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Las drogas ilegales matan. Pero ¿matan las drogas por el hecho de ser drogas o matan porque fueron declaradas ilegales?

La política de la prohibición y su estrategia de la guerra contra las drogas tiene entre sus principales justificaciones “salvar” a los jóvenes de las drogas ilegales porque estas matan. El narcotráfico es tipificado en distintos países como un delito contra la salud.

Según los prohibicionistas, 275 millones de personas, el 5,6% de la población mundial, consumió drogas por lo menos una vez en 2016. Esos consumidores están en un rango de edad entre 15 y 64 años (UNODC, 2018).

Como consecuencia del consumo 450 mil personas fallecieron en 2015. De estas muertes, 167.750 estaban directamente relacionadas con los trastornos por consumo de drogas, principalmente sobredosis (UNODC, 2018).

Las cifras del informe UNODC son llamativas: 275 millones de consumidores equivalen al 5,6%, pero ¿cuál era la población mundial para 2016? Cerca de 7. 400 millones, por tanto los consumidores serían 3,7%.

El informe hace referencia a las muertes citando cifras del año 2015 mientras que los datos de consumo son de 2016. No ofrece datos de los años 2017 y 2018, que hacen parte del periodo sobre el cual el informe supuestamente anuncia cifras.

El informe sobre las muertes presenta solo cifras absolutas y obvia las relativas (%). Las 450 mil personas presumiblemente fallecidas por causas relacionadas con el consumo representan 0,16% y la población mundial eventualmente muerta por sobredosis (167. 750) 0,061%.  

En el caso de la cocaína, los prohibicionistas consideran que entre 2013 y 2016 aumentó el consumo de cocaína en USA dejando aproximadamente 15 mil personas muertas. Y precisan “muchas de esas muertes no pueden atribuirse exclusivamente a un aumento del nivel de consumo de cocaína”. No presentan las cifras relativas, y para mostrar un dato absoluto y representativo juntaron varios años.

Mostrar los datos de esta forma refuerza uno de los principios del prohibicionismo: el miedo. Las drogas ilegales matan. Pero ¿matan las drogas por el hecho de ser drogas o matan porque fueron declaradas ilegales?

Según los prohibicionistas drogas como la cocaína pueden matar porque es una droga adictiva que por sí misma hace que el consumidor no pare de consumir hasta morir por tomar más dosis de las debidas (sobredosis).

También señalan que los narcotraficantes para hacer más rentable el negocio afectan la calidad de la cocaína mezclándola con otras sustancias para incrementar el peso y potenciar los efectos. Para los prohibicionistas afectar la calidad de las drogas, en este caso la cocaína, supone aumentar los riesgos para la salud de los consumidores.

Sin embargo, estos problemas que los prohibicionistas asocian con la existencia de las drogas y por los cuales justifican la guerra contra ellas, son básicamente problemas derivados del régimen de la prohibición que ellos mismos promueven.

Que los consumidores no sepan qué es la cocaína, sus componentes y su posología es una ignorancia atribuible a la prohibición porque de forma ortodoxa ha negado a las personas información basada en la ciencia, prima el prejuicio. El consumidor aprende empíricamente cómo consumir.

La información y el conocimiento forman consumidores responsables. Este aspecto combinado con el aprendizaje de la calle, posiblemente expliquen por qué existen consumidores de drogas que están envejeciendo y van camino a morir de viejos.

Los datos suministrados por los mismos prohibicionistas lo muestran: un porcentaje considerable de las personas nacidas entre 1946 y 1964 que empezaron a consumir drogas siguen consumiéndolas, ahora tienen más de 50 años (UNODC, 2018).   

Los narcotraficantes mezclan las drogas con otras sustancias para hacer más rentable el negocio porque la prohibición al ilegalizar ciertas drogas hizo que estas perdieran visibilidad, conduciéndolas a la pérdida directa de control sobre su calidad. El consumidor difícilmente puede establecer el grado de pureza de la sustancia que consume porque está prohibida.

Que las drogas no tenga la calidad óptima para el consumo es también resultado del prohibicionismo cuando ataca a la oferta. La guerra contra la oferta trazó como una de sus metas la erradicación de los cultivos ilícitos.

El indicador de “éxito” contempla la disminución efectiva de las hectáreas cultivadas, el aumento del precio de las drogas y la disminución de su calidad.

La destrucción de la hoja de coca incide en la reducción del área cultivada y en la disponibilidad de hoja para el procesamiento de la pasta. La baja oferta de coca, porque escasea, estimula un aumento en los precios de la base de coca.

Y como la coca y su derivado son pocos y costosos entonces los narcotraficantes la mezclan con otras sustancias para mantener la rentabilidad y atender la demanda que no cesa.

Es así como cocaína costosa y de mala calidad es un indicador de “éxito” de la guerra contra las drogas en su cruzada por salvar la salud de los jóvenes. Las drogas ilegales matan porque la prohibición las hace peligrosas para la salud.

Es investigador y docente en el Instituto de Estudios Políticos de la Universidad de Antioquia en Medellín. Allí coordina la línea de investigación en gobernabilidad, fuentes de riqueza y territorios. Es profesional en trabajo social, estudió una maestría en ciencia politíca y se doctoró en...