pueda ser operacionalizable estadísticamente desde un punto tanto subjetivo como objetivo, la Comisión de Expertos citada en el contexto de la Sentencia STP2028-2018 de la Corte Suprema de Justicia, ya profirió un documento que es consultable desde el sitio web del Instituto Colombiano de Antropología e Historia – Icanh.  Por lo tanto, a no ser que se quiera apelar a una estrategia dilatoria, este obstáculo ya estaría superado. Y para más claridades, la definición de campesino es la siguiente:

“Sujeto intercultural , que se identifica como tal, involucrado vitalmente en el trabajo directo con la tierra y la naturaleza; inmerso en formas de organización social basadas en el trabajo familia y comunitario no remunerado y/o en la venta de su fuerza de trabajo”

Es así, como varias de las organizaciones campesinas, DeJusticia y el Instituto de Estudios Interculturales – IEI de la Universidad Javeriana de Cali, nos dimos a la tarea de analizar los resultados de las siguientes 4 encuestas implementadas por el Departamento Nacional de Estadística – DANE: i) Encuesta de Cultura política; ii) Encuesta Nacional Agropecuaria; ii) Encuesta de Calidad de Vida; iv) Encuesta de Convivencia y Seguridad Ciudadana

Estas encuestas tienen una particularidad muy importante: en consonancia con la Sentencia 2028 y el concepto de la Comisión de Expertos, el DANE por primera vez incluyó una batería de preguntas diseñadas para indagar en torno a la auto-identificación campesina.  Además, este robusto agregado de información institucional muestra de manera fehaciente, que sí existe la información suficiente para construir una Política Pública Campesina.

Imagen 1. Diseño de preguntas Dane Auto-identificación campesina

Para ordenar ese gran volumen de información, que se desprende de las encuestas en cuestión, tomamos como referencia la Propuesta de Pacto Campesino para el actual Plan Nacional de Desarrollo, que termino reducida a su mínima expresión –luego de múltiples ires y venires– en el Articulo 253 de la versión final del PND.

De acuerdo con el Articulo 253:

“El Gobierno nacional construirá una política pública para la población campesina. El proceso de elaboración de dicha política se realizará a partir de la recolección de insumos de diferentes espacios de participación que incluyan a las organizaciones campesinas, la academia y las entidades especializadas en el tema campesino, se tendrán en cuenta los estudios de la Comisión de Expertos del campesinado, entre otros.”

Comencemos entonces anotando algunos elementos que puedan dar herramientas que enriquezcan la Audiencia de hoy:

1. Estructura demográfica del campesinado

¿Cuanta gente se auto-identifica como campesina en nuestro país?

Sí bien la Encuesta de Cultura Política de 2019 había arrojado una primera aproximación, es recomendable tomar como referencia los resultandos expandidos de la Encuesta de Calidad de Vida, en la medida que su alcance y muestreo es mucho más amplia (La ECV llega a 289.558 personas mientras que la ECP a 43.156).

Ahora bien, de acuerdo con los resultados de la Encuesta de Calidad de Vida, en Colombia El 28,4  por ciento de las personas mayores de 15 años se reconocen y viven como campesinas, lo que corresponde aproximadamente a 10,76 millones de personas. De la población campesina, el 51,7 por ciento son hombres y un 48,3 por ciento son mujeres. Un 79,6 por ciento de la población campesina se ubica en centros poblados y áreas rurales dispersas y el restante 13,5 por ciento en cabeceras municipales.

Imagen 2. Personas de 15 años y más que se identifican subjetivamente como población campesina – Fuente ECV 2019 Dane

Imagen 3. Personas de 15 años y más que se identifican subjetivamente como población campesina por sexo Fuente ECV 2019 Dane

¿Dónde están el campesinado?

A nivel porcentual relativo, es decir cantidad de personas que se identifican Vs el número de personas que habitan en cada Departamento, la relación es la siguiente:

Imagen 4. Porcentaje relativo departamental y total nacional Fuente ECV 2019 Dane

Ahora, en cuanto el número absoluto de personas en cada departamento que se auto-identificaron como campesinos, en la siguiente imagen No 5, se puede ver la distribución de la población campesina a nivel departamental, donde el 12,6 por ciento de la población total que se reconoce como campesina se encuentra ubicada en el departamento de Antioquia, seguido por Cundinamarca y Boyacá con un 7,6 por ciento respectivamente, 6,3 por ciento en Córdoba, 5,5 por ciento En Boyacá y 5,2 por ciento en Bolívar.

Imagen 5. Distribución departamental absoluta respecto al agregado nacional – Sistematización propia a partir microdatos ECV 2019.

¿Cuál es su composición etárea?

En la imagen No 6, se puede afirmar que existe un proceso de envejecimiento mayor de la población campesina, frente a la población que no se reconoce como tal. En el caso de la población campesina el 44,3 por ciento tiene 46 años o más, mientras que en el caso de la población que no se reconoce como campesina este porcentaje es del 36,6 por ciento.

Imagen 6. Distribución de la población por grupos etarios – Sistematización propia a partir microdatos ECV 2019

2. Tierras

Ya, en el documento de propuesta campesina para el PND se advertía que con referencia al acceso a tierras, la realidad del campo colombiano es alarmante. El 37,4 por ciento de los hogares rurales tiene acceso a la tierra y, de estos hogares, el 59 por ciento presenta informalidad en la propiedad. Según el III Censo Nacional Agropecuario, las Unidades de Producción Agropecuaria (UPA) de menos de 0,5 hectáreas representan el 70,4 por ciento del total de Upas y ocupan el 2,1 por ciento del área censada; en contraste, aquellas con más de 2.000 hectáreas participan con el 0,1 por ciento del total de las Upas y abarcan el 70,5 por ciento del área censada.

Por lo anterior resulta de gran interés analizar los datos que se han obtenido de forma oficial por parte del Departamento Administrativo Nacional de Estadística – Dane, ya que la mejor forma de entender la situación del campesinado nacional es empezar a vislumbrar la brecha de datos existentes y así tener una opinión crítica sobre si la recolección de estos datos responde a establecer la realidad en la que vive el campesinado.

