Tras el escándalo por el que atraviesa el gobierno de Gustavo Petro, tras la salida de Laura Sarabia y Armando Benedetti, y las acusaciones de este último, Claudia López le respondió al trino de Petro donde dice que está tranquilo: “Es el país y su historia lo que está en juego”.
No es una salida aislada. En el último mes, la alcaldesa ha cambiado su tono con el gobierno nacional, con quien había buscado una tregua desde finales del año pasado.  “Esto no es un régimen presidencial, esto es una monarquía presidencial (…) nos toca con rodilleras”, dijo López sobre su experiencia al buscar el apoyo economico del gobierno de Gustavo Petro. Y hace siete días afirmó que desde que llegó Petro han sido “nueve meses de ingenuidad frente a grupos criminales”, sobre la política de paz total del mandatario.  

López, una de las políticas que se cuentan como contendoras fuertes para aspirar a la presidencia, tomó la decisión estratégica de romper su alianza con Petro. Luego de haber anunciado su voto por él en las presidenciales de 2022, y a seis meses de salir de la Alcaldía, se alinea como rival del presidente. “Es una renuncia a su intento de trabajar como aliados”, dice Augusto Reyes, quien fue su asesor político y después ha asesorado a Roy Barreras. Con eso, López empieza a convertirse en la líder visible de un sector de centro que ha tenido una relación difícil con el proyecto de Petro, y que carece de un liderazgo fuerte.

Detrás de la decisión hubo al menos cinco factores que fueron claves, según funcionarios, analistas y políticos aliados de la mandataria consultados por La Silla Vacía.

1) Ya abrió la licitación de la segunda línea del metro

Una de las formas de presión de Petro con López era condicionarle el apoyo de la nación a algunas de las obras si no cambiaba el trazado de la primera línea para que fuera subterránea.

Prueba López era presionada por Petro es que le demoró por meses una contragarantía (una especie de prenda) con la que la nación se compromete a cofinanciar la segunda línea del metro de Bogotá y a responder por el dinero ante la banca internacional en caso de que la Alcaldía no pueda pagar su parte. Ese papel era clave para abrir la licitación.

Mientras que el exalcalde Enrique Peñalosa con Iván Duque como presidente consiguió esa contragarantía en cuestión de días para la primera línea, la alcaldesa tuvo que esperar meses con Petro para que se la aprobaran. El exministro de Transporte Guillermo Reyes incluso llegó a amenazar con que si ella no cedía a cambiar el metro para que fuera subterráneo, como quería el presidente, entonces no apoyarían otras obras de la ciudad. 

Pero López no cedió y finalmente consiguió ese papel y abrió la licitación. Eso la ha dejado en una mejor posición para cambiar su tono con Petro. Y lo hizo hace unos días. 

El pasado 27 de mayo, en un encuentro nacional de jóvenes del partido Verde, recordó que no se dejó chantajear de Petro en 2019.

Aseguró que cuando él le dijo que no la iba a apoyar en su aspiración a la Alcaldía si no cambiaba el metro para que fuera subterráneo, ella le contestó: “Está contratado, papá. No es un metro de cartón, querido, es un contrato de 24 billones de pesos. ¿Sabes cuánto cuesta conseguir 24 billones, papá? No sabes porque no los conseguiste”. Hubo aplausos y ovaciones en la sala. 

2) El ala claudista del Verde se fortaleció

Las fuerzas dentro del partido Alianza Verde se han reajustado. El ala petrista está debilitada, mientras que la claudista ha logrado un nuevo aire.

En el Congreso es muy probable que la nueva presidenta del Senado sea Angélica Lozano, esposa de Claudia López. La senadora, que es la más opcionada porque tiene los votos dentro de la bancada de la cámara alta, tendría que dirigir el trámite de la mayoría de las reformas del gobierno Petro que no se logren evacuar, como, posiblemente, la pensional y la laboral.

Incluso en la Cámara, congresistas que eran más cercanos al gobierno Petro del Verde han ido condicionando su apoyo. La representante Katherine Miranda se ha desmarcado del gobierno en varios momentos. Y el senador Inti Asprilla, tras el escándalo de la niñera de Laura Sarabia, la jefa de gabinete de Petro, también le ha pedido explicaciones al presidente. 

En el Concejo, López sigue teniendo mayorías en el Verde. Solo cuatro, de 12 concejales de su partido, le hacen oposición a la mandataria.

Y dentro del directorio nacional, la mandataria ahora es más influyente. Tras la salida de la presidencia del Verde de Carlos Ramón González, muy cercano a Petro, quedó Carlos Amaya en ese puesto. El exgobernador de Boyacá es aliado de la alcaldesa, a quien de hecho está impulsando para que se lance para sucederla en el Palacio Liévano. Amaya comparte esa presidencia con Antanas Mockus y Antonio Navarro Wolf, también muy cercanos a López.

Muestra de que las decisiones del Verde ya favorecen al ala claudista del partido son las condiciones para aspirar a la Alcaldía de Bogotá. Quien quiera ser candidato de ese partido, debe obtener 15 por ciento o más en una encuesta en la que se medirán con otras figuras nacionales como Gustavo Bolívar o Carlos Fernando Galán.