Al tener en cuenta que no están publicados los microdatos de la Encuesta Nacional Agropecuaria (ENA-2019),  a continuación se analizan los resultados de la Encuesta Nacional Agropecuaria de 2017 y el boletín y los anexos de la ENA-2019. Sin embargo, con base en la información disponible de esta última, de un total de 2.033.967 productores en condición de personas naturales, 1.549.782 respondieron las preguntas relacionadas con la identificación de la población campesina, de las cuales el 95,1% se autorreconoce como campesina.

Condición jurídica de las Upas

De acuerdo con la ENA-2019, se registran un total nacional de unidades de producción agropecuarias de 2.085.423. La mayor participación corresponde a las UPA de los productores que están constituidos como personas naturales (93,8 por ciento) con 1.955.892 UPA.

Imagen 7 . Cantidad de unidades de producción agropecuaria, por condición jurídica del productor – Fuente Dane

A nivel departamental resulta interesante apreciar como Vichada, el archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, Guainía y el Valle del cauca son los departamentos con más productores sin informar sobre su condición jurídica. Sin embargo, es importante para futuros trabajos, comprender cómo ha cambiado la situación en los últimos dos años. (Ver Imagen 8).

Imagen 8. Condición Jurídica de los productores a nivel departamental – Sistematización propia a partir microdatos ENA 2017

Tamaño de las UPA(s)

Las cifras de la ENA para el segundo semestre de 2019, indican que de las 2.085.423 UPA, el 48,1 por ciento tienen áreas menores a 3 hectáreas. Por rangos de tamaño, las UPA con mayor participación son las que presentan un área entre 1 hectárea y menor a 3 hectáreas (25,5 por ciento) con 532.268 UPA, seguido por el rango de 10 hectáreas y menor a 50 hectáreas (17,6 por ciento) con 366.450 UPA y el rango con menor participación es el de 1.000 hectáreas y más (0,5 por ciento) con 9.708 UPA.

Imagen 9. Tamaño de la UPA (hectáreas) Total nacional – Fuente ENA DANE 2019

Tenencia

Del total anterior de UPAs, la principal tenencia por parte de los productores en condición de persona natural, es la de propio equivalente al 84.9 por ciento del total de UPA, seguido por las arrendadas con solo un 8.2 por ciento del total de UPA. Se debe destacar que el boletín técnico presentado por el Dane no informa la desagregación sobre otras condiciones jurídicas que existen en el país (dentro de “otro tipo de tenencia” se incluyen: aparcería, usufructo, comodato, ocupación de hecho, propiedad colectiva, adjudicatario o comunero).

Imagen 10. Cantidad de unidades de producción agropecuaria, por tipo de tenencia – Fuente ENA Dane 2019

En cuanto al ítem de acceso a tierras la propuesta campesina al PND se sustenta en los siguientes ítems: i) Será prioridad para el Gobierno Nacional reglamentar la operatividad del Fondo de Tierras para garantizar el efectivo desempeño en el acceso tierras. ii) Se expedirá un decreto reglamentario para la resolución de conflictos territoriales entre pueblos étnicos y campesinos; iii) Expedición de una resolución para concretar medidas administrativas para el fortalecimiento de las Zonas de Reserva Campesina y la creación de un fondo para el fomento de las mismas; iv) Fortalecer económicamente y el alcance del fondo para Subsidio Integral de Acceso a Tierra; v) Garantizar el reconocimiento jurídico de los Territorios Campesinos Agroalimentarios como mecanismo para la defensa de la territorialidad campesina, garantizar el abastecimiento interno de alimentos, fomentando su gestión y administración por parte del campesinado; vi) Se celebraran contratos de aprovechamiento intransferibles para aquellos agricultores familiares que demuestren una ocupación mínima de cinco años de tierras ubicadas en zonas de reserva forestal y parques naturales; vii) El gobierno nacional generará un programa nacional con garantías para que los campesinos que habiten en áreas protegidas y áreas de especial interés ambiental tengan la posibilidad de transformar su producción a alternativas productivas que vayan en concordancia con la conservación; y viii) Se creará un fondo nacional para la constitución de Zonas de Reserva Campesina y Territorios Campesinos Agroalimentarios como mecanismo para el cierre de la frontera agropecuaria, según lo estipula la Ley 160 de 1994.

3. Producción

Los resultados de la ENA 2019 resultan alarmantes en cuanto al amplio desequilibrio en nuestro uso del suelo. La producción agrícola de alimentos ni siquiera se acerca a la superficie utilizada en el sector pecuario o forestal.  El total del uso del suelo fue de 50.102.269 hectáreas, encontrando que de lejos predomina el uso pecuario con 39.017.179 hectáreas y una participación del 77,9 por ciento, seguido de los bosques con 5.175.846 hectáreas (10,3 por ciento), el uso agrícola con 4.617.116 hectáreas (9,2 por ciento) y otros usos con 1.292.128 hectáreas (2,6 por ciento).

Imagen 11. Uso del suelo – Fuente ENA Dane 2019

¿Qué sembramos y que recogemos?

Según la Encuesta Nacional Agropecuaria 2019, el área total sembrada en el país fue de 5.311.977 hectáreas, encontrando que, los cultivos agroindustriales1 presentaron la mayor participación con un 41,2 por ciento y un área de 2.186.389 hectáreas, seguido de los cereales que representaron el 18,5 por ciento con un área de 984.859 hectáreas y las plantaciones forestales con el 13,5 por ciento y un área de 716.501 hectáreas. En este contexto tiene muy poco sentido los procesos de apertura económica que se han venido planteando para liberar la importación de cereales.

Los tubérculos y plátano contaron con una participación del 10,8 por ciento y un área de 574.770 hectáreas, le siguen los frutales con 9,5 por ciento y un área de 505.164 hectáreas, el grupo de hortalizas, verduras y legumbres con 5,4 por ciento y un área de 288.212 hectáreas y las otras áreas cultivadas con 1,1 por ciento y un área de 56.083 hectáreas. (Ver Imagen 12).

Imagen 12. Área sembrada – Fuente ENA Dane 2019

Seguros Agropecuarios

En el boletín técnico del ENA 2019, ayuda a comprender cuál es el real alcance de los seguros agropecuarios para la UPAs de los productores. La encuesta tiene en cuenta a un total de 2.033.967 productores en el país, de los cuales solo el 0.5 por ciento de ellos cuentan con un seguro agropecuario en la UPA, y el 0.1 por ciento posee un seguro en otra UPA, el resto, más del 98 por ciento de los productores, no cuentan con un seguro agropecuario. Pese a que estos resultados son de los productores y no exclusivos de los productores que se identifican como campesinos, parece como una realidad manifiesta que el campesinado del país no posee actualmente seguros agropecuarios.

Mercado laboral campesino

Uno de los aspectos importantes para el fortalecimiento de la economía campesina se relaciona con su situación en el mercado laboral, donde la ocupación está concentrada en mayor porcentaje en los hombres y un gran porcentaje trabaja en la informalidad. De acuerdo con la información de la Encuesta de Calidad de Vida ECV-2019, el 65,2 por ciento de la población campesina se encontraba trabajando frente a un 67,2 por ciento para la población que no se reconoce como campesina. Al diferenciar por sexo, el 41,5 por ciento de las mujeres campesinas se encontraba trabajando y en el caso de los hombres campesinos este porcentaje era del 87,7 por ciento, con respecto a la población que no se reconoce como campesina, el 56,2 por ciento de las mujeres se encontraba trabajando y el 79,4 por ciento en el caso de los hombres.

Aunque el desempleo, explicado por las personas que se encuentran buscando trabajo, no es un factor relevante en la situación de la población campesina en el mercado laboral, es evidente que la inactividad es alta por cuenta principalmente de las labores que realizan las mujeres campesinas en el hogar y una alta informalidad en la actividad laboral, tanto de hombres como de mujeres.

Imagen 13. Mercado laboral campesino – Sistematización propia a partir microdatos ECV 2019

De acuerdo con la posición ocupacional, el 49,9 por ciento la población campesina trabaja como independiente o cuenta propia y en el caso de la población que no se considera campesina este porcentaje es del 39 por ciento. El 27,5 por ciento de la población campesina trabaja como obrero o empleado de una empresa particular o del gobierno (población no campesina: 55,4 por ciento), un 8,9 por ciento trabaja en finca, tierra o parcela (población no campesina: 0,6 por ciento), un 8,1 por ciento como jornalero o peón (población no campesina: 0,4 por ciento) y el 5,6 por ciento restante de la población campesina tiene otra posición ocupacional, 4,6 por ciento en el caso de la población que no se reconoció como campesina.

Vale la pena resaltar que el 92,3 por ciento de la población campesina que afirmó trabajar como jornalero o peón manifestó tener contrato verbal y un 88,5 por ciento no está afiliado a una Administradora de Riesgos Laborales (un 11,1 por ciento sí lo estaba).

Con respecto a las prestaciones, el 7,8 por ciento de la población campesina que afirmó trabajar como jornalero o peón afirmó haber recibido prima de servicios en los últimos 12 meses, un 4,4 por ciento prima de navidad y un 2,5 por ciento prima de vacaciones. En general frente a las prestaciones, la población campesina que trabaja como obrero(a), empleado(a) de una empresa particular, del gobierno o como empleado(a) doméstico(a) –que corresponde al 29,6 por ciento–, existen diferencias con respecto a la población que no se reconoce como campesina. El 38,3 por ciento recibió prima de servicios frente al 48,7 por ciento para la población que no se reconoce como campesina; el 22,2 por ciento recibió prima de navidad (población no campesina: 26,2 por ciento) y; prima de vacaciones el 14,9 por ciento (población no campesina: 14,5 por ciento).

Con respecto al lugar dónde trabaja la población campesina, el 44,2 por ciento lo hace en el campo o área rural, mar o río; un 21,4 por ciento en un local fijo, oficina, fábrica, etc.; y un 12,4 por ciento en la vivienda en la que habita. En el caso de la población que no se reconoce como campesina el 58,2 por ciento trabaja en un local fijo, oficina, fábrica, etc.; un 9,8 por ciento en otras viviendas y un 9,4 por ciento en la vivienda en la que habita.

En el ítem de economía(s) campesinas, la propuesta de las organizaciones sociales al PND enfatizaba que, si bien los sistemas productivos campesinos provienen de profundos arraigos culturales, en la actualidad el campesino colombiano es un sujeto multiactivo desde el punto de vista de su actividad económica. La economía campesina ha soportado históricamente la alimentación de los colombianos, generando divisas con sus exportaciones, así mismo los campesinos se encargan de proteger las semillas y la biodiversidad; garantizando la disponibilidad de agua y de materias primas para la industria.

Es decir, la población campesina es el soporte de la soberanía alimentaria. Por lo tanto, es fundamental potenciar la capacidad del campesino para intervenir exitosamente en diferentes frentes de productividad no solamente en función de su subsistencia, sino para generar excedentes productivos que le permitan mejorar su calidad de vida y relacionarse armonicamente con su entorno natural.

Bajo el anterior panorama la propuesta de las organizaciones sociales recomendaba impulsar los sistemas productivos campesinos buscando que las familias campesinas sean autosuficientes y con capacidad de adaptación a los imprevistos económicos y al cambio climático. Igualmente se buscará incentivar la diversificación productiva intra-predial desde una visión asociativa y regional.

4. Infraestructura

¿Con qué herramientas se produce?

El uso de maquinaria es indispensable para el trabajo en las UPA, por tanto, resulta inquietante que solo el 19.1 por ciento de las UPA posean maquinaria para la elaboración de las diferentes fases agronómicas en los cultivos, y que aún más del 80 por ciento de las UPA realicen estás labores mediante métodos manuales o sin mecanización.

Imagen 14. Maquinaria – Fuente ENA Dane 2019

Servicios públicos

En la siguiente gráfica de la ECV-2019 se puede observar la cobertura de servicios públicos, para la población campesina y la que no se reconoce como tal. Frente a los servicios públicos, es evidente la diferencia en términos de acueducto, alcantarillado y recolección de basuras y gas natural.