Para los concejales aspirantes (Lucía Bastidas, María Fernanda Rojas, Luis Carlos Leal y Martín Rivera) que además han sido críticos de la Alcaldía, se trata de una “farsa” y una apuesta más bien para que el partido quede en libertad de apoyar a otros candidatos distintos a los aspirantes verdes. Además, quedan debilitados, pues si deciden lanzarse a la Alcaldía, no podrán ser candidatos al Concejo.

3) El petrismo no se respetó el pacto de no agresión

Todas las fuentes consultadas para esta historia coinciden en que después de las críticas y desplantes del petrismo era apenas “natural” que la relación entre Petro y Claudia acabara en esos términos. “Claudia tuvo una posición generosa y celebró que Petro hubiera ganado. A cambio de eso, ha recibido patadas”, dice la representante Catherine Juvinao.

“Yo no creo que haya cálculo político, es más una respuesta natural”, dice Augusto Reyes, exasesor político de la mandataria. “Las últimas declaraciones son más una renuncia a su intento de haber tenido una relación de aliados que no fue respondida por el gobierno nacional”.

La relación entre Petro y Claudia también tenía un quiebre desde que Gustavo Bolívar, uno de los críticos más asiduos de la mandataria del petrismo, anunció su intención de reemplazarla. La senadora Lozano ha sido enfática en que con Bolívar no harán una alianza.

4) El cálculo para 2026

Más allá de lo natural que es el quiebre entre López y Petro, hay quienes ven un cálculo político apunta a las presidenciales del 2026. “Claudia sabe que puede ser presidenta en 2026”, dijo el analista Camilo Granada. “Cualquier alcalde de Bogotá tiene esa aspiración, llegar a la Casa de Nariño”.

Una fuente dentro del gabinete asegura que sí hubo ese cálculo. “La alcaldesa ya había dicho que en el segundo semestre iba a empezar la confrontación con el presidente, justo para elecciones”. La fuente que pidió no ser identificada para hablar con libertad dijo que “la relación con el presidente siempre ha estado pegada con babas” y que la mandataria “ya tenía presupuestada esa confrontación para elecciones: Es ingenuo pensar que Claudia no hace cálculos políticos, los hace cualquier buen político”.

Una lectura similar tienen también sus aliados. El copresidente del Verde, Carlos Amaya dijo que a él de hecho le alegra que la mandataria se esté desmarcando del presidente. “Aunque creo que ella no tiene la cabeza en el 2026, yo sí la apoyaría si se lanza a la Presidencia y para eso es necesario desmarcarse de un gobierno que no lo está haciendo bien”.

A Claudia también le funciona enfrentarse con el gobierno nacional para repartir culpas de lo que no va bien en su gobierno, como la seguridad. Ese talante ya lo ha mostrado en varias oportunidades, como cuando les echó la culpa a los venezolanos de a inseguridad, y luego a los jueces.

“Ella sabe que no le va bien en las encuestas y que hay varias cosas que no van bien en la ciudad”, dice Granada. “Como su proyecto de la (carrera) Séptima, como los estudios finales del metro, y como la situación de seguridad que es muy fuerte y el espacio público porque todo el mundo se queja de las basuras”.

De hecho, las declaraciones más fuertes de López hacia el gobierno de Petro tienen que ver con su política de Paz Total: “en estos nueve meses estamos padeciendo con el homicidio, la extorsión, el atraco, incluso hay personas que son asesinadas por robarlas”, señaló López.

5) La mala hora de Petro

El cambio de tono de López con el presidente también coincide con la mala hora del mandatario, que vive por estos días la crisis más grande en su gobierno. 

Como candidato y durante sus primeros días de gobierno, Petro gozó de una popularidad que ha venido cayendo. Según la última Invamer, la desaprobación de su gestión pasó del 48 al 73 por ciento en nueve meses de gobierno.

Esa caída todavía no tiene en cuenta el escándalo de Laura Sarabia, la jefa del gabinete del presidente, quien es cuestionada por someter al polígrafo y a chuzadas a su exniñera. Tampoco las filtraciones de Armando Benedetti, quien afirma que en la campaña hubo financiación irregular. A eso se suman a otros escándalos del petrismo, que van desde las crisis ministeriales hasta los dineros con los que se habría quedado su hijo Nicolás Petro que eran para la campaña.

La alcaldesa López tampoco ha podido dar un repunte importante en las encuestas. Su imagen desfavorable está en el 66 por ciento luego de tres años y medio de gobierno. Pero los escándalos protagonizados por el petrismo la pueden llevar a desmarcarse de ese gobierno.

“Claudia juega estratégicamente”, dice Camilo Granada. “Ella sabe que si a Petro le va bien, podría ser una candidata a la Presidencia que de continuidad a ese proyecto, pero con una visión más de centro”.

Pero – explica el analista— si a Petro le va mal “Claudia también puede decir que se demarcó de su gobierno y que es una opción distinta a él”.

Periodista. Soy editora de Redes Sociales en La Silla Vacía. Cubrí las movidas del poder en Bogotá y el gobierno de Claudia López. También hice algunos reportajes sobre reforma agraria. Antes trabajé en la Revista Semana y colaboré para revista Arcadia y Dinero. Soy coautora del libro 'Los presidenciables...