Imagen 15. cobertura de servicios públicos población campesina – Sistematización propia a partir microdatos ECV 2019

Con respecto al servicio de energía eléctrica y de acuerdo con la ECV-2019, el 92,1 por ciento de los hogares no tuvo ningún problema con este servicio y en el caso de los hogares que no se reconocen como campesinos, este porcentaje fue del 99,3 por ciento. Las principales afectaciones con respecto al servicio de energía para los hogares campesinos fueron cortes o suspensiones de energía por un motivo diferente a falta de pago (62,2 por ciento), cambios bruscos de voltaje (46 por ciento), bajo voltaje (31,3 por ciento) y cortes o suspensiones por falta de pago (5,8 por ciento).

Para la población campesina, donde el 28,8 por ciento de las viviendas están ubicadas en centros poblados, inspecciones de policía o corregimientos y el 71,2 por ciento en cabeceras municipales, las diferencias en cobertura de servicios públicos cambian considerablemente. El 89,5 por ciento de los hogares campesinos ubicados en cabeceras tiene cobertura de acueducto y en el caso de los hogares campesino en áreas rurales, esta cobertura cae al 48,3 por ciento. En alcantarillado, la diferencia es entre 76 por ciento en el caso de la población campesina en cabeceras y de 11,1 por ciento en áreas rurales; y la cobertura en recolección de basuras para la población campesina en cabeceras es de 94,4 por ciento y en áreas rurales del 22,4 por ciento.

Imagen 16. cobertura de servicios públicos campesina Departamento – Sistematización propia a partir microdatos ECV 2019

Vivienda

En temas de vivienda, es necesario tener presentes los materiales las viviendas de la población campesina. Lo primero se relaciona con el material de las paredes exteriores de la vivienda, en el caso de la población que no se reconoce como campesina el 94,9 por ciento está compuesto por bloque, ladrillo, piedra o madera pulida, mientras que en el caso de la población campesina este porcentaje es del 63,7 por ciento, el 20 por ciento es en madera burda, tabla o tablón, un 5,3 por ciento en bahareque revocado, un 4,3 por ciento en bahareque sin revocar y un 3 por ciento en tapia pisada o adobe.

Lo segundo es el material predominante en los pisos, que en el caso del 73,7 por ciento de la población que no se reconoce como campesina es en baldosa, vinilo, tableta, ladrillo o laminado y seguido por un 18,4 por ciento en cemento o gravilla. En el caso de la población campesina, el 48,5 por ciento es en cemento o gravilla, seguido por baldosa, vinilo, tableta, ladrillo o laminado con un 25,6 por ciento, un 15,2 por ciento en tierra o arena y un 9,9 por ciento en madera burda, tabla, tablón u otro vegetal.

Y tercero, el material predominante en el techo de las viviendas. Para la población que no se reconoce como campesina el material es plancha de concreto, cemento y hormigón para el 53,5 por ciento, un 25 por ciento teja de asbesto o cemento, un 13,5 por ciento en teja metálica o lámina de zinc y un 7 por ciento en tejas de barro. En el caso de la población campesina el material que predomina son las tejas metálicas o láminas de zinc para el 57 por ciento, un 25 por ciento en tejas de asbesto o cemento, un 7,2 por ciento en tejas de barro y un 6,3 por ciento en plancha de concreto, cemento u hormigón.

Imagen 17. Tenencia de la vivienda – Sistematización propia a partir microdatos ECV 2019

En el ítem de infraestructura la propuesta campesina al PND se mencionan aspectos como la adecuación de tierras y el riego; pero sobre todo hace un gran énfasis en el mejoramiento de las vías carreteables secundarias y terciarias. En la propuesta campesina se argumenta que una mayor y mejor infraestructura vial reduce los costos de transacción, contribuye al bienestar de la población al reducir también los costos de transporte no asociados a la producción agrícola. Por todas esas razones, el gasto público en bienes básicos para la agricultura crea beneficios que trascienden los de cada uno de los productores y permanecen en el tiempo. Por todo ello, si se quiere reorientar y acelerar el desarrollo rural, la financiación de ese gasto debe ser considerada prioritaria por el Estado.

Llama poderosamente la atención que la ENA no toque este tipo de infraestructura que incide directamente en los costos transaccionales de la economía campesina y en el precio de los alimentos que se consumen en el país. Esta preocupación ha sido diagnosticada no solamente por los campesinos, sino por la Misión para la Transformación del Campo y por la casi totalidad de PDET(s) caracterizados. Este es un punto en el que sin duda futuras ediciones de la ENA deberá mejorar.

5. Pobreza multidimensional y acceso a derechos

Los hogares campesinos en Colombia se encuentran principalmente ubicados en zonas que históricamente han presentado altos índices de pobreza, y dónde las políticas públicas no han tenido efectos evidentes en el mejoramiento de la calidad de la vida de este segmento de la población. A lo largo de las últimas décadas, es evidente que las brechas en el acceso a los derechos por parte de la población urbana y rural no se han cerrado, y en algunos casos se han acrecentado.

En esta sección del documento se presenta la situación de la población campesina, iniciando el análisis para la población ubicada en centros poblados y áreas rurales dispersas, con respecto a su calidad de vida expresado en el Índice de Pobreza Multidimensional (IPM), que permite evidenciar en diferentes niveles la situación del campesinado colombiano y de los departamentos dónde tienen mayor representación. Posteriormente, se presenta un balance en el tema de salud, donde vale la pena destacar que, aunque la cobertura en la afiliación es alta, existen problemas estructurales que se reflejan en una baja afiliación al régimen contributivo, lo cual está estrechamente relacionado con un mercado laboral precario.

Adicionalmente, se brinda un panorama general en el ámbito educativo, donde es evidente la diferencia entre la población campesina y la que no se reconoce como tal. Así mismo, con la información disponible se identifican algunos factores complementarios a las actividades académicas, relacionadas con otro tipo de actividades necesarias para el desarrollo de la población, a saber, deportes o actividades recreativas.

Pobreza Multidimensional

En la Imagen 18, se presenta la distribución departamental de la población que se ubica en centros poblados y zonas rurales dispersas, donde claramente los departamentos con por lo menos la mitad de su población en estas zonas son Vichada, Vaupés, Cauca, Guainía, Nariño, Chocó, La Guajira y Amazonas.

Imagen 18. IPM Campesino por Departamentos y Nacional – Fuente ECV Dane 2019

En una primera mirada, al Índice de Pobreza Multidimensional de la ECV-2019, se puede observar que, en los departamentos con mayor porcentaje de población ubicada en centros poblados y áreas rurales dispersas, el IPM es mayor que en los demás departamentos. Por tanto, en estos departamentos, las condiciones de la población en términos de pobreza, expresada en indicador que abarca cinco dimensiones: condiciones educativas; condiciones de la niñez y juventud; trabajo; salud y; condiciones de vivienda y servicios públicos, son precarias al comparar con departamentos donde se concentra su población en áreas urbanas.

Imagen 19. Porcentaje de hogares campesinos privados por indicador – Fuente ECV Dane 2019

Educación

La población campesina, con base en los resultados de la ECV de 2019, ha alcanzado niveles educativos inferiores que la población que no se reconoce como tal. Uno de los factores asociados a esta realidad es el nivel de alfabetismo de la población, el 89,6 por ciento de la población campesina afirmó saber leer y escribir mientras que para la población que no se identifica como campesina este porcentaje es del 97,5 por ciento. Diferencia que persiste en el promedio de años de educación recibida. Así mismo, la diferencia entre las mujeres y hombres campesinos es evidente con respecto a la población de su mismo sexo que no se reconoce como campesina (Imagen 20).

Imagen 20.  Población mayor de 15 años que sabe leer y escribir – Sistematización propia a partir microdatos ECV 2019

Imagen 21. Años promedio de educación – personas de 15 a 24 años – Fuente ECV Dane 2019

Los resultados del nivel educativo para la población campesina muestran que el 11,1 por ciento no ha alcanzado algún nivel de educación, frente a un 3,1 por ciento para la población que no se reconoce como campesina. Con respecto a la población campesina que ha alcanzado algún nivel de educación formal, el 45,3 por ciento tiene un grado de primaria, un 14,7 por ciento de secundaria y un 21,3 por ciento un grado de media; en el caso de la población que no se reconoce como campesina, un 19,2 por ciento tiene un nivel de básica primaria, 13,4 por ciento en básica secundaria y un 31,2 por ciento alcanzó el nivel de media.

Es importante resaltar que el 7,7 por ciento de la población campesina afirmó tener un nivel educación superior, en contraste el 33,1 por ciento de la población que no se reconoce como campesina ha alcanzado un nivel de educación superior.

Cultura y recreación

De acuerdo con los datos de la ECV-2019, un 74,7 por ciento de los menores, entre 15 y 17 años, que se reconocieron como campesinos se encontraban estudiando. En el caso de los que no se reconocieron como campesinos el 85,3 por ciento se encontraba estudiando. Así mismo, se indagó acerca de lo que hacían los menores por fuera de la jornada escolar, y en la siguiente tabla se presentan los resultados. Con respecto a actividades culturales y deportivas, el porcentaje es menor en el caso de los jóvenes campesinos, 7,8 por ciento participa en cursos, talleres o grupos artísticos, frente a un 10,4 por ciento en el caso de los jóvenes campesinos. En actividades deportivas, participa el 14 por ciento de los jóvenes campesinos y un 21,5 por ciento de los que no se consideran campesinos.

Imagen 22. Actividades que realizan los menores entre 15 y 17 años – Sistematización propia a partir microdatos ECV 2019

Salud

En el tema de salud, con base en los resultados de la ECV-2019, la afiliación al Sgsss para la población campesina es del 95,2 por ciento, mientras que en el caso de la población que no se reconoce como campesina la afiliación al sistema es del 92 por ciento. Sin embargo, como se puede observar en la siguiente gráfica, la población campesina se encuentra afiliada en su mayoría al régimen subsidiado (76,2 por ciento) mientras que en el caso de la población que no se reconoce como campesina la afiliación al régimen subsidiado es del 37,4 por ciento.

Imagen 23. campesinos afiliados al Sgsss, total y por régimen – Sistematización propia a partir microdatos ECV 2019

Adicionalmente, es muy importante comprender el comportamiento departamental de la afiliación al sistema y a los regímenes, subsidiado y contributivo. En la siguiente gráfica, se puede observar cómo solamente en Bogotá y San Andrés, la afiliación al régimen contributivo por parte de la población campesina supera el 50 por ciento, y en el caso de los departamentos con mayor población campesina (proporcionalmente) y menor IPM; de acuerdo con lo planteado anteriormente, son departamentos donde la afiliación al régimen subsidiado es mayor.

Imagen 24. Población campesina mayor de 18 años afiliados al Sgsss, total y por régimen – Sistematización propia a partir microdatos ECV 2019

Adicionalmente, al indagar frente a las dificultades físicas o mentales que puedan afectar la vida cotidiana de la población, en la siguiente tabla se presentan los resultados generales para la población campesina y para la que no se reconoce como campesina. Se puede observar que la condición que más afecta a la población es la visual (58,2 por ciento), seguido de movilidad (20,1 por ciento), auditivos (7,1 por ciento) y problemas cardiacos o respiratorios (6,4 por ciento).

Imagen 25. Condiciones físicas o mentales que afectan la vida cotidiana – Sistematización propia a partir microdatos ECV 2019

Al indagar frente a las razones de porqué fue ocasionada la principal dificultad, la población campesina afirmó que es causada por edad avanzada en un 39,2 por ciento, por enfermedad en un 38,6 por ciento y porque nacieron así (5,5 por ciento); en el caso de la población que no se reconoce como campesina, el 44,6 por ciento lo relaciona con enfermedad, por edad avanzada un 30,8 por ciento y porque nacieron así un 8,2 por ciento. Sin embargo, del total de la población campesina, el 82,1 por ciento manifestó que no requiere cuidado y en el caso de la población que no se reconoce como campesina, el 87 por ciento afirmó que no requiere cuidado.

Para la población campesina que requiere cuidado, asociado a las anteriores condiciones físicas y mentales, el 12,1 por ciento es cuidada por una persona del hogar (población no campesina: 9,4 por ciento), un 2 por ciento por una persona de otro hogar no remunerada (1,2 por ciento para la población no campesina), un 0,3 por ciento una persona de otro hogar remunerada (0,5 por ciento para la población no campesina) y un 3,5 por ciento permanece solo, frente a un 1,8 por ciento para la población que no se reconoce como campesina.

Otro de los temas que es importante tener en cuenta son los hábitos de la población campesina y la prevención. El 7,3 por ciento de la población campesina afirmó que fuma cigarrillo o tabaco y un 0,1 por ciento fuma vapeador o cigarrillo electrónico, en el caso de la población que no se reconoce como campesina los porcentajes son 8,5  por ciento y 0,3 por ciento respectivamente. Frente al consumo de bebidas azucaradas el 62,4 por ciento de la población campesina las consume, un 46,3 por ciento los hace una o menos de una vez a la semana, un 25,6 por ciento dos o tres veces por semana, un 9,2 por ciento cuatro o seis veces a la semana, 10,1 por ciento todos los días a la semana y una vez al día y el 8,8 por ciento todos los días y más de una vez al día. En el caso de la población que no se reconoce, el 64,9 por ciento consume bebidas azucaradas, un 32,8 por ciento los hace una o menos de una vez a la semana, un 29,1 por ciento dos o tres veces por semana, un 9,7 por ciento cuatro o seis veces a la semana, 13,9 por ciento todos los días a la semana y una vez al día y el 14,5 por ciento todos los días y más de una vez al día.

Acceso a la información e Internet

El 82,2 por ciento de la población campesina entre 18 y 59 años afirmó tener celular y en el caso de la población que no se reconoce como campesina el 92,2 por ciento tiene celular. En el caso de la población campesina, un 36 por ciento manifestó tener un celular convencional y un 64 por ciento un celular inteligente; para la población que no se reconoce como campesina el 10,3 por ciento tiene celular convencional y un 89,7 por ciento celular inteligente. Con respecto a la frecuencia de uso, en el caso de la población campesina el 81,1 por ciento lo utiliza todos los días, un 17,7 por ciento al menos una vez a la semana, pero no cada día; en el caso de la población que no se reconoce como campesina, el 94,8 por ciento lo utiliza todos los días y un 4,7 por ciento al menos una vez a la semana, pero no cada día.

Con respecto al uso del celular, vale la pena resaltar que es un medio de trabajo. En el caso de la población campesina, el 53,2 por ciento lo utiliza para llamadas laborales, entre otras actividades, para la población que no se reconoce como campesina un 63,5 por ciento lo utiliza para realizar llamadas laborales.

Imagen 26. Principales actividades relacionadas al uso del celular – Sistematización propia a partir microdatos ECV 2019

Actualmente la importancia del uso de internet se relaciona con la posibilidad de acceder a diferentes herramientas educativas y empresariales, que facilitan el aprendizaje que se requiere para el desarrollo social y económico de las sociedades. Con base en los resultados de la ECV-2018, en la imagen 27 se puede observar la diferencia en el uso de internet por parte de la población campesina. Un ejemplo se puede ver en la población joven campesina (18 a 28 años) donde el 32,1 por ciento usa internet todos los días de la semana, mientras que para la población de la misma edad que no se reconoce como campesina el uso diario alcanza el 73,8 por ciento.  Adicionalmente el uso de internet disminuye a medida que aumenta la edad de las personas y es más evidente en la población campesina.

Imagen 27. Frecuencia de uso de internet – Sistematización propia a partir microdatos ECV 2019

En general el uso de internet es bajo para la población campesina, dado que el 59,5 por ciento no utiliza internet y en el caso de la población que no se reconoce como campesina este porcentaje es del 24,3 por ciento. La principal razón por la cual la población campesina entre 15 y 28 años no usa internet, es porque es muy costoso (37,1 por ciento), seguido porque no lo consideran necesario (25,9 por ciento), no hay cobertura del servicio en la zona (19,2 por ciento) y no sabe usarlo (14,8 por ciento). Para la población campesina mayor de 28 años, la principal razón es que no sabe usarlo (49,5 por ciento), seguido porque no lo considera necesario (25,9 por ciento), afirman que es muy costoso (17,3 por ciento) y para el 6,6 por ciento no hay cobertura del servicio en la zona.

Vale la pena remarcar que la población accede a internet por medio del teléfono celular, un 92 por ciento para la población campesina y un 95,1 por ciento para la población que no se reconoce como campesina. Adicionalmente, el 23,5 por ciento de la población campesina accede a internet por medio de un computador de escritorio (población no campesina: 33,5 por ciento) y/o computador portátil (población campesina: 15,4 por ciento y población no campesina: 30,5 por ciento).

El principal lugar de acceso a internet es el hogar, para un 78,6 por ciento de la población campesina y para un 90,9 por ciento de la población que no se reconoce como campesina. Otros lugares de acceso para la población campesina son el trabajo con un 26,2 por ciento (población no campesina 41,4 por ciento), durante el desplazamiento de un lugar a otro (población campesina: 19,1 por ciento y población no campesina: 16,2 por ciento) y en centros de acceso público con costo (población campesina: 12,6 por ciento y población no campesina: 7,9 por ciento).

También es importante resaltar que, para la población campesina entre 15 y 17 años, el principal lugar de acceso a internet es la institución educativa con el 59,7 por ciento (población no campesina: 59,9 por ciento) y para la población que no se reconoce como campesina del mismo grupo etario es el hogar con un 79,3 por ciento (población campesina: 55,4 por ciento).

En la siguiente imagen No. 28, se pueden ver las principales actividades y servicios a los que accede la población que utiliza internet, dónde claramente las redes sociales tienen el mayor porcentaje frente a las otras actividades. Es importante resaltar para la población campesina el acceso a servicios financieros, compra o venta de productos o servicios, y trámites con entidades de gobierno. Estas actividades se relacionan principalmente con temas productivos.

Imagen 28. Servicios o actividades relacionadas al uso de internet – Sistematización propia a partir microdatos ECV 2019

6. Mujer Campesina

Como puede observarse en la Imagen No. 29 el porcentaje de identificación campesina es levemente menor entre las mujeres.

Imagen 29. Personas de 15 años y más que se identifican subjetivamente como población campesina, por sexo Dane ECV 2019

Es importante resaltar, de acuerdo con la Imagen No. 30, que el 25,3 por ciento de la población campesina afirmó que se encontraba desempeñando oficios en el hogar y en el caso de la población que no se reconoce como campesina este porcentaje es del 15,8 por ciento. Sin embargo, el 62 por ciento de las mujeres campesinas desempeñaba “oficios del hogar” según la tipología del Dane (convendría cambiar esa categoría por “economía del cuidado” o “trabajo no remunerado”) frente a un 7 por ciento en el caso de los hombres campesinos. En el caso de las mujeres que no se reconocen como campesinas, el 27,9 por ciento realizaba oficios del hogar y en el caso de los hombres este porcentaje era del 2,2 por ciento.

Imagen 30. Porcentaje de personas según actividad – Sistematización propia a partir microdatos ECV 2019

Otros datos demográficamente relevantes para el caso de las mujeres campesinas en la ECV muestran que 68,6 por ciento de las mujeres han tenido hijos(as) y un 3,9 por ciento se encontraba en proceso de gestación al momento de la aplicación de la encuesta, mientras que un 58,1 por ciento de las mujeres que no se reconocen como campesinas habían tenido hijos y un 3 por ciento se encontraban en proceso de gestación.

Con respecto a las mujeres que se encontraban en gestación y se reconocían como campesinas, el 67,9 por ciento asistía a controles prenatales, frente a un 69,7 por ciento para las mujeres en proceso de gestación que no se reconocían como campesinas. La edad promedio de gestación de las mujeres que se reconocen como campesinas es de 20 años y para las que no se reconocieron como campesinas de 21 años.

Trabajo no remunerado

Con respecto al tema del cuidado, persisten las diferencias independientemente de la edad de la población. Para la población campesina entre 15 y 17 años, de acuerdo con el capítulo de Fuerza de Trabajo de la ECV-2019, se puede constatar que el 14,1 por ciento de la población campesina estaba dedicada a los oficios del hogar y en el caso de la población que no se reconoce como campesina este porcentaje es del 8,6 por ciento. Al diferenciar por sexo, el 23,3 por ciento de las jóvenes campesinas se ocupan de los oficios del hogar y en el caso de los jóvenes campesinos este porcentaje es del 6,6 por ciento.

Adicionalmente, la ECV-2019 indagó acerca de las actividades no remuneradas que realizaban las mujeres campesinas. El 70,8 por ciento de la población entre 15 y 17 años afirmó que realizaba oficios en su hogar, un 21,9 por ciento ayuda con labores del campo o en la cría de animales y el 9,1 por ciento cuida o atiende niños(as). Al diferenciar por sexo, el 83,2 por ciento de las jóvenes campesinas realiza oficios del hogar y en el caso de los jóvenes campesinos el porcentaje es del 60,6 por ciento; el 14,7 por ciento de las jóvenes campesinas cuidan o atienden niños(as) frente al 4,6 por ciento en el caso de los jóvenes campesinos. En términos de actividades productivas, el 26 por ciento de los jóvenes campesinos ayuda en labores del campo o en la cría de animales y en el caso de las jóvenes campesinas este porcentaje es del 16,9 por ciento.

De otra parte, en la Encuesta Nacional Agropecuaria – ENA 2019 permite acercarse a la tenencia de la tierra según el sexo tal y como se ve en la Imagen 31.

Imagen 31. UPA(s) según sexo – Sistematización propia a partir microdatos ENA 2019

Ahora, del total de productores en condición de persona natural que fueron medidos en la ENA, 2.033.967, el 51.7 por ciento de ellos residen en la UPA, el resto no, y de ese 51.7 por ciento de productores que residen en la UPA, el 70 por ciento son hombres y solo el 30 por ciento mujeres.

También vale la pena destacar que, del total de productores en condición de persona natural, las mujeres representan menos de un cuarto del total de productores que fueron medidos por esta encuesta.

Imagen 32. residencia habitual en la UPA, según sexo del productor – Sistematización propia a partir microdatos ENA 2019

Ahora bien, mostrando un fuerte contraste con los datos de la ECV, los datos de la ENA evidencian que frente a la dedicación del trabajo, resulta que, del total de mujeres productoras, el 45.1 por ciento de ellas, trabajan todos los días de la semana, muy similar a los hombres los cuales en un 44.8 por ciento deben trabajar todos los días de la semana, el resto de productores sin importar su sexo, no trabajan todos los días de la semana.

Imagen 33. Dedicación a trabajar en la UPA, según sexo del productor – Sistematización propia a partir microdatos ENA 2019

El asunto de medir el trabajo de la mujer campesina, se sigue complejizando si analizamos los resultados de la Encuesta de Cultura Política. Si observamos la Imagen 34 de la ECP vemos que otra vez, a pesar de los datos anteriores de la ENA, aparece que en su gran mayoría las mujeres campesinas no correlacionan su actividad del hogar con un trabajo no remunerado. Así mientras los campesinos hombres en su gran mayoría cuentan con un trabajo sin importar la región en la que se encuentran; las mujeres campesinas centran sus resultados en la actividad de “oficios del hogar”.

Imagen 34. Actividad económica de la población campesina según región y sexo – Sistematización propia a partir microdatos ECP 2019

Teniendo en cuenta la imagen anterior, confirmemos ahora por medio de imagen 35, como las mujeres en contra vía de los hombres, por dedicarse a oficios del hogar dejan de recibir ingresos; siendo la región del caribe donde esto más se presenta, pues en ella están con un 86.35 por ciento las mujeres campesinas desempeñando netamente esta actividad económica.

Imagen 35. Personas campesinas que reciben ingresos por sus actividades económicas según su sexo y región – Sistematización propia a partir microdatos ECP 2019

Los anteriores resultados nos vuelven a colocar sobre la palestra, el tema de la “economía del cuidado”, desde dos ópticas: o, bien, muchas mujeres realizan este tipo de actividades sin remuneración alguna y pues se puede apreciar como ellas no consideran que sus actividades diarias en el hogar se consideren como un trabajo; o, quizás, la forma como se esta preguntando esta incidiendo y profundizando la anterior percepción.  

7. Seguridad y derechos humanos

Para este apartado se hizo uso de la encuesta de convivencia y seguridad ciudadana, ECSC 2019, dicha encuesta agrupa un total de 28 ciudades, las cuales concentra alrededor de 18.5 millones de personas que corresponden al 50.8 por ciento de la población según el factor de expansión. Es importante resaltar que en esta encuesta solamente se incluyó la primera de las tres preguntas dirigidas al reconocimiento de una persona como campesina. 

Percepción de Seguridad

La encuesta cuenta con un componente que indaga acerca de la percepción de las personas frente a ciertos aspectos de la seguridad y convivencia, sus actitudes frente a la seguridad personal y la del barrio. La primera pregunta hace referencia a que tan seguro se siente las personas en cuanto a la seguridad del barrio o la vereda, para la población campesina se muestran los siguientes resultados por ciudad.

Imagen 36. Percepción del campesinado frente a la seguridad en la vereda o barrio en el que viven según la ciudad – Sistematización propia a partir microdatos ECSC 2019

Los resultados por cabecera y rural muestran que la percepción de seguridad en las cabeceras es del 77 por ciento y en los centros poblados rurales del 90 por ciento.

Imagen 37. Percepción del campesinado frente a la seguridad en la vereda o barrio en el que viven – Sistematización propia a partir microdatos ECSC 2019

Inseguridad por ausencia de Fuerza Pública

Los resultados que se muestran a continuación responden a la pregunta razones por la que el individuo se siente inseguro. Se seleccionaron algunas de las preguntas que podrían tener más similitud con problemáticas en zonas rurales en las 13 ciudades individuales. A continuación, se presentan las respuestas que fueron dadas por la población campesina.

Como se observa en las imágenes a continuación, la inseguridad por la ausencia de  fuerza pública en cabeceras; así como en centros poblados y rurales es llamativamente alta en el campesinado. Vale la pena remarcar que la desfavorabilidad por la ausencia de la presencia de la Fuerza Pública es un poco mayor, 89.98 por ciento entre los campesinos que viven en la cabecera, que de los campesinos que viven en centros poblados y rurales, 77.19 por ciento.

Imagen 38. Inseguridad por falta de presencia de la fuerza pública según la ciudad – Sistematización propia a partir microdatos ECSC 2019

Imagen 39. Inseguridad por ausencia de fuerza pública en cabecera y centros rurales – Sistematización propia a partir microdatos ECSC 2019

Delincuencia Común

Los campesinos en más de un 90 por ciento en general, percibe a la delincuencia común como otro factor que les causa inseguridad, esta percepción se mantiene sin importar la ciudad del país en la que ellos residen.

Imagen 40. Inseguridad por presencia de delincuencia – Sistematización propia a partir microdatos Ecsc 2019

Drogas ilegales

La presencia de drogas ilegales en las ciudades también se considera un factor de inseguridad por parte de los campesinos, sin embargo, aquí su percepción disminuye un poco frente a su nivel de inseguridad, esto si la comparamos con la anterior donde más del 90 por ciento de ellos en todas las ciudades consideran un factor de inseguridad la delincuencia común, y aunque en ciudades como Villavicencio, Pasto, Ibagué y Bogotá, consideran que las drogas ilegales son una de los factores que les causa gran inseguridad, esta percepción empieza a disminuir en campesinos que viven en ciudades como Barranquilla, Bucaramanga y Cúcuta.

Imagen 41. Inseguridad por presencia de drogas ilegales – Sistematización propia a partir microdatos Ecsc 2019

Sin embargo, al observar si las drogas ilegales son consideradas como una de las causas de inseguridad que perciben los campesinos, las respuestas se invierten ya que para los que residen en la cabecera, las drogas ilegales son un factor que les genera inseguridad, pero en centros poblados y rurales, los campesinos consideran en más de un 69 por ciento que esto no es algo que realmente genere inseguridad.

Imagen 42. Inseguridad por presencia de drogas ilegales – Sistematización propia a partir microdatos Ecsc 2019

Presencia de Guerrillas

De forma inesperada al campesinado no parece amenazarle directamente la presencia de grupos de guerrillas.

Imagen 43. Inseguridad por presencia de guerrillas en ciudades – Sistematización propia a partir microdatos Ecsc 2019

A pesar de que la presencia de guerrillas tampoco resulta ser una causa de inseguridad en los centros poblados y rurales, habría que tomar estos resultados con precaución. Seguramente un trabajo con mayor profundidad permitiría realizar un análisis posterior donde se involucren nuevas desagregaciones geográficas como la departamental para establecer si esto ya es una realidad en el país o si aún existen zonas especificas donde los campesinos aún consideren a las guerrillas como un factor de inseguridad en sus vidas.

Imagen 44. Inseguridad por presencia de guerrillas en ciudades – Sistematización propia a partir microdatos Ecsc 2019

Cultivos ilícitos y Minería ilegal

Para los cultivos ilícitos se revisaron principalmente su presencia en centros poblados y rurales, pues estos serían los campesinos que se encuentran más expuestos a este tipo de situación. La imagen No 45, evidencia que dicho cultivos nos son un factor que genera inseguridad entre los campesinos.

Imagen 45. Inseguridad por presencia de cultivos ilícitos en centros rurales – Sistematización propia a partir microdatos Ecsc 2019

Finalmente, al igual que presencia de cultivos ilegales, solo se tienen en cuenta a los campesinos que estarían expuestos a los temas de minería ilegal. Estos campesinos no perciben que la minería ilegal sea un factor de inseguridad para sus vidas.

Imagen 46. Inseguridad por presencia de cultivos ilícitos en centros rurales – Sistematización propia a partir microdatos Ecsc 2019


1Agroindustriales: café, palma de aceite, caña para azúcar, caña para panela, cacao, soya, algodón

Es coordinador en desarrollo rural y ordenamiento territorial del Instituto de Estudios Interculturales - Universidad Javeriana de Cali. Estudió antropología en la Universidad Nacional de Colombia, una maestría en sociedades latinoamericanas de la Universidad Sorbonne Paris III y se doctoró en sociología...